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Inicio Revista Médica Clínica Las Condes IN MEMORIAM: DR. ISMAEL MENA GONZÁLEZ
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Vol. 26. Núm. 3.
Tema central: Enfermedades pulmonares en el adulto
Páginas 264-265 (Mayo 2015)
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IN MEMORIAM: DR. ISMAEL MENA GONZÁLEZ
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Héctor Ducci B.
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El 15 de febrero del 2015, después de una larga enfermedad, murió en Santiago de Chile el Dr. Ismael Mena González, teniendo a su lado a su señora, a sus cuatro hijos y a sus nietos.

Nació el 17 de mayo de 1928. Su padre, el Dr. Ismael Mena Rivera, fue un muy destacado patólogo, cuyo ejemplo y amor por la Medicina deben haber sido determinantes en que su hijo siguiera esa carrera. Era el mayor de nueve hermanos. Hizo sus estudios primarios y secundarios en la Deutsche Schule y en el Colegio San Ignacio y luego ingresó a Medicina en la Universidad Católica, graduándose primero del curso en 1954.

Después de graduarse, se casó con María de la Luz Gatica Morel. Llevaba 61 años a su lado, tuvieron cuatro hijos y dieciocho nietos, que ya le han regalado nueve bisnietos.

Comenzó su carrera profesional como internista y endocrinólogo en la Pontificia Universidad Católica de Chile, pero al poco tiempo, y habiendo anticipado el futuro de la Medicina Nuclear, ingresó a la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) para formarse en esa especialidad. Permaneció en esa casa de estudios por tres años trabajando en esa disciplina con el Dr. L.R. Bennett. Regresó a Chile, donde fundó el Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad Católica y la Sociedad Chilena de Medicina Nuclear (1966).

Con el Dr. George Cotzias del Rockefeller Institute for Medical Research en el Brookhaven National Laboratory en Nueva York, durante los años sesenta, descubrió la efectividad del tratamiento con L-Dopa de la enfermedad de Parkinson, colaborando con él y con esa investigación desde Chile. Fue el primero en administrar ese medicamento a pacientes que presentaban signos de intoxicación por manganeso, obteniendo resultados muy favorables que publicó en el New England Journal of Medicine (1970). Esa contribución lo llevó a una posición en el laboratorio del doctor Cotzias, en el que trabajó entre 1971 y 1973.

A fines de ese año se trasladó a Los Angeles, habiendo sido reclutado por el decano de UCLA para formar y dirigir el Harbor UCLA Medical Center Nuclear Medicine Department, en él que se desempeñó hasta 1995, cuando se retiró y regresó a Chile. Trabajó en Medicina Nuclear, dedicándose al desarrollo del neurospect en Chile por los siguientes veinte años. Tuvimos la enorme fortuna de contar con él, en Clínica Las Condes.

Cuando iniciaba mi beca en Cardiología en el Johns Hopkins Hospital, en Baltimore, Maryland, se comenzaba a hablar de “Cardiología Nuclear”. Interesado en el tema, fui informado de que, si iba a estudiarlo, había dos referentes en el mundo: El Dr. Henry Strauss y el Dr. Ismael Mena, a quien aún yo no conocía. Muchos años más tarde tendría la suerte de encontrarlo en nuestra clínica y de trabajar con él en temas cardiológicos que nos reunían. Además de admirar su sabiduría, su experiencia, su claridad y precisión al exponer en las reuniones de Neurología, pude llegar a conocer su enorme contribución a la comprensión de cómo funciona el cerebro en salud y en enfermedad. Las dudas que pudiéramos tener respecto al significado de una lesión vascular cerebral específica eran siempre aclaradas en esas reuniones con su interpretación de los Spects cerebrales que le solicitábamos y cuyo desarrollo en el mundo él lideró.

También tuve la suerte además de poder compartir con él en ocasiones “no médicas”, jugando golf, comiendo en la casa de su hijo Francisco y pasando unos días juntos en un lago, en el sur. En todas esas ocasiones me sorprendió su agudo sentido del humor, su capacidad de oír sin imponer sus puntos de vista ni su vasta cultura y sus amplios conocimientos, el amor que sentía por su familia, su admiración por la naturaleza, su ética general y su profunda Fe.

El doctor Mena dejó una enorme herencia científica médica. Publicó más de 250 trabajos y 27 libros y capítulos específicos en los mismos. Recibió múltiples premios y distinciones, y enseñó a muchos alumnos, residentes y becados, incluyendo a varios médicos nucleares que actualmente ejercen en nuestro país y a toda una generación que lo hace en Francia. Por esta importante contribución a esa nación, el año 2004 recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Auvergne, Francia. El vicepresidente de la universidad francesa, el profesor Jean Maublant, habló del Dr. Mena como uno de los pioneros de la Medicina Nuclear a nivel mundial y como el padre de la Medicina Nuclear francesa. También en 1998 fue nombrado Editor en Jefe de la Revista Latinoamericana de Medicina Nuclear (ALASBIMN), cargo que mantuvo por 10 años y que la convirtió en la primera revista científica publicada electrónicamente en América Latina. Su enorme creatividad le permitió desarrollar softwares para la evaluación de la función cerebral y ampliar los horizontes de su especialidad en Chile y en el mundo.

Su muerte no solo representa una enorme pérdida para su familia y sus amigos, sino también para los que tuvimos la suerte de conocerlo y trabajar con él, y para Clínica las Condes y la medicina chilena. Lo extrañaremos, pero su contribución perdurará y nos acompañará en nuestra vida profesional y personal, como así también su sonrisa, siempre presente, que no supimos si se debía a que acababa de descubrir algo más o que agradecía todo lo que la vida le había dado.

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