La enfermería como profesión es, sin duda alguna, una carrera multidisciplinaria porque brinda atención y cuidados a los pacientes con una relación tan cercana que impacta en el ámbito social y psicológico.
El artículo «Lenguajes enfermeros estandarizados y planes de cuidados. Percepción de su empleo y utilidad en atención primaria»1, plantea que, los enfermeros/as deben tener predisposición y pericia clínica en el manejo de herramientas tecnológicas, asimismo, un conocimiento de estrategias de gestión, políticas sanitarias y sistemas de información que lo impulsen a la continuidad en la atención, las que, deben ser revaloradas e incorporadas desde los inicios de la formación especializada. Sin embargo, consideramos que no son las únicas. En tal sentido, concebimos que dichas habilidades y competencias coadyuvarán a desarrollarlas en concordancia con el hacer y el convivir.
De hecho, desde su encuentro inicial con el paciente, el enfermero se involucra con su proceso y evolución porque justamente sus funciones tienen que ver con la asistencia, orientación, y hasta un rol educativo a nivel individual y comunitario que le permiten desempeñar un rol muy significativo, tales como: ayudar a las personas y guiarlos a las buenas prácticas de salud integral, y promover todo el tiempo la salud mental en cada persona y en la sociedad desde las funciones y responsabilidades que ha asumido en las diferentes áreas de especialización de esta noble carrera2. Tenemos también, por ejemplo, a los profesionales de la enfermería que laboran en la UCI, donde necesariamente deben tener un control emocional para situaciones estresantes, así como equilibrar acertadamente su comportamiento personal, laboral y social3.
En general, todos los trabajadores del sector sanitario están en riesgo de experimentar dichos efectos negativos en su salud mental y con la consecuente repercusión en su salud física. De hecho, no son pocos los estudios e investigaciones que se han realizado al respecto y, acertadamente señalan una alta prevalencia de síntomas depresivos como: ansiedad generalizada, estrés, despersonalización y trastornos del sueño, entre otros4,5.
Para ello, es necesario que el enfermero adquiera habilidades, capacidades y destrezas, como: saber calmar a los pacientes en situaciones de riesgo, aplicar habilidades comunicativas, tener la capacidad de trabajar en equipo de manera muy asertiva y mantener una continua información sobre nuevos procedimientos, y de ser posible poseer la habilidad de observar detenidamente a los pacientes con el fin de estudiar e interpretar sus comportamientos y lenguajes no verbales.
AutoríasLos autores han contribuido con la redacción y revisión de la versión final.
FinanciaciónNo hubo financiación.