Intervención en presión arterial elevada
La elevación de la presión arterial por encima de los valores límite constituye un factor principal de riesgo cardiovascular, especialmente para la cardiopatía isquémica, la enfermedad vascular cerebral y la insuficiencia renal. Así, se hace imprescindible el manejo de tal situación con el objetivo final, no de reducir el valor del resultado subrogado de la presión arterial, sino de reducir la morbimortalidad cardiovascular asociada a este exceso de presión o hipertensión arterial (HTA).
Por este motivo, la Sociedad Española de HipertensiónLiga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) ha indicado recientemente que el beneficio potencial del tratamiento se centra en la capacidad de reducir la probabilidad de aparición de un episodio cerebrovascular, cardiovascular o renal, mediante el descenso de su presión arterial1 (tabla 1).
Tratamiento de la HTA
El objetivo expuesto de reducción del riesgo cardiovascular en pacientes hipertensos se obtiene mediante la implementación de uno o dos tipos simultáneos de tratamiento1,2 (tabla 2): no farmacológico3 y farmacológico6.
Tratamiento no farmacológico
Consiste fundamentalmente en el de los factores causales de riesgo:
* Pérdida de peso.
* Descenso de ingestión de sodio.
* Reducción de la actividad física.
* Inadecuada ingestión de fruta, verduras y potasio.
* Exceso de la ingestión de alcohol.
Diversos estudios han mostrado cómo la actuación de los factores mencionados repercute directamente en una disminución de la presión arterial4 (tabla 3).
Mención especial merece la adopción de un adecuado plan de alimentación, referido en la JNC 74 como DASH plan5, que coincide esencialmente con la dieta mediterránea.
Tratamiento farmacológico
Está centrado en la administración de determinados fármacos que cumplan con el objetivo mencionado, entre los que se hallan:
* Diuréticos (tiazídicos, del asa, ahorradores de potasio).
* Bloqueadores beta.
* IECA.
* ARA II
* Calcio antagonistas.
* Otros (de acción central, bloqueadores alfa, vasodilatadores arteriales).
Intervenciones en HTA
A pesar de las recomendaciones existentes para el manejo y control de la HTA, ésta permanece aún en unos muy bajos valores de control, lo que implica un grave incremento del riesgo cardiovascular. El estudio Controlpres 20017 muestra que sólo el 28,8% de los hipertensos presentaban cifras de PA <140/90 mmHg, y únicamente el 13,9% de los diabéticos hipertensos tenían una PA <130-85 mmHg. Además, existe una gran proporción de la población hipertensa que no es consciente de su condición, al no presentar diagnóstico alguno. De esta forma, la primera intervención en el tiempo consiste en la detección de individuos que poseen, y desconocen, unos valores elevados de presión arterial8 (fig. 1) para remitirles a su médico e iniciar entonces un tratamiento.
Fig. 1. Detección de individuos con presión arterial elevada. Algoritmo de Pickering8 (AMPA: automonitorización de la PA; MAPA: monitorización ambulatoria de la PA).
El siguiente tipo de intervención se basa en la puesta en tratamiento de todos los individuos diagnosticados de HTA con el objetivo de alcanzar su adecuado control. Como es preciso que la reducción del valor de la presión arterial sea indefinida, el cumplimiento terapéutico es un importante obstáculo a afrontar una vez que el tratamiento se ha instaurado. Los efectos secundarios y, especialmente, la creencia de que su enfermedad ha sido curada, una vez alcanzado un valor adecuado de la PA, son los factores etiológicos fundamentales del incumplimiento del tratamiento antihipertensivo9. Por ello, la educación sanitaria del farmacéutico al paciente hipertenso es una de las principales medidas para optimizar el control de su presión arterial (tabla 4).