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Vol. 25. Núm. 5.
Páginas 45-50 (Septiembre 2011)
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Curso básico. Cuidado dermofarmacéutico del cabello. Consejo profesional en farmacia comunitaria
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M. Teresa Alcalde Péreza
a Licenciada en Farmacia. Especialista en Farmacia Industrial y Galénica. Profesora del Máster de Cosmetología y Dermofarmacia de la Universitat de Barcelona.
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Tabla. I. Sustancias acondicionadoras
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Objetivos generales

• Capacitar al farmacéutico comunitario para ofrecer un asesoramiento profesional adecuado en salud y cuidado capilar.

• Ofrecer al farmacéutico herramientas para potenciar un área de actividad en la que la competencia del canal extrafarmacéutico es muy fuerte y sólo puede afrontarse con formación continuada de calidad.

Objetivos específicos

Al término del curso el participante deberá ser capaz de:

• Describir la estructura, composición química y ciclo de vida del cabello.

• Describir las alteraciones más comunes del cabello y el cuero cabelludo y ofrecer un consejo adecuado para su tratamiento.

• Ofrecer un consejo farmacéutico adecuado en fotoprotección capilar.

• Ofrecer un consejo farmacéutico personalizado en higiene y cuidado capilar.

Metodología

El curso se articula en 6 temas, que se publican en los 6 números de FARMACIA PROFESIONAL que aparecerán en 2011, también en su versión electrónica en www.dfarmacia.com. La inscripción es gratuita para suscriptores.

Evaluación

Para realizar los test de autoevaluación de cada tema (diez preguntas con respuesta múltiple y una sola correcta en los temas 1-5) es necesario registrarse y acceder a www.dfarmacia.com. Para superar el curso y obtener la acreditación es preciso responder correctamente al 80% del total de preguntas. El alumno recibirá la calificación de apto o no apto de forma automática, tras la realización del test correspondiente a cada tema. Al final del curso se dará acceso a las respuestas correctas y el alumno podrá descargarse el diploma.

El proceso de autoevaluación se iniciará el 1 de marzo de 2011, con la publicación del cuestionario correspondiente al tema número 1 en www.dfarmacia.com. El resto de cuestionarios irán apareciendo a medida que se vayan publicando los temas en farmacia profesional.

Sumario

Tema 1. El cabello y el cuero cabelludo: estructura, composición química, ciclo del cabello; el cuero cabelludo.

Tema 2. Alteraciones del cuero cabelludo (I): descamaciones y seborrea. Descripción y consejo farmacéutico.

Tema 3. Alteraciones del cuero cabelludo (y II): principales tipos de alopecias. Activos de tratamiento y consejo farmacéutico.

Tema 4. Fotoprotección capilar: efectos de la radiación UV sobre el cabello y el cuero cabelludo; filtros solares y productos de tratamiento; consejo farmacéutico.

Tema 5. Higiene y cuidados del cabello: champús, acondicionadores, tintes.

Tema 6. Casos prácticos: alteración capilar, fotoprotección, higiene o cuidado cosmético.

Más información: www.dfarmacia.com


Tema 5

Higiene y cuidado del cabello

El empleo de un champú y un acondicionador formulados de acuerdo a las necesidades de cada usuario es importante para garantizar la higiene y el cuidado tanto del cabello como del cuero cabelludo sin dañarlos. En este quinto tema del curso se abordan estos dos productos.

El cabello y el cuero cabelludo se hallan en contacto continuado con sustancias procedentes de:

• El medio externo: partículas de polvo, humos, restos de cosméticos, etc

• La actividad de la propia piel: células descamadas, sudor, sebo y sus productos de descomposición, etc.

Cuando esta suciedad se elimina con los productos de higiene adecuados (champús), en general los cabellos quedan ásperos y electrizados, difíciles de peinar. Por eso se requiere el uso de acondicionadores que devuelvan la suavidad, el brillo y la peinabilidad a los cabellos.

Champús

Los champús son los cosméticos destinados a la higiene del cabello y del cuero cabelludo.

Requisitos de un champú

Los champús deben cumplir una serie de cualidades:

• Efecto limpiador suficiente aunque sin llegar a producir excesiva deslipidización de la piel o el cabello.

• Bajo nivel de irritación cutánea y ocular.

• Deben dejar el cabello suave, brillante y sin electricidad estática.

• Deben ser fáciles de aplicar, es decir, con la suficiente viscosidad para que no resbalen de la mano y rápida dispersión sobre la piel y el cabello.

• Deben formar suficiente espuma, cremosa y duradera durante el tiempo del lavado.

• Han de ser fáciles de aclarar.

• Deben tener un perfume agradable (muy importante en la aceptación final del producto).

Componentes de un champú

La formulación básica de un champú incluye los siguientes grupos de sustancias:

• Tensioactivo limpiador primario. Generalmente, es un tensioactivo aniónico de la familia de los alquil éter sulfatos (sodium laureth sulfate es el más habitual).

• Cotensioactivo(s). Se utilizan conjuntamente con el tensioactivo principal para mejorar las características generales del producto (menor irritación, estabilidad de la espuma, etc.) Los más habituales son los tensioactivos aniónicos más suaves (por ej. disodium laureth sulfosuccinate), los anfóteros como cocamicopropyl betaine y los no iónicos como coco glucoside.

• Espesantes. Aumentan la viscosidad del champú y dan la (errónea) sensación al consumidor de que el producto es «más concentrado». Los viscosizantes más utilizados son sodium chloride y los polímeros celulósicos y acrílicos.

• Acondicionadores. Suavizan, dan brillo y disminuyen la electricidad estática del cabello. Presentan sustantividad sobre la fibra capilar gracias a la presencia de cargas positivas en su molécula. Las más empleadas son los polímeros catiónicos (por ej. polyquaternium-7) y las siliconas.

• Nacarantes. Confieren un aspecto atractivo al champú. Por ejemplo: styrene / acrylates copolymer y glycol (di)stearate.

• Solubilizantes. Permiten incorporar el perfume y otros ingredientes liposolubles al champú. Por ejemplo: PEG-40 hydrogenated castor oil.

• Conservantes y secuestrantes de iones (disodium EDTA es el más habitual) debido a la elevada proporción de agua del preparado.

• Reguladores del pH. Se emplean ácidos débiles como por ejemplo citric acid.

• Perfumes y colorantes. Son determinantes en la aceptación final del producto.

• Principio(s) activo(s) en el caso de los champús tratantes.

Curiosidades

• Los tensioactivos aniónicos son excelentes limpiadores y espumantes pero son demasiado deslipidizantes y ligeramente irritantes para el cuero cabelludo.• Los tensioactivos anfóteros son moderados limpiadores y espumantes aunque presentan mejor tolerancia cutánea que los tensioactivos aniónicos. A mayor proporción, menor capacidad irritante del champú.

• Los tensioactivos no iónicos, en general, son poco limpiadores y poco detergentes aunque son los menos irritantes de los tres grupos de tensioactivos. No obstante, se están sintetizando nuevos tensioactivos no iónicos que son excelentes limpiadores y detergentes.

• Se ha comprobado que el poder irritante del champú disminuye cuando en la fórmula se incluyen hidrolizados de proteínas.

Tipos de champús

Según el uso al que se destinan, se distinguen varios tipos de champús:

Champús de uso frecuente

Destinados al lavado del cabello a días alternos o incluso a diario, son champús con capacidad detergente moderada, la suficiente para dejar el cabello en buenas condiciones hasta el siguiente lavado. Se formulan con tensioactivos aniónicos más suaves que los champús habituales, combinados con tensioactivos anfóteros y no iónicos. Por este motivo, resultan menos irritantes y también menos espumantes que los champús tradicionales. En ocasiones la fórmula se completa con algún extracto vegetal (avena, camomila, etc.) por motivos de marketing.

Champús «2-en-1»

Además de la mezcla tensioactiva, contienen agentes acondicionadores compatibles con los tensioactivos aniónicos como polyquaternium, siliconas, sustancias grasas, derivados de celulosas, etc. Estas sustancias se incorporan en bajas concentraciones pues de lo contrario se reducen la formación de espuma y el efecto limpiador del champú.

Están indicados en uso frecuente y para cabellos normales o con tendencia a secos. Los cabellos grasos, muy finos o escasos pueden quedar sobreengrasados.

Champús infantiles

Son fórmulas muy suaves destinadas a la higiene del cuero cabelludo de los bebés y los niños. La base lavante está constituida por una mezcla de tensioactivos anfóteros y no iónicos a los que en ocasiones se añade algún tensioactivo aniónico suave. El requisito fundamental es que no provoquen irritación ocular y por eso el pH final se ajusta al pH de las lágrimas (7,0-7,2).

Champús de tratamiento

Incluyen uno o más principios activos que corrigen la alteración del cuero cabelludo o el problema capilar. Por ejemplo, los champús para el cabello graso contienen activos seborreguladores (véase tema 2 de este curso). Los champús para el cabello seco incluyen componentes reengrasantes como aceites vegetales. Los champús pediculicidas incluyen activos naturales o químicos con acción sobre los piojos, etc.

Se aplican una vez que el cabello se ha lavado. El champú se ha de dejar expuesto sobre el cuero cabelludo durante unos minutos antes de aclarar. El tiempo de contacto es imprescindible para que los activos actúen sobre el problema capilar.

Champús para cabellos teñidos

Se formulan con base lavante suave ya que los tensioactivos más detergentes arrastran los pigmentos colorantes depositados en el cabello. Como los cabellos teñidos están más resecos y castigados, los champús tienen mayor proporción de ingredientes nutritivos (por ejemplo, ceramidas y aceites vegetales) y reparadores (proteínas vegetales) que los champús tradicionales. También incluyen activos que prolongan la duración del color en el cabello, bien sea evitando que el color se modifique o creando una película protectora que envuelva el cabello y evite la salida de los colorantes. Dentro del primer grupo de activos se pueden citar los filtros solares UVA y UVB (por ejemplo, benzofenona-4) y los antioxidantes (vitamina E y los derivados del girasol) mientras que entre los activos filmógenos más usados se encuentran las siliconas no volátiles (feniltrimeticona) y los complejos proteína-silicona.

Champús profesionales

Son champús para uso exclusivo en los salones de peluquería. Por ejemplo:

• Champú común, para los lavados de rutina. La fórmula es poco reengrasante para no interferir con los procesos técnicos de peluquería (permanente, etc.). Se presenta concentrado y se diluye con agua en el momento de utilizarlo.

• Champú ácido (pH<5,0) que neutraliza los residuos alcalinos del cabello tras el tinte o la decoloración del cabello.

Champús en seco

Son muy distintos a los champús antes comentados ya que no son líquidos ni contienen tensioactivos. Se trata de mezclas de polvos -almidón de maíz o arroz, caolín, arcillas- que absorben el sebo y la suciedad en lugar de eliminarlos. Se presentan en forma de aerosol, que permite una fácil dispersión de las partículas del polvo sobre el cabello.

El aerosol se agita bien antes de usar. A unos 30 cm de distancia del cabello, se pulveriza una pequeña cantidad de producto sobre el cuero cabelludo y las raíces de los cabellos. Se deja reposar unos 2 min para que los polvos absorban el exceso de sebo y se eliminan mediante el cepillado suave de los cabellos. El resultado final es un pelo limpio, brillante y con volumen.

Están indicados para espaciar los lavados y para ocasiones en las que no se pueden lavar el cabello (situaciones imprevistas, enfermos, etc.).

Champús: consejo farmaceútico

• No se recomienda lavar el cabello a diario ya que además de la suciedad, la base lavante elimina el manto hidrolipídico que protege la piel.

• Cuando el lavado diario del cabello es realmente necesario (cocineros, mecánicos, deportistas, etc.), hay que usar un champú de uso frecuente y realizar una única enjabonada.

• Se deben elegir champús de calidad ya que están formulados con tensioactivos más suaves que los champús más económicos.

• Los champús en seco no son aconsejables en caso de seborrea moderada o grave ya que los polvos pueden obstruir los poros y causar seborrea de rebote.

• El agua del lavado ha de estar tibia. El agua excesivamente caliente irrita la piel del cuero cabelludo.

Acondicionadores

Cuando la cutícula sufre alguna agresión, las escamas se rompen o levantan y el cabello queda desprotegido frente al medio externo, sin brillo por la falta de reflexión de la luz y áspero al tacto. Los acondicionadores capilares, gracias a su sustantividad o permanencia sobre la fibra capilar, se depositan sobre la superficie del cabello y aplanan las escamas de la cutícula, dando brillo, suavidad y lubricidad al tallo capilar.

Funciones

Los acondicionadores se aplican sobre el cabello con objeto de facilitar el desenredado y el peinado -tanto del cabello húmedo como seco-, dar suavidad y brillo, reducir la carga estática y mejorar la flexibilidad y manejabilidad de los cabellos.

Sustancias activas

Las sustancias acondicionadoras más empleadas se clasifican en varios grupos. Sus características se recogen en la tabla I.

Tipos de acondicionadores

Por su forma de uso, los acondicionadores se pueden dividir en dos grandes grupos: con aclarado (rinse-off) y sin aclarado (leave-on). Los productos con aclarado se aplican después del lavado y se eliminan posteriormente con agua. Los acondicionadores sin aclarado se pueden aplicar en húmedo o en seco y sin necesidad de lavar previamente el cabello.

Además, podemos hablar de distintos tipos de acondicionadores capilares en función de su forma farmacéutica.

Cremas o bálsamos

Suelen ser emulsiones O/A de consistencia semifluida, formuladas frecuentemente con alcoholes grasos de cadena larga -alcohol cetílico, alcohol cetoestearílico- y ésteres de alcoholes grasos -estearato de glicerilo- y que incluyen una o varias sustancias acondicionadoras. El pH final del producto es ácido (3,0-5,5), para cerrar las cutículas y aumentar el brillo.

Están indicados en uso frecuente, para cabellos normales o con tendencia a secos.

Mascarillas

Son emulsiones O/A de consistencia cremosa, con excipiente similar al de los bálsamos y espesados con derivados de celulosa. En general, contienen mayor concentración y variedad de principios activos que los bálsamos acondicionadores. Las formulaciones más recientes incluyen siliconas de gran sustantividad sobre la cutícula, como la amodimeticona y la feniltrimeticona, que resisten sobre el cabello incluso tras varios lavados y proporcionan una gran suavidad. Están indicadas en cabellos normales o secos, muy secos, largos, porosos y/o tratados químicamente, especialmente con decoloración.

Sprays monofásicos

Son soluciones acuosas o leches fluidas que contienen una o más siliconas hidromiscibles que lubrican el cabello sin dejar residuo graso. El tipo y la concentración de los principios activos dependen del grosor del cabello al que van destinados. Son las fórmulas más habituales en la protección de los cabellos al sol.

Están indicados en cabellos finos o medios y cabello infantil. Suelen resultar insuficientes en cabellos secos, rizados y muy gruesos.

Sprays bifásicos

Presentan dos fases inmiscibles, bien diferenciadas a simple vista por la presencia de colorante en una o ambas fases. La fase superior está constituida por siliconas y sustancias afines y la fase inferior es la fase acuosa. Con respecto a las siliconas, se emplean tanto las siliconas volátiles como otras más sustantivas -feniltrimeticona, amodimeticona, dimeticonol. En esta fase, se incorporarán también otros activos como vitamina E, filtros UVA y UVB en las líneas solares, etc. En la fase acuosa se incluyen los activos acondicionadores como pantenol, proteínas -queratina, trigo, seda- que están cuaternizadas para aumentar la sustantividad capilar, etc.

Están indicados para uso frecuente y cabellos normales o con tendencia a secos.

Sérum

Los sérums son mezclas de siliconas volátiles (ciclometicona) que incorporan generalmente dimeticonol como activo reparador de la fibra capilar y sellador de puntas. Algunas formulaciones han sustituido parte de las siliconas por otras sustancias emolientes como ésteres grasos o aceites que abaratan considerablemente el producto final. Otras formulaciones más completas incluyen vitaminas, filtro solar, etc.

Están indicados en cabellos con puntas abiertas o dañadas y cabellos encrespados.

Otros productos

En este grupo cabría encuadrar las espumas en aerosol, los geles y aceites para el cabello.

Acondicionadores: consejo farmacéutico

• En los cabellos grasos no conviene usar acondicionadores para no sobreengrasar las raíces. Si el cabello es largo, se puede aplicar un producto ligero (por ejemplo, un spray sin aclarado) únicamente en las puntas para ayudar a desenredar el cabello.

• En los cabellos muy secos, se puede sustituir el bálsamo por la mascarilla en todos los lavados.

• Para aumentar la eficacia de los acondicionadores, se pueden dejar aplicados durante más tiempo, incluso horas, antes de aclararlos. También es útil aplicar el producto, envolver el cabello con un film transparente o una toalla tibia durante un rato y aclarar a continuación.

• El bálsamo acondicionador y las mascarillas se pueden usar como hidratantes y suavizantes del cuero cabelludo cuando éste se encuentre reseco y deshidratado (por ejemplo, en las pieles muy secas, por el uso continuado del secador, tras los baños en el mar o en la piscina, etc.). En estos casos, el producto se aplica sobre el cuero cabelludo, se masajea con suavidad para facilitar la absorción de los activos y, tras un tiempo de exposición, se elimina con abundante agua tibia.


Bibliografía general

Dubief C, Mellul M, Loussouarn L y Saint-Léger D. Hair Care Products, en

Bouillon C y Wilkinson JD. The science of hair care. Taylor & Francis Group, Florida, USA, 2nd edition, 2005.

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