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Vol. 25. Núm. 1.
Páginas 53-56 (Enero 2011)
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Curso básico. Recursos tecnológicos y procedimientos en formulación magistral dermatológica
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Enrique Alía Fernández-Montesa
a Doctor en Farmacia. Especialista en Formulación Magistral. Farmacéutico comunitario.
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Tablas (4)
Tabla. I. Aumento de la consistencia: ejemplo
Tabla. II. Disminución de la consistencia: ejemplo
Tabla. III. Disminución de la consistencia: ejemplo
Tabla. IV. Aumento de la oclusividad: ejemplo
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Objetivo general

El curso está orientado a proporcionar al farmacéutico formulador una base actualizada de conocimientos prácticos para que pueda hacer frente a incidencias y requerimientos de fórmulas magistrales dermatológicas comúnmente prescritas.

Objetivos específicos

Al término del curso el participante deberá ser capaz de:

• Prevenir o dar solución a incidencias comunes que pueden surgir en el desarrollo de una fórmula magistral dermatológica.

• Adaptar una fórmula magistral dermatológica a los requerimientos del prescriptor, las características y otras circunstancias concurrentes, independientemente de la forma farmacéutica de que se trate: emulsión, pomada, gel, suspensión, pasta acuosa, champú, polvos o soluciones.

• Conocer las incompatibilidades entre principios activos y excipientes.

Metodología

El curso se articula en 9 temas, que se publican en FARMACIA PROFESIONAL y también en su versión electrónica en www.dfarmacia.com. La inscripción es gratuita para suscriptores.

Evaluación

El período de evaluación se inicia a partir del 1 de marzo de 2011. Para realizar los test de autoevaluación de cada tema (6 preguntas con respuesta múltiple y una sola correcta para cada uno de los 9 temas) es necesario registrarse y acceder a www.dfarmacia.com. Para superar el curso es preciso responder correctamente al 80% del total de preguntas. El alumno recibirá la calificación de apto o no apto de forma automática, tras la realización del test correspondiente a cada tema. Al final del curso se dará acceso a las respuestas correctas y el alumno podrá descargarse el diploma.

Sumario

Módulo 1. Emulsiones

Módulo 2. Pomadas

Módulo 3. Geles

Módulo 4. Suspensiones y pastas acuosas

Módulo 5. Champús y polvos

Módulo 6. Soluciones

Módulo 7. Incompatibilidades entre excipientes y principios activos (1)

Módulo 8. Incompatibilidades entre excipientes y principios activos (2)

Módulo 9. Incompatibilidades entre excipientes y principios activos (y 3)

Más información: www.dfarmacia.com


Tema 1

Emulsiones

Consistencia, oclusividad, extensibilidad, evanescencia, humectabilidad, estabilidad... La modificación o corrección de estos parámetros en una fórmula magistral requiere tener en cuenta las premisas que se revisan en este primer tema del curso, en relación con las emulsiones.

Aumento de la consistencia

Para aumentar la consistencia de las emulsiones se emplean generalmente ceras y alcoholes grasos como, por ejemplo, cera blanca de abejas, cera de carnauba, alcohol cetílico y alcohol cetoestearílico en concentraciones del 0,5-5%. Si se emplean bases autoemulsionantes para elaborar la emulsión, basta con aumentar su concentración para aumentar la consistencia (ejemplo en tabla I).

Disminución de la consistencia

La consistencia se puede reducir de las siguientes formas:

• Disminuyendo la concentración de los cuerpos grasos que contenga la fase oleosa de la emulsión siempre que su estabilidad lo permita, ya que en ciertos casos pueden ser determinantes para lograr emulsiones estables.

• Aumentando la concentración de aceites.

• Disminuyendo la concentración de base autoemulsionable si se emplea ésta para elaborar la emulsión.

• Disminuyendo sensiblemente la concentración de los emulgentes si la estabilidad lo permite.

La tabla II presenta un ejemplo de disminución de la consistencia.

Una base autoemulsionable muy empleada en oficina de farmacia es la Neopcl o/w. En concentraciones del 25% (la más usual), forma emulsiones con alta consistencia. Si se le añade un aceite como vaselina líquida al 10%, se obtiene una emulsión de menor consistencia sin llegar a ser fluida. Si se emplea sólo el Neopcl o/w al 10% se obtienen emulsiones fluidas.

Aumento de la extensibilidad

La extensibilidad de las emulsiones puede aumentarse empleando polioles (propilenglicol, glicerina, polietilenglicoles o sorbitol) o aceites en concentraciones del 5-15%. Un ejemplo es la crema base de Beeler (tabla III). Esta crema base tiene una baja extensibilidad. Si se aumenta la concentración de propilenglicol hasta el 15% se obtienen emulsiones con mayor extensibilidad.

Aumento de la evanescencia

Una emulsión se considera evanescente cuando una vez aplicada sobre la piel y extendida adecuadamente mediante masaje, apenas deja residuo graso. El uso de aceites fácilmente absorbibles (los vegetales, generalmente), siliconas volátiles y cuerpos grasos como la lanolina y las mantecas aumenta la evanescencia de las emulsiones, más en las de fase externa acuosa (o/w) que en las de fase externa oleosa (w/o).

Aumento de la oclusividad

Es el caso contrario que el comentado anteriormente. Una emulsión es oclusiva cuando una vez aplicada sobre la piel y extendida adecuadamente mediante masaje, deja alto residuo graso. Este efecto se logra empleando aceites no absorbibles (generalmente, aceites de vaselina y de silicona no volátil) y cuerpos grasos como la vaselina filante, el escualeno o el Plastibase. La tabla IV presenta un ejemplo.

Aumento de la humectabilidad

Aumentar la humectabilidad es fundamental en aquellas emulsiones que van a ser envasadas en tarros. El tarro deja una gran superficie de exposición de la emulsión al medio externo cada vez que es destapado para proceder a la aplicación, además del inconveniente añadido de su cierre no hermético. Estos dos aspectos hacen que poco a poco se vaya evaporando el agua de la emulsión. Las sustancias que pueden retardar esa evaporación por su alto efecto higroscópico son los polioles: la glicerina y el propilenglicol son los más empleados en concentraciones del 3-10%.

Incorporación de principios activos y excipientes

En función de la naturaleza fisicoquímica de los principios activos y excipientes:

• Las sustancias hidrosolubles y no termolábiles se disuelven en la fase acuosa de la emulsión antes de proceder con la emulsificación. Ejemplos: urea, alantoína, cafeína, sulfato de cobre, bórax, ácido bórico, etc.

• Las sustancias liposolubles no termolábiles se disuelven en la fase oleosa de la emulsión antes de proceder con la emulsificación. Ejemplos: miristato de isopropilo, vaselina líquida y filante, ceras, alcoholes grasos, mantecas, etc.

• Las sustancias termolábiles líquidas se incorporan de forma directa sobre la emulsión una vez elaborada y a temperatura ambiente. Ejemplos: colágeno, elastina, vitamina E oleosa, vitamina F, retinol, aceites y extractos vegetales, etc.

• Las sustancias termolábiles sólidas se disuelven en el solubilizante adecuado en función de su solubilidad y la solución resultante se añade sobre la emulsión una vez elaborada y a temperatura ambiente. Ejemplos: mentol, alcanfor y timol se disuelven en unas gotas de alcohol (96º); vitaminas hidrosolubles, clindamicina y ácido kójico en una pequeña cantidad de agua, etc.

• La sustancias bituminosas (ictiol y breas) se incorporan formando una pasta previa con 0,5-1% de Tween 80.

• Las sustancias pulverulentas insolubles se incorporan según se describe en el punto siguiente. Ejemplos: corticoides, ácido salicílico, hidroquinona, etc.

Los grumos pueden aparecer tras una inadecuada incorporación de principios activos en forma pulverulenta

Formación de grumos

Los grumos pueden aparecer tras una inadecuada incorporación de principios activos en forma pulverulenta. Para evitar este fenómeno que conduce a una inadecuada dosificación de los principios activos prescritos se recurre a dos factores: un adecuado orden de mezclado (como se verá a continuación) y al uso de sustancias incorporadoras -también denominadas «empastadoras», al formar una pasta previa con los principios activos pulverulentos-. Si la emulsión es de fase externa acuosa se emplean sustancias incorporadoras hidrófilas, siendo el propilenglicol el más empleado. En emulsiones de fase externa oleosa se emplea generalmente la vaselina líquida. Suelen utilizarse en la misma proporción que el material pulverulento a incorporar.

El procedimiento de incorporación sería el siguiente: en un mortero se reducen a polvo muy fino los principios activos y se añade el incorporador batiendo hasta formar una pasta homogénea. Se añade la emulsión previamente elaborada y a temperatura ambiente, en pequeñas porciones de unos 5-10 g si la fórmula final es, por ejemplo, para 100 g, batiendo hasta homogeneidad tras cada adición.

Agregación y coalescencia: factores de estabilidad

Antes de revisar los factores que pueden disminuir la estabilidad de las emulsiones, cabe analizar dos fenómenos fundamentales: la agregación y la coalescencia.

Agregación

La agregación se produce cuando los glóbulos de la fase interna de la emulsión van formando pequeños grupos sin todavía fundirse en varios de mayor tamaño. Dicho estado se puede definir como de preinestabilidad, evidente por una moderada bajada de la viscosidad y un aumento de la extensibilidad.

Coalescencia

La coalescencia se produce cuando los distintos grupos de glóbulos formados se funden en uno solo originándose glóbulos un tanto amorfos. En este punto se llega a una total inestabilidad y se produce la ruptura de la emulsión.

La agregación se puede prevenir aumentando la viscosidad de la fase externa mediante algún emulgente secundario o añadiendo electrolitos que aumentan la repulsión entre los glóbulos de la fase interna.

La coalescencia generalmente se puede prevenir protegiendo la película emulgente que rodea a los glóbulos de la fase interna con coloides protectores (formadores de hidrogel) o partículas sólidas adsorbidas en la interfase (bentonitas). Ante todo, es fundamental una correcta elección de los emulgentes tanto cualitativa como cuantitativamente.

Factores de estabilidad

Existen diversos factores que pueden disminuir la estabilidad de las emulsiones aunque estén formuladas adecuadamente. La consecuencia, ya sea a corto o largo plazo, es la ruptura de la emulsión. Se destacan los siguientes:

• Temperatura de emulsificación. Generalmente esa temperatura suele encontrarse entre 70 y 75 ºC para ambas fases. Valores superiores a 85-90 ºC o la unión de las fases a distinta temperatura pueden hacer que no se logre una adecuada emulsificación y se produzca la ruptura de la emulsión.

• Agitación. Una agitación irregular o inconstante puede provocar la ruptura de la emulsión. Si se emplean medios mecánicos se debe evitar la alta incorporación de burbujas de aire durante la emulsificación, ya que se pueden producir fenómenos de inestabilidad.

• Temperatura de enfriamiento. No debe forzarse el enfriamiento brusco de la emulsión para acortar su proceso de elaboración, ya que este hecho podría producir inestabilidad y cristalización de la fase oleosa.

• Unión de las fases. Se tiene que realizar en pequeñas porciones y de forma continua. Si se realiza de golpe puede producirse la ruptura de la emulsión.

• Incompatibilidad entre bases emulsionantes y principios activos. Este factor se revisará en el módulo sobre incompatibilidades.

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