EL VIRUS RESPIRATORIO SINCITIAL (VRS) es un patógeno que infecta el tracto respiratorio. En lactantes y niños afecta al tracto respiratorio inferior y es la causa más frecuente de bronquiolitis y neumonía en lactantes menores de 1 año1. El VRS también puede infectar el tracto respiratorio superior en adultos, y provocar un cuadro parecido a un resfriado común. Aunque el VRS es más habitual en lactantes y niños, está empezando a ser una causa importante de problemas respiratorios en ancianos1.
El VRS ha sido identificado como la causa de aproximadamente un 10% de los ingresos hospitalarios en la población anciana2. Se han notificado brotes de VRS en unidades médicas de paciente adulto, unidades de cuidados intensivos médico-quirúrgicas, unidades de oncología y trasplante de médula ósea y unidades sociosanitarias de larga estancia3. Los profesionales de la salud están implicados en la transmisión de este virus en los centros sanitarios4. El VRS es la segunda causa más frecuente de neumonía vírica en adultos5. Este virus es el responsable de más de 177.000 hospitalizaciones y 14.000 muertes en pacientes mayores de 65 años6.
Transmisión del virus respiratorio sincitialEl VRS se transmite principalmente a través de las gotas de Flügge que se diseminan en el contacto entre personas. Las gotas pueden inhalarse o penetrar en el organismo a través del contacto con los ojos, la nariz o la boca7. También se puede adquirir la infección tocando objetos contaminados del entorno. El VRS puede sobrevivir de 3 a 30 horas en superficies no porosas a temperatura ambiente8. Un programa efectivo de limpieza del entorno contribuirá a reducir el margen viral en el entorno.
Identificación de la infección por virus respiratorio sincitialLa infección tiene un período medio de incubación de 8 a 10 días. La enfermedad se manifiesta de los 4 a 6 días de la exposición, generalmente con rinorrea y anorexia. En los días posteriores (1 a 3) el individuo presentará fiebre, tos y estornudos, y los afectados, niños y adultos, pueden presentar sibilancias9. Las manifestaciones de la infección pueden oscilar de un leve resfriado a un distrés respiratorio grave. La presentación clínica puede asemejar otras enfermedades víricas, lo que reta la habilidad del clínico para diagnosticar una infección por VRS. En adultos, el VRS puede no considerarse como fuente de infección y seguir siendo un agente infeccioso infradetectado.
La mayoría de individuos han sido infectados por el VRS antes de los 3 años de edad y la infección previa no proporciona inmunidad completa contra la reinfección8. El VRS puede afectar a personas de cualquier edad, y son más leves en las infecciones posteriores10. Aunque generalmente la infección se autolimita, en ancianos, adultos con enfermedades crónicas cardíacas o respiratorias y en pacientes inmunodeprimidos puede producir insuficiencia respiratoria11,12.
Pueden realizarse pruebas diagnósticas para descartar infección por VRS con un análisis rápido que detecta antígenos VRS, pero esta prueba es menos útil en adultos que en niños debido a la disminución de la carga viral11,13. La prueba de reacción a las cadenas transcriptasa polimerasa inversa detecta el ARN viral y es más sensible para la confirmación diagnóstica. También se dispone de pruebas serológicas que pueden emplearse para estudios epidemiológicos, pero no son útiles en el momento del diagnóstico de VRS. La infección por el virus respiratorio sincitial tiene un período de incubación medio de 2 a 8 días; la enfermedad se manifiesta de 4 a 6 días después de la exposición, generalmente empezando con rinorrea y anorexia.
No existe un medicamento para tratar el VRS. Los cuidados de soporte pueden incluir un adecuado aporte de agua para prevenir la deshidratación y oxígeno adicional para evitar la hipoxia.
Se indica el uso de precauciones de contacto en pacientes inmunodeprimidos adultos, lactantes y niños con infección por VRS. Debe llevarse mascarilla según los protocolos de precauciones de transmisión14.
La prevención de la infección por VRS y de su transmisión depende de un adecuado lavado de manos, la adherencia a las precauciones de contacto y del cumplimiento del protocolo de higiene14. Para proteger a los pacientes más vulnerables, los profesionales no deberían ir a trabajar si están enfermos. ■
El autor declara no tener ningún conflicto de intereses económicos relacionados con este artículo.