Publicar con agilidad los artículos originales en la versión impresa de Radiología es un problema crónico al que hemos intentado poner soluciones que no son perfectas. La mejor, sin duda, la publicación avanzada on-line. Con el artículo en medline, Digital Object Identifier (DOI) incluido, su valor curricular es completo, y no debería preocupar a los autores, pero soy consciente de que lo que ellos desean es ver sus artículos asignados definitivamente a las páginas de un número de la revista impresa. Sin embargo, quiero hacer ver también que esto no es fácil. En primer lugar, el número de páginas de cada número de la revista está limitado por un acuerdo con la editorial. Publicar más páginas implica pagar más, a veces sustancialmente más. El lector entenderá que no depende del comité editorial aumentarlas. Se trata, por lo tanto, de un asunto económico en una ya muy costosa revista, y cualquier decisión relacionada con la cuestión económica pasa porque la apruebe la junta directiva de la SERAM. Por otro lado, si alguien piensa que el remedio está en publicar on-line, tenga en cuenta lo siguiente: también cuesta hacerlo y el coste no es mucho menor que la publicación impresa. El papel es realmente una parte pequeña, lo que cuesta es el proceso editorial y de maquetación, y eso es un procedimiento común a las 2 formas de publicar. La alternativa de convertir la revista on-line en la publicación oficial, incluso suprimiendo la impresa, es muy poco viable desde el punto de vista económico: los impuestos por publicar on-line son 5 veces mayores a los de la versión impresa. No parece la opción, por el momento. En definitiva, reducir los tiempos puede pasar por aumentar el índice de rechazo. Sin embargo, como puede leerse en el editorial anterior1, ese índice ya es alto, y Radiología no está interesada en aumentar más (tampoco bajar), al menos por ahora. Y si no es el rechazo, la otra posibilidad es la de la gestión de la reserva de artículos. Se trataría de reducirla publicando más originales. Sin embargo, eso restaría espacio a las otras secciones, y la revista tiene que publicar todo aquello que anuncia en sus normas. Pero, además, el artículo original no es, precisamente, un artículo por encargo y, en consecuencia, la entrada es imprevisible. En los últimos años, el número de estos artículos que ha entrado en el sistema editorial se mantiene en torno a los 40, de los cuales más de 20 se rechazan. Anualmente se publican unos 18. A este ritmo, la reserva hace que el tiempo para aparecer en la versión impresa sea claramente superior a un año, y que se mantenga. Reducirlo aumentando el rechazo o el de los artículos publicados por número, nos haría correr el riesgo de entrar en escasez, y el riesgo sería más que eso si las entradas disminuyesen a la vez. La gestión de la reserva de originales es muy compleja en Radiología, que, no haría falta decirlo, no puede compararse con otras revistas que reciben miles de estos artículos anualmente. Por el momento, tendremos que mantener el tiempo de espera y movernos con la publicación avanzada, esperar la comprensión de los autores y agradecer su paciencia.
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