La temporada suele incluir un período de merecido descanso para la mayoría de los ciudadanos de nuestro país, pero esta máxima no es de aplicación a un gran número de compañeros que ejercen como farmacéuticos comunitarios en el ámbito rural y/o en pequeños núcleos de población.
Si bien es cierto que para la mayoría de los que ejercemos en farmacia comunitaria el verano es complicado, porque tenemos que acomodarnos a las vacaciones de nuestros colaboradores, farmacéuticos y auxiliares, y, en muchos casos, multiplicar nuestras horas de trabajo para poder completar la plantilla y sustituir al personal que está de vacaciones, para los farmacéuticos que trabajan solos o con la ayuda de un auxiliar esta época adquiere tintes de drama, ante el que las administraciones de turno hacen oídos sordos.
Así, según algunas asociaciones de farmacéuticos de pequeños municipios y de ámbito rural, las autoridades reguladoras ponen trabas a cualquier medida que sus miembros proponen para paliar esas dificultades: acomodar los horarios de apertura a los de la consulta de los médicos, permitir que un farmacéutico de un municipio cubra a otro o reducir el número de horas de apertura son algunas de las alternativas formuladas y sistemáticamente rechazadas por Sanidad. Por otra parte, cabe esperar que cualquier petición de subvenciones públicas para poder contratar farmacéuticos sustitutos tenga mala acogida en esas mismas instancias, en un momento en el que las arcas públicas están más esquilmadas que nunca, aunque para muchas de las farmacias de las que hablamos esas contrataciones constituyan un sacrificio financieramente inasumible, agravado precisamente por la actual coyuntura económica.
El problema afecta a más farmacias de las que cabría imaginar y con ellas deberíamos solidarizarnos todos los farmacéuticos. Los colegios profesionales, las asociaciones empresariales y demás instituciones del sector deberían apoyar con firmeza a estos compañeros, porque también, y muy especialmente gracias a ellos, España cuenta con un modelo de farmacia accesible, equitativo y de calidad, que es ejemplo para Europa.
MERCÈ PRATS