Mujer de 41 años que acude por la aparición repentina de erupción cutánea intensamente pruriginosa, de 24horas de evolución. Como único antecedente relevante, refiere haber estado en un bosque de la región de Soria (España), aproximadamente 6horas antes del inicio de los síntomas.
En la exploración se observan pápulas eritematosas en tronco y extremidades, algunas escoriadas. Estas pápulas se localizan sobre todo en los pliegues submamario, axilar e inguinal, aunque también se visualizan de manera dispersa en la raíz de las extremidades (fig. 1).
La dermatoscopia revela la presencia 4-5 larvas anaranjadas de aspecto brillante de 0,2mm y seis patas, fuertemente adheridas al tegumento (fig. 2).
EvoluciónTras confirmación microbiológica, se diagnostica trombiculiasis. Se inicia tratamiento con permetrina 5% tópica y antihistamínicos orales cada 12horas con la resolución completa de las lesiones en una semana.
Comentario finalLa trombiculiasis, también conocida como trombidiosis, es una dermatitis ocasionada por las picaduras de larvas de ácaros de la familia Trombiculidae (clase Arachnida, orden Trombidiformes). Estas larvas habitualmente se encuentran en el ápice de plantas o ramas secas de suelos boscosos1.
El ciclo de vida de los ácaros de la familia Trombiculidae comprende las siguientes etapas: a)huevo; b)larva; c)ninfa, y d)adulto, siendo la fase larvaria la única en la que estos organismos actúan como parásitos. Las hembras adultas depositan los huevos en el suelo o en la vegetación cercana, y estos eclosionan entre 6 y 10días, dando lugar a prelarvas, que maduran en 6días para formar las larvas. Estas larvas parasitarias de color rojo-anaranjado brillante pueden alcanzar un tamaño de hasta 0,3mm con seis patas2. Durante la fase larvaria los ácaros habitan ambientes cálidos y húmedos, normalmente en los bordes de hojas y hierbas, donde esperan a un huésped para adherirse2,3. Una vez alcanzado el huésped, migran a lo largo de la piel2 y se adhieren mediante los quelíceros, formando el estilostoma, una cavidad tubular que penetra en el tejido celular subcutáneo para alimentarse de líquido linfático. La producción de saliva y la secreción de enzimas provocan los síntomas cutáneos3.
Entre 6 y 72horas tras la exposición se inicia un intenso prurito asociado a inflamación cutánea ocasionada por destrucción celular enzimática y la respuesta inmunitaria del huésped4. Las lesiones (pápulas y vesículas) suelen aparecer agrupadas, alrededor de zonas de constricción o sitios donde la ropa es más fina (axilas, tobillos)3,4.
Las larvas suelen permanecer en el huésped alrededor de 3-5días para posteriormente desprenderse, caer al suelo y continuar su ciclo de vida. La evolución clínica es generalmente favorable, ya que el prurito desaparece en 72horas y las lesiones, en un par de semanas.
Las fases poslarvarias (ninfa y adulto) desarrollan su vida en el suelo, donde se alimentan de otros artrópodos. A diferencia de las larvas, los adultos presentan cuatro pares de patas, y su dimorfismo sexual no se identifica con claridad3.
En los niños, especialmente varones de 6 a 11años, es frecuente observar el síndrome del pene de verano o «pene melena de león», un tipo de reacción de hipersensibilidad localizada. Se constituye de una triada clásica de prurito, disuria y edema, que aparece después del contacto con plantas al aire libre durante los meses de primavera y verano2,3.
En España se han identificado hasta 18 especies de trombicúlidos. Sin embargo, hay pocos casos documentados de trombiculiasis, y todos ellos se localizan en una zona específica del norte del país. Estos casos han sido registrados en el Parque Natural Sierra de Cebollera, situado entre las comunidades autónomas de la Rioja y Castilla y León3.
Las recomendaciones para prevenir la trombiculiasis son evitar las zonas infestadas por el artrópodo y utilizar ropa adecuada para el aire libre. Ante casos de parasitación, el tratamiento incluye corticoides tópicos, antihistamínicos, y en algunos casos se han utilizado acaricidas, con una rápida resolución del cuadro.
Los ácaros de la familia Trombiculidae son capaces de parasitar los humanos, por lo que es importante saber identificarlos para evitar tratamientos innecesarios y promover mecanismos de prevención.





