Desde el pasado mes de marzo disfruto de la beca editorial de Radiología. Para aquellos que no estén familiarizados con ella, la beca Dr. Calatayud surgió con el objetivo de acercar la revista a los jóvenes radiólogos y, sobre todo, formarlos en todo el proceso editorial que la publicación de una revista científica conlleva1. Durante mis estancias en Murcia con el editor jefe de Radiología y en la editorial en Barcelona, me introdujeron en la escritura y revisión de un artículo científico, en sus cuestiones éticas, en las distintas bases de datos y en todo el proceso de producción, distribución y difusión de la revista. Vancouver, ICMJE, Medline, ISI o Scimago ya no son nuevos para mí. Desde entonces, he seguido aprendiendo el engranaje de la revista y mi tarea ha consistido en trabajar como revisora, actuar como editora y, en esas ocasiones, participar en la toma de decisiones de la revista, valorar preliminarmente la idoneidad de artículos para la publicación y aportar una recomendación para el editor jefe, proporcionar ideas y colaborar con el editor jefe en el desarrollo de documentos para mejorar el funcionamiento interno de Radiología, revisar pruebas de artículos maquetados, formar parte del grupo de profesores en el curso de publicaciones para residentes de tercer año de la SERAM y también escribir este editorial.
Esta era la primera vez que se convocaba la beca y estoy convencida de que cada año tendrá mayor aceptación y se presentarán un mayor número de candidatos. Aprovecho para dar las gracias al editor jefe y a la dirección de publicaciones de la Sociedad por plantear el proyecto, y a la SERAM por apoyarlo. Formar parte del comité editorial de nuestra revista ha supuesto un hecho sumamente enriquecedor y ha sido todo un privilegio. El entusiasmo, perfeccionismo, afán de superación han conseguido llevar a Radiología donde está y alcanzar el camino adecuado para seguir creciendo rápidamente. Dudo que otras revistas científicas cuenten con una dirección tan entregada, que supervise y sea partícipe de todos y cada uno de los detalles y decisiones que la componen.
Puede que muchos de nosotros no nos hayamos dado cuenta del crecimiento a pasos agigantados de nuestra revista2,3. Para muchos, puede que Radiología no sea más que la revista naranja que recibimos en casa cada 2 meses y que ojeamos sin demasiado interés. Puede que algunos piensen que son siempre los mismos los que publican y, por tanto, la veamos como un «coto» cerrado al que no tenemos acceso. Esta impresión está muy alejada de la realidad. La beca editorial es un ejemplo de ello y el editor jefe ha hecho llamamientos a nuestra participación en más de una ocasión1,3,4. Radiología está abierta a todos.
Resulta curioso cómo residentes de otras especialidades tienen por objetivo primordial publicar al menos un artículo cada año de residencia, generalmente en la revista de su sociedad. En cambio, llama la atención el escaso interés de la mayoría de los residentes de radiología en dicho aspecto. Durante nuestra etapa de formación, la investigación suele ocupar un espacio ínfimo, a menudo inexistente. Es probable que ese sea, precisamente, el momento idóneo para que, con un pequeño empujón por parte de los adjuntos, nos demos cuenta de lo enriquecedor que puede ser «formar parte» y no ser mero observador del mundo de las publicaciones. Abrir nuestra mente, pensar en posibles proyectos para tratar de responder a las preguntas que van surgiendo durante nuestra formación, llevar a cabo la idea, redactar el manuscrito para ver finalmente plasmado todo nuestro esfuerzo en una revista, es un proceso creativo que puede ser sumamente gratificante. Publicar complementa nuestra rutina diaria, permite optar a becas, abre la puerta a proseguir la formación o buscar trabajo en el extranjero. Es recomendable empezar en castellano. Puede ser tan sencillo como convertir los pósters que solemos enviar a los congresos en artículos. Si el trabajo es bueno merece su publicación. No es tan difícil.
Muchas veces, cuando finalmente conseguimos elaborar un proyecto y redactarlo, nuestro objetivo primordial suele ser publicar el artículo en revistas con mayor factor de impacto. Estamos deseosos de ver nuestros artículos en AJR, Radiographics o Radiology, y únicamente pensamos en nuestra revista para aquellos artículos que creemos pueden no tener cabida en estas. Esto puede ser comprensible, pero siempre, y sobre todo en estos momentos3, debemos tener un poco más en cuenta a Radiología. Es nuestra representación, la cabeza visible de nuestra Sociedad y debería ser la herramienta de transmisión de la actividad científica de la radiología española. Llegará donde queramos que llegue. Para Radiología lo importante es recibir artículos de calidad. Luego, el comité editorial se esforzará al máximo para que el resultado final sea siempre el mejor para todos.
Si usted quiere comentar, formular preguntas o criticar cualquiera de los aspectos de este editorial, puede hacerlo en la dirección de correo electrónico: editor-radiologia@seram.es desde que reciba el número de la revista. Las respuestas serán publicadas en la web de la SERAM a la vez que en la edición impresa de RADIOLOGÍA. Las opiniones vertidas en este editorial no necesariamente tienen que coincidir con las de la SERAM.
