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Vol. 20. Núm. 7.
Páginas 389 (Octubre 1997)
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Vol. 20. Núm. 7.
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Atención primaria, televisión y educación sanitaria
Primary Care, television and health education
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JL. Fortes Álvareza
a Centro de Salud San Roque. Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria. Badajoz.
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Sres. Directores: Día a día, los profesionales de la salud son espectadores de la información sesgada y confusa que transmiten los medios de comunicación, que flaco favor hacen a los que, desde sus consultas, tratan de potenciar la educación sanitaria en el sentido estricto.

Cuando se quieren conocer o estudiar los factores de riesgo de una determinada enfermedad crónica, las tasas de incidencia, el coste-beneficio de aplicar tal o cual medida sanitaria, emplear programas preventivos, el PAPPS1, etc., a veces se tiene la sensación de que nos quedamos a la mitad del camino, agotando esfuerzos y sin ver resultados, incluso a largo plazo.

La televisión2 goza en nuestro medio de gran aceptación y dedicación familiar, sin respetar contenidos, horarios ni edad de la audiencia, con un repertorio de programas de contenido sensacionalista, donde todo vale, sin escatimar medios, y que contagian, sin duda, a los temas relacionados con la salud.

Hacer programas televisivos sobre prevención primaria no beneficia económicamente a nadie, no deja dividendos promocionar el ejercicio físico, y la idea que se transmite es tener una buena silueta: ¿a quién le importa la salud? Y para eso hay una gama de artilugios que usted puede comprar desde su casa a través de «Teletienda». Lo mismo ocurre con dejar de fumar. ¿Qué interés comercial supone esto para alguien? Eso queda para el enfermero o el médico de familia.

Es más rentable hacer programas médicos sensacionalistas, donde rece el eslogan «prevenir es de necios, curar es de sabios».

Si esto no fuera suficiente, asistimos todos los días a la publicidad televisiva de varias especialidades farmacéuticas, algunas conocidas por el espectador y otras no tan conocidas, ni siquiera por la clase médica, pero, sin duda, todas ellas con unas indicaciones precisas y también con unos efectos secundarios que dudo mucho logren transmitir.

Se está de acuerdo con Mintegi3 cuando habla de la automedicación responsable, que ha de ser dirigida convenientemente, pero en absoluto desde las casas comerciales ni las oficinas de farmacia, donde imperan los intereses económicos por encima de la educación sanitaria en concepto de automedicación. Claro está que la televisión no es tan perversa y deja su alma comercial a un lado para advertir de manera casi subliminal, en ráfagas de segundo que apenas logra captar el espectador:

 

­ Este anuncio es de un medicamento.

­ Lea detenidamente las instrucciones de uso.

­ En caso de duda, consulte con su farmacéutico.

 

Con estos mensajes se cree garantizado el buen uso del medicamento anunciado.

Sin tratar de adoptar una postura alarmista sobre la educación sanitaria de la automedicación, sería más deseable ­claro que la intención de venta no iba a ser tan importante­ modificar las tres advertencias de la siguiente manera:

 

1. Si usted cree que necesita este medicamento, no dude en consultar a su médico de cabecera.

2. No olvide que todo medicamento posee efectos secundarios y contraindicaciones.

3. Su médico de familia es el que mejor conoce su salud.

 

Este tipo de mensajes televisivos, lejos de informar, confunden y van en detrimento de una buena calidad sanitaria (objetivos números 13, 16 y 17 de la OMS, 1993)4, ya que demasiado medicalizada está la vida actual, donde se busca medicina para cualquier problema.

Quizá la cuestión de fondo radique en la falta de información del individuo, como factor predisponente de tal comportamiento, y sea este el punto de partida desde donde empezar a trabajar los profesionales de atención primaria (modelo PRECEDE de L.W. Green)5.

Bibliografía
[1]
Actividades preventivas y de promoción de la salud. En: Martín Zurro A, Cano Pérez JF, eds. Atención primaria. Conceptos, organización y práctica clínica. Barcelona: Doyma, 1994; 291-305.
[2]
Armas Marcelo JJ..
Televisión: moros y cristianos..
Jano, 52 (1997), pp. 1198
[3]
Mintegi I, Álvarez I, Artola C, Causo C, Ibáñez F, Muguruza I et al..
Características del botiquín familiar en el barrio de Rekaldeberri-Bilbao..
Aten Primaria, 16 (1995), pp. 397-404
[4]
Ginebra: OMS-Comité Regional de Europa, 1993.
[5]
Health education planning: a diagnostic approach. Palo Alto: Mayfield, 1980
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