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Vol. 25. Núm. 2.
Páginas 26-30 (Febrero 2006)
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Mejorar la seguridad vial
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J A. Valtueña
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Tabla 1. Evolución prevista del índice AVCI
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Un reto del siglo XXI

Cada año, los accidentes de tráfico causan en el mundo la muerte de 1,2 millones de personas y heridas o invalideces a 50 millones. Son la segunda causa de mortalidad en los jóvenes de 5-29 años y la tercera causa en la franja de edad de 30-44 años. En los países de producto interior bajo o intermedio, su coste rebasa el importe total de la ayuda para el desarrollo que reciben procedente de los organismos internacionales y de los países ricos.

Los escalofriantes datos sobre el coste humano y económico de los accidentes de tráfico impulsaron a los países integrantes de las Naciones Unidas a organizar en 2005 la primera Asamblea General consagrada exclusivamente al tema de la seguridad del tráfico. Para ellos, los países reunidos en la asamblea se basaron en el Informe mundial sobre la prevención de los traumatismos debidos a los accidentes de tráfico, preparado conjuntamente por la OMS y el Banco Mundial. La colaboración de estas dos organizaciones mundiales incide en dos facetas primordiales del problema: el coste en vidas y traumatismos y el coste económico resultante del tratamiento de los accidentados y la pérdida en plena etapa productiva de muchos de ellos.

Para quienes hemos tenido la desgracia de perder a un familiar muy cercano en un accidente de tráfico, las cifras relativas al coste económico esconden una realidad mucho más dramática, al no reflejar el enorme sufrimiento, que perdura años y años, de los familiares directos de la persona fallecida en uno de estos accidentes. Es imposible cuantificar el drama de unos padres que, en medio de la noche, se despiertan por una llamada de la policía o los servicios asistenciales para pedirles que acudan a un centro hospitalario o, lo que es peor, a un tanatorio donde se encuentra ingresado su hijo.

La seguridad vial no es accidental

Éste fue el lema del Día Mundial de la Salud de 2004, con el que se quiso resaltar el hecho de que los accidentes no son tan accidentales como suelen afirmar quienes conducen rozando el peligro. Aunque últimamente se observa en casi todos los países una creciente desconfianza hacia la clase política, vale la pena señalar que los actos conmemorativos centrales de ese Día Mundial tuvieron lugar en París y fueron presididos por Jacques Chirac. La OMS quiso resaltar el éxito alcanzado por las autoridades francesas en la reducción del número de muertes y heridos producidos por los accidentes viales. Sus medidas disuasorias, en particular la adopción del permiso de conducir por puntos, salvaron en 2003 unas 1.500 vidas y ahorraron miles de traumatismos.

Factores de riesgo

En la problemática de los accidentes de tráfico intervienen factores de riesgo que influyen sobre su aparición y sobre su gravedad en el momento del accidente o una vez producido. Según la OMS, los factores de riesgo que intervienen en la aparición del accidente son los siguientes: velocidad del vehículo insuficiente o excesiva, fatiga, juventud del conductor, desplazamientos nocturnos, vehículo en malas condiciones de mantenimiento, defectos en el trazado y mantenimiento de las vías de tráfico, visibilidad escasa debida a factores ambientales o defectos de visión del conductor.

Los principales elementos que influyen en la gravedad del accidente son los siguientes: tolerancia de la persona accidentada, velocidad escasa o superior a la autorizada, no utilización del cinturón de seguridad o de los asientos especiales para niños, cascos defectuosos en el caso de los ciclistas o conductores de motos, presencia en los bordes de la calzada o de la carretera de objetos (p. ej., muretes) que no sólo no protegen, sino que agravan el accidente, e ingesta del conductor de bebidas alcohólicas o drogas.

Una vez producido el accidente, distintos elementos relativos a la asistencia prestada agravan o aminoran sus consecuencias. Conforme al informe elaborado por la OMS y el Banco Mundial, esos elementos son principalmente los siguientes: tardanza en la prestación de la asistencia, incendio del vehículo provocado por la colisión, fuga de materiales peligrosos en los vehículos de transporte, dificultad para extraer del vehículo a las personas traumatizadas, en particular en el caso de autocares, y ausencia de atención hospitalaria apropiada.

La reunificación de Alemania es una perfecta ilustración de la incidencia de los factores económicos en los traumatismos causados por accidentes viales. En muy poco tiempo, miles de personas con escasa experiencia en la conducción de vehículos tuvieron la posibilidad de adquirir por primera vez un automóvil. En los dos años que siguieron a la reunificación, el número de vehículos adquiridos y la distancia total recorrida aumentaron en más del 40%. Paralelamente, se cuadriplicó la tasa de mortalidad de los conductores y pasajeros. La mortalidad en los jóvenes de 18-20 años se multiplicó por 11.

En los países de renta media o baja, los autobuses y los camiones son medios de transporte ampliamente utilizados. En Nueva Delhi, esos vehículos están implicados en dos de cada tres colisiones. En tales casos, la situación se agrava a causa de la flagrante deficiencia de los medios de evacuación de los accidentados o de su asistencia hospitalaria. Puede afirmarse que este elemento marca la diferencia entre un país bien organizado, aunque no sea rico, y un país de ambiente tercermundista. Entre las terribles paradojas del mundo actual, una de las más llamativas es la existencia de armamento atómico en la India y Pakistán, en coincidencia con una asistencia horrible a cualquier tipo de accidentados.

Intervenciones de carácter individual

Para reducir al mínimo posible (nunca podrán eliminarse del todo los malos conductores y las vías de tráfico inseguras) los accidentes viales y su gravedad, el informe elaborado por la OMS y el Banco Mundial propone dos tipos de intervenciones relativas principalmente al conductor y referentes a la estructura de las calles, carreteras y autopistas.

Entre las medidas preconizadas de carácter individual conviene destacar las examinadas a continuación.

Permiso de conducir por etapas

Nueva Zelanda destaca entre todos los países de cultura occidental en la realización de este sistema, que requiere una legislación estricta y una estrecha colaboración del personal encargado de su cumplimiento, singularmente de la policía. El sistema neozelandés comprende tres etapas y se aplica a todos los conductores de 15 a 24 años de edad. Tras un examen escrito, un examen teórico oral y un reconocimiento de la vista, el conductor principiante recibe un permiso de conducir bajo supervisión que tiene una validez de 6 meses. Después, el conductor novel tiene derecho a un permiso de conducir de alcance limitado. En estas dos primeras etapas, el titular del permiso no puede conducir entre las 22.00 y las 05.00 h, se le prohíbe el transporte de pasajeros de menos de 20 años y su tasa de alcoholemia está limitada a 0,3 g/l. En caso de infracción a cualquiera de esas condiciones, las restricciones pueden prolongarse durante 6 meses. El permiso de conducir definitivo se concede una vez pasadas esas dos primeras fases. Una evaluación del sistema ha permitido calcular en un 8% la reducción global del número de accidentes con lesiones graves. En Canadá, país en el que rige un sistema análogo, la proporción de accidentes causados por conductores noveles ha disminuido en un 43%.

La reunificación de Alemania es una perfecta ilustración de la incidencia de los factores económicos en los traumatismos causados por accidentes viales

¿Accidentes o suicidios?

Se desconoce la frecuencia de los accidentes de tráfico que son, de hecho, suicidios. Aparte del caso evidente de los conductores kamikaze, existe la neta impresión de que ciertos accidentes viales en los que la única víctima es el conductor son auténticos suicidios. En conjunto, los accidentes de tráfico y los suicidios encabezan la lista de las defunciones por lesiones. En 2000, último año del que se dispone de estadísticas completas, entre los 5 millones de personas que perecieron por causas accidentales, 1.260.000 fallecieron por accidentes del tráfico y 815.000 por suicidio. Suiza y Finlandia tienen el triste privilegio de ser los países europeos con el mayor índice de suicidios. En Suiza se registran, como término medio, 4 defunciones por suicidio al día. No es sorprendente, pues, que la Oficina Federal de la Salud Pública suiza haya decidido abordar el problema del suicidio para delimitar sus causas y el modo de evitarlas.

Permiso de conducir por puntos

Durante muchos años, las compañías de seguros han penalizado a los «malos» conductores con un aumento de sus tarifas. En Suiza se ha llegado al extremo de discriminar conforme a la nacionalidad; en listas que los aseguradores mantienen secretas, los conductores españoles residentes en Suiza no salen malparados, pero los jóvenes procedentes de la antigua Yugoslavia, a los que se supone especialmente violentos, pueden tropezar con enormes dificultades para encontrar una compañía aseguradora.

Penalizar al conductor proclive a los accidentes es igualmente el principio del permiso de conducir por puntos. Al conmemorar el Día Mundial de la Salud 2004 en París se resaltó el éxito del permiso por puntos, puesto que se le atribuyó la disminución del número y la gravedad de los accidentes. El principal inconveniente de este método es la pesada carga burocrática que implica su aplicación. Los próximos años mostrarán si España es capaz de llevar adelante un procedimiento que ha demostrado su eficacia, pero que requiere por parte de las autoridades una firme voluntad en su aplicación.

Intervenciones de carácter colectivo

Las consecuencias para la salud de los accidentes viales quedan claramente probadas en el estudio realizado por C.J.L. Murray y A.D. López, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos). Este estudio comparó los años de vida corregidos por la incapacidad o AVCI (índice que toma en cuenta el número de años perdidos a causa de una muerte prematura y la pérdida de salud resultante de una incapacidad) en 1990 y en 2020 (tabla 1).

Aun teniendo en cuenta lo difícil que es prever el porvenir en salud pública, el salto previsto del noveno al tercer lugar de los AVCI producidos por los accidentes del tráfico es muy inquietante. Entre las soluciones de tipo colectivo propuestas pueden resaltarse las siguientes:

Corrección de los lugares más proclives a accidentes

Los responsables del tráfico conocen perfectamente las vías de tráfico donde son más frecuentes los accidentes. Su corrección es a veces compleja y costosa, pero en algunos casos sólo requiere ingeniosidad y voluntad política. Entre las soluciones que pueden adoptarse destacan las siguientes: aplicación en la calle o carretera de un revestimiento antideslizante, instalación de refugios centrales en las calles de tráfico muy nutrido, mejora del alumbrado y de la señalización, construcción de rotondas, establecimiento de pasarelas o de pasos subterráneos para peatones y pasos para peatones bien señalizados.

Enlentecimiento del tráfico

Es una medida muy poco popular, pero de gran eficacia. En Europa central, singularmente en Austria y Suiza, proliferan desde hace años las calles residenciales, donde la velocidad de los vehículos está limitada a 30 km/h. En Baden (Austria), el 75% de las calles está expuesto a esa restricción y desde 1988, año en el que se estableció un plan de seguridad general integrada, el número de víctimas del tráfico se ha reducido un 60%.

Fomento del transporte colectivo

No cabe duda de que el automóvil es actualmente un modo de transporte que favorece la libertad individual, aunque sea a un costo demasiado alto en términos de lesiones y defunciones. En este sentido, los desplazamientos en tren o en avión son mucho más seguros, motivo por el que se multiplican los esfuerzos para intensificar su uso. Es muy posible que el aumento continuado del precio del combustible sea en definitiva el principal factor disuasor del uso individual o casi individual del automóvil.

Posdata

La Asamblea General de ONU ha aprobado una resolución en la que invita a todos los Estados miembro a aplicar las recomendaciones contenidas en el informe de la OMS. Además, les pide que participen en la organización de la primera semana mundial de las Naciones Unidas sobre la seguridad del tráfico y que reconozcan el tercer domingo de noviembre de cada año como día mundial en recuerdo de las víctimas de los accidentes de tráfico. La Asamblea General también suscribe la propuesta de la Comisión Económica para Europa de celebrar en Ginebra, en abril de 2007, la primera semana mundial sobre la seguridad vial, dirigida a los usuarios jóvenes.

Medicamentos y conducción

En lo que respecta a la repercusión del uso de medicamentos en los accidentes viales, hay importantes lagunas por resolver. Al contrario de lo que sucede con las bebidas alcohólicas, no hay una relación cuantitativa simple entre la cantidad de fármaco presente en la sangre y el grado de disminución de las facultades del conductor. Se han observado variaciones considerables en el efecto de los antidepresores sobre la distancia de frenado del conductor. En términos generales, las reacciones a los medicamentos varían sobremanera de una persona a otra e incluso se observan efectos sinérgicos o antagonistas, como sucede en el caso de la codeína y los medicamentos antipsicóticos tomados a la vez que bebidas alcohólicas.

En numerosos envases de fármacos es corriente hallar prospectos con advertencias respecto a la disminución de la habilidad para conducir que lleva consigo su uso. Esas advertencias suelen ignorarse sistemáticamente por los conductores, en unos casos (los más frecuentes) porque no las leen y en otros porque los pacientes estiman que son un mecanismo de protección de las empresas farmacéuticas contra posibles demandas.

Según el informe aquí comentado, «todavía se han de definir estrategias de aplicación de la legislación que desalienten la conducción de vehículos bajo la influencia de medicamentos».


Bibliografía general

Murray CJL, López AD. The global burden of disease: a comprehensive assessment of mortality and disability from diseases, injuries and risk factors in 1990 and projected in 2020. Cambridge: Harvard School of Public Health; 1996.

OMS y Banco Mundial. Rapport mondial sur la prévention des traumatismes dus aux accidents de la circulation. Ginebra, 2004.

OMS. Día Mundial de la Salud: ¡La seguridad vial no es accidental! Ginebra, 2004.

Tribune de Genève. La Suisse, pays des suicides [consultado 3-6-2005].

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