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Vol. 27. Núm. 3.
Páginas 147-150 (Julio - Septiembre 2008)
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Vol. 27. Núm. 3.
Páginas 147-150 (Julio - Septiembre 2008)
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Homenaje a Jean Dausset
Homage to Jean Dausset
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E.D. Carosella
Autor para correspondencia
Edgardo.Carosella@cea.fr

Directeur de Recherche - Chef de Service, Hôpital Saint Louis, Institut Universitaire d’Hematologie, Commissariat à l’Energie Atomique (CEA), Service de Recherche en Hémato-Immunologie, 1 avenue Claude Vellefaux, 75475 Paris Cedex 10, France.
Hôpital Saint Louis, Commissariat à l’Energie Atomique (CEA), Paris, Francia
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Resumen

Por su interés, reproducimos el discurso del Prof. Edgardo Carosella en el reciente XXXIV Congreso de la Sociedad Española de Inmunología, durante la sesión de homenaje al Profesor Jean Dausset celebrada el 23 de Mayo de 2008. En ella se hace una semblanza humana del Prof. Dausset y de su relación con diversos grupos españoles, y, a partir de sus estudios sobre HLA, se revisan sus aportaciones sobre la inmunidad celular, el transplante de órganos, la medicina predictiva, y la identidad del individuo.

Palabras clave:
HLA
Histocompatibilidad
Inmunidad celular
Transplante
Abstract

Because of its interest, we reproduce here the address by Prof. Edgardo Carosella during the recent XXXIV Congress of the Spanish Society for Immunology, on the occassion of the special session of homage to Professor Jean Dausset held in Palma de Mallorca in May 23, 2008. Several personal aspects of Prof. Dausset are remembered, as well as his long-standing relationship with many Spanish groups working on the biology of HLA. Besides, his contributions to the study of cellular immunity, organ transplantation, to the development of predictive medicine, and his insight into the nature of individual identity, are reviewed.

Keywords:
HLA
Histocompatibility
Cellular Immunity
Transplantation
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Sr. Presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Sra. Presidenta del XXXIV Congreso de la SEI, queridos colegas y amigos.

Es para mí un gran honor intervenir en este homenaje, dedicado a mi maestro y maestro de todos nosotros, el Prof. Jean Dausset. Es con una emoción considerable y muy particular, filial, que me dirijo a él.

Cher Maítre, querido maestro:

Sin duda ha observado que hay que temer siempre de un orador que comienza su intervención afirmando que será breve, yo trataré de no cometer este desliz.

Hoy se encuentran aquí reunidos muchos de sus discípulos, alumnos y amigos, quienes sienten por usted, Prof. Jean Dausset, un gran aprecio y consideración. Pero sobre todo está con nosotros su esposa Rosita, espiritualmente sus hijos Irene y Enrique, y sus nietos Candice y Estelle. Me pregunto si entre tantos éxitos que han jalonado su vida, no se cuentan ellos precisamente entre los más apreciados de todos. Normalmente, es de esta manera que luego de un largo elogio se termina una alocución, yo me he tomado la libertad de invertir los términos. Porque, justamente, sería difícil para nosotros el no recordar en este momento todo el apoyo que Rosita nos brindó, el estímulo constante y discreto; sobre todo, a los que éramos extranjeros, y habíamos llegado a París un poco perdidos, su ayuda, sus consejos fueron nuestras linternas en París; sin olvidar tampoco su participación activa en todas las manifestaciones científicas que realizamos, especialmente en la del Congreso Internacional de Inmunología en 1980. Por ello felicito y agradezco a Rosita con toda mi consideración, respeto y amistad, y le ruego acepte este homenaje en nombre de todos los discípulos de Jean Dausset, a compartir también con sus hijos y sus nietos.

Profesor Dausset, ya hace 33 años que trabajamos juntos, en los cuáles usted me inició a esta formidable aventura del HLA. El tiempo es una apariencia, sólo cuentan los sentimientos que lo animan, y gracias a usted yo no sentí el tiempo pasar.

Siempre ha habido en usted ese asombro estimulante ante cada pequeño hallazgo, por simple que sea, seguido de una inquietud perpetua ante los resultados obtenidos, junto a la necesidad de cuestionarse, de ir siempre más lejos.

Todos conocemos el calor, la delicadeza y la exquisita cortesía que aplica en sus relaciones con los otros, valores tanto más apreciables cuando van acompañados de una voluntad firme y una gran capacidad de trabajo. Indudablemente, cuando intentamos analizar lo esencial de su investigación y su pensamiento, usted aparece como un hombre libre y un maestro en el noble y justo sentido del término, como un modelo sobre el cual debería inspirarse todo investigador y profesor digno de ese nombre. Su preocupación por los organismos de investigación, la negación de las fronteras establecidas entre las disciplinas y la atención a las inquietudes y aspiraciones de sus contemporáneos, sobre todo cuando se trata de la salud, han sido para nosotros, sus discípulos, un faro, aunque sentimos aún la gran distancia para alcanzarlo

Cuatro revoluciones

Las consecuencias de su investigación han sido impresionantes, podríamos decir revolucionarias; cuatro revoluciones. La primera consecuencia es la revolución científica fundamental: El surgimiento de la inmunidad celular.

Hasta esa época era la inmunidad humoral la que predominaba y a través de la cual reposaban todas las reacciones inmunológicas. Es gracias al descubrimiento de la molécula HLA que comprendimos el rol fundamental de los linfocitos y los monocitos en la respuesta inmunitaria y en el reconocimiento de lo propio de lo no-propio. Esto le permitió, Prof. Dausset, establecer que "la Inmunología es una ciencia de la defensa contra lo no propio en el respeto de lo propio".

La segunda consecuencia es la revolución terapéutica quirúrgica: La trasplantación.

Remplazar un órgano enfermo por un órgano sano fue siempre el deseo de la Humanidad. Gracias a los transplantes de piel que usted realizó sobre su propio brazo y sobre dadores voluntarios con la preciosa ayuda del cirujano Félix Rapaport, pudo demostrar el rol capital de los antígenos HLA en la trasplantación tisular, y establecer por primera vez las reglas de histocompatibilidad que iban a regir la trasplantación humana, cambiando radicalmente la perspectiva y la evolución de esta terapéutica, que así encontró un cimiento decisivo.

La tercera consecuencia es la revolución terapéutica médica: La Medicina Predictiva.

Durante muchos años, los laboratorios del mundo entero investigaron sobre las asociaciones que podrían existir entre las diferentes enfermedades y la molécula HLA. Los resultados y las conclusiones fueron muy importantes: Más de cincuenta enfermedades pudieron ser asociadas a los diferentes alelos, mostrando que la predisposición a una enfermedad era en gran parte en función del grupo HLA del individuo, como, por ejemplo, aquellos individuos que portan el alelo HLAB27 tienen 600 veces más posibilidades de realizar una enfermedad esclerosante de la médula espinal. Jean Dausset propone entonces el nuevo concepto de "medicina predictiva" basada sobre la detección de alelos susceptibles a una u otra enfermedad en los individuos sanos. Conocer el riesgo permite tomar las medidas necesarias para evitar que la enfermedad se produzca o para tratarla precozmente. Pero para ir más lejos en esta medicina del siglo XXI, y que falsas angustias no sean causadas inútilmente, va a crear el Centro de Polimorfismo Humano (CEPH), que será una vez más el primero en el mundo a secuenciar el genoma humano.

La cuarta consecuencia es de orden filosófico: El hombre es único.

Es gracias a la molécula HLA que Jean Dausset podrá determinar científicamente que "el hombre es único" afirmación que los filósofos y teólogos habían hecho sin poder demostrar. Es sobre esta base que reposa la dignidad humana y el respeto que debemos a cada hombre, y que hoy constituye la base de la mayoría de las teorías que tratan la identidad del individuo.

Jean Dausset y España

Aquí en España sus acciones han sido también muy importantes. Jean Dausset desde los años 70 impulsa el inicio de los estudios de histocompatibilidad, indispensables para el desarrollo de los primeros trasplantes y la consolidación de la Inmunología. Lo cual no sólo dio ideas científicas y organizativas sobre los requerimientos necesarios, sino que también facilitó reactivos que se producían en su laboratorio, sobre todo antisueros para la identificación de los antígenos de histocompatibilidad HLA. Todo ello se hizo de manera personal, como director del laboratorio de histocompatibilidad en París y miembro del grupo "Francetrasplante", a cuya reunión anual asistían regularmente nuestros colegas españoles. Esta colaboración se estableció sobre todo a través de los laboratorios que en Madrid, Barcelona, y Sevilla dirigían los doctores Antonio Arnaiz Villena, Jordi Vives, Miguel Kreisler, y Antonio Nuñez Roldán, y luego con los laboratorios de Inmunología dirigidos por el Dr. José Peña en Córdoba (Hospital Reina Sofía), la Dra. Rocío Álvarez en Murcia (Hospital de la Arraixaca), el Dr. Luís Larraz en Zaragoza (Hospital Universitario y Clínico de Zaragoza), y tantos otros que como ellos habían realizado su formación con el Prof. Jean Dausset.

En la actualidad existe una profunda gratitud de la mayoría de los inmunólogos españoles hacia la figura del Prof. J. Dausset. Como parte de este reconocimiento, el Prof. Dausset ha sido nombrado Profesor "Honoris Causa" de cinco Universidades españolas: la Universidad Complutense de Madrid, apadrinado por el catedrático Antonio Arnaiz Villena, en 1991; la Universidad de Las Palmas (Islas Canarias) en 1995; la Universidad de Zaragoza en 1996; la Universidad de Valencia en 2002; y la Universidad de Palma de Mallorca en 2003. La Academia Reial de Medicina de Baleares lo elige miembro académico en 1995, apadrinado por el Prof. José Monserrat. También, en Valencia, la Fundación de la Ciencia y su Museo, dirigido por el Profesor Grisolía, le han dedicado una sala, donde el Prof. Dausset ha depositado todos sus recuerdos y condecoraciones.

Jean Dausset: El hombre

He citado algunas de sus cualidades científicas, pero sus calidades humanas no son tampoco mínimas. Hace varios años, le pregunté, un día, a mi hija Ségolene -su ahijada-, cuál era la cualidad más importante de su padrino; la verdad sale a menudo de la boca de los niños, me respondió simplemente: "está hecho para dar amor"; yo añadiré, "tiene un entusiasmo incesante, acompañado de la necesidad de plantear siempre nuevas preguntas con el fin de abrir nuevos caminos".

Todos estos años, Prof. Dausset, hemos intercambiado ideas y opiniones. De éstas conversaciones, que fueron numerosas, retengo que, si bien usted se interesa por todo lo que afecta la investigación científica, se interesa indudablemente mucho más por todo aquello que está en relación con la vida de los hombres en la época en la que vivimos, y este rasgo particular de su carácter revela en verdad su humanidad. A veces he temido abusar de su tiempo, pero nunca he tenido la impresión de abusar de su interés, tanta elegancia ponía usted a relanzar nuevamente una hipótesis sobre una idea, que yo tenía la impresión de que habíamos concluido.

El conjunto de su carrera revela su inquietud por el hombre como ser biológico y cultural, militante incondicionado de la dignidad humana: Evolución, polimorfismo, diversidad, ética; la misma línea en un sólo y mismo combate; la excelencia del individuo.

Querido maestro, Ud. nos ha hecho vivir una historia apasionante, no solamente por la esperanza que ella representa, sino por los recuerdos que ella nos deja.

Es siempre más fácil agradecer que ser agradecido, probablemente porque lo primero no es más que un reflejo, mientras que lo segundo es un sentimiento. Es por eso que quiero expresarle, en nombre de todos sus discípulos, nuestro más profundo reconocimiento. Usted nos enseñó a crecer en la ciencia y en el espíritu, simplemente a ser mejores.

La investigación científica comienza por un gran sueño, luego las experiencias disipan las brumas del ensueño y finalmente la reflexión permite su aplicación.

Gracias, Profesor Jean Dausset, por habernos enseñado a soñar durante tantos años.

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