Los editores de revistas científicas han sido, tradicionalmente, poco conscientes de la existencia de fraudes y conductas inapropiadas, más preocupados por los temas relacionados con el impacto o con la revisión editorial, pero en los últimos años, se ha ido comprobando y denunciando que existen comportamientos inadecuados en el ámbito científico y que además no son infrecuentes.
DesarrolloSe revisan las conductas inapropiadas de autores más frecuentes que suponen una vulneración de las condiciones que debe tener un trabajo científico e incluyen fraudes como el plagio, las publicaciones repetidas o las publicaciones redundantes. Se discute su frecuencia y las perspectivas desde la edición.
ConclusionesMuchos editores están reclamando regulaciones claras para prevenir las conductas inapropiadas. La revisión editorial y facilitar herramientas de evaluación para los revisores son fórmulas de prevención, pero no infalibles. Lo destacable puede ser que los equipos editoriales tomen consciencia de su existencia.
Editors of scientific publications have, traditionally, been unaware of frauds and misconduct, being more concerned with subjects associated to impact or with editorial review. But, in the last few years they have been checking and reporting that there is misconduct in the scientific field, and furthermore, it is not uncommon.
MethodThe most common misconduct of authors is reviewed. These are seen as an infringement of the conditions that a scientific work must have, and include fraud, such as plagiarism, repeated publications or redundant publications. Their frequency and the perspectives from a publishing point of view are discussed.
ConclusionsMany editors are demanding clear regulations to prevent misconduct. Editorial review and the provision of evaluation tools for reviewers are prevention, but not infallible formulas. What is most important could be that editorial teams be aware of its existence.
Los lectores podrán observar que en el presente número de Neurología se produce un cambio en la dependencia editorial de la publicación, que vuelve a Elsevier-Doyma, donde el órgano oficial de la Sociedad Española de Neurología (SEN) dio sus primeros pasos en la edición científica y se realizó el notable esfuerzo de los primeros editores, los profesores Grau Veciana, Eduardo Tolosa y José Berciano, por llevarla al mayor grado de desarrollo. El cambio viene de la mano del último editor, el Prof. Eduardo Martínez-Vila, en su condición de presidente de la SEN. Sin desmerecer el enorme trabajo realizado en Ars XXI y los notables progresos que se han desarrollado en este periodo, el regreso de Neurología a Elsevier y su incorporación en su versión en inglés a Science Direct no pueden verse de otra manera que no sea un salto cualitativo a la internacionalización de la Revista y la profesionalización de su funcionamiento. Si ya era así, lo que publique la Revista en adelante tendrá más visibilidad y, por lo tanto, el cuidado de los editores en la aceptación de los contenidos debe ser, si cabe, todavía mayor.
Hace varios meses llegó a Neurología una denuncia de fraude. Según el denunciante, Neurología publicó en los últimos diez años tres artículos en forma de casos clínicos que eran plagios de otros trabajos publicados en una revista internacional de alto impacto. El primer firmante de esos tres artículos era el mismo y al parecer había hecho lo propio en otras revistas. El equipo editorial de Neurología analizó con suma atención la denuncia, revisó unos y otros artículos y pudo constatar de forma clara su veracidad. Los casos correspondían exactamente a lo publicado en inglés por otros autores, e incluso se habían incluido figuras que probablemente fueran exportadas de la publicación original.
No es éste el lugar para la denuncia de estos plagios, que tiene otros canales, pero sí para revisar, discutir y establecer la posición del equipo editorial respecto a las conductas inapropiadas de los autores, término que sería equivalente al inglés misconduct que aparece en la literatura, lo que tiene todavía mayor vigencia, dado que la nueva situación de la publicación en cuanto a visibilidad pueda hacerla más atractiva para aquellos que quieren tener un currículum fácil y sin esfuerzo.
Los editores de revistas científicas han sido, tradicionalmente, poco conscientes de la existencia de fraudes y conductas inapropiadas1, más preocupados por los temas relacionados con el impacto2 o con la revisión editorial3, pero en los últimos años se ha ido comprobando y denunciando que existen comportamientos inadecuados en el ámbito científico4 y que además no son infrecuentes5, aunque el debate sobre las conductas inapropiadas de los autores ha sido amplio en la correspondencia de las publicaciones científicas6–13 y ha supuesto mensajes de los editores para tratar de evitarlas14.
Entre las conductas inapropiadas de los autores se incluye una serie de actuaciones de éstos de las que se considera que suponen una vulneración de las condiciones que debe tener un trabajo académico: fraudes15–18 como el plagio19, las publicaciones repetidas20,21 o las publicaciones redundantes, que son en realidad publicaciones repetidas a las que se añade material nuevo no relevante para que parezca otro artículo)22. Además de estos fraudes, se puede incluir entre las conductas inapropiadas de los autores las distorsiones en la definición de autoría, que han sido revisadas recientemente23, como el “autor fantasma”24–27, los autores encubiertos28,29 o el “autor regalo”.
De las conductas inapropiadas de los autores, las publicaciones repetidas30 han sido consideradas tradicionalmente con mayor tolerancia, siempre que sea con el conocimiento de las revistas. De hecho, hay situaciones en que la duplicación de un artículo está justificada31, como en comunicaciones especiales en diferentes idiomas, la difusión de normas por acuerdo de las propias revistas o sociedades científicas o las guías de práctica clínica, pero cuando ello se realiza para ampliar el currículum u obtener otro tipo de beneficio es una conducta inapropiada de los autores32, y su frecuencia no es poca en la literatura33–36. Este tipo de conductas, de todas maneras, tiende a ser cada vez menor, especialmente en revistas visibles, porque los revisores disponen de más información para detectarlo, y la mayor especialización de éstos tiende a evitarlo.
Otra cuestión son los artículos redundantes. La publicación múltiple completa o parcial37,38 tiene consecuencias científicas porque falsea la correcta valoración de los resultados de las investigaciones39, lo que tiene una connotación especial en lo que se refiere a los ensayos clínicos40–43. El término “artículos salami”44 se refiere a esos autores que “trocean” su investigación en muchos artículos con metodología común, para que les suponga un mayor número de publicaciones sin que en sí haya diferencias suficientes para ello. En una revisión sistemática sobre fármacos antieméticos, Tramer et al45 encuentran que un 17% de los artículos incluyen estudios aleatorizados repetidos, lo que representa un 28% de los pacientes duplicados, lo que supone que el beneficio del fármaco estudiado está sobreestimado en un 23%. Von Elm et al46 han establecido la clasificación de las publicaciones duplicadas en los tipos siguientes: a) grupos idénticos con resultados iguales, lo que suele corresponder a una copia del articulo, que en ocasiones se publica en forma de suplementos, sin haber realizado el correspondiente proceso de revisión47–49, y sólo sería admisible si se advirtiera claramente al lector de que se trata de una reproducción del artículo original; b) grupos idénticos, pero con resultados distintos, lo que tiende a buscar conclusiones menos validadas que no hubieran sido admitidas en el artículo inicial50 y distorsiona el efecto real que tiene la investigación; c) grupos distintos, pero con resultados idénticos, en lo que se ha denominado meat extender y pretender incrementar el artículo original con información adicional parcial, pero con iguales finalidad y conclusiones51; tiene el mismo efecto distorsionador en la literatura, y d) diferentes grupos con resultados diferentes, lo que representa la situación más absurda de la duplicación. La repercusión de la publicación redundante no es poca para el autor, ya que puede suponer ventajas como facilitar la obtención de un mayor número de ayudas económicas a la investigación y, en ocasiones, un mayor reconocimiento académico52 o, en el caso de la industria farmacéutica, una fórmula de promoción de productos53, que puede ser legítima en la competitividad del mercado pero vulnera los preceptos de competencia entre investigadores y, en consecuencia, influye negativamente en el avance científico, lo que ha llevado a buscar fórmulas de consenso para evitar estas duplicaciones54.
Otra conducta inapropiada de los autores es el invento o la falsificación de datos. La literatura ha mostrado casos ocasionales en que los investigadores han inventado o modificado sus datos. El caso Reuben corresponde a un investigador norteamericano sobre el dolor que publicó durante 15 años 21 artículos fraudulentos, y algunos de ellos, que habían supuesto presuntos avances, han sido cuestionados posteriormente55. El caso de Jan Hendrik Schon se refiere a un físico alemán que publicó una serie de manuscritos con avances que luego se comprobó que eran fraudulentos56 y le habían representado un alto grado de notoriedad57. Son ejemplos el escándalo de Woo-Suk Hwang sobre un estudio de clonación en Corea58 o el caso Lomborg, un autor danés que inventó datos y falseó la estadística en la publicación de un libro. Todos ellos son ejemplos de una parte pequeña de la probable realidad. La cuestión es obviamente la frecuencia de estos fraudes en la literatura59 y cómo se debe evitarlos60. En un reciente estudio, Fanelli et al61 señalan que el 14% de los manuscritos pueden tener falsedades. Según esos autores, la sociedad tiene más confianza en el científico, lo que hace que sea difícil prevenir que se produzcan, en lo que se denomina “efecto de Mohamed Alí”. El famoso dicho militar “el valor se le supone” parece un paraguas de protección en el mundo académico para los fraudulentos.
El plagio probablemente sea la conducta inapropiada de los autores más censurable, porque no solamente perjudica a la ciencia, sino también a los propios autores. Supone, de alguna manera, una fórmula de usurpación de la autoría y debe ser radicalmente censurado. No solamente es plagio la copia de un artículo entero, sino asimismo la utilización de un texto previo para la realización de otro artículo62. Copiar párrafos enteros de un artículo a otro es también una conducta inapropiada de los autores, y la frecuencia de esta práctica no parece ser baja y difícil de detectar. La llegada de CrossCheck, una iniciativa de las entidades incluidas en CrossRef para detectar copia de artículos publicados en la base de datos, va a ser muy importante en la prevención de estas conductas inapropiadas de los autores. Todas los artículos incluidos en las publicaciones de sus bases de datos serán cotejados mediante un amplio sistema informático que permite detectar incluso la copia de párrafos completos. Elsevier-Science Direct es una de las entidades participantes en el proyecto CrossCheck, lo que va a ser una importante herramienta en manos de los editores cuyas revistas estén incluidas, como lo estará Neurología, en el entorno de CrossRef y una forma que tendrán para vigilar el fraude63. Sin embargo, no sólo la detección es importante, también que hay que buscar fórmulas para reparar las consecuencias de las conductas inapropiadas de los autores64.
Muchos editores están reclamando regulaciones claras para prevenir las conductas inapropiadas de los autores65, pero no es fácil detectarlas. La revisión editorial y facilitar herramientas de evaluación para los revisores son, sin duda, fórmulas de prevención, pero no infalibles. Quizá lo importante pueda ser que en los equipos editoriales haya conciencia de que las conductas inapropiadas de los autores existen y traten de detectarlas, lo que sin duda ya ocurre en Neurología.