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Vol. 23.
Páginas 83-100 (Julio - Diciembre 2017)
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Vol. 23.
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Balances y perspectivas. Estudios sobre la prensa en Colombia durante el siglo xix1
Balances and Prospects. Press Studies in Colombia During the Nineteenth Century
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Juan Guillermo Zapata Ávila2
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Resumen

Este artículo tiene como objetivo exponer y analizar diversos estudios sobre la prensa decimonónica en Colombia, que se han identificado través de la construcción de un estado del arte. Como resultado, se pueden apreciar diversos trabajos sobre la prensa en Colombia, que se dividen fundamentalmente en dos grupos: por una parte, aquéllos que conforman el periodo de inicio de la vida republicana y, por otra, los que se ocupan de la prensa durante los periodos liberales. Un balance de este tipo no se ha realizado en el país, situación que se refleja en las múltiples dificultades para encontrar sistematicidad en las investigaciones sobre la prensa en Colombia y los procesos de opinión pública. Por último, en el artículo se presenta la importancia de la prensa como medio de difusión de la opinión pública en Colombia durante el siglo xix.

Palabras clave:
Prensa
imprenta
opinión pública
vida republicana
liberalismo
siglo diecinueve
Abstract

This article aims to present and analyze various studies on the nineteenth - century press in Colombia, which have been identified through the construction of a state of the art. As a result, we can see several works on the press in Colombia, which are divided fundamentally into two groups: on the one hand, those that are part of the period of the beginning of republican life and, on the other hand, those who deal with the press during the liberal periods. A balance of this type has not been made in the country, a situation that is reflected in the multiple difficulties to find systematicity in the press investigations in Colombia and processes of public opinion. Finally, the importance of the press as a means of disseminating the public opinion in Colombia during the 19th century.

Keywords:
Press
printing
public opinion
republican life
liberalism
nineteenth century
Texto completo
Introducción

Este artículo presenta un balance de diferentes estudios sobre la prensa en Colombia durante el siglo xix, abarcando lo que corresponde a las primeras décadas de la vida republicana (1810-1820) y el periodo liberal de dicha centuria (1848-1854 y 1863-1885). Se plantean estos dos momentos del siglo porque son los que han sido objeto de estudios sobre el tema; por el contrario, la década que trascurrió entre 1830 y 1840 se caracterizó por un incipiente desarrollo de la prensa en el país, razón por la cual, los estudios no se han concentrado en esta época. Al respecto debe decirse que durante los años de 1839 y 1840 aconteció la guerra civil de los Supremos, situación que llevó al traste buena parte de los proyectos periodísticos. Mientras que, por una parte, las primeras décadas de la vida republicana e independiente colombiana se caracterizaron por la emisión de periódicos vinculados con la causa revolucionaria o con el mantenimiento del poder colonial, por otra, durante los periodos liberales se registró el mayor número de publicaciones periódicas afines con la política de estos gobiernos de establecer la libertad absoluta de imprenta y opinión.

Inicialmente, se exponen los trabajos que analizan la aparición de la prensa, la imprenta y los primeros procesos periodísticos en Colombia durante el virreinato de la Nueva Granada, periodo anterior al proceso de independencia y última fase del dominio de la Corona española en esta zona de América. Este periodo llegó a su fin el 7 de agosto de 1819 y dio pie al proceso republicano. Así mismo, se aborda un trabajo que presenta el desarrollo de la prensa en el periodo de la Gran Colombia, momento histórico en que se unieron las naciones de Venezuela y la Nueva Granada, ambas en 1819, y luego Panamá, en 1821, y Ecuador, en 1822. Sin embargo, esta gran unión sudamericana del siglo, finalmente no tuvo mucha durabilidad en el tiempo.

Posteriormente, se presentan los trabajos que se han ocupado de la prensa durante el periodo liberal —del año 1848 a 1854— durante el cual se desarrollaron diversas reformas modernizantes, en las que, a partir del gobierno de José Hilario López se emprendió una serie reformas económicas y políticas que propendían a desarrollar el republicanismo y avanzar en la construcción del Estado.

Una de las reformas más significativas fue, precisamente, la instauración de la Libertad Absoluta de Imprenta en el año 1851, mediante la ley 2100. Años después, luego de superarse una dictadura militar —la de José María Obando (1854)— y un intermedio de gobiernos conservadores, entre 1855 y 1862, se instauró en Colombia el periodo del federalismo entre 1863 y 1885. En ambos momentos de administración liberal, la prensa jugó un papel determinante en el proceso de configuración de la opinión pública. Por esta época, Colombia se denominó La Nueva Granada (1832-1858), Confederación Granadina (1858-1863), Estados Unidos de Colombia (1863-1885) y República de Colombia (de 1885 hasta nuestros días).

En cada una de estas etapas, la prensa fue el mecanismo por excelencia para propagar la opinión pública de la época, puesto que, precisamente, el siglo xix fue el momento histórico en que el país apenas se constituía como república independiente y en que el debate sobre lo público fue incesante e incandescente durante dicha centuria. De esta forma, la publicación y reproducción de periódicos se convirtieron en la tribuna de la opinión pública decimonónica en Colombia.

Los inicios de la prensa en Colombia

Aunque puede datarse oficialmente el nacimiento del periodismo en Colombia en el año de 1791, a raíz de la publicación del Papel periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá a cargo del cubano Manuel del Socorro Rodríguez, hay antecedentes que merecen ser mencionados. Un referente transcendental fue la llegada de la imprenta, la cual, desde la década de 1730 del siglo xviii, había tenido su primer arribo a la ciudad de Santafé de Bogotá, cuando publicó almanaques y laminillas religiosas de la época. Este hecho significó la llegada del principal mecanismo para publicar papeles de una manera masiva y constituye, a su vez, el inicio de la difusión de ideas en lo que puede considerarse una primera etapa de la opinión pública en Colombia. Se tiene conocimiento de la primera imprenta en Santafé de Bogotá a finales de 1737, producto de los oficios hechos por padres jesuitas de la época, que lograron instalar, por primera vez en la capital del Nuevo Reino de Granada, un mecanismo para emitir impresos. De esta manera, el arribo de la primera imprenta se produjo a partir de la iniciativa de prelados pertenecientes a los padres de la Compañía de Jesús y con el auspicio de las autoridades de la Corona española. Todo comenzó cuando esta orden religiosa instaló la primera imprenta en “[…] una pieza baja de la casona contigua al Colegio San Bartolomé, donde funcionaba la universidad de San Francisco Javier”.3

Después de la llegada de la imprenta, surgieron las que serían las primeras publicaciones del país, el Aviso del terremoto y Gaceta de Santafé, ambas en 1785. Estos son antecedentes de lo que sería la primera gran apuesta periodística del país, Papel periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá, la cual merece tal denominación debido al número de tirajes que tuvo: se trató de la primera publicación con gran continuidad en el tiempo, ya que este lapso fue de seis años, entre 1791 y 1797, y mantuvo su periodicidad en cuanto a número de páginas y estructura.

Prensa e imprenta durante los inicios de la vida republicana Los precursores de la investigación periodística

No puede decirse que exista un vasto panorama de estudios referidos a la prensa en Colombia, mucho menos para el periodo que aborda este balance, es decir, el siglo xix. Sin embrago, es necesario decir que han existido diversas investigaciones, principalmente desde la historia, que han sido precursoras de la investigación periodística en el país. Tampoco son abundantes las investigaciones que enfaticen en la opinión pública decimonónica; a pesar de ello, es necesario mencionar que el proceso de emisión y difusión de periódicos a lo largo del xix estuvo fuertemente ligado al interés que existía en la época por establecer a la opinión pública, principalmente, entre las elites políticas y sociales.4

Para empezar, hay que mencionar los trabajos pioneros sobre la prensa durante el siglo xix, realizados por Gustavo Otero Muñoz,5 David Bushnell,6 Antonio Cacua Parda,7 Luis Ociel Castaño8 y Renán Silva,9 quienes, desde una perspectiva histórica, muestran los primeros avances de la labor periodística en Colombia. Para estos investigadores, las apariciones de la imprenta y de los primeros periódicos son los principales exponentes de este nacimiento periodístico y de opinión pública en el país.

En el caso de Otero Muñoz, estamos en presencia del decano de los estudios sobre prensa en Colombia, lo cual es relevante en tanto fue el primer intento por sistematizar la emisión de periódicos y por ofrecer una vasta información en torno a la producción de prensa en aquella época. La dificultad fundamental de su trabajo radica en la carencia de análisis profundos sobre el significado social, político o económico de la prensa a lo largo de la centuria. El trabajo de Otero es un importante referente por haber sido la primera sistematización de prensa en el país, aunque no ofrezca mayores explicaciones sobre el papel de la prensa y, mucho menos, de la opinión pública durante el siglo xix en la sociedad colombiana.

Lo clave del estudio de Otero, además de ser la primera referencia sobre el tema, es su legado en cuanto a la identificación y la organización de fuentes periodísticas durante el diecinueve, fundamentalmente en la ciudad de Bogotá.10

Algo similar sucede con el trabajo de Cacua 9, quien, al igual que Otero, aporta datos importantes en torno a la publicación de periódicos a lo largo de este siglo, pero, carece de un mínimo ejercicio analítico sobre dichas publicaciones, limitándose a listar una serie de publicaciones e, inclusive, a enaltecer a los distintos responsables de dichas publicaciones, lo cual hace de su trabajo —que curiosamente ha sido ampliamente consultado por estudiosos de la prensa en Colombia— un documento bastante tradicional y por momentos parcial en sus apreciaciones políticas. Finalmente, Antonio Cacua suministra importante información acerca del tamaño, tiraje y responsables de los periódicos, pero carece de interpretación y análisis crítico.

David Bushnell ofrece un trabajo más riguroso en términos históricos, pues enfatiza en el análisis del desarrollo de la prensa a partir de la década de 1820 y en la injerencia que hombres como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander tuvieron en la fundación y dirección de periódicos en el periodo que se denominó la Gran Colombia.11 Pero, además, apunta a reconocer el rápido crecimiento de la prensa posterior al proceso independentista, como consecuencia de un nuevo aire político y social, pues, como lo afirma el propio Bushnell: “The rapid expansion of the press was an indication that the Enlightenment of late colonial times was reaching a wider cross-section of the literature population; it reflected material progress and usually the active interest of governments as well”.12

El artículo presenta diferentes fuentes, periódicos en particular, de la década de 1820, principalmente aquéllos en donde Bolívar y Santander fueron sus responsables; se sustenta en algunos fondos y repositorios como el del Fondo de José María Quijano Otero, actas y archivos dispuestos en el Archivo Histórico Nacional.13

Para Bushnell, el “the Enlightenment” se reflejaba en las diferentes publicaciones de la época, lo cual contribuía a desarrollar niveles de discusión sobre los asuntos públicos. De esta forma, el artículo destaca la importancia de que se constituyera cierto nivel de opinión pública de manera precoz en el país.

Por su parte, Ociel Castaño trasciende en buena medida a Otero y Cacua pues, además de presentar listados de periódicos publicados a lo largo del siglo en Colombia, también introduce algunos aspectos analíticos que le conceden determinado rigor al trabajo. Además, Castaño enfatiza en la constitución de una visión romántica y liberal de la comunicación, y esta expresión constituye un rasgo distintivo de la opinión pública de aquel entonces. Sin embargo, expresa cierto tono partidista, pues el autor constantemente, reivindica principios liberales y ataca a algunos representantes del conservadurismo que tuvieron participación en la labor periodística.14

A su vez, el historiador Renán Silva presenta dos importantes trabajos que analizan la aparición de la prensa y sus posibles efectos en la opinión pública y la difusión cultural en el virreinato de la Nueva Granada: el primero de ellos se refiere a la aparición de Papel periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá, publicación del cubano Manuel del Socorro Rodríguez. El periódico surgió el miércoles 9 de febrero de 1791, convirtiéndose en el primer periódico del país, debido a que fue la primera publicación con un amplio tiraje y una continuidad en su número de páginas y en su estructura, además de su durabilidad en el tiempo, pues fueron seis años (entre 1791 y 1797) los que existió. Silva analiza cómo se convirtió en el escenario en donde se encontraron las elites políticas, intelectuales y sociales del país para discutir diversos puntos de vista:

Por más de un lustro, entre 1791 y 1797, será el semanario en que circularán ideas y opiniones que fueron centro de un debate intelectual en donde con facilidad se combinaba lo enconado con lo peregrino. Como también parece haber sido un punto de concentración, expresión y dispersión de referencias sobre asuntos y noticias que entroncaban con las urgencias que el siglo venía fabricando.

El Papel periódico: un poco más de cinco años de trabajo —a pesar de varias suspensiones, y 265 números en total. Alrededor de dos mil quinientas páginas si se tiene en cuenta que a su formato original de ocho páginas en octavo agregaba frecuentes suplementos. Su oficina de redacción fue un cuartito cedido por la administración local de Correos, y su medio de impresión la rústica prensa de Espinosa de los Monteros, primero, y luego, pero tan sólo durante un breve lapso, la que con título de “Patriótica” había establecido en la capital el regidor don Antonio Nariño, en la plazuela de la Iglesia de San Carlos.15

Y aunque el periódico se emitió por última vez el 16 de enero de 1797, con su número 265, su legado dentro de la historia de la prensa en Colombia siempre será preponderante, no sólo por tratarse, estrictamente, del primer periódico publicado en el país, sino porque, como lo expresa Silva, resulta una de las grandes evidencias de configuración de escenarios de discusión de las elites de la primera época en Colombia. Se trató, así, de la constitución, aunque incipiente, de una primera esfera pública de discusión de parte de los sectores letrados del país. La importancia del Papel periódico radica no sólo en haber sido el primer periódico con circulación más o menos continua durante un tiempo significativo, sino, también, en haber sido fundado en Santafé de Bogotá (localidad con un gran peso cultural), pues, siguiendo a Renán Silva: “[…] Santafé fue el polo cultural por excelencia en la sociedad colonial neogranadina, por lo menos si restringimos la significación ‘cultural’ al campo de la cultura escolar y literaria”.16

Silva también aborda el tema de la realidad social de la crítica ilustrada en las sociedades andinas, el papel de José Celestino Mutis en la sociedad colonial neogranadina, el periodismo a finales del siglo xviii y principios del xix, y las formas de sociabilidad y producción de nuevos ideales. En su segundo trabajo se ocupa de otro de los hitos periodísticos de la época: el Correo curioso, erudito, económico y mercantil de la ciudad de Santafé de Bogotá, a cargo de Jorge Tadeo Lozano de Peralta y del presbítero José Luis de Azuola y Lozano, que se publicó una década después del Papel periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá, el 17 de febrero de 1801.17 El periódico fue editado en la Imprenta Patriótica y su vida culminó el 29 de diciembre de 1801.

Los trabajos de Renán Silva subrayan la importancia de la aparición de estas primeras publicaciones, que fueron responsables de la configuración de opinión pública en el país, pero, sobre todo, de la activación de intercambios culturales que fueron determinantes en el desarrollo social del país. Sin embargo, también plantea algunas críticas con respecto a la historiografía tradicional sobre la prensa, que ha incurrido en otorgarle un nivel de sobrevaloración a las primeras experiencias de imprenta en el país, pues no ha trascendido de la enunciación de hechos y la glorificación de personajes involucrados en las primeras experiencias periodísticas. Igualmente, dicha historiografía ha estado carente de crítica y nuevas aportaciones al tema, reduciéndose, en buena medida, a respetar “[…] cronologías básicas sobre la introducción de la imprenta y el surgimiento de los primeros periódicos […], repitiendo una serie de datos ampliamente divulgados en la mayoría de estudios y sin lograr el mayor aprovechamiento de las fuentes periodísticas, que realmente son abundantes en el país”.18

Silva contribuye enormemente en los estudios sobre la prensa y la formación de opinión, no sólo por su postura crítica frente a los estudios tradicionales que se han enmarcado en cronologías y posturas apologéticas de los gobernantes, sino también porque ofrece un importante análisis sobre la configuración de elites ilustradas al compás del desarrollo de la prensa en Colombia. Esta situación, como se dijo anteriormente, ha dimensionado, en proporciones que quizás no eran las reales, el ejercicio de la imprenta en su primera época durante el virreinato de la Nueva Granada,19 por el contrario, hay que decir que estas primeras prácticas no eran ni mucho menos propias de un actividad permanente y sistemática de la imprenta, sino, más bien, acercamientos a la labor que, al trascurrir el proceso revolucionario y la instauración de los primeros gobiernos propiamente republicanos, se pudo desarrollar la labor, que prácticamente se iniciaría a mediados de siglo xix con el boom de la prensa partidista.

A propósito de la aparición de la imprenta y su real connotación en su génesis, Renán Silva recalca que las primeras publicaciones impresas siempre fueron “[…] el fruto del permiso y del privilegio acordado de manera temporal, pues publicar es siempre un privilegio reservado a la autoridad, aunque no debe olvidarse que, bajo controles precisos, un privilegio que la autoridad podía delegar”.20

A la imprenta debe entendérsele en sus justas proporciones para el momento en el cual nació, pues su insípida labor por aquel entonces haría pensar más bien en una especie de actividad ligada a las imprentillas, las cuales eran “pequeñas cajas móviles de letras”, que se disgregaron por toda la América hispana.21

Además, es preciso decir que la llegada de la imprenta a la Nueva Granada fue tardía con respecto a países como México y Perú —en donde se remonta al siglo xvi—, que fueron los pioneros en la actividad en el continente, actividad que estuvo vinculada con la Corona española, al ser el virreinato de la Nueva España (México) en donde por primera vez se imprimió. Siguiendo a Ociel Castaño, la imprenta llegó a La Nueva Granada “[…] en la tercera década del siglo xviii […], prácticamente, tres siglos después de ser inventada en Europa, siendo la sexta en ponerse en funcionamiento en América, posteriormente a las de […] México (1535), Perú (1584), Massachusetts-Cambridge, Colegio de Harvard (1638), Guatemala (1660), La Habana (1701) […]”,22 y se anticipó a las de Quito (1755), Córdoba (1765), Buenos Aires (1780), Santiago de Chile (1780) y Venezuela (1808).23

Si queremos reconocer la verdadera magnitud de la naciente imprenta en Santafé de Bogotá, siguiendo a Silva, es necesario considerar:

[…] La idea ampliamente difundida por los comentaristas locales, desde el propio siglo xix, acerca de los “antiguos orígenes” (c. 1735) y la importancia de la imprenta en el Nuevo Reino de Granada desde su “llegada”, es sólo, de una parte, una prueba de confusión entre la existencia de un “aparato mecánico” —la imprenta— y los usos sociales que la convierten en un hecho social y, de otra parte, la expresión de un afán de celebración de las glorias de la cultura nacional, tal como corresponde a una historiografía que casi siempre suple las tareas de investigación medianamente objetiva del pasado con una genuflexión frente a un pasado del cual se aceptan todas sus respuestas sin mayores dudas sobre ese ejercicio de construcción imaginaria.24

Las verdaderas proporciones de la imprenta y sus artífices están enmarcadas en un contexto de dominación social política ligada a los gobernantes de la época. Como puede apreciarse, el inicio de la imprenta en Santafé de Bogotá estuvo estrechamente ligada a los intereses del clero y la Corona española que aún prevalecían en el siglo xviii. Esta situación permitió que se instalara en Santafé, en la plazuela de San Carlos, la Imprenta Real, dirigida por Antonio Espinosa de los Monteros, a quien la misma Corona le adjudicó el título de impresor real.25

Con el historiador Renán Silva, concluimos esta presentación de los pioneros en la investigación periodística colombiana. Dichas investigaciones fundamentalmente analizaron los inicios de la publicación de periódicos y unos primeros intentos de configuración de opinión pública; además, hacen alusión a la emergencia de una vida republicana, pues se trataba de la aparición de medios de difusión que plantearon nuevas condiciones para el debate público en la naciente sociedad colombiana.

Los continuadores

Son escasos los estudios referidos a la prensa de las primeras décadas del siglo xix, a excepción de los pioneros en la investigación periodística. Sin embrago, han surgido nuevas generaciones que se han ocupado del tema y del periodo en mención. A continuación, se presentan diversos estudios que han complementado a los primeros investigadores de la prensa en Colombia. Una vez más, el tema de la opinión pública está ligado al de la publicación de periódicos, en tanto que las primeras décadas de vida independiente estuvieron enmarcadas por el debate sobre lo público, debate que fue plasmado ampliamente en los periódicos de aquella época.

Para empezar, debe mencionarse a Jaime Andrés Peralta Agudelo,26 quien en su trabajo permite comprender el proceso de configuración de sectores letrados y círculos notables en el Nuevo Reino de Granada. El autor apunta a la falta de estudios en torno a la dimensión cultural de los procesos sociales y su correspondencia con la prensa, a diferencia de los múltiples estudios sobe aspectos políticos y económicos para el mismo periodo. Claramente, su estudio apunta hacia una línea de historia de las elites y su vinculación con la actividad periodística. En este caso, la historia de las elites también hace referencia a una historia inicial de la opinión pública.

En esta misma línea, encontramos el trabajo de Mauricio Nieto Olarte,27 quien se ocupa de analizar el carácter político de las prácticas científicas en la época colonial: la fuente principal para el análisis fue el periódico editado entre 1808 y 1810 por Francisco José de Caldas, denominado Semanario del Nuevo Reyno de Granada, en el que se estableció la relación entre conocimiento y poder como campos inseparables: de esta forma, el proceso de Ilustración en el Nuevo Reino de Granada se convirtió en un proceso de diferenciación social, en el cual los civilizados e incivilizados se separaron tajantemente.

Dentro de estas nuevas generaciones de estudios de la prensa, encontramos a quienes abordan el tema analizando dos países distintos durante sus inicios republicanos; así, Mauricio Beltrán28 presenta en su artículo un análisis comparado del proceso de configuración de la prensa en torno a la nación tanto en Canadá como en Colombia, enfocándose en “[…] la descripción de las influencias de la prensa en la política y el desarrollo cultural de ambos países”.29 El trabajo se concentra fundamentalmente, en narrar y analizar cómo se construyó la idea de nación en estos dos países, mostrando para el caso canadiense, cómo fue su proceso de consolidación dentro del Common Law, luego de los sucesos revolucionarios iniciados desde el siglo xviii y para el caso colombiano, en el contexto de la revolución por la independencia de principios del siglo xix. El trabajo es importante porque plantea un análisis comparado entre ambas experiencias nacionales y el tema de la prensa es central. No obstante incurre en cierta generalización al utilizar un tono bastante descriptivo y transitar de contextos históricos, entre los siglos xvii, xviii, xix y xx, sin la debida profundización que amerita un estudio de esta índole. Igualmente, se podría decir que no es apropiado relacionar dos contextos tan disimiles, con procesos sociopolíticos, históricos y económicos de tan marcada diferencia.

El tema articulador entre ambas realidades sociopolíticas es la prensa y su contribución a la consecución de derechos ciudadanos, pues para Beltrán la prensa fue un precedente de muchos de los procesos sociopolíticos en Canadá, mientras que llega a considerar que la consolidación del verdadero periodismo en aquel país norteamericano es un antecedente de la construcción de su Estado-nación. En Colombia los procesos fueron distintos, debido a que aspectos ligados a la mala distribución de las riquezas y la no consolidación de mercados económicos por parte de los españoles en Hispanoamérica, serían las causas de “una inestabilidad política constante desde la época de la guerra por la Independencia”, situación que ocasionó retrocesos políticos y sociales que impidieron “[l]a nacionalización legal y de hecho solamente se logró a finales del siglo xx, aunque el periodismo ya era parte de la organización institucional”.30

Al igual que Beltrán, el Estado y la nación son temas centrales en el ensayo de Viviana Garcés,31 en el cual se analiza la relación existente entre opinión pública y discurso político. Para tal fin, Garcés se enfoca en analizar los conceptos de nación, patria y ciudadano en la prensa neogranadina, en el contexto del proceso de independencia. Se plantea el método del análisis histórico del discurso, por medio del cual se estudian siete periódicos de la época: Correo curioso, La constitución feliz, El Argos Americano (Cartagena), el Aviso, El público, La Bagatela y Correo del Orinoco.

En un primer momento preindependentista, se identifica una tendencia hacia la construcción de un ciudadano amigo de la nación, que se opone a la idea de nación guerrera. En un segundo periodo, para 1810, ya no se habla de España, sino del intento de autonomía y de todas las incidencias a raíz de las invasiones napoleónicas. El trabajo identifica una serie de estrategias discursivas, explícitas en la prensa de la época, en torno a conceptos como el territorio rico nacional, la tierra prometida, las relaciones amigo-enemigo y España y América, y la idea de nosotros y ellos. Establecieron dichas categorías con base en el método del análisis del discurso. Además de lo anterior, en el artículo se presenta una serie de conceptos que describen parte del discurso retórico de la época, como comunidad imaginada,32 en razón de una historia común de dolor que conduce a la constitución del ciudadano armado; espacio de la nación, que comprende la exaltación del territorio, y nuevo tiempo colectivo, el cual se refiere al rechazo al tiempo de la Colonia y la reivindicación del año I para la República.33

El tema de la configuración de nación y derechos sigue presente en la historiografía sobre la prensa, pues Camila Gómez Cotta ofrece un trabajo que plantea una mirada acerca de la historia de la comunicación, en relación con la conformación de la idea de nación colombiana; de esta forma se describen “[…] tensiones y regímenes de representación ejercidos sobre las otredades, sus memorias e historias”.34 Gómez Cotta expone un artículo —producto de su trabajo doctoral— que muestra la relación que se establece en la prensa decimonónica frente al “poder y las agencias subalternizadas, que pueden rastrearse hoy en el medio señalado”.35

Este trabajo también se ocupa de Papel periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá como precedente de la prensa, en lo que la autora denomina “vehículo ideológico”36 que nutrió fundamentalmente a los sectores ilustrados en Santafé de Bogotá.

Prosiguiendo con el tema de la difusión de referentes ideológicos en la primera época republicana, Gilberto Loaiza Cano presenta diversos trabajos de índole histórica, en los que hace alusión a los procesos de construcción del debate público en el Nuevo Reino de Granada, en el marco de los sucesos revolucionarios.37

La relación prensa-opinión pública es un tema central dentro de este artículo, pero, sobre todo, lo son las tensiones que comenzaron a evidenciarse en el Nuevo Reino de Granada luego de la ampliación de la imprenta, pues, al decir de Loaiza, se ha querido mostrar:

[…] cómo los periódicos constituyeron desde entonces un dispositivo concienzuda y conscientemente elaborado por un grupo de individuos capacitados para las tareas de difusión y persuasión, en un espacio público de opinión que comenzaba a expandirse y a tornarse conflictivo. Entre 1808 y 1815, en lo que había sido el virreinato de la Nueva Granada hubo un despliegue de fórmulas de organización de un incipiente sistema republicano que apeló al principio de la soberanía del pueblo y que erigió algunas libertades, cuyos principales beneficiarios fueron los criollos letrados.38

Su trabajo analiza los periódicos de la época, el discurso sobre la aceptación de libertades individuales y, asimismo, el temor que se expresaba en aquel entonces por el derecho de asociación. La pregunta del autor se centra en averiguar cómo se produjo la ampliación de la imprenta en este momento de la historia en relación con que si: “[…] su aplicación fue armoniosa y diáfana o si estuvo plagada de incoherencias, de vacilaciones e, incluso, de atropellos a la libertad misma que se acababa de proclamar”.39

Este trabajo se sustenta, fundamentalmente, en los periódicos Diario Político de Santafé de Bogotá y La Bagatela, publicaciones de gran importancia en la época, debido al papel que jugaron en torno a la difusión de diferentes debates políticos y la trasmisión de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano por parte de su responsable Antonio Nariño.

Por último, vale comentar que su artículo hace mención del carácter evidentemente mercantilista que fue adquiriendo la prensa a partir de La Bagatela, de Antonio Nariño, mercantilismo que, sin embargo, aunque se menciona, no llega a profundizarse y explicarse plenamente. Este punto es importante, pues la historiografía sobre el tema prácticamente ha desconocido la mercantilización de la prensa en Colombia durante el xix, negándose, de esta forma, la tesis habermasiana en torno a la relación capitalismo y periodismo, que comenzó a desarrollarse en países de Europa y en Estados Unidos durante el siglo xix.40

Francisco Ortega y Chaparro41 aportan al tema al reconocer la importancia de la prensa en el desarrollo republicano en Colombia, precisamente, como mecanismo de difusión de opinión pública; pero, a pesar de ello, existen vacíos en la producción de trabajos a lo largo del siglo xix, principalmente, de aquéllos que le otorguen un papel central a la prensa en sus análisis. Es importante la crítica planteada sobre la simple utilización de la prensa periódica como fuente de información, ya que se desconocen sus connotaciones como referente de sentidos que permitan la comprensión de la política de la época. Los autores advierten que no puede confundirse la historia de la opinión pública con la de la imprenta o el periodismo, aunque, al ser la imprenta y el periodismo elementos fundamentales para la construcción de la esfera pública, es claro que “existe una relación íntima entre éstos y aquélla”.42 Prosiguiendo con el planteamiento de los autores:

La imprenta y la prensa existen como artefactos dotados de una evidente materialidad y conllevan funciones comunicativas muy concretas, la opinión pública, en cambio, resulta algo mucho más abarcador y simultáneamente menos evidente, una abstracción cuya definición y sentido han sido desde siempre polémicos y objeto de innumerables luchas políticas.43

La compilación de Ortega y Chaparro está compuesta de dos partes: la primera, la constituyen ensayos dedicados al nacimiento de la opinión pública en Colombia, y la segunda presenta ensayos que analizan diversos procesos de publicidad, sociabilidad e institucionalidad, principalmente durante la primera mitad del siglo xix.

Algo que caracteriza esta compilación es la clara intención de cada uno de los autores por reivindicar el papel de la prensa en diferentes procesos sociales. De esta forma, se puede valorar significativamente el estudio, puesto que se trata de una historia de la publicidad y de la opinión pública de la primera mitad del siglo xix, y constituye, por ello, un trabajo pionero acerca del lugar privilegiado que se le concede a la prensa, no sólo como fuente, sino también como objeto de investigación.

La prensa durante los periodos liberales

Los dos periodos liberales durante el siglo xix fueron el de mediados de siglo, comprendido entre 1848 y 1854, en el que se emprendieron diversas reformas modernizantes, y posteriormente el que se desarrolló entre 1863 y 1885, en el que se instauró el régimen federal. Ambos periodos se caracterizaron por permitir la libertad de imprenta y el libre derecho de la opinión, primero a través de la ley 2100 de 1851, de la libertad absoluta de prensa,44 y luego, a partir de la radicalización de este derecho en la posterior Constitución de 1863, de carácter federal. Los dos procesos jurídicos-constitucionales proporcionaron las condiciones para la emergencia de periódicos de todo tipo, constituyéndose de esta forma, en el periodo de mayor difusión periodística durante el siglo xix. Durante este periodo, se puede decir, sin ambages, que la configuración de opinión pública tuvo uno de sus mayores desarrollos, en tanto que la prensa fue el gran vehículo de la difusión de idearios partidistas, liberales y conservadores, donde los debates referidos al tipo de régimen de Estado —federal o central—, la participación de la Iglesia católica en asuntos estatales y, fundamentalmente, todo lo concerniente a los procesos electorales se difundió rápidamente a lo largo y ancho del país. Esto dio pie a que se establecieran grandes debates periodísticos que suscitaron importantes acontecimientos políticos ampliamente discernidos en la época.

A continuación, se presentan diferentes trabajos que han abordado el tema de la prensa durante los periodos ya mencionados.

Para empezar, es necesario hacer referencia nuevamente a Gilberto Loaiza Cano, quien presenta dos trabajos de gran importancia: el primero de ellos se ocupa de analizar a uno de los principales impulsores de la imprenta en Colombia, el periodista y político liberal Manuel Ancízar, quien no sólo se encargó de modernizar la imprenta en Colombia, sino que fue el primer director de uno de los más influyentes periódicos liberales de mediados de siglo, El Neogranadino.45 El segundo es relevante pues aborda el papel de la Iglesia en la construcción de opinión pública a través de la prensa.46

La imprenta instaurada por Ancízar se convirtió en un hito en la historia de la prensa colombiana, pues modernizó la forma de imprimir papeles durante el siglo xix, pero también fue un hecho la injerencia de los gobiernos en el ejercicio periodístico, al ser el presidente Tomás Cipriano de Mosquera (1845-1847) quien finalmente apoyó la instauración de la imprenta. En este trabajo, se plantea un valioso análisis sobre el proceso de modernización y consolidación de los talleres periodísticos. A partir de esta imprenta de mediados de siglo surgió uno de los periódicos más connotados del liberalismo, El Neogranadino, periódico que defendió las reformas liberales de mediados de siglo. La prensa se estaba convirtiendo en el mejor mecanismo para difundir ideas y construir discursos hegemónicos por parte de las elites, en lo que el propio Loaiza describe como:

[…] Las agitaciones políticas e ideológicas se encargaron de demostrarle a la elite neogranadina que el periódico era la herramienta apropiada para unificar intereses, el punto de partida para construir hegemonías políticas y culturales; que la imprenta imponía un método de trabajo que fomentaba la comunión entre intelectuales; que el oficio reproductivo y repetitivo del impresor podía crear conciencia de un pasado y un futuro comunes para una sociedad; que, también, era medio fundamental para difundir ideologías y familiarizar a los ciudadanos con proyectos de organización social; en fin, que la función tentacular del publicista podía contribuir a la construcción de cimientos de una nación.47

Como se dijo anteriormente, este trabajo de Loaiza enfatiza en la importancia que tuvieron tanto la modernización de la imprenta48 como la aparición y desarrollo del principal periódico liberal de mediados de siglo. La desaparición de El Neogranadino se produjo en el año de 1857, luego de vivir todo el proceso de reformas liberales, sucumbiendo a los gobiernos conservadores que tuvieron el poder a partir de 1855. Este periódico existió a partir de la llegada de José Hilario López al poder en 1849, y continuó con el auge del proceso asociativo entre el liberalismo y los sectores populares durante la administración de José María Obando, entre 1852 y 1854, y, por último, fue observador del desarrollo de la dictadura militar de José María Melo en 1854.49

Con el cambio de gobierno, el conservadurismo no sólo se encumbró en el poder político, sino que, además, comenzó a establecer un sistema ideológico en donde la Iglesia católica fue fundamental. A propósito de esto, Loaiza Cano también nos ofrece un interesante análisis sobre la relación entre la Iglesia y la política, en torno a la configuración de diversos referentes sobre lo público político, la idea de la nación o la pugna bipartidista entre liberales y conservadores, en donde la Iglesia católica jugó un papel preponderante en razón del apoyo que le brindó al partido conservador y la estigmatización del Partido Liberal durante buena parte del siglo xix.50

Desde una perspectiva histórica y desarrollando una investigación de tipo documental, Loaiza presenta la injerencia de la Iglesia en la política colombiana a través de la difusión de políticasenmarcadas en la dicotomía entre lo público y lo privado, las cuales fueron constituyendo algún nivel de opinión pública en el contexto colombiano, pues, como se puede apreciar en este trabajo donde se analizan diferentes fuentes periodísticas, la Iglesia las utilizó durante el siglo xix, en función de su proceso de adaptación a las lógicas modernas que se imponían para la época, en contraposición a las viejas perspectivas del Antiguo Régimen, de las cuales formaba parte la Iglesia católica.51

Continuando con los trabajos referidos a la prensa y la Iglesia católica, Elvis Plata52 publicó un artículo en donde analiza “[…] el rol religioso y político que jugó la prensa para la Iglesia católica durante el siglo xix”, y lo que el mismo autor denominó como la compleja inserción de la Iglesia en la modernidad.53

Plata expone varias hipótesis de trabajo: la primera, referida a que la prensa no fue el instrumento marginal para la Iglesia católica, como tradicionalmente se ha mostrado en la historiografía, sino que fue un mecanismo fundamental para el control social, la romanización y la lucha discursiva que emprendió políticamente hablando, y la segunda, que plantea que, a pesar de su tradicionalismo, la Iglesia se incorporó a prácticas modernas, precisamente, al utilizar la imprenta en su participación dentro del debate político. El autor considera que se ha discutido poco la relevancia de las publicaciones de la Iglesia católica en Colombia y, por ende, sus diversos proyectos políticos y espirituales del siglo xix; llega, incluso, a plantear que en la mayoría de trabajos publicados en torno a la prensa decimonónica “[…] suelen omitir la prensa religiosa, concentrándose en aquélla de naturaleza política, especialmente la de tinte liberal, por razones académicamente no muy claras”.54

El autor revisa y caracteriza diversos periódicos religiosos del siglo xix, haciendo hincapié en El Catolicismo, periódico oficial de la arquidiócesis que tiene el honroso y particular título de ser el más longevo de toda la historia colombiana.55

El vacío que identifica Plata es evidente en los estudios sobre la prensa, en buena medida, debido a la preponderancia que se ha otorgado a la prensa de los partidos políticos, el liberal y el conservador, y a cierto menosprecio por el carácter político e ideológico de la Iglesia católica colombiana, hecho que, a todas luces, es ciertamente desafortunado. Este trabajo es de suma importancia, pues se ocupa de un sector social que fue determinante en diversos debates que trazaron el norte de la opinión pública durante el xix y que fueron difundidos principalmente a través de la prensa.56

Dentro de esta compilación, es fundamental el trabajo de Eduardo Posada Carbó, quien presenta un artículo en que se analiza el poder social y político de la prensa, su papel en la difusión de ideas y qué tanta relación tuvo con las dinámicas propias del radicalismo liberal durante el federalismo del siglo xix. Sus preguntas de investigación son: “¿Qué tan libre fue la prensa durante el periodo en estudio? ¿Cómo se comportaron los periódicos en un régimen sin aparentes restricciones legales, y cuál fue el efecto social de la supuesta libertad absoluta de la imprenta?”.57 Se trata de uno de los pocos artículos referidos a la prensa en el periodo del federalismo colombiano, época en que Colombia se denominó Estados Unidos de Colombia. Posada Carbó describe en buena medida la producción de prensa durante el periodo liberal, pero, aunque identifica algunas situaciones que responderían afirmativamente sus preguntas, realmente no profundiza mucho en el problema planteado.

Pero Posada Carbó no es realmente el único que presenta estudios sobre la prensa en el periodo federal, también lo hace Paula Samper,58 quien escribe un artículo en donde se presenta una descripción del periodo de transición entre el interregno conservador (1855-1862) y la segunda década del federalismo. El trabajo analiza periódicos de la época: por un lado, Patria, El Porvenir, El Católico y El Catolicismo, todos ellos conservadores, y, por otro, El Tiempo, perteneciente al oficialismo liberal. Como lo expresa la autora, se trataba de profundizar en “[…] las pugnas partidistas, la inestabilidad política que lo caracteriza, y el esfuerzo notable de un grupo político, el Liberalismo, por readecuar las estructuras políticas y sociales a los rápidos cambios de la época”.59

Para Samper, la prensa fue el principal canal de difusión de estas disputas originadas desde los partidos y hace hincapié en el análisis discursivo de estos periódicos, con objeto de identificar determinados referentes dogmáticos. El articulo presenta dificultades y, aunque las intenciones iniciales del escrito son ciertamente loables, en el desarrollo del texto es muy poco lo que se logra al respecto, puesto que se incurre en un lenguaje demasiado descriptivo y prácticamente se recurre a la comparación de cinco periódicos conservadores frente a uno liberal, lo cual evidencia, de entrada, cierta fragilidad metodológica en el trabajo.

Conclusiones

No existe sistematicidad entre los estudios que abordan el tema de la prensa en Colombia durante el siglo xix, ya que podemos encontrar que la mayoría de los que se han concentrado en las primeras décadas de la centuria se ha ocupado, principalmente, de la narración de los hechos históricos que dan cuenta de cómo aparecieron las primeras publicaciones y la imprenta en particular, mientras, aquéllos trabajos que tocan el tema de los periodos liberales comienzan a ocuparse de diversos asuntos, tales como la opinión pública durante el proceso de reformas, la instauración de la moderna imprenta de Ancízar, la participación de la Iglesia en la prensa o el análisis discursivo de los mismo periódicos. En este orden, sería necesario plantearse la necesidad de construir problemáticas que hayan sido sistemáticas a lo largo del siglo. Así lo hace Loaiza, por lo menos en dos momentos específicos.

Igualmente, deben recalcarse los trabajos que han presentado un tono más crítico que descriptivo y que han reivindicado a la prensa como elemento central dentro de los diferentes estudios, trascendiendo el tradicional uso de dichas fuentes como meros elementos de extracción de información, para convertirlas en reales objetos de indagación; éste ha sido el caso de Ortega y Chaparro, quienes a través de su compilación no sólo construyen una serie de procesos ligados a la prensa y la opinión pública, sino también analizan de manera integral el proceso periodístico colombiano, principalmente durante la primer mitad del xix.

Aunque se ha dicho que los estudios sobre la primera mitad del siglo han sido insuficientes, para los periodos liberales, tanto de mediados de siglo como durante el federalismo, son sumamente reducidos; si acaso encontramos unos pocos. En este sentido hay que decir que se requieren mayores investigaciones que se ocupen de un periódico que, paradójicamente, fue en el que mayor difusión de prensa hubo.

La referenciación y análisis de estudios sobre la prensa decimonónica obligan a la identificación de procesos de construcción de opinión pública en aquella centuria que, aunque respondieron a procesos de desigual nivel en cuanto a su incidencia y desarrollo, efectivamente muestran una constante a lo largo del siglo xix. Lo anterior, debido a que la publicación y la distribución de periódicos estuvieron motivadas principalmente por la constitución de opinión pública en Colombia, principalmente desde las elites sociales de la época, pero, también, desde los sectores subalternos que se agremiaron en sociabilidades políticas y que optaron por la prensa para divulgar sus pensamientos de manera pública.

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El presente artículo es resultado del desarrollo del proyecto de tesis doctoral titulado Configuración y difusión de discursos políticos a través de la prensa en Antioquia y Bogotá 1848-1885, para optar por el título de doctor en ciencias sociales y humanas por la Universidad Nacional de Colombia, en la sede de Medellín.

Doctorante en ciencias humanas y sociales en la Universidad Nacional de Colombia, de donde es también politólogo y maestro en historia. Es sociólogo por la Universidad de Antioquia, donde se desempeña como coordinador del área de sociologías especiales. Pertenece al grupo de investigación Historia, trabajo, sociedad y cultura de la Universidad Nacional de Colombia.

Antonio Cacua Prada, Historia del periodismo colombiano, Ediciones Sua, Bogotá, 1968, p. 10.

Cabe mencionar que los sectores populares o subalternos fueron grandes difusores de la opinión pública a través de la prensa, con su primera publicación El labrador i el artesano que data de 1838, pero sólo a partir de mediados del XIX su producción creció significativamente a partir de su participación en sociabilidades políticas denominadas sociedades democráticas. 5 Gustavo Otero Muñoz, Historia del periodismo en Colombia, Biblioteca Aldeana de Colombia, Bogotá, 1936.

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David Bushnell, “The Development of the Press in Great Colombia”, The Hispanic American Historical Review, vol. 30, núm. 4, Duke University, Durham, 1950, pp. 432-452.

Antonio Cacua Prada, op. cit., 1968.

Luis Ociel Castaño Zuluaga, La prensa y el periodismo colombiano hasta 1888. Una visión liberal y romántica de la comunicación, Academia Antioqueña de Historia, Medellín, 2002.

Renán Silva Olarte, Prensa y revolución a finales del sigloxviii. Contribución a un análisis de la formación de la ideología de independencia nacional, La Carreta, Medellín, 2004, y Renán Silva Olarte, La Ilustración en el virreinato de Nueva Granada. Estudios de historia social, La Carreta, Medellín, 2005.

Posteriormente se publicaron trabajos que continuaron con la sistematización de la prensa en el país a través de catálogos; al respecto, véase Jorge Orlando Melo, “Colombian Journalism Before 1900. Collections, Microfilming and Digitizacion”, en H. Walravens (ed.), International Newspaper Librarianship for the 21st Century, K. G. Saur, München, 2006, pp. 154-160, y Jesús María Álvarez Gaviria y María Teresa Uribe de Hincapié, Cien años de prensa en Colombia 1840-1940. Catálogo indizado de la prensa existente en la sala de periódicos de la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Universidad de Antioquia, Medellín, 2002. Cabe destacar, a propósito de estas referencias que se han interesado por presentar el balance de fuentes periodísticas en el país, que los principales repositorios de prensa en Colombia están situados en la Biblioteca Nacional. El más antiguo de todos, la Biblioteca Luis Ángel Arango, y la Biblioteca Central Carlos Gaviria Díaz de la Universidad de Antioquia son los más importantes en cuanto a digitalización y compilación de fuentes, pues la Biblioteca Luis Ángel Arango cuenta con 1 200 títulos aproximadamente, mientras que la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz posee alrededor de 1 194 títulos entre periódicos del siglo xix y la primera década del xx. Otros repositorios con menor número de títulos son los de la Biblioteca de la Universidad Nacional, la Biblioteca de la Academia Colombiana de Historia y la Biblioteca de la Universidad del Valle, entre otras. Véase Jorge Orlando Melo, op. cit., pp. 156-157.

En los años de la Gran Colombia, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander fueron personajes de gran importancia. Bolívar y Santander son considerados, por parte de la mayoría de los estudiosos de la política colombiana, como las dos principales figuras de la naciente vida republicana en Colombia, pues trazaron en buena medida la institucionalidad y las diferentes tendencias ideológicas que marcaron el devenir histórico de la política del país. Bolívar fue uno de los principales inspiradores de esta unión sudamericana.

“La rápida expansión de la prensa fue una indicación [de] que la Ilustración de finales de la época colonial estaba alcanzando una muestra representativa del conjunto de la población alfabetizada; esto reflejaba progresos concretos y usualmente también el activo interés de los gobernantes”, en David Bushnell, op. cit., p. 432.

Ibidem, pp. 433-435.

Luis Ociel Castaño Zuluaga, op. cit.

Renán Silva, Prensa y revolución a finales del sigloxviii, op. cit., p. 21.

Ibidem, p. 24. A diferencia de la perspectiva de Renán Silva sobre la supremacía cultural de Santafé de Bogotá, el historiador Gilberto Loaiza Cano plantea que, por el contrario, las ciudades de la costa mantuvieron durante buena parte del siglo XIX su hegemonía cultural sobre la propia capital de la república; véase, al respecto, Gilberto Loaiza Cano, Manuel Ancízar y su época (1811-1882). Biografía de un político hispanoamericano del sigloxix, Universidad de Antioquia, Medellín, 2004, p. 159.

Renán Silva, La Ilustración en el virreinato de la Nueva Granada, op. cit.

Ibidem, p. 80.

Antes del proceso de independencia existió, en lo que ahora es Colombia, el virreinato de Nueva Granada, también conocido como virreinato de Santafé o virreinato del Nuevo Reino de Granada, que fue parte del Imperio español y da cuenta de la última fase del dominio de la Corona en esta parte de América. Existió hasta el 7 de agosto de 1819, fecha en la cual empieza en firme el proceso republicano.

Ibidem, p. 94.

Ibidem, p. 95.

Luis Ociel Castaño Zuluaga, op. cit., p. 41.

Ibidem, y Jesús Álvarez y Ascensión Martínez Riaza, Historia de la prensa hispanoamericana, Mapfre, Madrid, 2000, p. 23.

Renán Silva, La Ilustración en el virreinato de la Nueva Granada, op. cit., p. 96.

Antonio Cacua Prada, op. cit, p. 11.

Jaime Andrés Peralta Agudelo, Los novatores. La cultura ilustrada y la prensa colonial en Nueva Granada (1750-1810), Universidad de Antioquia, Medellín, 2005.

Mauricio Nieto Olarte, Orden natural y orden social. Ciencia y política en el Semanario del Nuevo Reyno de Granada, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2009.

Mauricio Beltrán, “Freedom of the Press in Canada and Colombia”, Desafíos, vol. 19, Universidad del Rosario, Bogotá, 2008, pp. 210-243.

Ibidem, p. 211.

Ibidem, p. 212.

Viviana Garcés, “Nación, patria y ciudadanía. Tres conceptos en la prensa neogranadina, 1800-1820”, en Eduardo Domínguez Gómez (dir.), Todos somos historia, tomo 1: Unión, rebeldía, integración, Canal U, Medellín, 2010.

El concepto clásico desarrollado por Benedict Anderson se refiere a la idea de un proyecto común de una comunidad o sociedad política, en torno a un futuro o pasado común histórico, en la construcción de ciertos referentes reales o ficticios de comunidad política. Véase Benedict Anderson, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, traducción de Eduardo L. Suárez, Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

Viviana Garcés, op. cit.

Camila Gómez Cotta, “Prensa decimonónica/poder/subalternidades relatos-otros del Bicentenario en Colombia”, Historia Caribe, vol. 5, núm. 17, Universidad del Atlántico, Barranquilla, Colombia, 2010, p. 90.

Idem.

Idem.

Gilberto Loaiza Cano, “Prensa y opinión en los inicios republicanos (Nuevo Reino de Granada, 1808-1815)”, Historia Crítica, núm. 42, Universidad de los Andes, Bogotá, 2010, pp. 54-83.

Ibidem, p. 55.

Ibidem, p. 60.

Jürgen Habermas, The Structural Transformation of the Public Sphere. An Inquiry into a Category of Bourgeois Society, traducido por Thomas Burger con la colaboración de Frederick Lawrence, Polity Press Cambridge, Massachusetts, 1989.

Francisco Ortega Martínez y Alexander Chaparro Silva, Disfraz y pluma de todos. Opinión pública y cultura política, Universidad Nacional/Centro de Estudios Sociales (ces)-University of Helsinki, Bogotá, 2012.

Ibidem, p. 16

Idem.

Nota del editor.- El nombre oficial de esta ley es Ley de la Libertad Absoluta de Imprenta.

Gilberto Loaiza Cano, Manuel Ancízar y su época (1811-1882), op. cit.

Gilberto Loaiza Cano, “Le catholicisme et la conquête de l’opinion publique (Colombie, 1845-1886)”, Cahiers des Amériques latines, vol. 63-64, Université Sorbonne-Institut des hautes études de l’Amérique latine, París, 2010, pp. 151-171.

Gilberto Loaiza Cano, Manuel Ancízar y su época (1811-1882), op. cit., pp. 158-159.

Otro trabajo que debe mencionarse sobre la imprenta es el de Diana Paola Guzmán Méndez y Kalia Ronderos, “Libertad y palabra. Comienzos de la imprenta colombiana”, en Eduardo Domínguez (dir.), Todos somos historia, tomo 1: Unión, rebeldía, integración, Canal U, Medellín, 2010, p. 424. Las autoras se concentran en “la función de dos imprentas que resultaron fundamentales en momentos distintos del acontecer histórico nacional: la Imprenta de Echavarría Hermanos (1848-1892) y la imprenta Eléctrica (1904-1910)”. El texto posee un tono extremadamente descriptivo y carece de profundidad analítica. Sin embargo, resulta útil en cuanto a la información suministrada sobre la imprenta de Echavarría Hermanos, que tuvo funcionamiento durante todo el periodo.

Gilberto Loaiza Cano, “El Neogranadino, 1848-1857. Un periódico situado en el umbral”, en Francisco Ortega Martínez y Alexander Chaparro Silva, op. cit., p. 450.

Gilberto Loaiza Cano, “Le catholicisme et la conquête de l’opinion publique (Colombie, 1845-1886)”, op. cit., p. 151.

Ibidem, p. 154.

William Elvis Plata Quezada, “Catolicismo y prensa en el siglo XIX colombiano. Compleja inserción de la Iglesia en la modernidad”, Franciscanum, revista de las ciencias del espíritu, vol. 56, núm. 162, Universidad de San Buenaventura, Medellín, 2014, pp. 161-211.

Ibidem, p. 161.

Ibidem, p. 163.

Véase ibidem, p. 171 y Antonio Cacua Prada, op. cit., p. 56.

Además del trabajo en mención, Elvis Plata publicó otro interesante ensayo en donde trata el tema de la Iglesia católica y ciertos preceptos liberales que llegaron a influir en la opinión pública. No se ha considerado en este balance, por no tratarse propiamente de un análisis sobre la prensa, sin embargo, debe decirse que fue precisamente esta fuente una de las de mayor utilización por parte del autor; véase William Elvis Plata Quezada, “El catolicismo liberal (o liberalismo católico) en Colombia decimonónica”, Franciscanum, revista de las ciencias del espíritu, vol. 51, núm. 152, Universidad de San Buenaventura, Medellín, 2009, pp. 71-132.

Eduardo Posada Carbó, “¿Libertad, libertinaje, tiranía? La prensa bajo el Olimpo radical en Colombia”, en Rubén Sierra Mejía (ed.), El radicalismo colombiano del sigloxix, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2012, p. 162.

Paula Samper, “Colombia: de 1855 a 1872, vista a través de los periódicos de la época”, Historia Crítica, vol. 4, Universidad de los Andes, Bogotá, 1990, pp. 137-151.

Ibidem, p. 140.

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