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Vol. 26. Núm. 7.
Páginas 66-69 (Julio 2007)
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Fitocosmética solar
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M Tránsito López Luengoa
a Farmacéutica.
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Plantas medicinales más utilizadas

Aloe barbadensis posee actividad cicatrizante.

Las radiaciones solares son imprescindibles para la vida; sin embargo, un exceso de sol sin la protección adecuada puede tener efectos muy perjudiciales tanto a corto como a largo plazo. Para prevenir estos efectos nocivos, la fitoterapia ofrece un amplio abanico de extractos vegetales con las propiedades adecuadas para elaborar tanto productos fotoprotectores, como fitocosméticos calmantes y antieritema para después del sol.

La luz solar es la fuente de energía más importante para la vida, y es imprescindible para el desarrollo de las plantas y de los seres vivos superiores. En el caso del ser humano, estimula la síntesis de vitamina D, esencial para prevenir el raquitismo y la osteoporosis, favorece numerosas funciones vitales, e incluso estimula la síntesis de ciertos neurotransmisores cerebrales que regulan el estado anímico. Pero un exceso de exposición solar sin las medidas de protección adecuadas, puede resultar un factor agresivo causante de efectos perjudiciales que van a incidir especialmente en la piel y el globo ocular, que están expuestos directamente a las radiaciones. Las quemaduras son los efectos más evidentes, pero cuando se ha abusado del sol, con el tiempo, se pueden manifestar manchas en la piel, las arrugas y las cataratas, y a largo término cáncer cutáneo o tumoraciones superficiales.

Fotoprotección

El espectro solar que alcanza la superficie de la tierra comprende las radiaciones ultravioleta, visible e infrarroja. Las radiaciones infrarroja y visible apenas causan problemas, pero las radiaciones ultravioleta sí que lo hacen.

El espectro ultravioleta comprende las longitudes de onda situadas entre 100 y 400 nm y, según sus características físicas y acciones biológicas, se divide en: UVA (400-320 nm), UVB (320-290 nm) y el UVC (290-200 nm).

Las radiaciones UVC, aunque son muy peligrosas para el hombre, suelen quedar retenidas por la capa de ozono de la atmósfera, por lo que se considera que la radiación recibida en la superficie de la Tierra comprende las UVB y UVA. Las radiaciones UVB penetran en la epidermis y son la causa principal del eritema solar, mientras que las UVA presentan una capacidad eritematogénica menor, aunque tienen una capacidad de penetración mayor. Esto les permite alcanzar la dermis y, por tanto, son la causa de la mayoría de los efectos nocivos de la radiación solar a largo plazo.

Por tanto, la fotoprotección, que es la protección frente a la radiación lumínica, debe dirigirse a prevenir fundamentalmente los efectos de las radiaciones UVB y UVA. Su principal indicación es la prevención del fotoenvejecimiento y la carcinogénesis cutánea, producidas, a largo plazo, por el efecto acumulativo de la radiación ultravioleta.

Aunque la piel posee un sistema de defensa natural frente a las radiaciones solares que se manifiesta con la producción de melanina, pigmento fotoprotector que se encarga del bronceado de la piel, muchas veces no es suficiente, por lo que es necesaria una protección adicional. Esta es la función de los filtros solares, que previenen las quemaduras y los cambios degenerativos de la piel que causan las radiaciones ultravioleta, por lo que constituyen el componente fundamental de la fotoprotección.

Actualmente, la fitocosmética ofrece una gama amplia de cosméticos, tanto filtros solares como productos para después del sol, eficaz para la fotoprotección. Los productos para después del sol se pueden formular utilizando exclusivamente ingredientes vegetales; sin embargo, en el caso de los filtros solares, los extractos vegetales se deben combinar con otros filtros solares de síntesis para ofrecer un producto realmente eficaz en la protección solar.

Hay una amplia gama de productos para después de la exposición solar elaborados con extractos vegetales con propiedades hidratantes, emolientes, refrescantes, antiinflamatorias y epitelizantes

Productos para después de la exposición solar

El eritema causado por la excesiva exposición a la luz solar se manifiesta generalmente pasadas las 24 h de la insolación. Siempre que no se trate de una quemadura que precise tratamiento médico, se pueden utilizar productos cosméticos destinados a calmar el ardor de piel y combatir la posible inflamación. Con este fin, hay una amplia gama de productos para después de la exposición solar elaborados con extractos vegetales con propiedades hidratantes, emolientes, refrescantes, antiinflamatorias y epitelizantes.

Normalmente, en estos cosméticos se asocian diferentes plantas para aprovechar las diferentes propiedades de cada una. Así, para aliviar la inflamación de una zona cutánea que presenta un eritema, se puede recurrir a extractos vegetales con propiedades antiinflamatorias, generalmente por la presencia de flavonoides. Entre otros, destacan áloe vera, Calendula officinalis, Aesculus hippocastanum, Malva silvestris, Sacumbus nigra y Matricaria chamomilla.

La actividad epitelizante, muchas veces identificada con el nombre de cicatrizante, se puede conseguir con el uso de Centella asiatica, Calendula officinalis, Echinacea angustifolia, Hypericum perforatum, Persea gratissima, Prunus africanum, Tormentilla erecta y Glycyrrhiza glabra, entre otros.

Como refrescantes y, por tanto, calmantes del escozor se suelen utilizar plantas como Matricaria chamomilla, Althaea officinalis, Tilia cordata, etc.

En la formulación de estos preparados, también se utilizan frecuentemente los aceites de sésamo, aguacate, jojoba y almendras dulces. Estos aceites vegetales, además de ser emolientes y lubricantes, ejercen acción estimulante y regeneradora tisular.

Dentro del amplio abanico que ofrece la fitoterapia en este campo, por sus numerosos efectos beneficiosos sobre la piel, destaca el uso de dos plantas: el áloe y la caléndula.

Aloe barbadensis

El gel de áloe contiene mayoritariamente agua y abundantes polisacáridos. Además, contiene aminoácidos, glucoproteínas, enzimas, heterósidos hidroxiantracénicos, saponinas, esteroles, ácidos y sales orgánicas, sales inorgánicas y vitaminas.

Por vía externa, el áloe posee acción cicatrizante, antiinflamatoria, emoliente, hidratante y humectante, todas ellas muy útiles para el cuidado de la piel. Además, por vía interna, ejerce efecto inmunodulador, antiviral, antitumoral, antiulceroso, hipoglucemiante e hipolipemiante.

La actividad cicatrizante del áloe se debe a que éste estimula el crecimiento de los fibroblastos y, por tanto, reduce el tiempo de reepitelización, con repercusión inmediata en la menor frecuencia de contaminaciones bacterianas, formación de queloides y cambios pigmentarios. También reduce la fase inflamatoria. Sus propiedades hidratantes y emolientes se deben a su contenido en mucílagos.

Los efectos beneficiosos del áloe en la piel no sólo afectan a las heridas por incisión, sino que también se manifiestan en otras lesiones debidas a otras causas, como quemaduras por radiación o calor, úlceras crónicas, etc.

Asimismo, el gel de áloe también muestra un efecto fotoprotector, y previene la inmunodepresión inducida experimentalmente por radiaciones ultravioleta.

Las indicaciones que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el gel de áloe se centran en la aplicación tópica del gel. Así, según la OMS, la administración tópica de gel de áloe está indicada en el tratamiento de heridas menores, quemaduras de primer y segundo grado, quemaduras por radiación y calor, irritación de la piel y abrasiones.

Además, el gel de áloe es un ingrediente habitual de muchos productos cosméticos, como humectante para la preparación de protectores solares, cremas labiales, pomadas cicatrizantes, mascarillas faciales y otras cremas.

Casi no hay referencias sobre efectos adversos del gel de áloe. Ocasionalmente, se ha descrito algún caso de dermatitis de contacto, fotodermatitis y reacción alérgica.

Calendula officinalis

De la caléndula se utilizan las inflorescencias. Entre sus principios activos destacan saponinas triterpénicas, triterpenos, flavonoides, hidroxicumarinas, aceite esencial y mucílagos. Está clasificada como planta medicinal cicatrizante, debido a que por administración tópica, potencia la granulación y la epitelización de la piel dañada, y estimula la síntesis de glucoproteínas, nucleoproteínas y colágeno. Además, parece que estimula la angiogénesis en el tejido dañado. También en ensayos in vivo en ratones se ha comprobado un efecto antiinflamatorio, probablemente debido a los triterpenos de la caléndula. Asimismo, esta planta tiene efecto emoliente y antiséptico.

Su uso externo para tratar lesiones cutáneas, dermatitis y quemaduras está aprobado por la Comisión E del Ministerio de Sanidad alemán.

Por vía externa, la caléndula es una droga segura que carece de contraindicaciones.

La caléndula potencia la granulación y la epitelización de la piel dañada, por lo que sus componentes se utilizan en productos para después del sol.

Fotoprotección por vía oral

A partir del descubrimiento de los radicales libres como factor importante causante del envejecimiento celular, y de los rayos UV como agentes favorecedores de la producción de estos radicales libres, muchos cosméticos incorporan agentes antioxidantes para prevenir su efecto.

Pero, además, se ha demostrado que conjuntamente con las medidas de protección externa, y sin que las sustituyan, preparar la piel antes, durante y después de la exposición solar, mediante la administración por vía interna de plantas con propiedades antioxidantes y suplementos con betacarotenos y vitamina E, resulta muy eficaz para proteger la piel de los efectos perjudiciales del exceso de sol.

Para que estos complementos refuercen la fotoprotección de la piel y eviten las posibles consecuencias derivadas de la acción prooxidante de las radiaciones solares, tanto a corto plazo (eritemas y quemaduras) como a largo plazo (inmunodepresión, fotoenvejecimiento y cáncer), se han de empezar a tomar 15 días antes de la exposición solar.

El aceite de onagra, que se usa en fotoprotección por vía oral, se obtiene de las semillas de la planta.

Aceite de onagra (Oenothera biennis L.)

Se obtiene a partir de las semillas de onagra. El aceite está constituido mayoritariamente por ácidos grasos esenciales, especialmente linoleico y gammalinolénico.

Tiene un gran poder antioxidante e interviene en los procesos de regeneración de la piel, previene el envejecimiento prematuro y es eficaz en el tratamiento de ciertas alteraciones dérmicas. También es útil en el tratamiento del síndrome premenstrual y en mastalgias relacionadas con los valores de PGE1 y prolactina. Asimismo, ejerce un efecto beneficioso en endometriosis, neuropatías asociadas a la diabetes y alteraciones cardiovasculares.

El aceite de onagra también se utiliza en la formulación de productos cosméticos de aplicación en la prevención del envejecimiento cutáneo.

Por vía oral, como efectos adversos, aunque muy poco frecuentes, puede producir dolores de cabeza y náuseas. Su administración conjunta con fenotiazinas en pacientes esquizofrénicos está contraindicada.

El aceite de borraja se utiliza frecuentemente como sustituto del aceite de onagra, sobre todo en el mantenimiento del buen estado de la piel y en dermocosmética. Sin embargo, por la presencia de alcaloides pirrolizidínicos hepatotóxicos, aunque en muy baja concentración, no es recomendable su empleo en tratamientos largos por vía oral.

Filtros solares

Los filtros solares son preparaciones de uso tópico que contienen principios activos capaces de filtrar ciertas radiaciones. Normalmente, se preparan en forma de crema, emulsión, barra de labios, aerosol o gel.

Se distinguen en filtros físicos, cuando reflejan y dispersan la radiación, y en filtros químicos, cuando la absorben. Estos últimos pueden ser sintéticos o de origen vegetal.

Las plantas que se pueden utilizar como filtros solares tienen la capacidad de absorber diferentes radiaciones y, normalmente, se formulan asociadas a otros componentes de síntesis y/o de pigmentos minerales, para asegurar la eficacia filtrante del fotoprotector. Estos extractos vegetales deben cumplir las características del filtro solar, es decir, han de presentar una absorción de la radiación que oscile entre 290-320 nm, han de ser estables en las condiciones normales de uso y fabricación de cosméticos y deben ser compatibles con los excipientes y el material de acondicionamiento de los productos utilizados en las líneas solares. Además, deben ser atóxicos.

Entre los compuestos de origen vegetal que presentan estas características, destacan los flavonoides, derivados del ácido salicílico, derivados antracénicos, taninos y los derivados del PABA (ácido p-aminobenzoico). Como extractos vegetales, en la formulación de estos productos se pueden utilizar áloe, citrus, romero, ratania e hibiscus. Estos extractos además aportan la ventaja del efecto emoliente, calmante y suavizante que presentan.

Medidas para evitar los efectos nocivos del sol

• Iniciar las exposiciones progresivamente y tener en cuenta que la ausencia de quemadura solar y la presencia de bronceado no significan una protección suficiente y ausencia de efectos nocivos de la radiación.

• Evitar la exposición solar durante las horas centrales del día, es decir, entre las 10.00 y las 16.00 h solares.

• Aplicar un fotoprotector adecuado al tipo de piel por lo menos 30 min antes de la exposición, frecuentemente y en cantidad generosa, cubriendo de modo uniforme toda la superficie a proteger. La eficacia de los filtros solares no depende sólo de su composición, sino también de su aplicación correcta.

• Aplicar fotoprotectores incluso en los días nublados y no olvidar que los cristales de las ventanas no protegen frente a la radiación UVA.

• Usar gorras y gafas de sol.

• La fotoprotección es importante a lo largo de toda la vida por los efectos acumulativos de la radiación; sin embargo, se ha de extremar en embarazadas, niños y ancianos.

• Se ha de tener en cuenta que además de la exposición directa, también se da una exposición indirecta por la reflexión de superficies como el agua, la nieve, e incluso el asfalto. Por tanto, estar bajo sombrillas o toldos no implica una protección segura.

• No usar perfumes simultáneamente a la exposición solar y consultar al farmacéutico en el caso de tomar medicamentos, ya que algunos son fotosensibilizantes.

• Utilizar productos after sun de efectos hidratantes, calmantes y antiinflamatorios después de la exposición solar.


Bibliografía general

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