Tras la pandemia, el centro de referencia de atención a adultos víctimas de agresión sexual aguda de Barcelona notificó un aumento del 40% de sus consultas. Nuestro objetivo es determinar si también aumentaron los casos por sospecha de violencia sexual infantil y adolescente (VSIA) y si se modificó el perfil de las víctimas.
Materiales y métodosEstudio transversal. Se incluyeron los pacientes <18 años atendidos por sospecha de VSIA en 2019 y 2022 por un Equipo Funcional de Expertos y se compararon sus características.
ResultadosSe incluyeron 135 casos de 2019 y 163 de 2022. El 83,2% de sexo femenino. La edad media fue 10 vs. 12 años (p=0,064), tenían antecedentes psiquiátricos 11,9 vs. 25,2% (p=0,004), y 59,3 vs. 43,6% (p=0,039) eran remitidos desde el hospital. Se diagnosticaron el 0,7% infecciones de transmisión sexual en 2019 vs. 4,3% en 2022 (p=0,076). Se refirió un posible agresor en 287 (96,9% varón): era un conviviente en el 47,3 vs. 28,8% (p=0,001).
ConclusionesSe detectó un aumento sustancial de casos con sospecha de VSIA; afectando a más chicas adolescentes, más expuestas a agresores no convivientes, siendo necesario insistir en campañas de concienciación y prevención en este grupo etario.
After the pandemic, the Barcelona adult's reference centre for victims of sexual assault reported a 40% increase in its consultations. Our objective is to determine if cases of suspected child and adolescent sexual violence (CASV) also increased and if the profile of the victims changed.
Materials and methodsCross-sectional study. Patients <18 years of age treated for suspected CASV in 2019 and 2022 by a Functional Team of Experts were included and their characteristics were compared.
ResultsOne hundred thirty-fivecases from 2019 and 163 from 2022 were included. 83.2% were female. The mean age was 10 vs. 12 years (P=.064), 11.9% vs. 25.2% (P=.004) had a psychiatric history, and 59.3% vs. 43.6% (P=.039) were referred from the hospital. 0.7% sexually transmitted infections were diagnosed in 2019 vs. 4.3% in 2022 (P=.076). A possible aggressor was reported in 287 (96.9% male): it was a cohabitant in 47.3% vs. 28.8% (P=.001).
ConclusionsA substantial increase in cases with suspected CASV was detected; affecting more adolescent girls, more exposed to non-cohabiting aggressors, making it necessary to insist on awareness and prevention campaigns in this age group.
A finales de 2022, el hospital de adultos de referencia de Barcelona para la atención de agresiones sexuales, comunicó que habían aumentado un 40% sus consultas desde 20191,2. Por tanto, tras la pandemia por COVID-19 hubo un repunte de los casos. Las medidas de aislamiento establecidas durante los primeros meses de la pandemia provocaron una disminución de casos detectados que habrían surgido posteriormente. Por otro lado, las políticas activas de concienciación y reducción de la tolerancia social hacia la violencia de genero impulsadas los últimos años, habrían facilitado que un mayor número de víctimas denunciaran.
Es probable que en el ámbito pediátrico se diese una situación similar. Sin embargo, en España, los resultados de un estudio publicado por Chinchilla et al.3 que comparan las características pre-confinamiento (febrero 2019-14 marzo 2020) y posconfinamiento (15 marzo 2020-febrero 2021) de los pacientes menores de 18 años atendidos en su servicio por maltrato infantil, no objetivan cambios significativos en el número de casos entre los 2 periodos. Refieren que «el confinamiento domiciliario parece aumentar tanto las agresiones físicas como sexuales a menores por parte de los familiares, siendo más severas y requiriendo la hospitalización del paciente con mayor frecuencia»; pero únicamente describen un cambio significativo en el patrón del agresor y el número de ingresos por maltrato. La muestra de casos de violencia sexual infantil y adolescente (VSIA) incluida es muy pequeña (13 pacientes) por lo que no les permite extraer conclusiones específicas para este grupo de pacientes. Asimismo, el segundo periodo analizado más que posconfinamiento, es de confinamiento, ya que incluye los meses de mayores restricciones de movilidad de la población por la pandemia.
El objetivo de este estudio es determinar si después de la pandemia por COVID-19 aumentaron los casos por sospecha de VSIA y si se modificó el perfil de las víctimas.
Material y métodosEstudio unicéntrico, descriptivo-observacional. Se incluyeron los pacientes menores de 18 años atendidos por sospecha de VSIA por un equipo funcional de expertos (EFE) ubicado en un hospital materno-infantil de 3.° nivel, centro de referencia de 1.200.000 habitantes, durante los años 2019 y 2022. Se excluyeron los casos pertenecientes a otras áreas sanitarias. Se revisó la historia clínica informatizada de los pacientes tras obtener la aprobación del Comité de Ética del centro de estudio (PIC-166-23).
Los datos extraídos se analizaron con el programa estadístico IBM® SPSS® Statistics para Windows® versión 29, aplicando pruebas para el estudio de distribución de datos (Kolmogorov-Smirnov) y de comparación de datos cuantitativos (t de Student, U de Mann-Whitney) y cualitativos (Chi-cuadrado, tabla de contingencia, test exacto de Fisher). Los valores de p menores a 0,05 se consideraron significativos.
ResultadosSe incluyeron 298 casos, 135 del 2019 y 163 del 2022 (incremento del 20,7%). La edad mediana de los pacientes fue de 11 años (p25-75 5-14 años), 248 (83,2%) eran de sexo femenino. En la figura 1 se muestra la distribución por edad y sexo según el año de la consulta.
Ciento cincuenta y uno (50,7%) de los pacientes fueron derivados al EFE desde el mismo hospital, 145 de los cuales, desde el servicio de urgencias.
En 11 (3,7%) casos; 4 (3%) en 2019 y 7 (4,3%) en 2022, la sospecha de VSIA fue a raíz de un indicio sugestivo: 5 por comportamiento y/o lenguaje sexualizado, 4 por diagnóstico de infección de transmisión sexual (ITS) y 2 por molestias con lesiones vulvares. En los 287 casos restantes, el paciente y/o alguno de sus familiares consultaron por una posible VSIA, 276 (92,6%) con contacto sexual (166 tocamientos y 110 agresión con penetración), y 11 (3,7%) sin contacto (6 exhibicionismo, 2 Gromming, 3 otros tipos). No se encontraron diferencias significativas entre los diferentes motivos de consulta según el año analizado.
Cuarenta y seis pacientes presentaban lesiones físicas (21 [15,6%] en 2019 vs. 25 [15,3%] en 2022; p=0,959) y 8 fueron diagnosticados de ITS, 3 de los casos por más de un agente causal (5 Neisseria gonorrhoeae, 3 Chlamydia trachomatis, 1 VHS-2, 1 VPH). Uno (0,7%) de los casos fue diagnosticado en 2019 vs. 7 (4,3%) en 2022 (p=0,076). No hubo ningún embarazo.
Se refirió un posible agresor en 287; en el 96,9% se trataba de un varón.
En la tabla 1 se muestran las características del paciente y del posible agresor según el año de consulta.
Características del paciente y del posible agresor según el año
Características del paciente | 2019 (n=135) | 2022 (n=163) | Valor de p |
---|---|---|---|
Sexo femenino | 111 (82,2%) | 138 (84,7%) | 0,572 |
Edad mediana (años) | 10 | 12 | 0,064 |
Antecedentes | |||
Discapacidad intelectual | 6 (4,4%) | 3 (1,8%) | 0,308 |
Psiquiátricos | 16 (11,9%) | 41 (25,2%) | 0,004 |
Un/ambos progenitores extranjeros | 71 (52,6%) | 83 (50,9%) | 0,774 |
Procedencia derivación | 0,039 | ||
Hospital | 80 (59,3%) | 71 (43,6%) | |
Atención primaria | 15 (11,1%) | 24 (14,7%) | |
Servicios salud mental | 10 (7,4%) | 8 (4,9%) | |
Servicios sociales | 9 (6,7%) | 25 (15,3%) | |
Espontáneo | 6 (4,4%) | 13 (8%) | |
Otros | 15 (11,1%) | 22 (13,5%) |
Perfil posible agresora | (n=131) | (n=156) | |
---|---|---|---|
Sexo masculino | 127 (96,9%) | 152 (97,4%) | 1 |
Relación | 0,168 | ||
Familiar | 98 (74,8%) | 103 (66%) | |
Padre/padrastro | 46 (35,1%) | 40 (25,7%) | |
Tío | 18 (13,7%) | 20 (13,2%) | |
Hermano/hermanastro | 13 (9,9%) | 13 (8,3%) | |
Primo | 12 (9,2% | 11 (7,1%) | |
Abuelo | 6 (4,6%) | 17 (10,9%) | |
Otro | 3 (2,3%) | 2 (1,3%) | |
Conocido no familiar | 28 (21,4%) | 43 (27,6%) | |
Amigo/compañero/pareja | 13 (9,9%) | 29 (18,6%) | |
Conocido redes sociales | 1 (0,8%) | 4 (2,6%) | |
Otro | 14 (10,7%) | 10 (6,4%) | |
Desconocido | 5 (3,8%) | 10 (6,4%) | |
Conviviente | 62 (47,3%) | 45 (28,8%) | 0,001 |
Este estudio confirma que después de la pandemia por SARS-CoV-2 hubo un incremento de las consultas por sospecha de VSIA atendidas por el EFE analizado, coincidiendo con lo descrito en la población adulta1,2,4.
Al igual que en otros estudios5,6, la mayoría de las víctimas eran de sexo femenino. Por otro lado, se observa que el número más alto de consultas correspondía a los adolescentes (12-17 años)5–7, tendiendo a ser más alta la proporción de este grupo de edad en el segundo año analizado. El aumento de casos de violencia de género en chicas adolescentes posconfinamiento8 estaría detrás de este hecho, corroborado por el incremento de casi un 10% del colectivo de agresores referidos por la víctima como compañero/amigo/pareja en 2022. Asimismo, aumentan los casos donde los posibles agresores no convivían con la víctima, lo que también podría explicarse por el perfil más adolescente de las VSIA atendidas en 2022, al ser más mayores, tendrían más contactos fuera del entorno familiar.
El auge de pacientes con antecedentes psiquiátricos observado en 2022 también podría explicarse en parte por la mayor edad de las víctimas, pero el confinamiento durante el COVID-19 tendría seguramente mucho más que ver. Se ha documentado que durante la pandemia se multiplicaron los casos de trastornos de salud mental y de comportamientos suicidas en este colectivo9.
En cuanto al origen de la consulta, se objetiva que en 2022 aumentaron las consultas espontáneas al EFE. Esto podría deberse al movimiento sociocultural, político y legislativo10 que se está viviendo en España, en el que cada vez hay más conocimiento acerca de ciertas actitudes y menos normalización de conductas que podrían suponer una VSIA. Por otro lado, llegaron más pacientes derivados de dispositivos no hospitalarios, seguramente por un mejor conocimiento de los circuitos asistenciales para atender a estas víctimas.
Finalmente destacar que se detectó que el diagnóstico de ITS tendía a ser más frecuente en 2022, reflejo del incremento de estas infecciones en nuestra sociedad11.
La principal limitación de este estudio está ligada a su diseño retrospectivo, lo que podría haber condicionado inconsistencias en la documentación o recogida de datos. Sin embargo, dada la naturaleza del motivo de estudio, las historias clínicas de los pacientes incluidos son muy exhaustivas y es poco probable que haya habido pérdida de información relevante. Por otro lado, es un estudio unicéntrico, lo que podría limitar la generalización de los resultados. Finalmente, el estudio se basa en 2 periodos temporales concretos, pudiendo ser el aumento de 2022 un hecho puntual debido a la aparición de casos no detectados durante la pandemia. Sin embargo, datos recogidos por otros organismos apoyarían una evolución ascendente en la detección de casos de VSIA8,12 durante los últimos años.
En conclusión, entre 2019 y 2022 el número de casos atendidos en el EFE por sospecha de VSIA aumentó sustancialmente. El cambio en el perfil de las víctimas, afectando a más chicas adolescentes, más expuestas a agresores no convivientes, conlleva la necesidad de insistir en campañas de concienciación y prevención en este grupo de edad.
FinanciaciónLos autores declaran que no han recibido ningún tipo de financiación en relación con el trabajo realizado.
Consideraciones éticasEl estudio fue aprobado por el Comité de Ética del centro de estudio (PIC-166-23). Dado su carácter retrospectivo, obtuvo exención de consentimiento informado por parte de los pacientes.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no existen conflictos de intereses con el trabajo realizado.