En la División de Estudios de Postgrado e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Departamento de Ortodoncia, nosotros desarrollamos diferentes métodos analíticos y descriptivos, donde se realizó estudio estadístico de la clasificación esqueletal con una muestra de 428 pacientes que recibieron tratamiento de ortodoncia. Se seleccionaron personas entre 8 y 40 años de edad. Se capturaron datos de acuerdo a sexo, edad y maloclusión esqueletal para conocer el panorama epidemiológico. Después del análisis estadístico encontramos que el 53.3% de la muestra se encontraba, en clase I esqueletal, que el 64.7% era del sexo femenino y que el 52.08% se encontraba en el rango de edad de 13 a 19 años, además de otros datos.
At the Graduate and Research School of the National School of Dentistry, National University of Mexico (UNAM) we developed several analytic and descriptive methods. A statistical study of skeletal classification was undertaken with a sample of 428 patients subjected to orthodontic treatment. Age range of selected patients was 8-40 years. Data were collected according to gender, age and skeletal malocclusion in order to assess the epidemiological panorama. After statistical analysis, it was found among other data, that 53.3% of the sample was in skeletal class I, 64.7% were female and 52.08% was found to be in the 13 to 19 year age range.
Muchos son los esfuerzos tendientes a la elaboración de un diagnóstico correcto que han sido propuestos en los últimos años. En los años 50 con la aparición de la radiografía cefalométrica y el desarrollo de los diferentes métodos analíticos y descriptivos darían una nueva dimensión al diagnóstico en la ortodoncia, debido a la limitación de la clasificación de los modelos de estudio de acuerdo con los conceptos originales de Angle.1 La relación maxilomandibular juega un papel importante dentro de la posición de los molares2,3 y esta relación sólo puede ser determinada radiográficamente y los modelos de estudio sólo pueden dar una idea aproximada de la posición de la mandíbula.4
AntecedentesEl propósito general de la cefalometría era para la investigación de los patrones de crecimiento y el complejo maxilofacial, pero la cefalometría ha venido a ocupar un lugar invaluable en la evaluación de las proporciones dentofaciales y clarificar las bases anatómicas de la maloclusión.5
La importancia del diagnóstico diferencial entre una mal oclusión clase I, II y III esqueletal sobre todo será la forma de arreglar la mal oclusión con las diferentes técnicas, al deslizar distalmente o mesialmente los dientes en su conjunto, el empleo de máscaras de tracción o aparatología extraoral e incluso el emplear extracciones o no.
La introducción del análisis de Downs estimuló a varios investigadores y clínicos a desarrollar sus propios análisis y surgieron un sin número de marcas cefalométricas para el análisis del cráneo dando como resultado una gran cantidad de mediciones útiles; Steiner; sin embargo, seleccionó los que él consideraba más importantes y creó su propio análisis obteniendo la mayor cantidad de información clínica con un mínimo de mediciones.6 De este análisis, sin duda el más usado es para evaluar la discrepancia ante-ro-posterior del binomio maxilar-mandíbula, el ANB (punto «A» maxilar, «B» mandibular, y «N» nasion craneal).
El término anomalía puede ser limitado e inadecuado, pero es válido para el clínico que intenta realizar un diagnóstico diferencial de los pacientes que va a tratar. La anomalía es la desviación respecto a la normalidad individual. Cada individuo es distinto, con un patrón morfogenético normal para él, pero puede presentar diferencias en cuanto a la posición, volumen y forma de las partes integrantes del aparato masticatorio. Término que así entendido facilita su aplicación en el diagnóstico al destacar lo anormal de lo normal.7
Los aspectos genéticos de la oclusión se relacionan con los patrones de crecimiento del maxilar y la mandíbula, las arcadas dentales de éstos varían una respecto de la otra en la dirección anteroposterior principalmente, a consecuencia de los vectores de crecimiento establecidos por el patrón genético.8
Según información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI),9 podemos observar que en los últimos 30 años, la población menor de 14 años se ha incrementado notoriamente y por lo tanto el panorama epidemiológico muestra que en un futuro próximo las enfermedades de la niñez y la de los grupos de edad avanzada sufrirán un cambio notable en la distribución de la población en general.
Las alteraciones en la oclusión en pubertad son muy notorios y si a esto le agregamos la tendencia a la disminución de los índices de natalidad y la estabilidad de las tasas de mortalidad es factible comprender que las maloclusiones forzosamente sufren también una redistribución en lo que actualmente el clínico está tratando.
Así, pues, el crecimiento y desarrollo juega un papel importante en el tratamiento ortodóncico;10-13 al igual que la pérdida de órganos dentales, el metabolismo óseo 14 y la enfermedad parodontal,15-17 agregan nuevos retos al ingenio y habilidades del clínico.
Un país moderno conoce las frecuencias de los diferentes problemas de maloclusión de sus ciudadanos, por lo que puede informar a sus profesionales dentistas el alcance de estos problemas y satisfacer las necesidades de quienes la padecen. Los epidemiólogos que reúnen información sobre la frecuencia de la maloclusión obtienen datos sobre la prevalencia y gravedad de las maloclusiones, además cooperan con los odontólogos, sobre todo con los ortodoncistas, de tal manera que la información obtenida les resulte pertinente a quien atiende a los pacientes.10
Planteamiento del problemaEn el Departamento de Ortodoncia de la División de Estudios de Postgrado e Investigación (DEPeI) de la Universidad Nacional Autónoma México (UNAM), ¿Qué cantidad de clases esqueletales I, II y III se atienden?
JustificaciónEn la División de Estudios de Postgrado e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma México, en el Departamento de Ortodoncia se reciben anualmente gran número de pacientes a los cuales se les atiende de sus diferentes maloclusiones, pero a la fecha no se conoce el panorama epidemiológico. En realidad no sabemos qué cantidad de maloclusiones esqueletales clase I, II y III estamos tratando y menos aún qué incidencia y qué prevalencia tenemos periódicamente. Esta información es necesaria, ya que de una manera más objetiva, al conocer que tipos de maloclusiones esqueletales estamos tratando más frecuentemente, es posible, por ejemplo, mejorar las diferentes técnicas y filosofías de tratamiento que se enseñan en la UNAM y poder guiar según las necesidades de la población, la posibilidad de realizar tratamientos ortopédicos o quirúrgicos que ayuden a resolver los problemas esqueletales, así como diversificar los tratamientos en la clínica.
Tipo de estudioObjetivos- 1.
Conocer el número de pacientes que se atienden en el servicio.
- 2.
Conocer la cantidad de maloclusiones esqueletales clase I, II y III que se atiende en el Departamento de Ortodoncia de la DEPeI de la Facultad de Odontología de la UNAM.
- 3.
Cuantificar las malocluciones esqueletales presentes por sexo y edad.
- 4.
Conocer las frecuencias de las diferentes maloclusiones.
Se seleccionan los expedientes de personas atendidas en el Departamento de Ortodoncia de la DEPeI; en el periodo 1998-2004.
Obtener la medición de los ángulos SNA, SNB y ANB (descritos por Steiner) de las radiografías cefalo-métricas iniciales (S = silla, N = nasion, A = punto, A = maxilar y B = punto, B = mandibular), comprobando con el existente en el expediente, tomando como rango clase I esqueletal 2º ± 2º, clase II esqueletal 3º o más y clase III -1º o más.
Se analizó la muestra de acuerdo al sexo, edad, maloclusión esqueletal.
Análisis estadísticoSe capturan los datos de acuerdo a sexo, edad y maloclusión esqueletal en una hoja de cálculo del programa estadístico SPSS para Windows 11.0 realizando análisis obteniendo los siguientes resultados.
ResultadosEn el presente estudio se contó con una muestra de 428 pacientes con un rango de edad de 8 a 40 años con una media de 16.85 años.
De acuerdo a la tabla de frecuencia en clase esqueletal tenemos 228 pacientes en clase I que representa un 53.3% del total de la muestra, 159 pacientes en clase II que representa 37.1% y sólo 41 pacientes clase III que corresponde a un 9.6% (Figura 1).
En la tabla de frecuencia por sexo encontramos que el 64.7% es femenino (277) y el 35.3% masculino (151) (Figura 2).
En la tabla de frecuencia por grupos de edad encontramos en el grupo 1 de rangos de edad de 8 a 12 años (88 pacientes) corresponde al 20.6%, en el grupo 2 entre los 13 y los 19 años (226 pacientes) representa un 52.8% y el grupo 3 de 20 a 40 años de edad (114 pacientes) que representan un 26.6% (Figura 3).
Considerando la clase esqueletal y sexo encontramos que de los 228 (53.3%) pacientes en clase I, 151 (35.3%) son sexo femenino y 77 (18%) masculino, de los 159 (37.1%) pacientes clase II, 102 (23.8%) son sexo femenino y 57 (13.3%) masculino y que de los 41 (9.6%) pacientes de en clase III 24 (5.6%) sexo son femenino y 17 (4.0%) masculino (Cuadro I).
Asociación entre sexo y clase esqueletal.
Clase esqueletal-sexo | |||||
---|---|---|---|---|---|
Sexo | |||||
F | M | Total | |||
Clase Esq. | I | Recuento | 151 | 77 | 228 |
Porcentaje | 35.3% | 18.0% | 53.3% | ||
II | Recuento | 102 | 57 | 159 | |
Porcentaje | 23.8% | 13.3% | 37.1% | ||
III | Recuento | 24 | 17 | 41 | |
Porcentaje | 5.6% | 4.0% | 9.6% | ||
Total | Recuento | 277 | 151 | 428 | |
Porcentaje | 64.7% | 35.3% | 100.0% |
Se calculó la x2 obteniendo = 0.936, p=0.626, lo cual nos indica que no existe asociación entre sexo y la clase esqueletal.
Considerando sexo y edad se encontró que de los 277 (64.7%) pacientes del sexo femenino, 52 (12.1%) tienen de 8 a 12 años, 146 (34.1%) de 13 a 19 años y 79 (18.5%) de 20 a 40 años. Los 151 (35.3%) pacientes sexo masculino 36 (8.4%) tienen de 8 a 12 años, 80 (18.7%) de 13 a 19 años y 35 (8.2%) de 20 a 40 años (Cuadro II).
Al calcular la x2 se obtuvo x2 = 2.269, p=0.322, no existe asociación entre la edad y el sexo (Cuadro III).
Asociación entre clase esqueletal y edad.
Clase esqueletal - edad | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|
8 a 12 | 13 a 19 | 20 a 40 | Total | |||
Clase Esq | I | Recuento | 38 | 124 | 66 | 228 |
Porcentaje | 8.9% | 29.0% | 15.4% | 53.3% | ||
II | Recuento | 40 | 78 | 41 | 159 | |
Porcentaje | 9.3% | 18.2% | 9.6% | 37.1% | ||
III | Recuento | 10 | 24 | 7 | 41 | |
Porcentaje | 2.3% | 5.6% | 1.6% | 9.6% | ||
Total | Recuento | 88 | 226 | 114 | 428 | |
Porcentaje | 20.6% | 52.6% | 26.6% | 100.0% |
Al calcular la x2 se obtuvo x2 = 6.302, p=0.178, no existe asociación entre la clase esqueletal y la edad.
Considerando la clase esqueletal y la edad, encontramos que de los 228 (53.3%) pacientes en clase I es-queletal 38 (8.9%) tienen de 8 a 12 años, 124 (29.0%) de 13 a 19 años y 66 (15.4%) de 20 a 40 años. Los 159 (37.1%) pacientes en clase II esqueletal 40 (9.3%) tienen de 8 a 12 años, 78 (18.2%) de 13 a 19 años y 41 (9.6%) de 20 a 40 años. Los 41 (9.6%) pacientes en clase III esqueletal 10 (2.3%) tienen de 8 a 12 años, 24 (5.6%) de 13 a 19 años y 7 (1.6%) de 20 a 40 años (Figura 4).
DiscusiónEn investigaciones epidemiológicas de la maloclusión es necesaria caracterizar de alguna forma la población a valorar.18 Pueden ser clasificados por varios métodos con un planteamiento satisfactorio. Además de una fuerte de connotación con el diagnóstico ortodóncico, varios investigadores en esta área con-cuerdan que las diferentes mediciones cefalométricas pueden referir variaciones morfológicas destacándose los ángulos SNA, SNB y ANB (Riedel 1952).
En términos de la literatura ortodóncica numerosos estudios proponen normas cefalométricas para avalar la armonía del perfil facial y las clase esqueletal en varios grupos humanos en todo el mundo, podríamos citar algunos autores que además de los ángulos mencionados optaron por avalar sus poblaciones con otros análisis como es el de Björk o el de Tweed y recientemente el de Pérez y Rosales en 1990, afirman que con la observación de las medidas cefalométricas era posible esclarecer las bases anatómicas de la maloclusión en diferentes poblaciones y la necesidad de caracterizar desde un punto de vista antropofísico a los individuos y poder analizarlos cefalométricamente.19-22
Un artículo en el que se realizan investigaciones con prognatismo facial fue avalado cefalométricamente con la utilización del ángulo ANB; y trabajos similares, donde puede haber variaciones tanto en un factor de grupos raciales, como también en relación al factor edad.23-26
ConclusionesDespués del análisis estadístico encontramos que los máximos porcentajes se encontraban así: el 53.3% de la muestra se encontraba en clase I esqueletal, que el 64.7% eran del sexo femenino y que el 52.08% se encontraba en el rango de edad de 13 a 19 años, y los mínimos en: 9.6% clase III esqueletal, 35.3% del sexo masculino y 20.6% en el grupo de edad de los 8 a los 12 años. Esto nos conduce a realizar inferencias en cuanto a las probabilidades estadísticas de los diferentes cuadros clínicos a los que nos podemos enfrentar como especialistas, y nos hacen pensar en la importancia del conocimiento del crecimiento y desarrollo de las estructuras de la cara para el aprovechamiento de éste en etapas tempranas del desarrollo y corregir las discrepancias esqueletales, pues el grupo de 8 y 12 años son más susceptibles a cambios esqueletales ortopédicos suma el 20.6% de la muestra y en el más estricto sentido de la palabra, hablando de discrepancia anteroposterior de los maxilares, 45% de los casos tendrían que ser tratados quirúrgicamente. Además, el 26.6% de la muestra corresponde a la edad de 20 a 40 años, que corresponde a la adultez y representa un reto a las técnicas ortodóncicas por las diferentes complicaciones inherentes a la edad como enfermedad parodontal, metabolismo óseo, pérdida de órganos dentales etc.