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Enfermería Clínica Calidad del sueño en pacientes ingresados en una unidad de cuidados intermedios
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Vol. 35. Núm. 3.
(Mayo - Junio 2025)
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Calidad del sueño en pacientes ingresados en una unidad de cuidados intermedios
Sleep quality in patients admitted to an intermediate care unit
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Paula Itxaso Sirera-Péreza, Adriana Martín-Sanjoaquína,
Autor para correspondencia
amsanjoaquin@unav.es

Autor para correspondencia.
, Beatriz Juandeaburre-Pedroarenaa, Itziar Luquin-Iturmendia, Rosana Goñi-Viguriab
a Área de Cuidados Intermedios, Clínica Universidad de Navarra, España
b Área de Críticos, Clínica Universidad de Navarra, España
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Tabla 1. Criterios de inclusión y exclusión
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Tabla 2. Puntuaciones obtenidas en el cuestionario Richards-Campbell (n=146)
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Tabla 3. Relación del motivo de ingreso con la puntuación obtenida en el cuestionario Richards-Campbell
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Tabla 4. Relación de factores con puntuación obtenida en el cuestionario Richards-Campbell
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Resumen
Introducción

Los pacientes ingresados en unidades de cuidados críticos (UCIM) son susceptibles de desarrollar alteraciones del sueño, causadas por múltiples factores presentes en este tipo de unidades.

Objetivo

Describir las percepciones de los pacientes sobre el descanso nocturno, relacionarlas con variables sociodemográficas; y determinar factores que interfieren en la calidad del sueño.

Metodología

Estudio descriptivo, prospectivo, observacional en una UCIM de un hospital universitario de nivel terciario. Se evaluó la percepción del sueño con el Cuestionario del Sueño de Richards-Campbell (RCSQ) de cinco ítems. Se recogieron variables sociodemográficas y clínicas. Se utilizó un cuestionario autoelaborado de 9 preguntas con los principales factores mencionados en la bibliografía influyentes en el sueño. Se realizó estadística descriptiva e inferencial, considerándose estadísticamente significativo: p<0,05.

Resultados

Se estudió el sueño a 75 pacientes que generaron 146 noches.

La percepción del sueño fue regular, con facilidad media para conciliarlo, despertares medios y con facilidad media para volverse a dormir. El valor medio de la RCSQ fue de 60,22 (DE: 24,81).

Se observó que la preocupación (p<0,001), el ruido (p=0,016), el dolor (p=0,008), el malestar (p=0,001), la luz ambiental (p=0,026) y la presencia de otros pacientes cercanos (p=0,027), influyeron significativamente en el sueño.

Conclusiones

La percepción del sueño nocturno de los pacientes fue regular. Mantener informado al paciente, minimizar la luz y el ruido ambiental, optimizar la pauta analgésica y promover una posición cómoda, podría facilitar el descanso nocturno.

Palabras clave:
Calidad del sueño
Cuidados críticos
Percepción
Autoevaluación
Abstract
Introduction

Patients admitted to critical care units (ICU) are subject to develop sleep disturbances, caused by multiple factors that are present in this type of units.

Objetive

Describe patients’ perceptions of night rest, to relate them to sociodemographic variables, and determine factors that interfere with their sleep quality.

Methodology

Descriptive, prospective, observational study in an ICU of a tertiary level university hospital. Sleep perception was assessed with the five-item Richards-Campbell Sleep Questionnaire (RCSQ). Sociodemographic and clinical variables were collected. A self-developed questionnaire with 9 questions addressing the main factors mentioned in the literature that influence sleep was utilized. Descriptive and inferential statistics were performed, being considered statistically significant p<0,05.

Results

The sleep of 75 patients was studied, for 146 nights.

The sleep perception was rated as fair, with moderate ease in falling asleep, average awakenings, and moderate ease in returning to sleep. The mean RCSQ score was 60.22 (SD: 24.81).

It was observed that concern (p<0.001), noise (p=0.016), pain (p=0.008), discomfort (p=0.001), ambient light (p=0.026), and the presence of nearby patients (p=0.027) significantly influenced in the sleep.

Conclusions

Patients’ perception of night sleep was fair. Keeping patients informed, minimizing ambient light and noise, optimizing analgesic guidelines, and promoting a comfortable position could facilitate night rest.

Keywords:
Sleep quality
Critical care
Perception
Self-Assessment.
Texto completo

¿Qué se conoce?

El sueño interviene en muchos procesos fisiológicos, en el bienestar y la recuperación de la enfermedad. En pacientes críticos, el patrón de sueño está muy alterado por su condición y el entorno de la unidad.

¿Qué aporta?

Este estudio aporta resultados originales sobre un problema prevalente y poco estudiado en las unidades de cuidados intermedios: la calidad y cantidad de sueño y los factores que más influyen en el mismo. Conociendo estos aspectos, es posible diseñar intervenciones para mejorar la calidad del sueño.

Introducción

El sueño es esencial para generar la energía necesaria para la recuperación de la enfermedad1–3. En las unidades de cuidados críticos, posee un patrón muy perturbado, caracterizado por una fragmentación grave, frecuentes despertares, aumento del sueño ligero y disminución del sueño profundo4. La pérdida del mismo conlleva alteraciones con impactos negativos sobre el organismo1,3–7. Estos efectos negativos pueden comenzar a observarse en 24-48 horas2 y se asocian con un mayor riesgo de morbimortalidad1,6,7 retrasando el proceso de recuperación de la enfermedad1,8,9.

Los factores responsables de esta alteración son: a) ritmo circadiano modificado9–11 y una alteración de la respuesta homeostática5,10 a la necesidad de dormir o de estar despierto; b) su estado crítico5,7,10,11, que puede provocar una serie de síntomas como náuseas, dolor, etc. responsables de la privacidad del sueño; c) el miedo7, la ansiedad5,10,11 y el dolor7,10,11; d) los efectos colaterales de los medicamentos5,10,11; e) la inmovilidad7,10; f) los dispositivos para monitorizar5,10,11 y las interacciones de enfermería5,7,10,11 y g) el ruido y la luz ambiental5,7,10,11.

La enfermera de cuidados críticos brinda una atención holística, siendo el sueño un área importante que abordar. Desempeña un papel fundamental en la defensa, promoción y preservación del sueño de los pacientes, dado su acompañamiento constante a lo largo de su ingreso12.

Si bien las dificultades para dormir en la unidad de cuidados intensivos están ampliamente documentadas, la literatura sobre este tema en las unidades de cuidados intermedios (UCIM) es escasa. Esto puede atribuirse, en gran medida, a su establecimiento relativamente reciente y al número limitado de UCIM en todo el mundo. Estas unidades generalmente brindan atención a pacientes que presentan un estado de salud demasiado comprometido para ser ingresados en una planta de hospitalización general, pero que no requieren la atención intensiva propia de una UCI13.

Por todo ello, nos planteamos este estudio con el objetivo de describir las percepciones de los pacientes en relación con el descanso nocturno en una UCIM, analizar su relación con las variables sociodemográficas y determinar factores influyentes que interfieren en la calidad del sueño.

Metodología

Este estudio descriptivo prospectivo observacional se llevó a cabo en la UCIM de un hospital universitario de nivel terciario de más 200 camas. Esta unidad de 12 camas comprende la Unidad Coronaria, la Unidad de Ictus y un área de Medicina Interna compleja. Los pacientes que ingresan no son sometidos a técnicas invasivas como ventilación artificial ni terapias de reemplazo renal continuo. Tampoco presentan asistencias circulatorias mecánicas de corta duración. El ratio de personal en el turno de noche es de 1 enfermera con 2 o 3 pacientes.

El estudio se llevó a cabo en el periodo comprendido de marzo a julio de 2022.

Los criterios de inclusión y exclusión para la selección de la muestra de cada noche se presentan en la tabla 1. Se estudiaron todas las noches que los pacientes permanecieron en la unidad. Si un paciente no podía realizar la encuesta porque ese día no cumplía los criterios de inclusión, no se le excluía del estudio, solo de la valoración de esa noche. Esto supone que pueda haber noches de su estancia sin valorar. La selección de la muestra fue de conveniencia.

Tabla 1.

Criterios de inclusión y exclusión

Criterios de inclusión  Criterios de exclusión 
Pacientes que hablen y comprendan el cuestionario  Tratamiento psiquiátrico previo 
Pacientes conscientes y orientados*  Imposibilidad de comunicación 
  • Pacientes que presentaban alguna alteración mental, déficit cognitivo y/o déficit sensorial el cual dificulta una correcta aplicación del cuestionario 
  • Pacientes que presentaron un síndrome confusional durante la noche de ingreso, según los resultados obtenidos en la escala CAM-ICU de delirio 
  • Pacientes que por su situación clínica no podían cumplimentar el cuestionario 
  • Pacientes que ingresaron en la unidad pasadas las 20 h de la tarde 

CAM-ICU: Confusion Assessment Method for the Intensive Care Unit.

*

La información sobre el nivel de conciencia y orientación de los pacientes se obtuvo de la historia clínica informatizada registrada al finalizar el turno de noche y a primera hora de la mañana.

Al igual que Nicolás et al.14 y Carrera et al.15, la fase de sueño nocturno se consideró desde las 23h hasta las 7h de la mañana siguiente ya que todos los pacientes a las 22h, tienen cuidados programados.

Las habitaciones están distribuidas de manera independiente, con puertas que cierran completamente la habitación y que disponen de un cristal con estor. Tienen ventanas exteriores que proporcionan luz natural por el día, con persianas y cortinas para controlar la entrada de la misma. La luz de la habitación la puede controlar el paciente a través de un mando, al igual que las persianas de las ventanas. Todas las habitaciones presentan reloj en la pared para favorecer la orientación del paciente. El horario abierto de visitas facilita la presencia de la familia (de 11-14h y 17-21h). Además, dispone de un contacto telefónico las 24 horas del día. Si la situación lo requiere, se permite la estancia de un acompañante de manera continuada.

Instrumentos utilizados para la recogida de datos

El equipo investigador elaboró un documento que constaba de 3 apartados:

  • 1.

    Datos de la historia clínica del paciente y del Plan de Atención de Enfermería informatizado.

  • Edad, sexo, días de estancia en el área, noche de valoración, motivo de ingreso.

  • Cuidados proporcionados durante la noche, programados o demandados por el propio paciente (cambios posturales, cura de úlceras, heridas y drenajes, toma de tensión arterial no invasiva, etc.) y la frecuencia de la realización de los mismos.

  • Tratamiento farmacológico nocturno (inductores de sueño, relajantes musculares, ansiolíticos, todo tipo de analgesia (e/v, oral...), etc.

  • 2.

    Escala Richards-Campbell (RCSQ) traducida al español14, para evaluar la impresión subjetiva del sueño de los pacientes (Anexo I). Se compone de cinco ítems elaborados sobre una escala análoga visual. Estos ítems analizan las áreas del sueño que se reflejan en los estudios de polisomnografía. El paciente evalúa cada ítem sobre una regla graduada de 0 a 100mm. El valor de 0mm corresponde al peor sueño y el valor de 100mm a un sueño óptimo. La puntuación total de la escala resulta de la media de las puntuaciones de los cinco ítems.

    Se eligió esta escala por tratarse de un test validado que presenta una alta validez interna y fiabilidad, con un alfa de Cronbach de 0,90 para ambas estimaciones16. Además, su aplicación ha sido evaluada en la población de críticos, demostrando así su validez en este grupo14,16. Finalmente, se trata de un test corto y fácil de completar tal y como señala Ritmala-Castren et al.17.

    Se ha considerado que el sueño había sido malo si los pacientes puntuaban de 0 a 33mm, regular entre 34 y 66mm y bueno de 67 hasta 100mm, al igual que otros autores14.

  • 3.

    Se elaboró, por parte de los autores del estudio, un cuestionario «ad hoc» sobre los factores intrínsecos y ambientales previamente identificados en la literatura como principales causas de interrupción del sueño. El paciente asignaba a cada ítem un valor numérico, siendo el 0 el valor mínimo (no afecta al sueño), y en cambio el 100, valor máximo (gran impacto sobre el sueño) (Anexo II).

Recogida de datos

El equipo investigador llevó a cabo la recogida de datos durante 4 meses. Se informó del objetivo, de la importancia del estudio y se solicitó su participación. Aquellos pacientes que aceptaron colaborar con el estudio se les entregó el consentimiento informado y el cuestionario para cumplimentar, asegurando que cada ítem/pregunta era comprendida. Si el paciente lo solicitaba, se ayudaba en la cumplimentación. Un miembro del equipo investigador recogía los datos del plan de atención de enfermería informatizado. Todo el proceso se realizó en las primeras horas del turno de mañana.

Análisis de datos

La descripción estadística de las variables cuantitativas se realizó mediante media y desviación estándar (DE), y de las variables categóricas mediante frecuencia y porcentaje. Se utilizaron modelos lineales de efectos mixtos para tener en cuenta las dependencias de los datos. La significación estadística se estableció en valores p<0,05. Los análisis estadísticos se realizaron con Stata 14 (StataCorp. 2015. Stata Statistical Software: Release 14. College Station, TX: StataCorp LP).

Consideraciones éticas

Se garantizó el anonimato, la completa confidencialidad de los datos y la destrucción de los cuestionarios al finalizar la investigación a todos los pacientes (Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales). Se consiguió la aprobación del Comité de Ética en Investigación Clínica (Proyecto 2022.056) y el consentimiento escrito de los participantes.

Resultados

La muestra estuvo formada por 75 pacientes de los cuales 24 (32%) eran mujeres y 51 (68%) hombres. La edad media fue de 70,65 años (DE 15,01, min 64, máx 93). El motivo de ingreso fue: intervencionismo cardiaco en el 14,67% (11 pacientes); afectación cardiaca en el 52% (39 pacientes); paciente neurológico 26,67% (20 pacientes) y paciente de medicina interna en el 6,67% (5 pacientes). Estos pacientes generaron 146 noches. El promedio de estancia fue de 3,48 días (DE: 1,91, min 1 máx. 11).

La puntuación media del sueño alcanzada en el cuestionario de RCSQ fue de 60,22 (DE 24,81). El análisis de cada ítem de la escala se presenta en la tabla 2.

Tabla 2.

Puntuaciones obtenidas en el cuestionario Richards-Campbell (n=146)

Ítem  Media 
Su sueño la pasada noche fue: sueño profundo/sueño ligero (profundidad del sueño)  57,00 
La noche pasada la primera vez que se durmió: se quedó dormido casi de inmediato/no consiguió quedarse dormido (rapidez al quedarse dormido)  63,20 
La pasada noche: apenas se despertó/estuvo toda la noche despierto (número de despertares)  57,70 
La pasada noche cuando se despertó: se volvió a dormir de inmediato/no pudo volver a dormirse (porcentaje de tiempo despierto)  60,00 
La pasada noche: ha dormido bien/ha dormido mal (calidad y percepción del sueño total)  63,00 
Puntuación total  60,22 

La preocupación-nerviosismo tuvo una puntuación sobre cien en el sueño de 34,62 (DE:33,79), el ruido de 19,79 (DE:26,81), las voces del personal 10,03 (DE:20,18), las intervenciones de enfermería durante la noche 33,08 (DE:20,54), el dolor 15,17 (DE:25,41), el malestar 30,73 (DE:29,34); la luz ambiental de 9,11 (DE:19,85) y la presencia de otros pacientes 4,59 (DE:16,79).

Al analizar si la edad y el sexo influyen en la calidad del sueño, no se obtienen diferencias estadísticamente significativas (p=0,354 y p=0,993 respectivamente). Sucede lo mismo con el motivo de ingreso (tabla 3) y los días de estancia (p=0,913).

Tabla 3.

Relación del motivo de ingreso con la puntuación obtenida en el cuestionario Richards-Campbell

Motivo de ingreso  B-Coefficient  Intervalo confianza 95%  Puntuación media Escala Richards Campbell 
Cardiológico intervencionista (n=11)  Reference  Reference  Reference  55,09 (DE 21,10) 
Afectación cardiaca (n=80)  4,42  -11,26 a 20,12  0,580  60,08 (DE 25,98) 
Neurológico (n=42)  7,51  -9,22 a 24,24  0,379  62,571 (DE 22,34) 
Medicina interna (n=13)  1,34  -19,94 a 22,63  0,901  57,73 (DE 29,40) 

No hay asociación con la toma de medicación (p=0,467). La puntuación de los pacientes que tomaron fármacos que podía influir en el sueño fue de 58,05mm (DE 25,11) frente a 63,58mm (DE 24,15) de los que no los tomaron.

El análisis de los ítems recogidos en el segundo cuestionario reflejó que tanto la preocupación/nerviosismo del paciente; el ruido de las alarmas de los monitores y aparatos; el dolor que refiere el paciente; el malestar con los drenajes, cables de monitorización, cama extraña; la luz ambiental existente durante la noche, así como la presencia de otros pacientes cercanos, influyeron significativamente en el sueño (tabla 4). No se hallaron diferencias estadísticamente significativas con las voces del personal y las intervenciones de enfermería en el turno de noche (p=0,226 y p=0,376 respectivamente).

Tabla 4.

Relación de factores con puntuación obtenida en el cuestionario Richards-Campbell

Variable  B-Coefficient  Intervalo confianza 
Preocupación/nerviosismo  -0,23  -0,35 a -0,12  <0,001 
Ruido de alarmas y aparatos  -0,17  -0,32 a -0,03  0,016 
Voces personal  -0,12  -0,33 a -0,07  0,226 
Intervenciones de enfermería  -0,09  -0,29 a 0,11  0,376 
Dolor  -0,21  -0,36 a -0,05  0,008 
Disconfort  -0,23  -0,37 a -0,09  0,001 
Luz ambiental  -0,23  -0,43 a -0,02  0,026 
Presencia de otros pacientes  -0,26  -0,49 a -0,02  0,027 
Discusión

La puntuación media obtenida de la escala de RCSQ revela que los pacientes, en la unidad de cuidados intermedios, tienen una percepción del sueño regular, con facilidad media para conciliar el sueño, despertares medios y con facilidad media para volverse a dormir. La bibliografía recoge que en los pacientes críticos la interrupción del sueño es severa, y el sueño se caracteriza por su fragmentación, ritmos circadianos anormales, aumento del sueño ligero, y disminución del sueño profundo18. En la literatura revisada se han encontrado valores en la escala de RCSQ que van desde 25,10 hasta 59,66mm4,6,8,15,17,19–24 y solo dos con puntuación superior a la de esta investigación6,22. Estas puntuaciones inferiores en la literatura pueden ser debidas a que los estudios descritos están realizados en entornos más tecnificados y con estructuras arquitectónicas diferentes. La calificación superior6,22 se justifica por ser la puntuación del grupo intervención en un estudio para mejorar el descanso nocturno en los pacientes críticos.

En relación a las características demográficas de los pacientes (edad y sexo), los datos resultantes hay que analizarlos con cautela, puesto que se ha encontrado discrepancia en la literatura revisada. En cuanto al sexo, algunos artículos reflejan que no hay diferencias significativas en la percepción de la calidad del sueño2,8,9,15,25 al igual que en este estudio. Otras investigaciones, sin embargo, describen que las mujeres19,26 o los hombres17 duermen mejor. Hombres y mujeres presentan patrones de sueño diferentes. Aunque se tiene un conocimiento considerable sobre los mecanismos que regulan el sueño, las razones detrás de estas diferencias de género en el comportamiento del sueño siguen siendo desconocidas y escasamente investigadas27.

Algunos autores señalan que la edad influye negativamente tanto en la calidad como en cantidad del sueño. El ritmo circadiano se altera con la edad, por lo que los despertares aumentan y la conciliación del sueño se retrasa28. Se han encontrado dos estudios en los cuales los pacientes de mayor edad dormían mejor en la UCI que los más jóvenes24,26. Este estudio no halla asociación estadística en relación a la edad al igual que otras investigaciones9,14,15,22,28.

En este trabajo no se ha obtenido diferencias estadísticamente significativas en relación al motivo de ingreso, al igual que el estudio de Czempik et al.25 y Carrera et al.15 y a diferencia de la mayoría de la literatura revisada5,7,10,18,20. Está descrito que la gravedad y la agudeza de la propia enfermedad también puede contribuir a los trastornos del sueño5,10,12,20,22,29. Otros autores sin embargo señalan que, sin importar el motivo de ingreso, la enfermedad influye en el sueño porque genera un sentimiento de amenaza a la vida debido al miedo e incertidumbre que experimenta la persona20.

Al analizar si la toma de fármacos que facilitan las condiciones del sueño ha influido en el mismo, no se ha encontrado asociación al igual que el estudio de Navarro et al.8 y de Carrera et al.15, y a diferencia del de van der Hoeven et al.24. Sí que se observa que los pacientes que los han tomado duermen peor. Giusti et al., afirman que los analgésicos, la terapia sedante y los efectos secundarios de los fármacos, pueden empeorar las condiciones del sueño10. Los antiinflamatorios no esteroideos pueden afectar negativamente, aumentando los despertares nocturnos y disminuyendo la eficiencia del mismo30. Además, aunque se ha demostrado que las benzodiacepinas aumentan el tiempo total de sueño, dan como resultado una arquitectura anormal, incrementando las fases de sueño superficial y reduciendo el sueño profundo5.

Con relación a si la preocupación-nerviosismo influyó en la percepción del sueño, se obtienen diferencias estadísticamente significativas al igual que la literatura revisada4,5,11,15,19,29. La literatura describe que la preocupación por la pérdida de salud está relacionada con la falta de conocimientos del paciente respecto a su enfermedad, métodos diagnósticos, tratamiento y lenguaje técnico; y que puede confundir o causar ansiedad por una inadecuada comprensión por parte del paciente y su familia31. Informar en todo momento al paciente sobre aquello que le preocupa y explicar cualquier técnica antes de realizarla, ayudaría a minimizar su estrés y podría facilitar el descanso nocturno28,31.

El ruido de las alarmas de los monitores y de los diferentes aparatos influyó de manera significativa en el sueño al igual que la bibliografía consultada3,5,8,10–12,15,19–21,23,32,33. No lo hicieron las voces de los profesionales a diferencia de lo encontrado en otras publicaciones5,8,15,21,26. Está descrito que los niveles de sonido en las áreas de críticos continúan excediendo las recomendaciones de ruido de la OMS34. En la investigación de Simons et al., sobre la asociación entre varios parámetros acústicos y la calidad subjetiva del sueño percibida en pacientes de la UCI, se recoge que el ruido es el responsable del 11 al 24% del número total de despertares, y que los propios pacientes consideran que el ruido en la UCI les molesta para dormir19. Pese a que la arquitectura de esta unidad es favorecedora para el descanso y que la influencia del ruido en el sueño fue baja, todavía es necesario eliminar estímulos acústicos nocivos. Cerrar las fuentes de aspiración mientras no se usen, minimizar las alarmas por artefactos, bajar el volumen de alarmas durante la noche, etc. son intervenciones sencillas y de bajo coste que podrían mejorar el sueño de los pacientes18,32,33. Además, está demostrado que los tapones para los oídos favorecen el descanso nocturno4,5,9,21,22.

En la literatura se recoge que el dolor es una barrera para dormir3,5,8,11,15,18, dato que coincide con esta investigación. Grossman et al. en su estudio para comprender cómo duermen los pacientes e identificar posibles interrupciones, encuentran que el dolor fue una de las interrupciones más comúnmente reportadas y que condujo a la mayor reducción en la duración del sueño3. Pese a que la percepción de la influencia del dolor de los pacientes fue baja, es necesario realizar ciertas intervenciones ya que ha influido significativamente. Optimizar la pauta de analgesia y utilizar métodos no farmacológicos se han descrito como intervenciones eficaces en el manejo del dolor1,5. Las enfermeras, por su presencia continua, desempeñan un papel esencial en este aspecto29.

Otro de los ítems evaluado en este estudio y que ha influido en la percepción del sueño es el malestar con los drenajes, cables de monitorización, cama extraña…, dato que coincide con la literatura2,8,10,11,18,19,28. Aunque estos factores difícilmente puedan ser modificables, las enfermeras pueden promover una posición cómoda para dormir, reducir y priorizar el número de actividades de cuidado, proporcionar alargaderas para permitir la movilidad del paciente, asegurar la fijación de los dispositivos y de esta manera evitar interrupciones en el sueño del paciente28,31.

La luz ha sido otro de los factores influyentes en la percepción del sueño, al igual que la mayoría de la bibliografía consultada2,4,5,8,11,19,21,35. Llama la atención este resultado puesto que, en esta unidad, el paciente tiene la posibilidad de controlar la luz de su habitación y las persianas de las ventanas. Además, las puertas de las habitaciones poseen una cortina metálica que impide la entrada de la luz del pasillo a la habitación del paciente. Quizá este hallazgo pueda explicarse porque, como dice Engwall et al. en su estudio sobre iluminación, sueño y ritmo circadiano, los niveles de iluminación tienen un efecto reconfortante en los pacientes durante la noche, ya que pueden ver y relacionarse con el personal35. Está descrito en la literatura que medidas como la exposición a la luz natural, el mantenimiento del ritmo circadiano evitando las siestas excesivas y la minimización de la exposición nocturna a la luz artificial forman parte de un paquete para favorecer el sueño, con resultados satisfactorios29,32 al igual que el uso de antifaz21.

Contra pronóstico las intervenciones de enfermería, como por ejemplo la toma de tensión arterial no son percibidas como factores negativos o influyentes en el sueño/descanso a diferencia de la bibliografía revisada5,11. Esto puede ser debido a que los pacientes perciben tranquilidad y seguridad con la realización de los diferentes cuidados33.

Esta investigación presenta limitaciones metodológicas. El estudio se ha realizado en un único centro y la muestra ha sido pequeña. Además, no se dispone de la valoración de todas las noches que generaron los pacientes y la estancia ha sido muy variable, pudiendo dificultar la influencia de los días de ingreso en el sueño. Dada la variedad de los fármacos administrados para favorecer el sueño y su uso conjunto, no se puede determinar relación causal entre el sueño y el uso de un medicamento concreto. En relación a los cuestionarios, la RCSQ es una herramienta que no está validada en castellano. El cuestionario que consta de 9 preguntas no ha sido sometido a un proceso de validación. Ambos cuestionarios son heteroadministrados. Esto hace que el paciente pueda no sentirse libre para expresar determinadas opiniones y generar un sesgo en el paciente.

Conclusión

Los pacientes en la unidad de cuidados intermedios tienen una percepción del sueño regular. La preocupación/nerviosismo del paciente; el ruido de las alarmas de los monitores y aparatos; el dolor que refiere el paciente; el malestar con los drenajes, cables de monitorización, cama extraña; la luz ambiental existente durante la noche son factores que influyeron en el sueño. Informar en todo momento al paciente sobre aquello que le preocupa y antes de la realización de cualquier técnica, minimizar la luz y el ruido ambiental, optimizar la pauta de analgesia, promover una posición cómoda, podría facilitar el descanso nocturno.

Financiación

No se contó con financiación de ninguna entidad.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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