covid
Buscar en
Farmacia Profesional
Toda la web
Inicio Farmacia Profesional Globalización y farmacia Una nueva vía
Información de la revista
Vol. 14. Núm. 11.
Páginas 8-15 (noviembre 2000)
Compartir
Compartir
Más opciones de artículo
Vol. 14. Núm. 11.
Páginas 8-15 (noviembre 2000)
Acceso a texto completo
Globalización y farmacia Una nueva vía
Visitas
385
ENRIQUE GRANDA VEGAa
a Doctor en Farmacia.
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Estadísticas
Texto completo

La oficina de farmacia no puede ir contra la corriente globalizadora que arrastra a todos los sectores de la economía mundial. Pero lo que aparentemente es una amenaza puede devenir también una fuente de oportunidades. El autor analiza aquí las luces y las sombras de este fenómeno.

Vivimos en un mundo en el que toda la información está a nuestro alcance. Conectados por el ordenador, podemos conocer al instante cómo evoluciona la economía; las noticias que se producen en ese momento; podemos ver, incluso, imágenes de los lugares más remotos, pero nadie o muy pocos nos explican el verdadero significado de lo que vemos, oímos o leemos. El análisis queda a nuestra entera libertad pero resulta difícil saber realmente hacia dónde vamos.

GLOBALIZACIÓN Y UNIFORMIDAD

El mundo se ha hecho muy uniforme, sobre todo el mundo civilizado; se aceptan los grandes principios, políticamente correctos, sin reflexión alguna. Es el fenómeno de la globalización de la economía, de la política, de la vida cotidiana, construido sobre estereotipos y dogmas que no excluyen la libertad, la democracia, los derechos humanos, los principios éticos, pero que presentan también una dimensión paralela, que obtiene beneficios de la falta de sentido crítico y de reflexión en que se encuentra la humanidad, adormecida por el exceso de información, las libertades más amplias y los más hermosos principios.

 

La profesión farmacéutica y la oficina de farmacia son todavía elementos que la sociedad acepta, pero comienzan a circular ideas disolventes sobre su futuro, por ello necesitamos a toda costa buscar nuevos y más poderosos sustentos ideológicos y estrategias para mantener nuestra actividad dentro de lo políticamente correcto y ello lleva inevitablemente a interpretar nuestro mundo, a profundizar en el significado de lo que está ocurriendo y a adelantarnos a los que inundan de informaciones los mercados, para aprovechar sus efectos y la falta de reflexión del gran público en beneficio propio.

¿CÓMO ES EL MUNDO EN QUE VIVIMOS ?

Los que mejor podrían responder a esta pregunta son los farmacéuticos que trabajan en las ONG y que se relacionan con las economías de supervivencia, con la mayor parte de la humanidad que subsiste con unos pocos dólares per capita. Ese mundo, sin embargo, no cuenta, genera poca información, no consume medicamentos, no produce noticias salvo en el caso de grandes catástrofes, a pesar de contar con el 70% de la población del planeta. Son víctimas de la globalización pero ni siquiera saben de qué se trata.

Nuestra farmacia, por el contrario, se encuentra instalada en el primer mundo. En uno de los diez países más industrializados, perteneciente al segundo grupo económico (Europa) y al selecto club de países del euro. Somos el séptimo consumidor de medicamentos a nivel global y el quinto dentro de la Unión Europea y estas aparentes ventajas convierten a la farmacia española en una víctima de las corrientes globalizadoras de la política, de la economía y de los estereotipos del mundo desarrollado.

Equidistancia

En política lo correcto ahora es la equidistancia de las ideas decimonónicas de izquierda y derecha. Tras la derrota de fascismos y comunismos todos los partidos se disputan la misma parcela con sutiles matices, pero sin alterar ninguno de los postulados de la globalización. Lo estamos viendo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde uno de los candidatos --Bush-- practica el «conservadurismo compasivo», que incluye proporcionar medicamentos a las clases más desfavorecidas mientras el otro --Gore-- se instala en la corriente del «capitalismo responsable», que pretende llevar a cabo programas sanitarios y suministro de medicamentos a quienes no pueden adquirirlos, es decir, lo mismo y probablemente con el mismo presupuesto, pero con dos posturas ideológicas diferentes. En España lo vemos palpablemente entre socialistas y populares, capaces de adoptar las mismas políticas de contención del gasto, llevar a cabo medicamentazos y leyes de ordenación imposibles de clasificar por su color político, o aceptar sin ambages que los impuestos sobre los carburantes no pueden modificarse, para no dar a la OPEP la sensación de que hay elasticidad para sus subidas de precios.

Obediencia ciega

En Europa se produce una amplísima reglamentación de la actividad de los mercados, dentro del liberalismo más ortodoxo, con objetivos tendentes al crecimiento y al bienestar de sus ciudadanos, pero aceptando ciegamente las normas de la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y la OCDE. A los países integrados en el euro les quedan algunos mecanismos de política fiscal, tradiciones en la forma de proporcionar la protección social y formas de desarrollar políticas más o menos redistributivas de la riqueza, pero los grandes objetivos son los mismos para todos: acabar con el desempleo, crecer económicamente, mantener la inflación lo más baja posible y evitar el déficit en las cuentas públicas (figs. 1 y 2).

 


Las barreras de entrada a los grandes negocios son formidables y la competencia, si es que existe, se sustancia entre oligopolios de poder


Fig. 1. Tasa de desempleo en España (previsiones) con referencia a la población activa

Fig. 2. Indicadores de confianza en España

En política más menuda, la de las regiones autónomas y los ayuntamientos, todo es posible siempre que se acepten como dogmas los grandes principios. La descentralización del poder no tiene efectos negativos para la economía global y resulta muy conveniente para que muchos puedan ocupar cuotas de poder, detentar cargos y sentirse corresponsables del progreso. La oficina de farmacia se encuentra situada en este último eslabón y da la sensación de que puede ser víctima de los caprichos de los poderes más inmediatos. Pero es una imagen ilusoria: los grandes principios de la economía global son los que pueden salvarnos o hundirnos definitivamente.

 

LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA ECONOMÍA GLOBAL

La economía global se apoya en unos cuantos principios que ahora resultan inconmovibles, como son la libertad de comercio, la protección de la propiedad intelectual y la propiedad industrial. La libertad de comercio implica que nadie, por poderoso que sea, puede interferir en el juego de los mercados mediante restricciones a la venta de los productos. La protección de la propiedad intelectual se concreta en que cualquier atentado contra las patentes se castigue como crimen de lesa humanidad y la propiedad industrial ha convertido a las marcas en entes inmortales, que defenderán en el mercado a un producto mientras exista. A los medicamentos, estos principios se les aplican en toda su pureza. Los medicamentos son aprobados independientemente de su precio o de su financiación en el momento en que los apruebe la Agencia Europea del Medicamento y la Agencia los aprueba si han recibido los parabienes de la FDA y viceversa. No hay más medicamentos que los europeos y americanos, con alguna concesión a Japón, pero se actúa sin contemplaciones contra cualquier originalidad fuera de estos territorios, esgrimiendo un conjunto de reglas sobre calidad, seguridad y eficacia que sólo están al alcance de quienes estén en condiciones de gastar los famosos 30.000 millones que dicen que cuesta un nuevo producto.

 


La oficina de farmacia está pagando constantemente con su propio margen cualquier desviación de los presupuestos de gasto público


 

Respetando los grandes principios, las cosas pueden discurrir de cualquier forma y la globalización no entra en cuestiones como la propiedad de la farmacia, si se venden algunos medicamentos fuera de ella o si el establecimiento debe ser libre o planificado, por más que algunos quieran hacernos creer lo contrario. Medianos actores, como las grandes superficies o algunos otros distribuidores quieren hacernos creer que la globalización exige que haya nuevos canales de comercialización para los medicamentos o que las farmacias se integren en cadenas pasando los farmacéuticos a ser empleados distinguidos de las mismas, esgrimiendo algunos ahorros para los consumidores. Pero en la mayor parte de los casos las contrapartidas que ofrecen son de mucha peor calidad de vida para los consumidores, con largas distancias, autoservicio, despersonalización y control del mercado, que en algunos casos está fuera de los grandes postulados de la economía global.

EL CASO DE ESPAÑA

Desde el año 1978 en que se aprueba la Constitución hemos vivido un período acelerado de cambios que han ido transfiriendo cuotas importantes de poder a las comunidades autónomas, en un fenómeno que muchos piensan que es único y altamente original. En realidad no es así, pues en Europa hay fenómenos parecidos --federalismos y gobiernos autónomos--, pero sobre todo uno en el que llevamos retraso: la concesión de mucho más poder de decisión y mayores presupuestos a los ayuntamientos. En aplicación de una directiva comunitaria que busca mayores cuotas de poder para las corporaciones locales --ayuntamientos y diputaciones-- se han hecho desarrollos legales que han quedado en letra muerta porque son las comunidades autónomas quienes tienen que implantarlos y ceder algo de su poder a los ayuntamientos, pero, con el tiempo, todas las cuestiones más cercanas al individuo se sustanciarán a este nivel.

Hemos visto también cómo la entrada en el euro ha limitado la política económica de los estados reduciéndola, por ahora, a establecer la política fiscal, a mantener el sistema de Seguridad Social, la Defensa, el ordenamiento jurídico más general y el registro de los medicamentos. Todo lo demás acabará siendo objeto de regulación a otros niveles inferiores.

En el panorama de esta distribución del poder está apareciendo un nuevo elemento que es la corresponsabilidad, no sólo en los gastos y en la gestión, sino también en la recaudación, con consecuencias inmediatas para que los ciudadanos valoren a los distintos gobiernos a la hora de las elecciones y con unos márgenes de maniobra muy escasos para todos.

Proteccionismo disfrazado

La globalización está imponiendo a todos los niveles la eliminación de cualquier tipo de proteccionismos, pero los Estados son los primeros en dar malos ejemplos adjudicando por concurso o por subasta los negocios más brillantes de los próximos años, como en el caso de la telefonía móvil, cuyo coste inevitablemente se trasladará a los ciudadanos. Las barreras de entrada a los grandes negocios son formidables y la competencia, si es que existe, se sustancia entre oligopolios de poder.

El paquete de medidas liberalizadoras del pasado mes de julio que afecta a las oficinas de farmacia, a los libreros, a los notarios, a los agentes de la propiedad inmobiliaria y a los colegios profesionales no aborda con decisión ninguna de las liberalizaciones que más pueden influir en la economía, como es una auténtica liberalización del suelo, de la energía, de las comunicaciones o del mercado laboral, que son precisamente las facturas más abultadas que pagamos todos los meses.

 


El ciclo expansivo de la economía está dando claros signos de desaliento


 

PREVISIONES MÁS PRÓXIMAS

El ciclo expansivo de la economía está dando claros signos de desaliento. La inflación ha subido en la zona euro al 2,5 por ciento (fig. 3); el Banco Central Europeo se ha visto precisado a subir los tipos de interés cinco veces para sostener el valor de la moneda común, que no mejora ni siquiera por medio de intervenciones directas. El crecimiento económico retrocede ligeramente y los indicadores económicos esperados para el próximo año son inferiores al actual (fig. 4). El petróleo sigue a 34 dólares el barril por más que se haya aumentado la producción y la OPEP está decidida a que no baje nunca de los 28 dólares. Además los gobiernos se han embarcado en una política de superávit presupuestarios, adelantándolos incluso al próximo año, lo que se va a traducir en grandes restricciones del gasto público (en España se prepara una ley de equilibrio presupuestario).

 

Fig. 3. Tasas de variación del PIB y de la inflación en España

Fig. 4. Consumo privado y público en España

 

La influencia de todos estos factores en la factura de medicamentos es evidente y las recetas de la globalización están ya preparadas para ponerse en práctica en cualquier momento. La primera y más importante de ellas es hacer participar más a todos en el gasto de los medicamentos para no sobrecargar el gasto del Estado. La aportación de los beneficiarios tiene que aumentar, aunque sea la medida más impopular, porque la situación actual de gratuidad absoluta para los pensionistas es insoportable desde el punto de vista presupuestario y es además muy perjudicial para la oficina de farmacia, que está pagando constantemente con su propio margen cualquier desviación del presupuesto, pero es posible que tengamos que pagar nuevos tributos cuando eso ocurra, para hacer ver que no nos beneficiamos, o mejor, que también nos perjudicamos como todo el mundo.

GLOBALIZACIÓN Y FARMACIA

La globalización implica para el sector farmacéutico la obligación de ofrecer medicamentos que sean los mejores, los más modernos y al precio que quieran imponer sus descubridores, sin oponer ninguna resistencia o retraso. No implica, sin embargo, que el Estado tenga que financiarlos totalmente; que la distribución de los mismos se lleve a cabo fuera de las oficinas de farmacia; que la propiedad de las farmacias deje de ser de los farmacéuticos; que se imponga el libre establecimiento; o algunas de las cuestiones que ofrecen mas incertidumbres a nuestro futuro, como la salida de algunas especialidades publicitarias a las grandes superficies. Esas son cuestiones menores para la economía global y que debemos defender, por tanto, con uñas y dientes.

El panorama en España está a nuestro favor por la red capilar que presentan las casi 20.000 farmacias, con una distribución uniforme en el territorio y una amplitud horaria y de servicios de urgencia que asegura que el producto de los «amos del mundo» se encuentra en las mejores condiciones, preparado y dispuesto para ser consumido. Las farmacias en España y la distribución dependiente de ellas han constituido hasta ahora una estructura muy dócil a los intereses supremos de las grandes empresas farmacéuticas transnacionales y cualquier otra situación basada en interlocutores más poderosos o un excesivo liberalismo podría traducirse en dificultades o problemas nuevos en un sector que funciona como una balsa de aceite.

CONTRAATAQUE

Sin embargo, es indudable que vamos a sufrir contratiempos que se derivan de la compartimentación del poder en las comunidades autónomas, de la cerrazón y falta de visión de algunos gobernantes y de la distorsión de la realidad que llevan a cabo sectores y empresas que tratan de desvirtuar nuestra actividad equiparándola a cualquier otra en el sentido económico para arrebatarnos nuestro medio de vida.

Ante estos ataques, debemos recurrir a dos fuerzas muy alejadas pero quizá las dos más importantes: las de la economía global y las de las personas con las que tratamos todos los días. Como hemos visto, nuestra actividad --y nuestra dispersión-- facilita la economía global. En las farmacias se dispensa lo que prescriben los médicos sin la menor oposición, a cualquier hora y en cualquier lugar del territorio, por pequeño y alejado que se encuentre de las zonas mas concurridas. Nuestros adversarios tienen peores soluciones y pueden representar algún peligro para la economía global, al ser mucho mas poderosos. Por otra parte, cientos de miles de personas con capacidad de opinión y de voto nos visitan diariamente, son bien atendidas y en muchos casos resolvemos sus problemas de incomunicación y sus dudas sobre cuestiones sanitarias. Estas personas deben ir sabiendo de primera mano cuál sería su destino con otro modelo de farmacia. *

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Servicio de estudios del Banco Santander Central Hispano. www. bsch.es/.

Servicio de estudios del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria. www.bbv.es.

Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos