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Vol. 29. Núm. 1.
Páginas 1-2 (Enero 2022)
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Pandemia COVID-19 y formación médica virtual
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Amando Martín Zurro
Autor para correspondencia
a.martinzurro@gmail.com
10309amz@comb.cat

Autor para correspondencia.
, Eva Comín Bertrán, Ramon Ciurana Misol, Roser Marquet Palomer
Director y miembros del Comité de Redacción del Programa FMC
Este artículo ha recibido
Disponible módulo formativo: Volumen 29 - Número 1. Saber más
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La pandemia COVID-19 iniciada a comienzos del año 2020ha generado problemas en prácticamente todos los ámbitos de la vida personal y colectiva y, en consecuencia, ha incentivado la búsqueda de soluciones a estos, algunas de las cuales han nacido con aspiraciones de permanencia a medio y largo plazo una vez superada la fase aguda de la pandemia. El campo de la formación médica no ha sido una excepción a este axioma y se ha visto afectada por las restricciones a las actividades presenciales impuestas por las autoridades sanitarias. Al igual que en otros ámbitos de trabajo, se ha priorizado casi de forma absoluta la virtualidad en el diseño, ejecución y evaluación de los programas docentes. En aquellas actividades dirigidas esencialmente al área de los conocimientos, las restricciones pandémicas no han afectado gravemente a su efectividad y eficiencia, pero sí lo han hecho en todas aquellas con objetivos centrados en otros componentes de la competencia profesional como las habilidades y, en menor escala, las actitudes y valores. Es obvio que estos últimos componentes competenciales pueden ser abordados también desde la virtualidad, pero es más difícil que sin una actividad presencial que permita el contacto docente con personas, instrumentos e instalaciones se pueda alcanzar un aprovechamiento óptimo del proceso de aprendizaje.

Otra cuestión no negligible, y probablemente poco estudiada, es la capacidad intrínsecamente educativa que tienen las emociones transmitidas desde el propio docente o surgidas de la interacción grupal de los alumnos con este. Todos recordamos algún momento de nuestra formación en que estas emociones han marcado nuestra forma de entender algunos aspectos de la medicina. La presencialidad facilita esta interacción necesaria.

Por otra parte, las actividades no presenciales, en estos momentos de pandemia y sobrecarga asistencial en que se han reducido drásticamente las actividades presenciales, permiten seguir promoviendo el conocimiento, realizando actualizaciones continuadas de temas en continuo cambio y acceder a un gran número de actividades formativas que de otro modo no se podrían realizar. La oferta es más amplia, multidisciplinar y permite acceder a actividades en horario laboral a mayor número de personas sin necesidad de desplazarse. Muchas de estas actividades facilitan la interacción con el ponente, compartir con otros colegas cuestiones prácticas asistenciales y consultar el material con posterioridad.

La enseñanza virtual lleva ya muchos años implantada en el ámbito de las ciencias de la salud, en las tres fases del continuum formativo: grado, especialización y desarrollo profesional continuo, con incidencia especial en esta última. Actualmente, la formación médica continuada, bien a través de programas con múltiples soportes como FMC o de actividades estructuradas en forma de seminarios, cursos, conferencias, reuniones y congresos, se desarrolla en gran parte a través de metodologías basadas en la virtualidad. El sumatorio de esta constatación con el contexto pandémico ha llevado a algunos expertos e instituciones a propugnar una intensificación decidida de la enseñanza virtual y a una cierta minusvaloración en la priorización de la presencialidad a medio y largo plazo.

De forma similar a lo que sucede en al ámbito asistencial, es necesario no caer en maximalismos que nos impidan balancear en su justa medida las ventajas e inconvenientes que implican la presencialidad y virtualidad docentes. Ya hemos comentado previamente la utilidad de ambas según los distintos componentes competenciales que se pretendan abordar. La medicina es una profesión, una ciencia y oficio, en la que los conocimientos se traducen en actuaciones prácticas sobre las personas a partir de la aplicación de habilidades instrumentales que van desde aspectos puramente técnicos médico-quirúrgicos a la relación personal y comunicación con los pacientes y otros profesionales.

La formación continuada virtual, potenciada por las limitaciones impuestas durante la fase aguda de la pandemia COVID-19, ha de resituarse una vez superada sin que ello signifique en ningún caso que se vaya a frenar su expansión al abrigo del desarrollo, cada vez más acelerado, de las tecnologías de la información y la comunicación.

Las personas y grupos que tenemos alguna responsabilidad en el ámbito de la formación continuada a distancia somos conscientes de la necesidad de continuar proporcionando a los profesionales herramientas efectivas y eficientes, pero también lo somos de que, con independencia de dificultades más o menos puntuales como las derivadas de la pandemia, el núcleo principal del aprendizaje sigue ubicado en el marco del trabajo cotidiano en los centros y equipos, en el intercambio fluido de informaciones y experiencias entre los distintos profesionales que los integran y en la incorporación a su bagaje competencial de prácticas organizativas y asistenciales y técnicas de alta calidad. Es principalmente en esta perspectiva, y en la medida que la pandemia haya podido introducir desviaciones significativas y negativas en la forma de trabajar de los profesionales poniendo en riesgo la efectividad y pertinencia de sus actuaciones cotidianas en los centros y equipos, que la pandemia puede haber incidido de forma negativa en su formación continuada.

Los responsables de FMC hemos de ser capaces de diseñar nuestras prioridades en la programación formativa al servicio de las necesidades de nuestros suscriptores, adaptándonos a sus necesidades en el contexto asistencial actual, y en esta línea instamos a nuestros suscriptores y lectores a que nos hagan llegar todas aquellas sugerencias y propuestas temáticas y metodológicas que nos puedan ayudar a alcanzar un mejor equilibrio y sintonía entre la formación continuada virtual y la que es fruto del trabajo cotidiano en los centros y equipos de salud, con o sin pandemia.

FMC. Formación Médica Continuada en Atención Primaria
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