Orbital fractures are a common cause of facial trauma and may lead to significant functional impairments. Titanium mesh implants are frequently used in orbital reconstruction; however, complications can arise if improperly placed. We report the case of a 40-year-old woman who sustained cranioencephalic trauma in a traffic accident, resulting in fractures of the orbital floor and medial wall. She underwent early maxillofacial surgery without prior ophthalmologic evaluation, and a titanium mesh was implanted. Postoperatively, she developed sudden vision loss. A second surgery replaced the implant with smaller plates, but no improvement occurred. Imaging revealed persistent compression of the optic nerve and extraocular muscles. Surgical removal of the implants and orbital decompression, along with corticosteroid therapy, led to gradual visual recovery, reaching 20/40 best-corrected acuity and restoration of the central visual field. This case underscores the need for timely diagnosis and multidisciplinary management in orbital trauma to prevent permanent visual sequelae.
Las fracturas orbitarias son una causa frecuente de trauma facial y pueden generar alteraciones funcionales importantes. Las mallas de titanio se utilizan comúnmente en la reconstrucción orbitaria; sin embargo, su mala colocación puede derivar en complicaciones graves. Presentamos el caso de una mujer de 40 años con traumatismo craneoencefálico tras un accidente de tráfico, que presentó fracturas del piso y la pared medial de la órbita derecha. Se realizó cirugía maxilofacial temprana sin evaluación oftalmológica previa, colocándose una malla de titanio. Posteriormente, la paciente desarrolló pérdida súbita de la visión. Una segunda cirugía reemplazó el implante por placas más pequeñas, sin mejoría. Las imágenes revelaron compresión persistente del nervio óptico y los músculos extraoculares. La extracción quirúrgica del implante y la descompresión orbitaria, junto con terapia con corticosteroides, permitieron una recuperación visual progresiva, alcanzando una agudeza visual corregida de 20/40 y recuperación del campo visual central. Este caso resalta importancia del diagnóstico temprano y del abordaje multidisciplinar en el trauma orbitario.



