La reciente invasión del Estado ruso al territorio ucraniano tiene como antecedente una lucha territorial en Crimea y la región del Donbass1. La autodeclaración de independencia de Donetsk y Luhansk, la movilización militar rusa en la región y la solicitud del gobierno ucraniano para formar parte de la OTAN y de la Unión Europea son algunas de las causas por las cuales el gobierno de Rusia decidió invadir Ucrania. El gobierno ruso inició una operación militar especial en Ucrania el 24 de febrero de 2022 que continua hasta el momento de escribir estas líneas (8-3-2022). Se han registrado fuertes combates y explosiones en las principales ciudades de Ucrania y la ofensiva rusa avanza a la ciudad capital, Kiev2. El conflicto ha afectado fuertemente a la región europea y ha causado inestabilidad en materia de seguridad, social, política y económica. El número de heridos y fallecidos de ambos frentes de combate no se conoce con claridad.
Alrededor del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ha surgido información en cantidad inmensurable que circula de forma descontrolada a través de muchos medios. Este fenómeno recibe el nombre de «infodemia», una palabra que unifica los términos epidemia e información para referirse al exceso de información generada acerca de un tema3,4. Dicha información puede ser correcta o incorrecta y dificulta a las personas acceder a las fuentes confiables y fidedignas que necesitan para estar informados. Al mismo tiempo, la infodemia hace referencia a un aumento casi exponencial del volumen de información sobre un mismo tema en corto tiempo3. En este sentido, aparecen mezcladas la información veraz confiable con información falsa, manipulada, incorrecta y rumores, lo que cae en desinformación que dificulta al receptor comprender el fenómeno.
En nuestra época, la infodemia es habitual gracias al gran despliegue que las redes sociales tienen en la sociedad. La era digital ha favorecido el fenómeno de infodemia debido al fácil acceso a internet, el uso de redes sociales y plataformas virtuales, todo desde un teléfono móvil, tableta electrónica o computador portátil5. Por tal motivo, toda la información que se genera se propaga más rápidamente y cada vez más lejos. La infodemia no es nueva, en décadas previas han ocurrido casos similares con fenómenos mundiales, emergencias sanitarias, crisis sociales; sin embargo, la magnitud que tiene actualmente es producto de la digitalización.
El actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es objeto de infodemia; con gran probabilidad, encontramos información multimedia al respecto al ingresar a nuestras redes sociales, al abrir un chat o el correo electrónico, al seguir las noticias en televisión o radio. Estamos siendo abrumados por una avalancha de información, cuyas originalidad y veracidad se desconocen y que desafortunadamente desinforman y no ayudan. Es información de la cual debemos discernir cuál es correcta y cuál no.
Por otro lado, la infodemia sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania puede impactar de manera negativa en el bienestar de la sociedad. En materia de salud y en medio de la incertidumbre, la desinformación puede generar pánico y miedo en la población general. Esto a la vez desencadena un estado en estrés agudo en las personas con vulnerabilidad psicológica y labilidad emocional. Al mismo tiempo pueden desarrollar un trastorno de ansiedad generalizada a raíz del pánico. En lo público, el mal manejo de información puede llevar a la mala toma de decisiones en menor escala y polarizar el debate público. El mal manejo de los datos estadísticos como el número de heridos y víctimas o del poderío militar puede desinformar y escandalizar a la población; incluso el mal tratamiento de la información puede modificar la postura o el comportamiento de la población. Por otra parte, la difusión en redes sociales de archivos multimedia como imágenes y videos atenta contra la integridad de las personas involucradas. En el contexto de guerra, estas imágenes y videos atentan contra la censura y pueden resultar sensibles para ciertas personas. Se debe evitar que este tipo de multimedia llegue al consumo de niños y adolescentes.
Para identificar información confiable respecto al conflicto armado, se recomienda evaluar las fuentes de información que nos encontramos en las redes sociales. Se recomienda consumir información de medios de comunicación oficiales, de organismos e instituciones de carácter gubernamental y de información emitida por los líderes mundiales6. Además de leer titulares de noticias, es importante leer todo el contenido de la noticia, debido a que podemos ser víctimas de títulos sensacionalistas y que la información no se corresponda con el titular. Identificar al autor o autores puede ayudar a determinar si la noticia es real, al mismo tiempo que ayudará a identificar si se trata de un líder de opinión o falsos expertos. Corroborar las fechas de publicación ayudará a identificar si la información es reciente y se corresponde con el contexto actual. Si es posible corroborar datos con otros medios, hágalo. Podemos remitirnos o dirigirnos a organizaciones para constatar los hechos. Estar al pendiente de los canales de comunicación oficiales de las organizaciones involucradas garantizará información fidedigna. Finalmente, se debe invitar a la población a evitar la difusión de información no confiable, de tal modo que así la población estará contribuyendo a disminuir la infodemia.
