INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos se percibe, tanto en el ámbito sanitario como en el social, un interés especial sobre lo relacionado con la actividad sexual de los adolescentes y más jóvenes. Si bien este interés se justificaría plenamente sólo por ser un eje fundamental para el desarrollo positivo de sus vidas, la realidad es que en él pesan, sobre todo, otros factores más negativos como el temor a algunos de los riesgos que se asocian con la sexualidad como los embarazos adolescentes y las infecciones de transmisión sexual.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre movimiento natural de la población, en el año 2001 los jóvenes de ambos sexos comprendidos entre los 15 y los 24 años ascendían a 5.687.674, con una tasa de fecundidad del 9,7 por 1.000 en el grupo de mujeres de 15 a 19 años y del 26,9 por 1.000 en el grupo de mujeres de 20 a 24 años. En cifras absolutas, en el mismo año se contabilizaron 11.969 nacimientos de madres menores de 20 años1.
Respecto a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), en el año 2001 la tasa por 1.000 mujeres adolescentes menores de 20 años se situaba en 8,29 y en las comprendidas entre 20 y 24 años en 12, 86, la mayor tasa de entre todos los grupos comprendidos en edad fértil2.
En los últimos 10 años, se han llevado a cabo diversas revisiones y estudios, la mayoría de ellos de ámbito local o enmarcados dentro de los comportamientos sociales de la juventud, encaminados a conocer la actividad sexual y reproductora de los jóvenes españoles para tratar de definir estrategias de intervención en la prevención de riesgos3-8.
En el ámbito internacional, 2 organismos han destacado en el análisis y elaboración de estrategias para tratar de evitar los componentes de riesgo y paliar sus posibles consecuencias9,10.
Ante la ausencia de investigaciones descriptivas específicas, se diseña el presente estudio, cuyo objetivo es conocer a fondo las fuentes de información sobre sexualidad y anticoncepción, el comportamiento sexual y el uso de métodos anticonceptivos de la juventud española.
SUJETOS Y MÉTODOS
Aunque la población objeto de estudio es la comprendida entre 15 y 24 años, se establecieron criterios para obtener información relevante sobre 2 grupos bien diferenciados: de 15 a 19 y de 20 a 24 años.
El estudio se llevó a cabo entre mayo y junio de 2002 mediante un muestreo bietápico de conglomerados con submuestreo y estratificación en las unidades de primera etapa. La secuencia de muestreo realizado ha sido la siguiente: se seleccionan las unidades de primera etapa basándonos en las secciones censales, con la obtención de una representación nacional de los diferentes comportamientos según niveles socioeconómicos. Basándonos en los directorios, se extraen la totalidad de hogares existentes en éstos, obteniéndose por muestreo aleatorio simple, sin reemplazamiento, la relación de hogares objeto de muestreo.
El tamaño de la muestra garantiza la representatividad adecuada para cada sexo y grupo de edad.
El total de encuestas realizadas fue de 1.826, repartidas proporcionalmente en 7 zonas geográficas que agrupan la totalidad de las comunidades autónomas. El error de muestreo final se puede cuantificar en un 3,34% para un intervalo de confianza (IC) del 95,5%.
El instrumento de análisis seleccionado fue un cuestionario cumplimentado en el propio hogar de los jóvenes por un equipo de encuestadores profesionales. Se distribuyó en varios bloques: perfil sociodemográfico de los encuestados, medios de información sobre temas de sexualidad y anticoncepción, comportamiento sexual de la juventud, tendencias y grado de satisfacción, uso de métodos anticonceptivos y pautas de uso de la anticoncepción de emergencia y del preservativo.
Como control de calidad, se realizó un pretest con 30 encuestas y una inspección pormenorizada del 15% de los cuestionarios cumplimentados.
El trabajo de campo se encomendó a una empresa especializada e independiente, para garantizar la imparcialidad y rigurosidad de los resultados. Las preguntas más relevantes del cuestionario se exponen en la tabla 1.
RESULTADOS
El 16,3% de los varones y el 11,9% de las mujeres refirieron no haber recibido ningún tipo de información sobre sexualidad y anticoncepción durante el período educativo. De los que sí la habían recibido, el 19% la consideraron insuficiente o muy deficiente. Los medios de comunicación y los amigos/as son las principales fuentes de información, y tienen poco peso los centros educativos y los servicios sanitarios (tabla 2).
La mayoría de los jóvenes han mantenido relaciones sexuales con penetración en alguna ocasión, ya que el 88% de los varones y el 85,1% de las mujeres entre 20 y 24 años afirman haberlas tenido (tabla 3).
La edad en el inicio de éstas es de 15,82 años para los varones de 15 a 19 años frente a 16,21 para las mujeres de la misma edad. En el grupo de 20 a 24 años la edad media de inicio se retrasa a 17,16 años en el caso de los varones y a 17,66 en el caso de las mujeres.
El 83,3% de las jóvenes refieren mantener relaciones sexuales con la misma pareja, mientras que ese porcentaje desciende al 65% en el caso de los varones. La media del número de parejas sexuales, en el último año, fue de 3,8 en las mujeres y de 4,5 en los varones. La mayoría de los jóvenes consideran sus relaciones sexuales como satisfactorias o muy satisfactorias, con una media de 6 a 8 relaciones sexuales por mes.
El 38,6% de los varones y el 40,3% de las mujeres referían no usar ningún método anticonceptivo en el momento del estudio.
De los métodos utilizados, el preservativo ocupa el primer lugar, seguido de la píldora anticonceptiva. Tomando en cuenta sólo la opinión de las mujeres, el uso del preservativo por la pareja lo declara el 36,3% y la píldora el 17,9% (tabla 4).
Sin embargo, se constata una utilización insuficiente del preservativo, ya que el 32,7% de los varones y el 30,5% de las mujeres refieren no utilizarlo en todas sus relaciones sexuales.
El 18,3% de las mujeres refirió el uso de la anticoncepción de emergencia, y la causa fundamental fue la rotura del preservativo. El número medio de ocasiones en que se empleó la contracepción de emergencia, durante el último año, fue de 1,15 veces en el grupo de jóvenes de 15 a 19 años y de 0,77 en el de 20 a 24 años. El 20% de las que la han utilizado alguna vez asegura haber tenido dificultades para adquirirla.
DISCUSIÓN
El inicio más precoz de las relaciones sexuales, unido al uso insuficiente o inadecuado de métodos anticonceptivos seguros y eficaces, justifica la alta tasa de embarazos no deseados entre nuestra población y, en consecuencia, el alto número de interrupciones voluntarias del embarazo11. Las 2 herramientas básicas para favorecer una sexualidad juvenil libre de riesgos son la educación sexual y la disponibilidad y el buen uso de métodos anticonceptivos. Un paso previo para desarrollar estrategias preventivas y de promoción de salud entre la población joven es conocer a fondo su nivel de conocimientos y sus comportamientos sexuales y anticonceptivos.
De entre los estudios consultados, destacamos 2 por su amplitud y cercanía al objeto de investigación propuesto, y aunque los grupos de edad son similares, no son superponibles. El último Informe de la Juventud en España12 hace referencia a los temas de sexualidad y anticoncepción sólo de manera tangencial, ya que investiga múltiples aspectos relacionados con el comportamiento juvenil. Confirma, con relación a estudios precedentes, que tanto en varones como en mujeres ha descendido la edad media de iniciación sexual, aumentando el número de jóvenes sexualmente activos. Corrobora un aumento en la proporción de mujeres jóvenes de 18 a 20 años que cuentan con experiencias sexuales. También señala que existen diferencias significativas en la precocidad sexual de varones y mujeres, según la comunidad en la que residen.
Respecto al uso de métodos anticonceptivos, se indica que el 83% de la muestra, jóvenes de 15 a 29 años, recurren al uso de métodos anticonceptivos (en 1991 era un 77% y en 1995 un 82%), destacando en primer lugar el preservativo.
En un estudio del Consejo de la Juventud de España13, la edad de inicio de relaciones sexuales varió entre 16,9 años en los varones de medio rural hasta 18,2 años en las mujeres de medio urbano.
Aunque los jóvenes españoles disponen de bastante información y conocimientos sobre sexualidad y anticoncepción, su uso no alcanza las previsiones descritas por la Organización Mundial de la Salud, cifrada en el 90% de los contactos sexuales entre jóvenes14, ya que en nuestro medio, del total de jóvenes de 15 a 24 años, un 40% afirma no utilizar ningún método anticonceptivo.
Las tasas de uso de anticoncepción de emergencia, así como las dificultades de acceso a ella reflejadas en esta encuesta, probablemente estén en proceso de cambio, a tenor de las cifras de ventas y otros datos más recientes aportados, tanto por la industria farmacéutica como por los medios de comunicación. Aunque este método no es la mejor opción anticonceptiva, aumentar su accesibilidad en los casos necesarios puede contribuir también a evitar que los jóvenes se enfrenten al riesgo de un embarazo no deseado.
Entre las estrategias para mejorar esta situación, sería importante sensibilizar y formar a los profesionales sanitarios que atienden a esta población joven para que les faciliten el acceso a métodos anticonceptivos seguros y eficaces, pero sobre todo a los educadores y a los medios de comunicación para que incluyan en su práctica habitual una adecuada información sobre sexualidad.
Esta investigación ha sido realizada gracias a una beca de la Fundación Schering España.