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Vol. 86. Núm. 2.
Páginas 97-102 (Marzo - Abril 2015)
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Vol. 86. Núm. 2.
Páginas 97-102 (Marzo - Abril 2015)
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Conductas de control de peso en mujeres adolescentes dietantes y su relación con insatisfacción corporal y obsesión por la delgadez
Weight control behaviors in dieting adolescent girls and their relation to body dissatisfaction and obsession with thinness
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M. Liliana Contrerasa,
Autor para correspondencia
liliana.contreras@uv.cl

Autor para correspondencia.
, Javier Moránb, Scarlett Frezc, Carola Lagosc, María Paz Marínc, María de los Ángeles Pintoc, Érika Suzartec
a Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile
b Psicólogo Clínico. Académico de la Escuela de Psicología, Universidad de Valparaíso, Chile
c Tesistas Escuela de Psicología, Facultad de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile
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Rev Chil Ped. 2016;87:15010.1016/j.rchipe.2015.08.002
Marcos Roberto Tovani-Palone
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Tablas (4)
Tabla 1. Caracterización de la muestra según historia de dieta (n = 439)
Tabla 2. Distribución del nivel de riesgo de la conducta de dietantes en función de duración, tipo de alimento restringido y ayuno (n = 189)
Tabla 3. Distribución del nivel de riesgo de conductas purgativas para pérdida de peso en dietantes (n = 189)
Tabla 4. Comparación porcentual entre restrictividad de la dieta y otras conductas de control de peso según IMC en dietantes con conductas de riesgo moderado y alto (n = 189)
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Resumen
Introducción

La obsesión por la delgadez y la insatisfacción corporal pueden llevar a las adolescentes a seguir dietas sin supervisión, lo que podría asociarse además a conductas riesgosas de control de peso, tales como ayuno, vómitos, uso de diuréticos y laxantes. El objetivo fue explorar conductas de control de peso en adolescentes dietantes y relacionarlas con insatisfacción corporal (IC) y obsesión por la delgadez (DT).

Pacientes y Método

Estudio transversal en 439 adolescentes de colegios públicos de Valparaíso diseñado para indagar conductas de control de peso riesgosas a través de escalas de IC y DT del Cuestionario de Trastornos Alimentarios (EDI-2), comparando dietantes y no dietantes.

Resultados

El 43% había realizado dieta sin supervisión médica. Las dietantes presentan valores superiores en DT e IC. El 29,6% de ellas presenta restricción alimentaria de riesgo moderado a alto, tomando como base el criterio de expertos, y se encuentran diferencias en la presencia y severidad de las conductas purgativas de control de peso entre los dos grupos estudiados.

Conclusiones

Un tercio de las adolescentes estudiadas hacen dietas sin supervisión profesional, presentan mayor IC y DT y conductas riesgosas de control de peso. Aquellas con sobrepeso y obesidad realizan dietas más restrictivas y conductas de control de peso más riesgosas.

Palabras clave:
Trastornos de la conducta alimentaria
imagen corporal
dieta
adolescencia
Abstract
Introduction

Obsession with thinness and body dissatisfaction can lead adolescents to follow unsupervised diets, which could result in risky weight control behaviors such as fasting, vomiting, use of diuretics and laxatives. The aim of the current study is to examine weight control behaviors in dieting adolescents and relate them to body dissatisfaction (BD) and obsession with thinness (OT).

Methods

A cross-sectional study was conducted on 439 adolescents from Valparaiso public schools to investigate risky weight control behaviors due to BD and OT scales from the Eating Disorders Inventory-2 (EDI-2), comparing restrained eaters and non-restrained eaters.

Results

A total of 43% adolescents had followed a weight loss diet without medical supervision. The dieters had higher BD and OT values. Moderate to severe food restriction, based on expert judgment, was observed in 29.6%, and differences in the presence and severity of purging behaviors were found between the 2 groups.

Conclusions

One third of the adolescents studied followed diets without professional supervision and had higher BD and OT values, as well as risky weight control behaviors. Overweight and obese adolescents followed more restrictive diets and developed riskier weight control behaviors.

Keywords:
Eating Disorders
Body Image
Diet
Adolescence saran
Texto completo
Introducción

Las adolescentes son particularmente sensibles a las presiones culturales relacionadas con una imagen corporal delgada1. El aumento fisiológico de la adiposidad contribuye a una menor satisfacción con la imagen corporal (IC)2–5 y a su vez induce a conductas de riesgo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) cuando no se logra el peso deseado6–8. A partir de estas conductas, que generalmente se inician con una dieta, se establecerían también círculos viciosos que incrementarían el riesgo de bulimia y comer compulsivo, perpetuando el problema9–15. Dentro de los comportamientos inadecuados de control de peso están la dieta restrictiva, el ayuno, los vómitos autoinducidos, y el uso de laxantes y diuréticos13,16–19, de los cuales la dieta restrictiva es una de las estrategias más utilizadas17.

En Chile, Correa, en el año 200620 encontró que el riesgo de prevalencia de TCA en la población adolescente femenina es del 8,3%, con mayor riesgo en colegios pertenecientes a nivel socioeconómico medio-bajo (11,3%). Por otra parte, Urzúa21 encontró, en adolescentes del Norte del país, una serie de conductas alimentarias de riesgo relacionadas con la preocupación por el control del peso y la imagen corporal. Con estos antecedentes, nuestro objetivo fue explorar las conductas de control de peso y su severidad en dietantes adolescentes desexo femenino, y relacionarlas con estado nutricional, insatisfacción corporal y preocupación por la delgadez, con el fin de aportar datos que vinculen más específicamente el riesgo de trastorno alimentario a conductas concretas de riesgo.

Pacientes y Método

Se realizó un muestreo no probabilístico a conveniencia de adolescentes de sexo femenino entre 12 y 19 años que cursaran entre 7¿ básico y 4¿ medio de establecimientos de la comuna de Valparaíso, considerando criterio de matrícula mayor de 600 estudiantes y de sectores del plan de la ciudad.

La selección de los colegios se ajustó a aquellos que respondieron la carta de solicitud respaldada por la unidad académica responsable de la investigación. Fueron cuatro establecimientos educacionales públicos del sector Centro y Almendral, correspondientes a nivel socio económico medio-bajo. Se excluyeron colegios particulares y subvencionados por las dificultades encontradas de acceso a la muestra.

La participación de las adolescentes fue voluntaria e informada, formalizándose con la firma de asentimiento/consentimiento informado, dando al colegio la posibilidad de solicitarlo por escrito a los padres o tutores de las menores de edad. Las participantes fueron pesadas y medidas por investigadoras. Los instrumentos utilizados fueron las Escalas de Insatisfacción Corporal (BD) y de Obsesión por la Delgadez (DT) del Inventario de Trastornos de la Conducta Alimentaria EDI-222,23 y una encuesta autoadministrada de 21 preguntas de conductas de control de peso riesgosas para la salud elaborada por los investigadores, que contó con la evaluación de la validez de contenido a partir del juicio de expertos y de validez semántica a partir de la aplicación a una muestra piloto. En ella se indagan las principales conductas de control de peso descritas en la literatura (dietas, ayuno, vómito, uso de laxantes y diuréticos, ejercicio físico). Cada pregunta da cuatro alternativas escalonadas según criterios clínicos de riesgo en relación con la duración y la frecuencia de la conducta evaluada. En cuanto a las dietas, además, se especifica el tipo de restricción alimentaria según categorías en orden de severidad de la restricción por grupo/s de alimento/s excluido/s. Incluye edad de inicio de dietas y criterios de exclusión, tales como patologías médicas que requieran dietas con control médico. Fue diseñado para el estudio, y su utilidad es descriptiva.

Para el análisis de datos se utilizaron medidas de tendencia central, dispersión y frecuencia. Además, se identificaron diferencias de medias para muestras independientes (U de Mann-Whitney) y de frecuencia (chi cuadrado, x2).

Resultados

Como se muestra en la tabla 1, de un total de 439 adolescentes, 189 (43%) señalaron haber realizado alguna vez una dieta sin supervisión médica. Las edades de las dietantes fluctuaron entre los 12 y 19 años, con una media de 15,27 años (desviación estándar [DE] = 1,69). La edad de inicio de las dietas osciló entre los 7 y los 18 años, con una media de 13,2 años (DE = 2,09).

Tabla 1.

Caracterización de la muestra según historia de dieta (n = 439)

  Dietantes n = 189  No dietantes n = 250 
Edad ± media  15,27 ± 1,69  14,88 ± 1,74* 
IMC ± media  23,51 ± 3,19  22,3 ± 3,93** 
Riesgo en cantidad de semanas a dieta en un año (%)  80,9%  19,1%** 
Obsesión por la delgadez ± media  11,41 ± 6,33  5,92 ± 5,88** 
Insatisfacción corporal ± media  12,11 ± 6,84  7,48 ± 6,35** 
Riesgo en restricción en número de comidas y días (%)  68,4%  31,6%** 
Riesgo en alimentos restringidos (%)  70,4%  29,6%** 
Riesgo en vómitos últimos 3 meses (%)  72,2%  28,8%* 
Riesgo en uso de laxantes y diuréticos últimos 12 meses (%)  68,2%  31,8%** 
Riesgo en cantidad de días y horas de ejercicio diarias (%)  50%  50% 

*p < 0,05, **p < 0,01, IMC: índice de masa corporal.

“No dietantes” corresponde a adolescentes que reportan nunca haber realizado una dieta o esta ha sido realizada bajo supervisión médica.

Se observaron diferencias estadísticamente significativas al comparar el índice de masa corporal (IMC) y la edad de la primera dieta entre adolescentes que comenzaron antes de los 13 años y aquellas que realizaron su primera dieta a partir de esta edad (x2 = 6,017; p < 0,01), observándose que las jóvenes con IMC de sobrepeso y obesidad tuvieron un inicio más precoz de sus dietas.

Se observaron valores promedio significativamente superiores en obsesión por la delgadez (DT) e insatisfacción corporal (IC) entre adolescentes que han realizado alguna dieta respecto de aquellas que reportan no haberlo hecho. Las adolescentes que han hecho dieta muestran un IMC significativamente superior a quienes no lo han hecho (U = -3,536; p < 0,05).

Al comparar ambos grupos respecto a la duración y restrictividad de las dietas, así como en conductas purgativas (vómitos y uso de laxantes y diuréticos), se apreció que aquellas adolescentes que han hecho dietas sin indicación médica mostraron una frecuencia significativamente mayor de estas conductas.

En la tabla 2 se muestran los criterios para la estimación del nivel de riesgo de las dietas considerando la cantidadde semanas a dieta, el tipo de alimento restringido y nivel de ayuno reportado por las dietantes (establecido según criterios clínicos de expertos), así como también se presenta la distribución porcentual de las adolescentes estudiadas respecto a estos criterios. Se observó que el 47% de las adolescentes de la muestra mantuvieron dietas que superan los 42 días al año, mientras un 29,6% mostró una restricción de alimentos considerada de riesgo moderado y alto; un 12,3% suprimió un grupo esencial de alimentos además de los hidratos de carbono. Finalmente, un 31% de las adolescentes incorporó el ayuno como una práctica sistemática.

Tabla 2.

Distribución del nivel de riesgo de la conducta de dietantes en función de duración, tipo de alimento restringido y ayuno (n = 189)

    Cantidad de semanas a dieta en un año  Alimentos restringidos  Restricción en número de comidas y días 
Sin riesgo  Criterio  Hasta 2 semanas  Elimina alimentos no esenciales y/o no saludables y manteniendo equilibrio nutricional  Una comida hasta dos veces al mes 
  22,8  41,4  47,7 
Riesgobajo  Criterio  2 a 6 semanas  Elimina grupos de alimentos esenciales, pero sustituye por otros de equivalente valor nutricional  Una comida a la semana 
  30,2  29  4,5 
Riesgo moderado  Criterio  6 a 10 semanas  Eliminan alimentos de alto valor nutricional según hidratos de carbono manteniendo aporte proteico  Hasta cuatro comidas a la semana 
  27,2  17,3  16,8 
Riesgoalto  Criterio  Más de 10 semanas  Elimina otros grupos de alimentos esenciales además de H de C  Dos a tres veces a la semana dos comidas, hasta cuatro veces a la semana tres o más comidas 
  19,8  12,3  31 
Total    100  100  100 

La tabla 3 muestra los criterios de estimación de riesgo respecto de las conductas purgativas y su distribución porcentual en el grupo de las dietantes estudiadas. En cuanto a los vómitos autoinducidos, si bien la mayoría reporta no haber incurrido en este tipo de conductas en los últimos 3 meses, un 8% de las jóvenes lo ha hecho al menos una vez a la semana. Por otro lado, el 9,9% de las adolescentes dietantes reportó un uso de laxantes y diuréticos una o más veces a la semana durante el último año. En el grupo de adolescentes que utilizan regularmente el vómito autoinducido se vió una asociación estadísticamente significativa entre esta conducta y el uso de laxantes y diuréticos (x2 = 9,398; p < 0,05). El ejercicio como estrategia para bajar de peso no apareció en niveles considerados de riesgo.

Tabla 3.

Distribución del nivel de riesgo de conductas purgativas para pérdida de peso en dietantes (n = 189)

    Vómitos últimos 3 meses  Uso de laxantes y diuréticos últimos 12 meses  Cantidad de días y horas de ejercicio diarias semanales 
Sin riesgo  Criterio  Nunca  Nunca  Hasta 2 horas diarias 
  79,6  72,2  90,7 
Riesgo         
bajo  Criterio  Una vez al mes  Cada 2 meses o menos  Hasta 3 horas diarias 
  12,3  10,5  6,2 
Riesgo moderado  Criterio  Una vez a la semana  Una a tres veces al mes  Hasta 4 horas diarias 
  4,9  7,4  3,1 
Riesgo         
alto  Criterio  Dos o más a la semana  Una vez a la semana o más  Más de 4 horas diarias 
  3,1  9,9 
Total    100  100  100 

Finalmente, en cuanto a la asociación entre la severidad de las conductas de control de peso (dietas y conductas purgativas) e IMC (normal y elevado) se observó que las adolescentes con IMC sobre el rango normal (sobrepeso y obesidad) se mantuvieron a dieta significativamente más días al año (x2 = 8,379; p < 0,01) y tuvieron una restricción dietética de mayor riesgo (x2 = 6,039; p < 0,05) (tabla 4).

Tabla 4.

Comparación porcentual entre restrictividad de la dieta y otras conductas de control de peso según IMC en dietantes con conductas de riesgo moderado y alto (n = 189)

  Descriptor de riesgo  % IMC normal (< p85)  % IMC alto (> p85) 
Restrictividad de la dieta  Cantidad de semanas a dieta en un año  32,2  53,5** 
  Restricción en número de comidas y días  41,2  45,6 
  Alimentos restringidos  20,3  36,6* 
Conductas compensatorias y purgativas  Vómitos en los últimos 3 meses  5,1  9,9 
  Uso de laxantes y diuréticos en los últimos 12 meses  14,4  18,3 
  Cantidad de días y horas de ejercicio diarias  6,0  7,2 

*p < 0,05, **p < 0,01.

Discusión

Los resultados reflejan que un tercio de las adolescentes evaluadas ha realizado dietas sin supervisión médica alguna vez, lo cual es concordante con otras investigaciones5. Este grupo muestra niveles significativamente superiores de insatisfacción corporal y obsesión por la delgadez, respecto de quienes no hacen dieta, coincidiendo con lo reportado en la literatura respecto de la relación entre la insatisfacción corporal, obsesión por la delgadez y el riesgo de incurrir en conductas de control de peso1–5, ya que no estar satisfechocon el cuerpo predice el uso de estrategias extremas para controlar o favorecer la pérdida ponderal11, lo que puede poner a los adolescentes en riesgo de aumento del peso14 y otros daños para su salud.

Llama la atención que las dietas sin control médico comienzan a edades tempranas, incluso a partir de los 7 años, aunque la edad que concentra la mayor frecuencia es 15 años. Al respecto, algunos estudios señalan que en el caso de niños y niñas, es posible que las familias ejerzan más influencias sobre la insatisfacción corporal y el deseo de delgadez, mientras que en edades posteriores serían más fuertes las influencias de pares y medios de comunicación31. En Chile, Urzúa21 sugiere que la preocupación por el control del peso y la imagen corporal lleva a los adolescentes de entre 12 y 13 años a desarrollar mayores conductas alimentarias de riesgo, lo cual insta a fomentar como profesionales el fortalecimiento del rol parental de cuidado y prevención desde edades tempranas.

Por otra parte, los hallazgos permiten situar la dieta como un elemento diferenciador respecto de la aparición de otro tipo de conductas de control de peso, que irían configurando progresivamente un riesgo mayor para la salud general y para trastornos alimentarios en particular. En ese sentido, es destacable la presencia de ayuno sistemático en un porcentaje de las dietantes estudiadas, ya que se ha estimado que sería un factor de riesgo más potente para predecir bulimia que la simple restricción dietética11,25. También destaca el que un grupo de dietantes incurre simultáneamente en varias conductas riesgosas, purgativas y no purgativas. La literatura sugiere que la pérdida de control sobre la ingesta alimentaria se asocia a las tentativas de uso de estrategias frustrantes (como la dieta y/o las purgas) para contrarrestar los atracones y el aumento de peso, generando expectativas no alcanzadas y sentimientos de ineficacia para producir un cambio de peso, que pueden reforzar la insatisfacción con la imagen corporal, lo que a su vez podría vincularse con actitudes y conductas alimentarias negativas y aparición de TCA6–15,26,27. En el presente estudio, un 12% de las dietantes presentó dietas altamente restrictivas, que se asociaron de manera significativa a purgas, lo cual pudiese estar reflejando precisamente el grupo de mayor riesgo de TCA. Tradicionalmente se ha vinculado la adscripción a estereotipos culturales de delgadez y riesgo de TCA a las adolescentes de estratos altos; sin embargo, el grupo estudiado es de nivel socioeconómico medio-bajo, lo que coincide con lo encontrado por Correa20, quien describe que el riesgo de prevalencia de TCA en colegios pertenecientes a nivel socioeconómico bajo sería más alto que en la población adolescente femenina en general.

Las adolescentes con sobrepeso y obesidad fueron las que mayormente se involucraron en dietas restrictivas y conductas purgativas de riesgo, confirmando que se trata de un grupo altamente sensible a las presiones culturales relacionadas con la imagen de delgadez28,29. Varios autores sostienen que la obesidad en la adolescencia es una condición de alto riesgo de desarrollo de los TCA y a la vez de comportamientos alimentarios para la pérdida de peso4,14,30. El estudio longitudinal de Muris encontró que el 40% de las niñas con sobrepeso estaban involucradas en al menos un comportamiento alimentario alterado y el 13,4% en más de uno31.

Conclusiones

En una población adolescente femenina de colegios públicos de Valparaíso, un tercio de las adolescentes se involucra en dietas para bajar de peso sin supervisión profesional. Esta población presenta mayores niveles de insatisfacción corporal y obsesión por la delgadez (EDI-2) que el resto de las adolescentes estudiadas.

La presencia de dietas permite distinguir niveles de riesgo creciente en términos de restrictividad y duración de las dietas y el ayuno sistemático, así como otras conductas purgativas de control de peso. Las adolescentes con sobrepeso y obesidad realizan dietas más restrictivas y se involucran en más conductas alimentarias de riesgo que el grupo normopeso evaluado.

Conflicto de interés

Este trabajo cumple con los requisitos sobre consentimiento/asentimiento informado, comité de ética, financiamiento, estudios animales y sobre la ausencia de conflictos de intereses según corresponda.

Agradecimientos

Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Rosa Behar Astudillo, Médico Psiquiatra; Peter McColl Calvo, Médico Nutriólogo de Adolescentes, y Ximena Ceballos, Nutricionista; académica de la Escuela de nutrición, Facultad de Farmacia, Universidad de Valparaíso, por su asesoría como expertos en la evaluación del cuestionario de conductas de control de peso.

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