COLCHICINA:: HIPOURICEMIANTE CON MARGEN TERAPÉUTICO ESTRECHO
MARÍA GÁMEZ LECHUGA
Farmacéutica. Servicio de Farmacia. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona).
La colchicina es un antiinflamatorio hipouricemiante indicado para el tratamiento de la gota. Actúa disminuyendo el flujo leucocitario e inhibiendo la fagocitosis de los cristales de urato. Con ello, se evita la formación de ácido láctico, un pH ácido y la precipitación de nuevos cristales de urato.
La colchicina presenta un estrecho margen terapéutico. La posología máxima recomendada en ficha técnica en caso de ataque de gota agudo el primer día es de 4 mg, con intervalos de 15 min; el segundo día 3 mg; el tercer día 2 mg y el cuarto día 1 mg.
Recientemente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha recibido notificaciones de casos de intoxicación con colchicina. Por ello, ha emitido un comunicado para recordar a los profesionales sanitarios su indicación, posología y riesgo de toxicidad. Se trata de un fármaco muy tóxico. En caso de sobredosificación, la dosis letal puede oscilar entre 0,5-0,8 mg/kg de peso y puede tardar horas en manifestarse. Las recomendaciones de la AEMPS son las siguientes:
La dosis inicial de colchicina para el tratamiento del ataque agudo de gota es 1 mg. Si el dolor persiste al cabo de 1-2 h, puede administrarse otro 1 mg de colchicina. No se puede administrar más de 2 mg en 24 h. El tratamiento puede prolongarse hasta 4 días pero el total de las dosis administradas no puede superar los 6 mg.
El facultativo que prescribe colchicina debe tener en cuenta la función renal del paciente. Debe ajustarse la dosis si la función renal es moderada (30-50 mg/ml). Está contraindicada en insuficiencia renal (< 30 mg/ml).
La administración concomitante de fármacos inhibidores de la enzima CYP3A4 o de la glicoproteína-P (claritromicina, telitromicina, eritromicina, josamicina; ketoconazol, itraconazol, fluconazol; indinavir, atazanavir, nelfinavir, ritonavir, saquinavir, amprenavir, fosamprenavir; diltiazem, verapamilo; zumo de pomelo, cítricos amargos; ciclosporina) incrementa los niveles plásmáticos de colchicina y el riesgo toxicidad.
Los efectos adversos que aparecen en un primer momento son gastrointestinales (diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal), a posteriori aparece fallo multiórgánico (hipotensión, shock cardiogénico, distrés respiratorio, insuficiencia renal, hepática, hipocalcemia, afectación del sistema nervioso central,...) con elevada morbimortalidad. Los pacientes que se recuperan de estos últimos efectos adversos presentan leucocitosis, estomatitis y pérdida de cabello.
El facultativo debe explicar claramente al paciente la dosificación del fármaco para evitar errores en su administración y advertirle de los posibles efectos adversos gastrointestinales que pueden aparecer mientras está en tratamiento con colchicina. Debe utilizarse con una mayor precaución en pacientes ancianos o con insuficiencia renal y en pacientes en tratamiento farmacológico con estatinas, ya que en estos casos puede desencadenar rabdomiolisis.
Hay que tener en cuenta que existen otras alternativas para el tratamiento agudo de la gota: antiinflamatorios esteroideos y no esteroideos.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
CGCOF. Catálogo de Especialidades Farmacéuticas. Madrid: Publicaciones del Consejo General de COF; 2010.
www.gencat.cat/salut/depsalut/html/ca/dir2165/comrismed.htm
www.aemps.es/actividad/alertas/usoHumano/seguridad/home.htm
VIGABATRINA: ALTERACIONES NEUROLÓGICAS Y MOTORAS
La vigabatrina, antiepiléptico inhibidor selectivo e irreversible de la GABA-transaminasa, está indicada en el tratamiento de la epilepsia parcial resistente, con o sin generalización secundaria. Siempre se debe administrar concomitantemente con otros antiepilépticos. También está indicada para el tratamiento de espasmos infantiles o síndrome de West.
El mecanismo de acción que tiene vigabatrina es incrementar la concentración de GABA en las sinapsis GABAérgicas del cerebro, mediante la inhibición irreversible de la GABA-transaminasa. El efecto inhibitorio del GABA reduce la transmisión de la descarga epileptógena, previniendo con ello las convulsiones.
El síndrome de West es un tipo especial de ataque epiléptico que afecta fundamentalmente a niños menores de 1 año de edad. La incidencia es de 1 cada 4.000-6.000 nacidos vivos. La opción fármacoterapéutica de primera línea es la vigabatrina en monoterapia. La dosis recomendada inicialmente en lactantes es de 50 mg/kg/día, que puede ajustarse durante un período de una semana si se precisa. La dosis máxima utilizada con buena tolerancia ha sido de hasta 150 mg/kg/día.
Los profesiones sanitarios han notificado algunos casos en los que se han observado alteraciones del movimiento y alteraciones cerebrales al realizar una resonancia magnética nuclear (RMN).
En pacientes que presentan alteraciones del movimiento del tipo distonía, discinesia e hipertonía es necesario evaluar el balance riesgo/beneficio del uso de vigabatrina. El tipo de paciente que presenta estas alteraciones es el tratado por espasmos infantiles, asociados o no con alteraciones en la RMN. Se debe monitorizar al paciente para reducirle la dosis o disminuir paulatinamente la posología hasta suspender el tratamiento farmacológico. No se puede realizar una suspensión brusca del tratamiento por el efecto rebote.
La aparición de alteraciones cerebrales observadas en RMN se da especialmente en niños tratados con dosis altas de vigabatrina para los espasmos infantiles. Se desconoce el significado clínico de estas alteraciones cerebrales detectadas.
Algunas pueden resolverse aunque se continúe el tratamiento con vigabatrina.
Hasta la fecha no se ha establecido el mecanismo de estas alteraciones en la RMN. Es posible que la etiología sea multifactorial (tratamiento con vigabatrina, coadministración de otros anticovulsivantes, dieta cetogénica, enfermedad subyacente).
Estos trastornos han sido incluidos en la ficha técnica de vigabatrina gracias al trabajo de grupos de farmacovigilancia de la red de agencias europeas que han recibido estas notificaciones y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha promovido la revisión del tema con los datos disponibles y publicados en la literatura.
La prescricipción médica de vigabatrina la debe realizar un especialista en epilepsia, neurología o en neurología pediátrica, así como su seguimiento farmacoterapéutico. Se debe advertir a los padres y cuidadores de los niños en tratamiento que en caso de que observen en ellos movimientos anormales consulten con su médico especialista.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
CGCOF. Catálogo de Especialidades Farmacéuticas. Madrid: Publicaciones del Consejo General de COF; 2010.
Unidad de Farmacovigilancia de Sanofi-Aventis. Ficha técnica 15.09.10.
www.aemps.es/actividad/notaMensual/septiembre2009/nota_medicamentos.htm
www.sindromedewest.org