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Vol. 17. Núm. 3.
Páginas 88-93 (julio - septiembre 2019)
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Vol. 17. Núm. 3.
Páginas 88-93 (julio - septiembre 2019)
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Uso de material sexual en línea y sexo seguro en hombres que tienen sexo con hombres
Use of online sexual material and safe sex in men who have sex with men
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Vicente Jiménez-Vázqueza, Dora Julia Onofre-Rodrígueza,
Autor para correspondencia
donofre64@yahoo.com.mx

Autor para correspondencia.
, Raquel Alicia Benavides-Torresa, María Eugenia Garza-Elizondoa, Reyna Torres-Obregonb
a Facultad de Enfermería, Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México
b Facultad de Enfermería, Unidad Saltillo, Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, México
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Tablas (4)
Tabla 1. Medidas de tendencia central y dispersión de datos sociodemográficos y de sexualidad
Tabla 2. Medidas de tendencia central y dispersión de variables dependiente e independiente
Tabla 3. Frecuencias y porcentajes de datos sociodemográficos
Tabla 4. Frecuencias y porcentajes de tipos de medios para uso de material sexual en línea
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Resumen
Introducción

El material sexual en línea ha representado, desde sus orígenes, un papel relevante en la vida de hombres que tienen sexo con hombres. Internet, convertido en un vehículo sin restricción para su acceso, ha favorecido un incremento en el uso de este material, y ha repercutido en la conducta sexual de estos hombres.

Objetivo

Determinar si el uso de material sexual en línea influye en la conducta sexual segura en hombres que tienen sexo con hombres.

Material y método

Se realizó un estudio observacional analítico, con una muestra de 251 hombres que tienen sexo con hombres de una ciudad en el noreste de México. Se usó el muestreo dirigido por entrevistados, se aplicó un cuestionario ad hoc de datos sociodemográficos y de sexualidad, un cuestionario para medir el uso de material sexual en línea y un cuestionario de conducta sexual segura.

Resultados

El modelo de regresión lineal simple muestra que el uso de material sexual en línea influye negativamente en la conducta sexual segura (R2=0,062; F[1,249]=16,937; p<0,01).

Conclusiones

Los hallazgos proporcionan la pauta para continuar con estudios en la indagación de dicha variable sociocultural, y se propone su consideración en los programas enfocados a la prevención del VIH en esta población.

Palabras clave:
Conducta sexual
Sexo seguro
Internet
VIH
Hombres que tienen sexo con hombres
Abstract
Introduction

Sexual material online has represented, from its origins, an important role in the life of men who have sex with men. Internet, which has become a vehicle without restriction for its access, has favored an increase in the use of this material, and has had an impact on the sexual behavior of these men.

Objective

To determine if the use of online sexual material influences safe sexual behavior in men who have sex with men.

Material and method

An analytical observational study was conducted, with a sample of 251 men who have sex with men from a city in northeastern Mexico. The respondent driven sampling was used, an ad hoc sociodemographic and sexuality data questionnaire was applied, and a questionnaire to measure the use of online sexual material and questionnaire on safe sexual behavior.

Results

The simple linear regression model shows that the use of online sexual material negatively influences safe sexual behavior (R2=0.062; F[1,249]=16.937; p<0.01).

Conclusions

The findings provide the guideline to continue with studies in the investigation of said sociocultural variable and its consideration is proposed in the programs focused on the prevention of HIV in this population.

Keywords:
Sexual behavior
Safe sex
Internet
HIV
Men who have sex with men
Texto completo
Introducción

La transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sigue siendo uno de los problemas más graves de la salud pública a nivel mundial. De acuerdo con cifras del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida (ONUSIDA)1, a nivel mundial en 2016, 36,7 millones de personas vivían con el VIH; 1,8 millones contrajeron la infección y un millón de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida, viéndose afectadas principalmente las poblaciones clave de mayor riesgo, especialmente mujeres transgénero, trabajadores sexuales, usuarios de drogas inyectables y hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

Desde el inicio de la epidemia se identificó que los HSH constituían un grupo de mayor afectación en la transmisión del VIH y, en la actualidad, de acuerdo con datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades2, presentan una tasa de incidencia 44 veces mayor en comparación con otros hombres. Ello puede ser atribuido a factores como el inicio precoz de la vida sexual (12 a 19 años), tener múltiples parejas sexuales, tener relaciones sexuales casuales con personas desconocidas, al consumo de alcohol y/o drogas, pero el factor principal es el uso inconsistente de preservativo o su nula utilización para el sexo oral, anal y/o vaginal, siendo el sexo anal sin preservativo el de mayor riesgo2-5.

En esta misma línea, existen otros factores que podrían influir en la conducta sexual y el uso del preservativo en HSH, entre los que destaca el uso de material sexual en línea. Al respecto, Fernández6 y Soriano7 señalan que actualmente las tendencias conductuales de los HSH están marcadas por la influencia de las nuevas tecnologías y el uso de material sexual en línea, lo que ha influido negativamente, favoreciendo el surgimiento de nuevas prácticas sexuales de riesgo como el chemsex (sexo bajo influencia de drogas), y otras prácticas que implican consumir y/o erotizar con el semen.

El uso de material sexual en línea puede ser definido como la interacción con diversos materiales digitales, como páginas de Internet, correo electrónico, chat, canales de video en línea, videollamadas, redes sociales y foros en línea, con el fin de desarrollar una actividad sexual, entre estas, la masturbación, la estimulación, la excitación, buscar aventuras sexuales, conocer gente, compartir imágenes con contenido sexual y tener cibersexo8. En los últimos años se ha producido un aumento sorprendente respecto al uso de las tecnologías de la información y comunicación, principalmente de Internet, el cual pasó de ser de uso específico en grupos científicos y académicos a ser un recurso usado por la población general9.

Internet se ha convertido en una potente herramienta para acceder a material sexual en línea y para realizar actividades como ver material sexual explícito (pornografía), lo que podría asociarse negativamente a la conducta sexual segura y aumentar el riesgo para adquirir el VIH10,11. La visualización de material sexual explícito en línea es común entre HSH y es más frecuente que en hombres heterosexuales12. Al respecto, Kubicek et al.13 señalan que esto representa un fenómeno cultural globalizado, que parece tener un impacto negativo, sobre todo cuando se asume lo que sucede en la pantalla como una realidad y se busca llevar a la práctica.

De acuerdo con la teoría social cognitiva14, las personas pueden aprender comportamientos sexuales a partir de la interacción con material sexual, al proporcionar este información sobre las recompensas o los castigos obtenidos al llevar a cabo determinadas conductas sexuales. Si los individuos perciben poco castigo y mayor recompensa ante un comportamiento particular, como podría ser el placer del sexo sin preservativo, es probable que aprendan este comportamiento.

En un análisis del contenido de material sexual explícito, Peter y Valkenburg15 observaron que la gratificación que obtienen los actores en el sexo sin preservativo se representa por medio del aumento en la satisfacción y placer sexual, mientras que las consecuencias negativas no aparecen representadas. En uno de los sitios web más utilizados para consultar material sexual explícito por HSH se reportó que, de 36 empresas productoras, solo 8 producen exclusivamente videos de sexo seguro12. El sexo anal se presenta en el 70% del material producido para esta población, y del 50 al 90% corresponde a sexo sin protección16,17, siendo nulo el uso del preservativo para el sexo anal en el material conocido como «sexo a pelo», el cual ha sido diseñado y dirigido específicamente para HSH18.

Por otra parte, Internet se ha convertido en un medio de concertación de encuentros sexuales, sobre todo en población de jóvenes HSH19. La búsqueda activa de parejas sexuales puede hacerse desde medios más tradicionales, como portales, páginas web, correo electrónico, hasta las más novedosas redes sociales y aplicaciones en dispositivos móviles. Sin embargo, se reconoce que el uso de estas aplicaciones conlleva un importante cambio y transformación de los modos de establecer relaciones entre HSH. Las aplicaciones en dispositivos móviles de socialización y búsqueda de parejas sirven casi exclusivamente para tener sexo con parejas ocasionales y permiten encuentros sexuales en todo momento, lo cual aumenta la frecuencia de las relaciones sexuales20. Así mismo, al proporcionar una aproximación más espontánea y directa al sexo, crean entornos donde apenas se producen diálogos que no van más allá de acordar la cita e intercambiar fotografías sexualmente explícitas, lo que podría relacionarse con el uso poco frecuente del preservativo por la falta de comunicación y negociación21.

En esta misma línea, el uso de videollamadas a través de Internet ha sido relacionado con el cibersexo, el cual puede ser un vehículo para el sexo físico real, actuando como una fuente de citas para encuentros reales. Cuando esta actividad no se limita a la interacción sexual en línea, puede repercutir en la conducta sexual segura22. En general, se puede concretar que el uso de material sexual en línea podría contribuir al aumento de la frecuencia de relaciones sexuales y número de parejas sexuales, así como al uso inconsistente del preservativo y, con esto, aumentar el riesgo para adquirir el VIH8,16,23,24.

Por lo tanto, resulta importante que los profesionales de la salud centren su atención en la investigación del uso de material sexual en línea en el colectivo HSH, lo cual es imprescindible para expandir el conocimiento respecto a este fenómeno, permitiendo su comprensión y abordaje en las intervenciones y programas destinados a la prevención del VIH en esta población clave. De acuerdo con lo descrito, el estudio tuvo como objetivo determinar si el uso de material sexual en línea influye en la conducta sexual segura en los HSH.

Material y métodosParticipantes

Se realizó un estudio observacional analítico25. La muestra estuvo constituida por 251 HSH, residentes de una ciudad en el noreste de México. La muestra se calculó a través del paquete estadístico nQuery Advisor, con un nivel de significación de 0,05, un coeficiente de determinación de R2=0,11 y una potencia de prueba del 90%. Se empleó el muestreo dirigido por entrevistados (MDE), el cual es no probabilístico y es el más recomendado a nivel internacional para estudios en poblaciones ocultas por el estigma y discriminación hacia quienes forman parte de estas26; el tiempo de recolección de datos fue de 3 meses, tiempo considerado adecuado para el tipo de muestreo y el tipo de población27. Criterios de inclusión: ser mayores de 18 años de edad, usar material sexual en línea, y haber tenido sexo anal con otro hombre en los últimos 12 meses.

InstrumentosDatos sociodemográficos y de sexualidad

Se utilizó un cuestionario ad hoc de datos sociodemográficos y de sexualidad, el cual estuvo constituido por 8 preguntas para conocer la edad, el estado civil, la escolaridad, la edad de inicio de la vida sexual activa, la edad de inicio del uso del preservativo, el número de parejas sexuales en el último año y los tipos de medios que utiliza para consultar material sexual en línea.

Uso de material sexual en línea

Se utilizó el cuestionario de uso material sexual en línea23, el cual ha sido validado en español en México8; cuenta con 43 reactivos que miden el tipo, uso coactivo, uso problemático y actividades sexuales en línea. Las opciones de respuesta corresponden a una escala tipo Likert que van de «nunca» (1) a «frecuentemente» (4). Un ejemplo de reactivo es: «He visto imágenes que muestran desnudos». Puntuaciones mayores indican más uso de material sexual en línea. El cuestionario ha presentado un coeficiente α de Cronbach de 0,68 a 0,948, y para este estudio fue de 0,92.

Conducta sexual segura

Se utilizó la subescala de uso del preservativo y sexo seguro del cuestionario de conducta sexual segura28. El cuestionario ha sido validado en español en México29; consta de 16 reactivos que miden la frecuencia del uso del preservativo y la evasión de prácticas sexuales de riesgo. Las opciones de respuesta corresponden a una escala tipo Likert que van de «nunca» (1) a «siempre» (4). Un ejemplo de reactivo es: «Si mi pareja insiste en tener relaciones sexuales sin usar preservativo, me niego a tener relaciones sexuales». Puntuaciones mayores indican mayor conducta sexual segura. Esta subescala en el estudio de Guerra29 presentó un coeficiente α de Cronbach de 0,68, y para este estudio fue de 0,70.

Procedimiento

El estudio fue autorizado por el Comité de Ética en Investigación, y por el Comité de Investigación, de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se fundamentó en lo reglamentado por la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud30, y se utilizó carta de consentimiento informado por escrito. De acuerdo con la metodología del MDE, para el reclutamiento de participantes, inicialmente se seleccionaron por conveniencia 5 semillas pertenecientes a la población de HSH.

Desde el inicio del estudio, a las 5 semillas iniciales se les otorgaron 3 cupones y se les solicitó buscar 3 contactos que cumplieran los criterios de inclusión y que aceptaran participar en el estudio. A cada grupo de nuevos individuos reclutados, al participar en la investigación, también se les proporcionaban los 3 cupones y de esta manera se continuó con la configuración de nuevas olas hasta completar la muestra. El día programado para la cumplimentación de los instrumentos, se entregaba el consentimiento informado por escrito; una vez aceptada su participación y firmado dicho documento, se procedía al rellenado de los instrumentos en formato impreso. El tiempo de rellenado fue de 20 a 30 minutos, siendo el hogar de los participantes el sitio de aplicación de los instrumentos.

Análisis de datos

Los datos fueron analizados con el paquete estadístico Statistical Package for Social Sciences (SPSS) versión 22 para Windows. Previamente al análisis se construyeron índices para cada uno de los instrumentos; consecutivamente se utilizó estadística descriptiva para los datos sociodemográficos y de sexualidad, así como de las variables. Se llevó a cabo la prueba de consistencia interna de los instrumentos a través del coeficiente α de Cronbach. Posteriormente se aplicó estadística inferencial, en la cual se realizó la prueba de normalidad para las variables (Kolmogorov-Smirnov con corrección de Lilliefors). Debido a que las variables no se distribuyeron normalmente (tablas 1 y 2), se usó estadística no paramétrica, se aplicó la prueba de correlación de Spearman y un modelo de regresión lineal simple con corrección bootstrap.

Tabla 1.

Medidas de tendencia central y dispersión de datos sociodemográficos y de sexualidad

Variable  Mdn  Moda  DE  Mín.  Máx.  Da  p-valor 
Edad  29,52  28,00  24  8,018  18  66  0,164  0,000 
Parejas sexuales  18,12  15,00  10  13,709  70  0,138  0,000 
Edad de inicio de la vida sexual activa  16,79  17,00  16  2,342  10  28  0,126  0,000 
Edad de inicio del uso del preservativo  18,56  18,00  18  2,783  14  30  0,147  0,000 

Da: Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov con corrección de Lilliefors; DE: desviación estándar; M: media; Máx.: máximo; Mdn: mediana; Mín.: mínimo.

Tabla 2.

Medidas de tendencia central y dispersión de variables dependiente e independiente

Variable  Mdn  Moda  DE  Mín.  Máx.  Da  p-valor 
Uso de material sexual en línea  47,70  46,25  27,30  13,21  23,70  84,78  0,058  0,035 
Conducta sexual segura  61,61  60,41  60,58  11,69  31,25  91,67  0,059  0,032 

Da: Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov con corrección de Lilliefors; DE: desviación estándar; M: media; Máx.: máximo; Mdn: mediana; Mín.: mínimo.

Resultados

Con relación a la escolaridad, el nivel que prevaleció fue bachillerato/preparatoria en un 43,4%. En cuanto al estado civil, la mayoría eran solteros (88,4%). La edad de los participantes osciló entre 18 y 66 años (M=29,52; DE=8,018). Respecto al número de parejas sexuales, se obtuvo una media de 18 parejas en los últimos 12 meses (DE=13,709). En la edad de inicio de la vida sexual activa, se reportó una media de 16 años (DE=2,342); y para el inicio del uso del preservativo se encontró una media de 18 años (DE=2,783). Los datos referidos se pueden observar en las tablas 1 y 3.

Tabla 3.

Frecuencias y porcentajes de datos sociodemográficos

Variable  Frecuencias  Porcentajes 
Nivel de estudios
Sin estudios  0,8 
Primaria/secundaria  35  14,0 
Bachillerato/preparatoria  109  43,4 
Licenciatura  96  38,2 
Posgrado  3,6 
Estado civil
Soltero  222  88,4 
Casado  11  4,4 
Divorciado  3,2 
Sociedad de convivencia  10  4,0 

Respecto al uso de material sexual en línea, en la tabla 4 se puede apreciar que los tipos de material sexual más utilizados son las páginas de Internet, las redes sociales verticales y las redes sociales horizontales.

Tabla 4.

Frecuencias y porcentajes de tipos de medios para uso de material sexual en línea

Tipos de material sexual  Frecuencias  Porcentajes 
Páginas de Internet  217  86,5 
Redes sociales horizontales  109  43,4 
Redes sociales verticales  149  59,4 
Videollamadas  26  10,4 
Aplicaciones móviles de chat  98  39,0 
Portales de video  75  29,9 
Canales de sexo en línea  2,0 

En la tabla 2 se observa que, para el uso de material sexual en línea, se obtuvo una media menor de 50 (M=47,70; DE=13,21), mientras que la conducta sexual segura tuvo una media mayor de 50 (M=61,61; DE=11,69).

Se realizó la prueba de correlación de Spearman entre las variables, donde se encontró que el uso de material sexual en línea presentó una correlación negativa débil con la conducta sexual segura (r=−0,250; p<0,01).

Las variables se sometieron a un modelo de regresión lineal simple; los resultados mostraron que el uso de material sexual en línea tiene efecto en la conducta sexual segura (R2=0,062; F[1,249]=16,937; p<0,01). El uso de material sexual en línea disminuye la conducta sexual segura; este hallazgo se confirmó con corrección bootstrap (b=−0,207; IC 95%=−0,301 a −0,114; p<0,000).

Discusión

Con base en los resultados obtenidos, se puede señalar que el medio más utilizado para interactuar y/o visualizar material sexual en línea corresponde a las páginas de Internet, lo cual concuerda con un estudio realizado por Valdez8. Así mismo, otros medios frecuentemente utilizados son las redes sociales verticales y horizontales, datos que coinciden con lo reportado por Conde y Santoro21. Dichos medios corresponden a los recursos más actuales, sin embargo, cabe especificar que las redes sociales verticales están diseñadas para la población general y no contienen tópicos específicos, como pueden ser Facebook, Instagram y Twitter, mientras que las redes sociales horizontales son creadas para un determinado grupo de población y están diseñadas con contenidos y fines específicos, entre estas: Grindr, Manhunt, Hornet, las cuales son utilizadas por HSH para realizar actividades como la búsqueda de parejas sexuales e intercambio de material sexual explícito7,31.

Los resultados de la prueba de correlación de Spearman presentaron correlación negativa débil entre el uso de material sexual en línea y la conducta sexual segura; sin embargo, al realizar un modelo de regresión lineal simple, se identificó que el uso de material sexual en línea influye negativamente en la conducta sexual segura, lo cual concuerda con otros estudios32,33. La exposición a material sexual en línea en HSH puede repercutir en las prácticas sexuales seguras y responsables para prevenir la transmisión del VIH, principalmente en el uso del preservativo y la evasión de prácticas de riesgo como el consumo de alcohol y/o drogas, el contacto con fluidos corporales de la pareja sexual, y las relaciones sexuales con personas de las que se desconoce su vida sexual29. Este hallazgo plantea la necesidad de continuar con investigaciones sobre el uso de material sexual en línea e indagar su valor predictivo hacia la conducta sexual segura. Dicho aporte es importante, considerando que en la actualidad, a nivel mundial, se ha identificado un incremento del uso de Internet y nuevas tecnologías en esta población diana34.

El estudio presenta algunas limitaciones. Una de ellas corresponde al empleo de un muestreo no probabilístico, aunque sería importante tener en cuenta que los HSH son vistos como una población oculta o de difícil acceso, por lo que el MDE se podría considerar adecuado para estudios en esta población. Otra limitación estuvo relacionada con la recolección de información mediante instrumentos de lápiz y papel, lo que podría ocasionar que los datos proporcionados por los participantes estuvieran influidos por la sensibilidad del tema y el estigma asociado a la conducta sexual. Ante tal limitación sería útil el uso de plataformas a través de Internet como SurveyMonkey, ya que permiten mayor confidencialidad.

Para estudios futuros se recomienda investigar la influencia del uso de material sexual en línea en cuanto a la autoeficacia y la intención para el sexo seguro. Finalmente, cabe señalar que, en los programas educativos y/o intervenciones preventivas para la transmisión del VIH, sería importante considerar el vínculo del uso de material sexual en línea y la conducta sexual segura, ya que podría abrir oportunidades para mejorar la prevención en el colectivo de HSH.

Responsabilidades éticasProtección de personas y animales

Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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10.1016/j.androl.2020.10.010
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