Frida Kahlo
Para presentar el tema central de este volumen, escogimos la obra “Sol y vida”, de la artista mexicana Frida Kahlo, creada en 1947 y que se encuentra en el museo Dolores Olmedo en Ciudad de México, porque su composición nos evocó al sistema endocrino.
El sistema endocrino es complejo y determina una serie de interacciones que llevan a una respuesta, la que es mediada por estímulos, receptores, efectores y activación de señales intracelulares. La respuesta final es como una obra de arte perfectamente terminada.
Aunque lo que inspiró a Frida a pintar esta obra no fue el sistema endocrino sino que el problema de infertilidad que la aquejaba, nuestra interpretación de este cuadro va más allá del hecho concreto. El sol que ilumina y da la energía que permite el desarrollo de la vida, representaría a la hipófisis, glándula ubicada en el sistema nervioso central y que a través de sus ejes hormonales, envía las señales que regulan importantes funciones relacionadas con el metabolismo, respuesta a estresores, reproducción, desarrollo y crecimiento.
El viaje de estas señales lo podemos imaginar representado en los tallos de las plantas, los nervios de las hojas y las raíces. Los cálices y flores en distintos estados de desarrollo nos hablan de los constantes cambios que experimentan los niveles de las distintas hormonas y también sería la demostración de la respuesta final al estímulo hormonal.
En el fondo del cuadro, observamos un feto en crecimiento, lo que hace más significativa la idea de la participación del sistema endocrino en la generación y mantención de la vida.
El ojo en la frente del sol nos estaría indicando que en Endocrinología a veces, hay que mirar más allá de lo evidente.
Dra. A. Verónica Araya Quintanilla


