He disfrutado leyendo el artículo “El mentor o tutor de enfermeras (RN) que estudian para obtener el título de BSN: un viaje de liderazgo” (Curva de aprendizaje, Marzo-Abril 2015, ed. esp.). Soy una defensora de los programas de mentorización y tutorización porque contribuyen a aumentar el conocimiento y las habilidades clínicas, a promover la satisfacción laboral y a avanzar en el desarrollo profesional1.
Hace 10 años, recién graduada, encontré en mi supervisora a una mentora. Fue una gran inspiración, me motivó y animó. Tenía tales habilidades de liderazgo que pensé que yo también debía intentar adquirirlas. La tutorización es una forma excelente de desarrollar el profesionalismo de los miembros del equipo y de impulsar el crecimiento de la profesión enfermera. Creo que todas las enfermeras deberían tener acceso a programas de mentorización. ■