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Recientemente hemos sabido que un informe de Price Waterhouse Coopers titulado «Diez temas candentes de la sanidad española para el 2013» ofrece recomendaciones para el sector sanitario en general y describe un futuro de medicina personalizada para los usuarios del Sistema Nacional de Salud.
La medicina personalizada está basada en una prescripción «individualizada» para grupos de personas con un perfil genético y bioquímico similar. La idea es que todas las personas de ese grupo probablemente respondan de forma parecida a un mismo tratamiento.
Esto puede suponer un enorme ahorro en los costes de diagnóstico. Ahorro que será mayor si le sumamos las visitas médicas evitadas y la disminución de los efectos adversos ya que, una vez se detecten en uno de los pacientes, se podrá evitar en el resto de integrantes del grupo. Todo ello contribuirá a mejorar la calidad de la asistencia sanitaria.
Paralelamente en el tiempo, aunque independientemente de la publicación de este informe, la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria ha presentado una propuesta para la elaboración de un catálogo que recoja los servicios profesionales que pueden ofrecer los farmacéuticos comunitarios desde la oficina de farmacia. Esta medida también puede suponer un gran ahorro para la Administración, aunque ésta debiera asumir el coste de la retribución para el farmacéutico.
El catálogo incluye todos aquellos servicios que están relacionados con el medicamento y los productos sanitarios: indicación terapéutica o farmacéutica en determinadas enfermedades, ayuda en la deshabituación al tabaco o a las benzodiacepinas, manejo de medicamentos complejos, revisión de farmacoterapia, sistema personalizado de dosificación, seguimiento farmacoterapéutico en pacientes crónicos o polimedicados, etc.
Asimismo, el catálogo incluye todos aquellos servicios que pueden ofrecerse desde la farmacia y que contribuyen a la prevención, promoción y protección de la salud y a la educación sanitaria: el cribado para determinadas enfermedades ocultas (diabetes, hipertensión,...), recomendaciones dietéticas y nutricionales, medición de parámetros antropométricos, etc.
Sería de agradecer que las autoridades sanitarias se dieran cuenta de una vez por todas de las ventajas que ofrece este catálogo de servicios en el ahorro de costes derivados de la mala utilización de los medicamentos (duplicidades, ingresos hospitalarios, etc.) y que, además, este catálogo fuese consensuado entre los diferentes estamentos farmacéuticos de las Comunidades Autónomas para que se unificase en todo el territorio nacional la calidad de la asistencia farmacéutica.
