Analizar la relación entre la afectividad negativa y las repercusiones laborales y sociales en mujeres supervivientes de cáncer de mama en España, evaluando su impacto en la calidad de vida.
DiseñoEstudio transversal multicéntrico mediante un cuestionario autoadministrado online (Quality of Life in Adult Cancer Survivors [QLACS]).
EmplazamientoEspaña, entre junio de 2024 y febrero de 2025.
ParticipantesSe incluyeron en el estudio 1.293 mujeres mayores de 18 años, supervivientes de cáncer de mama, que habían finalizado el tratamiento primario (cirugía, radioterapia y/o quimioterapia) y se encontraban libres de enfermedad en el momento del estudio.
Mediciones principalesDominio «Afectividad negativa» (variable principal): Evaluada mediante una escala Likert de 7 puntos (1: nunca a 7: siempre).
Repercusiones laborales: conocer si las mujeres consideran que ha habido una «obligación» de cese laboral o despido debido al cáncer y su relación con la variable principal.
Correlación entre la afectividad negativa y la evitación social, los problemas financieros, hábitos de vida (tabaco, alcohol, alimentos ultraprocesados) y síntomas físicos (dolor, fatiga, problemas cognitivos) y su relación en función del tipo de tratamiento recibido.
ResultadosLa afectividad negativa presentó una mediana de 4,3 puntos («casi siempre»).
Las repercusiones laborales (obligación de cese en un 15,4% o de despido en un 7,9%) se asociaron significativamente con una mayor afectividad negativa (Kruskal-Wallis=46,9; p <0,001), aunque con un tamaño del efecto pequeño (ɛ2=0,0447).
La evitación social mostró una correlación moderada con la afectividad negativa (r de Pearson=0,628; p <0,001), explicando el 39,5% de la variabilidad en la evitación social.
Los problemas financieros se correlacionaron moderadamente con la afectividad negativa (Spearman=0,319; p <0,001).
Hábitos de vida La afectividad negativa aumentó la probabilidad de consumo de tabaco (OR=1,35; IC 95%: 1,05–1,74) y alimentos ultraprocesados (OR=1,228; IC 95%: 1,121–1,345), pero redujo el consumo de alcohol (OR=0,769 para >4 veces/semana; p=0,018).
Síntomas físicosCorrelaciones moderadas con dolor (Kendall=0,507), fatiga (Kendall=0,471) y problemas cognitivos (Kendall=0,416; todos p <0,001).
Hormonoterapia: Fue el único tratamiento asociado significativamente con la afectividad negativa (U de Mann-Whitney=179.415; p=0,032), aunque con un efecto clínico mínimo (r=0,0715).
ConclusionesLas supervivientes de cáncer de mama en España presentan niveles elevados de afectividad negativa, asociados significativamente con repercusiones laborales, evitación social y problemas financieros. También con el dolor y problemas cognitivos y si han recibido hormonoterapia. Estos hallazgos subrayan la necesidad de un seguimiento multidisciplinar en atención primaria, que aborde las dimensiones psicológica, laboral y social para mejorar la calidad de vida y el estilo de vida de las supervivientes
To analyze the relationship between negative affectivity and work and social repercussions in female breast cancer survivors in Spain, assessing its impact on quality of life.
DesignMulticenter, cross-sectional study using a self-administered online questionnaire (Quality of Life in Adult Cancer Survivors, QLACS).
SettingSpain, between June 2024 and February 2025.
Participants1,293 women aged 18 years and older, breast cancer survivors, who had completed primary treatment (surgery, radiotherapy, and/or chemotherapy) and were disease-free at the time of the study.
Main measurements«Negative affectivity» domain (primary variable): Assessed using a 7-point Likert scale (1: never to 7: always).
Work-related repercussions: To determine whether women considered they had been «forced» to leave work or be fired due to cancer and its relationship with the primary outcome.
Correlation between negative affectivity and social avoidance, financial problems, lifestyle habits (tobacco, alcohol, ultra-processed foods), and physical symptoms (pain, fatigue, cognitive problems) and their relationship based on the type of treatment received.
ResultsNegative affectivity had a median of 4.3 points («almost always»).
Work-related repercussions (forced to leave work in 15.4% or to be fired in 7.9%) were significantly associated with greater negative affectivity (Kruskal-Wallis=46.9; p <0.001), although the effect size was small (ɛ2=0.0447).
Social avoidance showed a moderate correlation with negative affectivity (Pearson's r=0.628; p <0.001), explaining 39.5% of the variability in social avoidance.
Financial problems were moderately correlated with negative affectivity (Spearman's=0.319; p <0.001).
Lifestyle habitsNegative affectivity increased the likelihood of tobacco use (OR=1.35; 95% CI: 1.05–1.74) and ultra-processed food use (OR=1.228; 95% CI: 1.121–1.345), but reduced alcohol consumption (OR=0.769 for>4 times/week; p=0.018).
Physical symptomsModerate correlations with pain (Kendall=0.507), fatigue (Kendall=0.471), and cognitive problems (Kendall=0.416; all p <0.001).
Hormone therapy: It was the only treatment significantly associated with negative affectivity (Mann-Whitney U=179,415; p=0.032), although with minimal clinical effect (r=0.0715).
ConclusionsBreast cancer survivors in Spain present high levels of negative affectivity, significantly associated with work-related impacts, social avoidance, and financial problems. It is also significantly associated with pain and cognitive problems and whether they have received hormone therapy. These findings underscore the need for multidisciplinary follow-up in primary care, addressing psychological, occupational, and social dimensions to improve survivors’ quality of life and lifestyle.
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en mujeres a nivel mundial y la primera causa de cáncer en España, con más de 35.000 nuevos diagnósticos anuales y una tasa de supervivencia a cinco años del 85,5%1. Aunque los avances en diagnóstico y tratamiento han mejorado significativamente la supervivencia, las supervivientes enfrentan secuelas físicas, psicológicas, laborales y sociales que afectan su calidad de vida2,3. Entre estas, destacan el miedo a la recurrencia, problemas de apariencia física, fatiga crónica, y, de manera crítica, las repercusiones laborales (como la obligación de cese laboral o el despido) y el aislamiento social, que pueden exacerbar síntomas de ansiedad, depresión y afectividad negativa4,5.
A pesar de la creciente evidencia sobre el impacto psicosocial del cáncer de mama, existen lagunas en el conocimiento sobre cómo las esferas laboral y social interactúan específicamente con la afectividad negativa en este grupo6. Estudios previos han documentado que hasta un 15% de las supervivientes son obligadas a abandonar su empleo durante el tratamiento, y que los problemas financieros derivados se asocian con peor salud mental7. Sin embargo, en España, la magnitud de este impacto y su relación con la afectividad negativa, entendida como la presencia de emociones negativas persistentes (tristeza, ansiedad, irritabilidad), no ha sido estudiada en muestras representativas.
Objetivo del estudio: Analizar la relación entre la afectividad negativa y las repercusiones laborales y sociales en mujeres supervivientes de cáncer de mama en España, con el fin de identificar áreas prioritarias para intervenciones en atención primaria.
Material y métodosSe realizó un estudio transversal multicéntrico en España entre junio de 2024 y febrero de 2025 para analizar la relación entre la afectividad negativa y las repercusiones laborales y sociales en mujeres supervivientes de cáncer de mama, utilizando un cuestionario autoadministrado online mediante sistema Computer Assisted Web Interviewing (CAWI).
ParticipantesLa población de estudio estuvo constituida por mujeres mayores de 18 años con diagnóstico previo de cáncer de mama en edad adulta, que hubieran finalizado el tratamiento primario (cirugía, radioterapia y/o quimioterapia) y se encontraran libres de enfermedad en el momento del estudio.
Muestreo y tamaño muestralEl muestreo utilizado fue intencional no probabilístico. Para el cálculo del tamaño muestral se consideró un intervalo de confianza del 95%, una precisión del 8% y una desviación estándar de 1,3488, necesitando un tamaño muestral de 1.054 mujeres para hacer inferencia. Este tamaño se amplió en un 15% para compensar posibles pérdidas (n=1.240).
Instrumento de mediciónSe utilizó un cuestionario estructurado online que incorporaba el cuestionario Quality of Life in Adult Cancer Survivors (QLACS), en su versión validada y adaptada al español9. Este instrumento consta de 47 ítems que miden calidad de vida en supervivientes de cáncer, utilizando escalas de 1 (nunca) a 7 puntos (siempre). Adicionalmente, se incluyeron variables sociodemográficas y clínicas, hábitos de vida, repercusión laboral y consecuencias sociales.
ProcedimientoLa difusión del estudio se realizó mediante un flyer con código QR que enlazaba directamente al cuestionario online (Anexo 1) y que se distribuyó a través del correo electrónico y las redes sociales de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Las participantes lo cumplimentaron de manera autoadministrada a través de la plataforma Survey Monkey, que garantizó la anonimización de las respuestas y no almacenó direcciones IP. El tiempo estimado para completar el cuestionario fue de 15 minutos.
Variables del estudioLas variables se organizaron en bloques temáticos. En primer lugar, las variables de calidad de vida medidas mediante el QLACS incluyeron uno de los dominios, la afectividad negativa, como variable principal (promedio de cuatro items), junto con los siguientes dominios: problemas de apariencia, miedo a la recurrencia, problemas cognitivos, problemas sexuales, dolor y fatiga. Las variables relacionadas con la enfermedad abarcaron el tipo de tratamiento recibido (quimioterapia, cirugía, radioterapia, hormonoterapia, terapia dirigida, inmunoterapia).
En cuanto a las variables sociodemográficas, se incluyeron edad, nivel de estudios, situación laboral y situación de convivencia. La repercusión laboral se evaluó a través de variables categóricas relacionadas con el cese de trabajo y despido debido al cáncer. Finalmente, los hábitos de vida se analizaron mediante variables cualitativas y cuantitativas relacionadas con el consumo de tabaco, alcohol y alimentos ultraprocesados.
Análisis estadísticoEl análisis estadístico se realizó con el software Jamovi. Se emplearon diferentes pruebas según la naturaleza de las variables. En el caso de la repercusión laboral y afectividad negativa, se creó una variable compuesta (repercusión laboral) a partir de las variables obligación de cese y despido, aplicándose el test no paramétrico de Kruskal-Wallis. La relación entre evitación social y afectividad negativa se analizó mediante correlación de Pearson y regresión lineal simple. Para evaluar la asociación entre problemas financieros y afectividad negativa se utilizó la correlación de Spearman.
La comparación entre afectividad negativa y grupos de tratamientos se realizó mediante la prueba U de Mann-Whitney y con hábitos de vida se analizó mediante regresión logística.
Se realizó análisis multivariable ajustando un modelo inicial con las posibles variables confusoras. Luego, se añadieron progresivamente las variables restantes, manteniendo solo aquellas que incrementaron la precisión total del modelo (aumentando el R2 Ajustado).
Aspectos éticosEl estudio se desarrolló siguiendo los principios de la Declaración de Helsinki (revisión 2013) y la Ley de Investigación Biomédica 14/2017. Fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica de Aragón (PI24/296). Todas las participantes proporcionaron su consentimiento informado antes de responder al cuestionario, y todos los datos se trataron de forma anonimizada y confidencial, cumpliendo con las disposiciones del Reglamento General de Protección de Datos.
Limitaciones del estudioSe han identificado posibles limitaciones que deben ser consideradas en la interpretación de los resultados. La posible pérdida de participantes se compensó aumentando el tamaño muestral en un 15% respecto al cálculo inicial. Existe un potencial sesgo de autoselección, por ser una encuesta online, ya que podrían participar mujeres con mayor acceso a la tecnología o más motivadas para colaborar, lo que podría presentar condiciones diferentes a la población general. Además, algunas preguntas hacían referencia a experiencias pasadas, lo que podría introducir un sesgo de recuerdo, aunque este se limitó a eventos significativos y bien definidos como el despido laboral.
ResultadosCaracterísticas de la muestraParticiparon en el estudio 1.293 mujeres supervivientes de cáncer de mama, con una mediana de edad de 52 años (rango intercuartílico: 46-59 años). Habían recibido quimioterapia (81,4%), cirugía (86%) y radioterapia (85,5%), y el 63,7% hormonoterapia. El 15,4% de las participantes refirió haber sido obligada a cesar su trabajo debido al cáncer, y el 7,9% fue despedida durante el proceso oncológico.
Afectividad negativa y repercusiones laboralesLa afectividad negativa, definida como la presencia de emociones negativas persistentes (tristeza, ansiedad, irritabilidad), presentó una mediana de 4,3 puntos (rango intercuartílico: 2), lo que corresponde a la categoría «casi siempre» en la escala Likert de 7 puntos. Al analizar la relación entre la afectividad negativa y las repercusiones laborales (cese o despido), se observó una asociación estadísticamente significativa (test de Kruskal-Wallis=46,9; p<0,001), aunque con un tamaño del efecto débil (ɛ2=0,0447). Entre las mujeres que no tuvieron repercusiones laborales y las que sí, respondieron con una puntuación más alta para la afectividad negativa quienes tuvieron repercusiones laborales por el cáncer que las que no, con una asociación fuerte estadísticamente significativa (Tukey=-6,72; p=<0,001) (tabla 1).
Frecuencia de repercusiones laborales y asociación con afectividad negativa
Se encontró una correlación moderada y significativa entre la afectividad negativa y la evitación social (r de Pearson=0,628; p<0,001). El modelo de regresión lineal simple reveló que el 39,5% de la variabilidad en la evitación social podría explicarse por la puntuación en afectividad negativa (F=842; p<0,001). Esto indica que las mujeres con mayor afectividad negativa tendían a evitar contextos sociales con mayor frecuencia, lo que podría agravar su aislamiento y empeorar su calidad de vida. La ecuación predictiva obtenida fue:
Evitación social=-0,21+0,8×puntuación de afectividad negativa (tabla 2).
Afectividad negativa y problemas financierosLos problemas financieros derivados del cáncer de mama también mostraron una correlación moderada con la afectividad negativa. Las mujeres que reportaron mayores dificultades económicas tendían a presentar puntuaciones más altas en afectividad negativa (Spearman=0,319; p<0,001) (tabla 3).
Afectividad negativa y hábitos de vidaEl consumo de tabaco y alimentos ultraprocesados se asoció positivamente con la afectividad negativa. Las mujeres con mayor afectividad negativa tenían un 35% más de probabilidad de consumir tabaco (OR=1,35; IC 95%: 1,05-1,74; p=0,015) y un 22,8% más de probabilidad de consumir alimentos ultraprocesados (OR=1,228; IC 95%: 1,121-1,345; p<0,001). En contraste, el consumo de alcohol mostró una relación inversa: las mujeres con mayor afectividad negativa consumían alcohol con menor frecuencia (OR=0,769 para consumo>4 veces/semana; p=0,018) (tabla 4).
Asociación entre afectividad negativa y hábitos de vida
| Hábitos de vida | OR* | IC 95% | R2N | p |
|---|---|---|---|---|
| Consumo de tabaco | 1,35 | 1,05-1,74 | 0,0193 | 0,015 |
| Consumo de ultraprocesados | 1,228 | 1,121-1,345 | 0,0226 | <0,001 |
| Consumo de alcohol (> 4/semana) | 0,769 | 0,619-0,956 | 0,0038 | 0,034 |
La afectividad negativa también se correlacionó moderadamente con síntomas físicos como dolor (Kendall=0,507; p<0,001), fatiga (Kendall=0,471; p<0,001) y problemas cognitivos (Kendall=0,416; p<0,001) (tabla 5).
Tratamientos oncológicos y afectividad negativaSolo se encontró una asociación significativa entre la afectividad negativa y haber recibido hormonoterapia (U de Mann-Whitney=179.415; p=0,032), aunque con un tamaño del efecto muy pequeño (r=0,0715). No se observaron diferencias significativas en afectividad negativa según otros tratamientos (quimioterapia, cirugía, radioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia) (tabla 6).
Asociación entre tratamientos oncológicos y afectividad negativa
| Tratamiento | Mediana afectividad negativa | Tamaño del efecto (r) | Valor p* |
|---|---|---|---|
| Hormonoterapia | 4,3 | 0,0715 | 0,032 |
| Quimioterapia | 4,3 | - | 0,238 |
| Cirugía | 4,3 | - | 0,347 |
| Radioterapia | 4,3 | - | 0,471 |
| Terapia dirigida | 4,65 | - | 0,291 |
| Inmunoterapia | 4,5 | - | 0,715 |
Se ajustó un modelo inicial con las variables confusoras clave (Edad, Tiempo Supervivencia, Nivel de Estudios, Cese/Despido Laboral) y luego, se añadieron progresivamente las variables restantes, manteniendo solo aquellas que incrementaron la precisión total del modelo (aumentando el R2 Ajustado). El modelo final es estadísticamente significativo (p<0,001) y explica el 52,6% de la varianza en la afectividad negativa (tabla 7)
Análisis multivariable
| Nombre variable | Coeficiente (β) | Error estándar (SE) | Valor p | IC 95% Inferior | IC 95% Superior |
|---|---|---|---|---|---|
| Variables analizadas y que se han incluido en el modelo final | |||||
| Fatiga (Escala 1-7) | 0,297 | 0,063 | <0,001 | 0,173 | 0,421 |
| Dolor (Escala 1-7) | 0,254 | 0,067 | <0,001 | 0,122 | 0,386 |
| Miedo a la recurrencia (Escala 1-7) | 0,170 | 0,064 | 0,008 | 0,044 | 0,297 |
| Problemas financieros (Escala 1-7) | 0,134 | 0,054 | 0,013 | 0,027 | 0,242 |
| Problemas cognitivos (Escala 1-7) | 0,126 | 0,062 | 0,045 | 0,003 | 0,248 |
| Reconocimiento discapacidad (Sí) | 0,671 | 0,224 | 0,003 | 0,228 | 1,115 |
| Vida percibida: Nada saludable | 0,864 | 0,339 | 0,012 | 0,193 | 1,535 |
| Variables confusoras analizadas y excluidas modelo | |||||
| Nivel Estudios: Educación superior | -0,165 | 0,208 | 0,428 | -0,576 | 0,246 |
| Cese laboral obligado (Sí) | 0,071 | 0,218 | 0,745 | -0,360 | 0,501 |
| Despido por cáncer (Sí) | 0,342 | 0,316 | 0,308 | -0,285 | 0,969 |
| Edad hoy (años) | -0,006 | 0,007 | 0,370 | -0,020 | 0,007 |
| Tiempo Supervivencia: Largo | 0,147 | 0,179 | 0,412 | -0,207 | 0,501 |
Las variables categóricas se comparan con la categoría de referencia. Para Estudios, la referencia es «Primaria o inferior»; para el Tiempo de Supervivencia, la referencia es «Corto Superviviente»; para el Cese Laboral y Despido, la referencia es «No».
Los resultados de este estudio confirman que las mujeres supervivientes de cáncer de mama experimentan afectividad negativa de manera frecuente (mediana de 4,3 puntos en una escala de 7), lo que coincide con estudios previos que reportan altos niveles de ansiedad, depresión y malestar emocional en este grupo3,6. La afectividad negativa, entendida como la presencia persistente de emociones como tristeza, ansiedad o irritabilidad, parece ser un rasgo transversal en la experiencia de las supervivientes, incluso años después de finalizar el tratamiento. Este hallazgo subraya la necesidad de abordar no solo las secuelas físicas del cáncer, sino también su impacto emocional a largo plazo.
Repercusiones laborales y afectividad negativaUno de los hallazgos más relevantes de este estudio es la asociación significativa entre las repercusiones laborales (obligación de cese o despido) y la afectividad negativa. El 15% de las participantes fue obligada a cesar su trabajo, y el 8% fue despedida durante el proceso oncológico, cifras que, aunque menores que en otros contextos internacionales7, siguen siendo preocupantes. La asociación encontrada (p<0,001) sugiere que las dificultades laborales pueden actuar como un factor estresante adicional, exacerbando el malestar emocional en un momento ya de por sí crítico.
Este resultado es consistente con estudios previos que han documentado cómo los cambios en el empleo, como el desempleo o la incapacidad para trabajar, se asocian con mayor angustia psicológica y peor calidad de vida en supervivientes de cáncer4,5. Sin embargo, en el contexto español, donde la protección laboral durante procesos de enfermedad crónica está regulada, estos datos ponen de manifiesto que aún existen barreras para la reincorporación laboral de las supervivientes, posiblemente relacionadas con estigmas, falta de flexibilidad en los puestos de trabajo o discriminación.
Evitación social y aislamientoLa evitación social emergió como otro factor crítico asociado a la afectividad negativa, con una correlación moderada (r=0,628; p<0,001). Este hallazgo es especialmente relevante, ya que sugiere un círculo vicioso: las mujeres con mayor afectividad negativa tienden a evitar contextos sociales, lo que a su vez puede aumentar su aislamiento y empeorar su estado emocional. Estudios previos han descrito cómo el apoyo social actúa como un factor protector contra la depresión y la ansiedad en supervivientes de cáncer10. Por tanto, la evitación social no solo podría ser una consecuencia de la afectividad negativa, sino también un mecanismo que perpetúa el malestar emocional.
Problemas financieros y calidad de vidaLos problemas financieros también mostraron una correlación moderada con la afectividad negativa (Spearman=0,319; p<0,001). Este resultado refuerza la evidencia existente sobre cómo las dificultades económicas derivadas del cáncer, como gastos médicos no cubiertos, pérdida de ingresos o endeudamiento, impactan negativamente en la salud mental11,12. En España, donde el sistema sanitario es universal, estos problemas podrían estar más relacionados con pérdidas de empleo, reducciones de jornada o gastos indirectos (transporte, cuidados, adaptaciones en el hogar), que no siempre están cubiertos.
Hábitos de vida y afectividad negativaEl estudio también reveló asociaciones interesantes entre la afectividad negativa y ciertos hábitos de vida:
Consumo de tabaco y ultraprocesados: Las mujeres con mayor afectividad negativa tenían más probabilidad de fumar (OR=1,35) y consumir alimentos ultraprocesados (OR=1,228). Esto podría reflejar el uso de estas sustancias como mecanismos de afrontamiento ante el estrés emocional, un fenómeno descrito en otras poblaciones con problemas de salud mental13.
Consumo de alcohol: Sorprendentemente, se observó una relación inversa (OR=0,769 para consumo>4 veces/semana). Una posible explicación es que las mujeres con mayor afectividad negativa podrían reducir su consumo de alcohol debido a interacciones con medicamentos (p. ej., hormonoterapia) o por recomendación médica, aunque se necesitan más estudios para confirmar esta hipótesis.
Tratamientos oncológicos y afectividad negativaAunque la mayoría de los tratamientos oncológicos no mostraron una asociación significativa con la afectividad negativa, las mujeres que recibieron hormonoterapia presentaron una puntuación ligeramente mayor en esta variable (p=0,032). Este hallazgo es consistente con estudios previos que vinculan la hormonoterapia con síntomas de depresión y ansiedad, posiblemente debido a sus efectos secundarios (p. ej., sofocos, fatiga, cambios de humor)14,15. Sin embargo, el tamaño del efecto fue muy pequeño (r=0,0715), lo que sugiere que su impacto clínico podría ser limitado.
Análisis multivariableLas variables que mostraron una contribución significativa a la afectividad negativa (ajustando por las variables confusoras analizadas: edad, nivel de estudios, tiempo de supervivencia y cese o despido) fueron: la presencia de síntomas, concretamente aquellas mujeres que refieren fatiga, dolor y problemas cognitivos; también las que consideran que el tipo de vida que llevan no es nada saludable, y las que tienen miedo a la recurrencia, problemas financieros y el reconocimiento de un grado de discapacidad. Aunque el modelo conseguido es compatible con estudios previos publicados4,5,11,12 explica poco más de la mitad de las causas de la afectividad negativa (el 52%), por lo que son necesarios más estudios para conocer las causas que influyen en la afectividad negativa.
Limitaciones del estudioSesgo de autoselección: Al tratarse de una encuesta online, es posible que participaran principalmente mujeres con mayor acceso a tecnología o más motivadas, lo que podría limitar la generalización de los resultados.
Diseño transversal: No permite establecer relaciones causales. Serían necesarios estudios longitudinales para determinar si las repercusiones laborales y sociales preceden o son consecuencia de la afectividad negativa.
Variables no medidas: No se evaluaron otros factores potencialmente relevantes, como el apoyo familiar, el tipo de empleo (manual, intelectual, etc.) o el tiempo transcurrido desde el diagnóstico, que podrían modular los resultados. Tampoco las comorbilidades ni el tipo de empleo de las mujeres ya que no se recogieron estas variables en la encuesta.
Implicaciones prácticasLos resultados de este estudio tienen varias implicaciones para la atención primaria y la salud pública:
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Seguimiento integral: Las supervivientes de cáncer de mama deberían recibir un seguimiento que incluya no solo evaluaciones médicas, sino también apoyo psicosocial y laboral, a través de programas específicos en atención primaria, en colaboración con servicios sociales.
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Intervenciones laborales: Es crucial desarrollar políticas de reincorporación laboral que consideren las necesidades de las supervivientes, como horarios flexibles, adaptaciones en el puesto de trabajo o programas de reinserción.
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Prevención del aislamiento: Dada la fuerte asociación entre afectividad negativa y evitación social, sería beneficioso incluir terapias grupales o intervenciones comunitarias que fomenten la socialización y reduzcan el estigma asociado al cáncer.
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Educación en estilos de vida: Los profesionales de atención primaria podrían desempeñar un papel clave en la promoción de hábitos saludables como parte del manejo integral.
Las mujeres supervivientes de cáncer de mama en España presentan niveles elevados de afectividad negativa, que se asocian de manera significativa con repercusiones laborales (obligación de cese o despido) y evitación social.
Los problemas financieros derivados del cáncer también están moderadamente correlacionados con la afectividad negativa, lo que subraya la necesidad de abordar el impacto económico en este grupo.
La afectividad negativa se asocia con hábitos de vida poco saludables, como el consumo de tabaco y ultraprocesados.
Entre los tratamientos oncológicos, solo la hormonoterapia mostró una asociación significativa con la afectividad negativa, aunque con un efecto clínico mínimo.
Estos resultados destacan la importancia de un enfoque multidisciplinar en el seguimiento de las supervivientes de cáncer de mama, que incluya apoyo psicológico, laboral, social y educativo en estilos de vida.
La investigación realizada debería considerarse como una primera aproximación y ser el inicio de nuevos proyectos de investigación para profundizar en los aspectos analizados e incluir los que no se han podido analizar.
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El cáncer de mama tiene alta supervivencia, pero con secuelas psicosociales.
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Falta evidencia sobre el impacto laboral y social en la calidad de vida.
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Las repercusiones laborales (ceses/despidos) y la evitación social están asociadas a mayor afectividad negativa.
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Subraya la necesidad de abordar estas esferas en el seguimiento de supervivientes.
Esta investigación ha sido financiada por la AECC y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) del Ministerio de Economía y Competitividad de España con fondos del grupo Red de Investigación sobre Cronicidad, Atención Primaria y Promoción de la Salud (RICAPPS, RD21/0016/0005), que forma parte de las Redes Cooperativas de Investigación Orientadas a Resultados en Salud (RICORS; ISCIII), financiadas por la Unión Europea «Next Generation EU/PRTR».
Consideraciones éticasEl estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación Clínica de Aragón (CEICA): (PI24/296).
Uso de IALos autores declaran que no se ha usado la inteligencia artificial para redactar este manuscrito
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Queremos agradecer a la Universidad de Zaragoza, al Grupo de Investigación Aragonés de Atención Primaria (GAIAP, B21_23R), perteneciente al Departamento de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón (España), y al Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón); a la Red de Investigación en Cronicidad, Atención Primaria y Promoción de la Salud (RICAPPS, RD24/0005/0004), perteneciente a las Redes de Investigación Cooperativa Orientada a Resultados en Salud (RICORS) del Instituto de Salud Carlos III; y a los Fondos FEDER «Una manera de hacer Europa».










