El papel que desempeñan los microorganismos anaerobios en las infecciones pediátricas, incluyendo la bacteriemia, continúa siendo objeto de interesante debate. La dificultad de su aislamiento es inherente a su metabolismo, siendo este un factor que puede subestimar su frecuencia, si bien en niños la bacteriemia por anaerobios es per se una entidad infrecuente1,2. Diversos autores3-5 refieren una reducción del número de bacteriemias por anaerobios asociada a prácticas médicas previas a cirugías abdominales, dentales, del tracto respiratorio superior y genitourinario, así como al empleo apropiado de antibacterianos con actividad frente a anaerobios. Esta circunstancia ha planteado la posibilidad de un uso selectivo del procesamiento de sangre en viales de hemocultivo para anaerobios6,7. Algún autor sugiere incluso reservar, en pacientes pediátricos, todo el volumen de sangre para su inoculación solo en hemocultivos para aerobios1,8. Sin embargo, hay también estudios que muestran un repunte en la incidencia de bacteriemia por anaerobios. Lassmann et al.9 detectan un incremento global del 74% en la incidencia de bacteriemias por anaerobios por 100.000habitantes/día durante un periodo de 12años (1993-2004), proponiendo como causa desde una mejora en la metodología microbiológica para su recuperación, hasta cambios en las características demográficas de los pacientes y parámetros clínicos tales como la presencia de enfermedades hematológicas subyacentes. En dicho estudio, el 38% de los pacientes con bacteriemia por anaerobios en 2004 tuvieron un origen menos previsible que los tractos gastrointestinal y genitourinario. Lark et al.10 comunican un incremento del número de bacteriemias por anaerobios en pacientes trasplantados de médula ósea entre 1995 y 1998. Estos pacientes poseen un elevado riesgo de infección, especialmente durante el periodo inmediato al trasplante como consecuencia de los regímenes de acondicionamiento que generan una severa neutropenia y alteración de las mucosas. En el estudio de Lark et al.10 la mucositis fue un factor de predicción independiente de bacteriemia por anaerobios. En el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, en el periodo 2007-2012 se cuantificaron retrospectivamente los aislados anaerobios estrictos obtenidos a partir de hemocultivos para anaerobios (BD BACTEC™ Plus+Anaerobic/F medium, Becton Dickinson Microbiology Systems; Sparks, Maryland, EE.UU.). El sistema de procesamiento utilizado fue BD BACTEC™ 9240 System (Becton Dickinson). Los hemocultivos se mantuvieron a 37°C durante 5días. Durante el periodo estudiado se procesaron 40.552hemocultivos, de los que 8.090 eran hemocultivos para anaerobios (20%), correspondientes a 1.813 pacientes. El 66% fueron pacientes con enfermedades oncohematológicas, que asociaron un 86% del total de hemocultivos para anaerobios procesados (fig. 1). Se detectaron 4casos de bacteriemia por anaerobios estrictos (3 aislados grupo Bacteroides fragilis y un aislado Fusobacterium necrophorum), correspondiendo 3 casos a pacientes con enfermedades oncohematológicas: leucemia linfoblástica agudaB común, síndrome mieloproliferativo y leucemia mieloblástica aguda. En los años 2007, 2008 y 2011 no se contabilizaron bacteriemias por anaerobios estrictos. En vista de los resultados obtenidos, el contexto clínico en el que acontecen los infrecuentes casos de bacteriemia por anaerobios parece ser predecible, por lo que el procesamiento de sangre mediante el uso de hemocultivos para anaerobios podría ser selectivo, orientándose a pacientes con un riesgo elevado de infección por anaerobios: pacientes oncohematológicos y, asimismo, pacientes con sepsis que no mejoran con un tratamiento antibiótico que no proporciona cobertura frente a microorganismos anaerobios como posibles agentes etiológicos. La pauta empírica empleada en nuestro centro por sospecha de sepsis consiste en la administración de ampicilina y gentamicina o cefotaxima en menores de 3meses, y cefotaxima o ceftriaxona en mayores de dicha edad. Una posible causa del escaso número de bacteriemias por anaerobios estrictos detectadas podría radicar en un volumen de muestra insuficiente a la recomendada por el fabricante para una recuperación óptima de estos microorganismos. De ser así, sugerimos la posibilidad de una adaptación del diseño de los viales Plus+Anaerobic/F medium a volúmenes pequeños, circunstancia propia de los pacientes pediátricos, a semejanza del vial pediátrico BD BACTEC™ Plus/F medium.
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