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El Mito de Sísifo. La refundación de la SECOT
The Myth of Sisyphus The refounding of SECOT
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E. Guerado
Presidente de la SECOT
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La mediocracia nos anima a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante.

Alain Deneault1

«Se trata de juegos; primero hay que responder. […] Si me pregunto porqué juzgo tal cuestión más urgente que tal otra, respondo que por las acciones a las que compromete». Así concluye Albert Camus en «El Mito de Sísifo»2 su párrafo inicial y esa es la tarea de este artículo, continuación de otro publicado hace dos años donde se analizaba la necesidad de una refundación de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT)3. La argumentación de esta necesidad se basa en construir una sociedad más inclusiva y transparente pero sostenible mediante un nuevo modelo de financiación, llevándola a cabo de una manera silente, porque la Sociedad no puede dejar de funcionar y, sobre todo, porque la cultura organizativa es lo más difícil de cambiar.

En términos de economía de mercado, una sociedad científica, igual que cualquier institución de la sociedad civil, tiene una gran aceptación si presenta dos características fundamentales: Lo que produce es de alta calidad y funciona con transparencia. Estas son premisas indiscutibles porque el mercado sabe que los precios no son altos ni bajos sino los que el consumidor esté dispuesto a pagar, y este nunca adquirirá un bien (curso o congreso) si no tiene calidad y, mucho menos, si siendo propietario (socio) de la institución, no se ve incluido en ella y no hay transparencia.

Por tanto, la SECOT entiende que debe basar su valor científico y ético en su transformación a una sociedad más inclusiva y transparente; porque de no ser así hay un coste de oportunidad importante en personas valiosas no identificadas, y esta inclusión debe ser financieramente sostenible.

Transparencia

Durante los años de la última crisis de deuda, Daron Acemoglou y James Robinson prestigiosos investigadores del Massachusetts Institut of Technology (MIT) y de la Universidad de Harvard, publicaron, apoyado por seis premios Nobel de economía además de por muchos otros prestigiosos investigadores, «Por qué fracasan los países»4. En el libro, los autores distinguen las sociedades dirigidas por unas élites inclusivas, donde los ciudadanos forman parte de los proyectos, frente a las extractivas en las que los ciudadanos son excluidos, pero mediante diversos mecanismos, se les extraen sus rentas. A la introducción por Acemoglu y Robinson del concepto de sociedades con instituciones inclusivas y sociedades con instituciones extractivas le ha otorgado Arkelof –premio Nobel de economía en 2001- la misma categoría trascendente5 que a «La riqueza de las naciones» de Adam Smith6.

Llama la atención que este concepto de sociedades inclusivas o extractivas dirigido a la comprensión de una macroeconomía como es una nación, probablemente por su introducción tan reciente no se ha extendido y estudiado en microeconomías como las sociedades científicas ¿Sería más próspera una sociedad científica si fuera más inclusiva? Desde luego conviene enfatizar que una sociedad científica extractiva no es comúnmente la que sus dirigentes se apropian de los fondos de la misma, pero sí la que posee un reducido establishment que, por su propia definición, va rotando alrededor del poder fundamentalmente a través de relaciones personales subjetivas de diverso tipo3 y que no cree que las normas que rigen a todos les son de aplicación a ellos; y ese lastre, en alguna cuantía, se sufre incluso en países cuya sociedad civil pueda ser un paradigma de la inclusión.

Puesto que el concepto de sociedad inclusiva y transparencia son complementarios, en este bienio se han pilotado cuatro proyectos inclusivos basados en las nuevas tecnologías: cambios profundos en la revista de la Sociedad, nuevas utilidades en la página web, desarrollo de la Spanish Orthopaedic Trauma Association (SOTA) y mayor transparencia en la financiación.

La Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (RECOT) es más inclusiva

La indexación de la RECOT desde principios de 2012 ha sido uno de los máximos valores adquiridos por la SECOT. Hasta entonces, la Revista apenas recibía artículos porque los autores españoles que publicaban lo solían hacer en revistas indexadas. La universidad y los objetivos en hospitales se lanzaron hace años a valorar solamente los artículos publicados en ese tipo de revistas7 y ahí se movieron los autores, cumpliendo ese principio en economía de que las personas se mueven por incentivos. Tras la indexación, la Revista ha ido a más y ha seguido contando con profesionales que altruistamente han colaborado en conseguir una revista de calidad. Pero ahora había que dar otro salto que fidelice a los autores españoles que buscan las revistas con alto factor de impacto (FI) fuera de nuestras fronteras, y para ello, había que hacerla más inclusiva, en sus lectores y en sus comités.

La transformación de la RECOT a un régimen abierto -«Open Access»- y exclusivamente «on-line» incluye más lectores, pero es un reto importante debido a un cambio de modelo no siempre aceptado aún con facilidad por su mayor coste, por el riesgo de que accedan a su nómina de autores las revistas con prácticas predatorias8, por las páginas web de acceso ilegal –«Black Open Access»- 9, por la facilidad para el plagio -«Questionable Research Practice: QRP»- 10 y por el rechazo de las generaciones que todavía aman el papel. Sin embargo, no se puede ir contra el progreso11. En la actualidad, se considera que cuanto mayor y más fácil sea el número de lectores, más importancia tiene una revista12,13. No en vano, en la última década se ha triplicado el número de revistas en abierto incluidas en la base de datos «Web of Science» 14 y se espera que suba mucho más en los próximos años15. Las revistas en abierto tienen mayor número de citas y, por tanto, ganan en FI y visibilidad15–18. Ciertamente el FI presenta gran parte de valores triviales12,13,19–21 pero no es despreciable para una lengua como la española que está entre las más importantes en el mundo de la ciencia y para la comunidad de cirujanos ortopédicos españoles que publican en revistas indexadas internacionales más de 800 artículos anuales. Efectivamente, con el régimen abierto, la RECOT y los autores aumentarán su FI y su índice H, y, a pesar de los sesgos de estos indicadores, es una homologación con el resto del mundo12,13 y una mayor inclusión de la SECOT en la comunidad científica internacional.

Por otra parte, ciertamente esto supone un aumento importante en los costes, pero para ello se ha desarrollado un plan de capitalización financiera suficiente en 2019 con provisión de fondos en 2020 para la publicación «Open Access» en 2021, y se prevé en su plan de negocio que la Revista vaya autofinaciándose parcialmente a lo largo de los próximos cinco años dado que la financiación de las revistas en abierto pivota sobre el pago de una tarifa18,22. No obstante, al menos al inicio, los miembros de la SECOT no deberán hacer ningún desembolso por publicar sus artículos en la RECOT, lo que supone un valor añadido a la membresía y es de esperar que, con ello, aumenten tanto el número de artículos enviados como el de miembros de la Sociedad. Esto no es baladí para unas expectativas demográficas de estancamiento con jubilaciones masivas de socios numerarios que pasarán a ser eméritos y posiblemente no repuestos en su totalidad por el recambio generacional3. La publicación con acceso abierto tendrá un valor añadido: la inclusión entre los lectores y autores de muchos colegas de América Latina23, cuyo dominio de la lengua es de una valía inmediata.

Si bien el concepto de sociedad inclusiva para la RECOT llegará más lentamente al plano internacional, sí que la inclusión se ha acentuado dentro de la propia SECOT. En estos dos años se han promulgado dos convocatorias, una para optar a editor y otra para revisor de la RECOT. Sin embargo, la democratización de la ciencia, inclusiva por definición, no debe caer en la demagogia24 y las normas que han regido la convocatoria se han basado en la objetividad de una adecuación al puesto. La respuesta a la convocatoria ha sido abrumadora con más de 50 peticiones de colegas con un excelente curriculum vitae adecuado al perfil.

No cabe duda que la Revista es un gran valor para una sociedad científica y que recíprocamente, una revista afiliada a una sociedad adquiere mayor rigor19–21,25,26.

Una web más inclusiva. Cambio en el paradigma de la transmisión de conocimientos

La página web ha sido novedosa no solo en sus aspectos tecnológicos sino que ha contribuido a la construcción de una Sociedad más inclusiva. Todos los socios, sea cual fuere su categoría o experiencia, tienen ahora acceso a todos los cursos que antes eran exclusivos para un grupo determinado ¿Porqué había cursos dedicados solo a una categoría de socios y, por tanto excluidos todos los otros? Pasando gran parte de ellos a MOOCs (Massive Open Online Courses), básicamente en plataforma Moodle, cada socio tiene ahora al conferenciante en casa, su voz y sus diapositivas disponibles las 24 horas del día.

El resultado de esta estrategia ha sido excelente porque cursos al que asistían 100 alumnos, ahora tienen más de 1.000 seguidores nacionales y extranjeros, no habiéndose renunciado a la tutorización en un día presencial a grupos concretos, y este objetivo se ha ampliado a través de alianzas con otras sociedades con el mismo resultado. La Sociedad ha incluido a los miembros especialistas -socios numerarios propietarios de la SECOT- en todas las actividades docentes, incluyendo el Congreso anual grabado en su totalidad. Era legítimo para todos, un derecho y una necesidad para la SECOT en su razón de ser. Pero, además esto ha producido un ahorro financiero importante, necesario, entre otras circunstancias, para el plan de capitalización financiera de la revista con acceso abierto.

Desarrollo de la SOTA. Una sociedad dentro de la SECOT para pilotar cambios

La SOTA es un excelente proyecto piloto porque está en el grupo de «líneas científicas» ya existentes dentro de la SECOT, junto a la de tumores y de infecciones y, como estas, se constituye como una asociación dentro de la SECOT que no menoscaba los derechos de sus socios, porque se puede pertenecer gratuita y voluntariamente a la SOTA simplemente por ser socio de la SECOT, rellenando un cuestionario en su página web y sin estar sometidos a la decisión de ningún comité: es un derecho, sin más. La respuesta a esta oferta ha sido espléndida: casi 500 socios de la SECOT pertenecen a la SOTA y se benefician de su interés por la parcela de nuestra especialidad dedicada a la traumatología. La creación de la SOTA corresponde a una invitación de la IOTA (su versión internacional) a ser socio fundador y formar parte de ella, tras una iniciativa de la OTA (su versión norteamericana).

La creación de la SOTA dentro de la SECOT es una oportunidad espléndida de internacionalizar la traumatología española y sus miembros en el mundo de la «orthopaedic trauma». La SOTA ha permitido tener un censo del grado de especialización, posición y dedicación de los miembros de la SECOT a la traumatología en relación con la ortopedia, para ver tendencias, dar un trato más especializado y ofrecer la posibilidad de contactar entre sus miembros para llevar a cabo estudios multicéntricos y otros proyectos.

La creación de la SOTA ha sido también una oportunidad de pilotar posibles cambios futuros dentro de la SECOT sin alterar la Sociedad y de profundizar en el modelo inclusivo. La SOTA-SECOT -su verdadera denominación- ha lanzado varias convocatorias entre sus miembros para obtener fellowships de calidad en Norteamérica, Europa y Asia, programas de «observership», e incluso para formar parte del panel de ponentes en el Congreso anual de la SECOT.

La SECOT, a través de la SOTA y la RECOT ha abierto, por primera vez a cualquier socio, la posibilidad de publicar artículos en un suplemento de la revista Injury -financiado por la SECOT en los últimos años-, revista con FI actualmente en el segundo cuartil. La respuesta a la convocatoria nuevamente ha sido muy superior a números anteriores, donde se venía haciendo por invitación directa solamente a personas concretas. Los socios han encontrado una nueva oportunidad de estar incluidos en un proyecto común y es deseable que esta extraordinaria experiencia se extienda igualmente a las subespecializaciones en ortopedia. La SOTA-SECOT es sociedad invitada para 2021 por la OTA y esperemos que sean muchos los cirujanos españoles que presenten ponencias en tan importante foro.

Mayor transparencia en la financiación

También la financiación ha de ser transparente. Por ejemplo, en una nación, puesto que los ciudadanos son los propietarios de la misma, entienden que tienen que mantenerla con sus impuestos y, a cambio, quieren recibir servicios de alta calidad ¿Quién no comprende que hay que pagar impuestos? La respuesta a esta pregunta recae exclusivamente en los beneficios que retornan a los contribuyentes y en la transparencia con que esta contribución se administra.

La falta de transparencia de las sociedades científicas es un debate muy intenso actualmente27–35, del cual la SECOT no está exenta ¿Por qué se ha ido llegando a menor transparencia en la actualidad que en los primeros años de la Sociedad? La respuesta no ha sido una voluntad de ocultar sino, curiosamente, el aumento de financiación.

A lo largo de los años ha habido otros agentes interesados en participar en la financiación de las sociedades científicas27–30 y, con ellos, las sociedades han ido creciendo en número de actividades y en insumos suplementarios a ellas que, paradójicamente, no siempre han añadido aportaciones positivas a la cadena de valor para mejorar el producto final. Más aún, incluso en los propios valores añadidos al producto, estas aportaciones externas han ido supliendo la carestía de la vida que requería un aumento de las aportaciones por parte de los propietarios (los socios), hasta alcanzarse por estos un estado de inconsciencia sobre el valor de las cosas, el coste y su financiación. Lo que era una aportación complementaria se ha ido configurando como la fundamental. No hay una sociedad científica que quede exenta de esto27–35.

Sin embargo, una vez construido el monstruo, la aportación externa de estos fondos de subvención, siguiendo una tendencia de los últimos años, va a seguir disminuyendo porque, además de cambios estratégicos en la industria, va a aumentar paulatinamente una regulación gubernamental mucho más estricta. Los fondos externos van a disminuir hasta ser irrelevantes y los propietarios de las sociedades científicas –sus miembros- tendrán que aportar la financiación, pero no estarán dispuestos a sufragarla a los costes de ahora, sino que valorarán bien lo que aportan y el retorno en términos de recibir un producto de calidad, sentirse parte del proyecto y tener un acceso transparente a cómo se administran los fondos. Indudablemente esto más que un problema es una oportunidad.

En esto la SECOT ha venido teniendo hasta hoy un alto grado de transparencia. En la Asamblea anual se exponen las actividades, se entregan las cuentas, las analizan el presidente y el tesorero, los socios tienen la oportunidad de preguntar y, en su caso, de aprobar la gestión. Sin embargo, el interés por asistir a esta Asamblea es exiguo. Probablemente porque la aportación individual anual lo es, como el sentido de propiedad y pertenencia, y porque el formato de comunicación presencial no puede competir con otras actividades de descanso, e incluso lúdicas – a la hora de la Asamblea no se suelen programar otras actividades-. No es baladí la sensación de la intrascendencia de no comparecer por falta de sensación de inclusión.

Evidentemente el argumento de la falta de interés no puede ser la excusa de que la información no llegue, sino que hay que cambiar su formato. La SECOT ha incluido ya en su página web un portal de transparencia donde, entre otras medidas, se ha incluido toda la información que se presenta en la Asamblea con antelación a la comparecencia, en un formato atractivo como es una grabación en Moodle, similar a la presentación que se hará en directo, junto a otros documentos, como las actas de todas las reuniones de la Junta Directiva, declaración de conflictos de interés y una propuesta de modificación de los estatutos a este respecto.

El camino hacia una sociedad más transparente es una exigencia de cualquier régimen democrático. Que haya una estratificación en el nivel de conocimientos dentro de una sociedad científica no significa que ésta no sea democrática en participación, aunque las acciones las hagan los mejor preparados para cada una de ellas. Y esto también ha de ser más transparente mediante convocatorias, como las realizadas, y establecimiento de conflictos de interés.

Fue la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) la primera sociedad científica que hizo públicos sus ingresos desglosándolos por su procedencia y el conflicto de interés de los miembros de su Junta36; probablemente porque es la que menor financiación externa recibe. También la ley de Salud pública de 2011 previene caminar hacia mayor transparencia cuando afirma la obligatoriedad de explicar la financiación por parte de las organizaciones científicas y profesionales de forma «clara, sencilla y comprensible», exigiéndose esta transparencia «a los profesionales y a las personas expertas con quienes colaboren en las actuaciones de salud pública, incluidas las de formación e investigación, así como a las personas y organizaciones que reciban subvenciones o con las que celebren contratos, convenios, conciertos o cualquier clase de acuerdo» 37. También la industria farmacéutica ha dado pasos adelantes y ya en 2016 publicó detallada y nominalmente lo que cada sociedad científica y cada profesional había recibido38–40.

Financiación

Junto con los cambios en transparencia, y con vista a los problemas financieros futuros, era necesario cambiar el modelo de financiación. La SECOT ha venido financiándose, en un veinte por ciento por la cuota de los socios y, mayoritariamente, de fondos procedentes de la industria dado que muchas actividades están patrocinadas por ésta; incluso la mayoría de las inscripciones al Congreso tienen el mismo origen.

La salud financiera de la SECOT siempre se ha medido por el superávit de los resultados del Congreso que permiten financiar los costes de estructura (sede, personal, etc.) y las actividades del año siguiente. Parece evidente que un balance anual con un gran excedente financiero que se sume a excedentes de años anteriores (fondo de maniobra) es, y así se ha venido celebrando, el refugio sobre el que se aseguran las actividades.

Sin embargo, aunque el mantenimiento del fondo de maniobra para prever contingencias parece a priori una medida prudente y deseable, fiar a este la solvencia futura de la Sociedad puede fracasar porque el fondo sufre una devaluación anual importante ya que el índice de precios al consumo (IPC) crece a un ritmo mayor que lo hace la cuantía del fondo de maniobra. Por otra parte, su rentabilidad al depositarlo en fondos de inversión sin riesgo – acertadamente nunca antes se invirtió en fondos con riesgo porque ni los socios ni la Agencia Tributaria tolerarían que la SECOT perdiera activos financieros por especular- lleva a un punto en el cual, en caso de necesidad y debido al IPC, el fondo de maniobra (devaluado) no podría compensar el gasto (revaluado).

El fondo de maniobra, además, tiene una peculiaridad importante: más del setenta por ciento de ese fondo es a patrimonio y solo un treinta a liquidez. Un patrimonio representado por la sede y una liquidez similar al beneficio de un congreso, depreciada de forma insoluble por el aumento de la carestía de la vida. Eso es una fragilidad financiera importante porque ante una necesidad la sede no se puede enajenar, al menos con la celeridad requerida, ni el personal despedirse sin una merma considerable de la producción. Consecuentemente, considerar el fondo de maniobra a patrimonio como fondo de garantía es un error conceptual.

También un asunto importante con relación a la financiación por la industria es el valor de la marca SECOT. Muchas de las aportaciones, ya decrecientes, de la industria a las sociedades científicas, no solo a la SECOT, las han transvasado a cursos de producción propia. La industria está sometida durante los últimos años a un proceso de transparencia como nunca hubo y las aportaciones que hace a las sociedades científicas pueden no resultarles interesantes porque no obtienen el retorno esperado ni la transparencia requerida.

Sin embargo, como aún queda el prestigio de las sociedades científicas, parte de la industria ha seguido buscando la marca de estas sociedades para un curso producido por la propia industria o por un profesional patrocinado por esta, a la sazón miembro de la sociedad, consiguiendo así el aval de forma gratuita. Ante eso, prácticamente todas las sociedades científicas se han lanzado con rigor a poner en valor su marca con unas normativas que regulan qué cursos pueden optar al aval de la sociedad y cuáles son las condiciones, mientras que la relajación de la SECOT en este aspecto ha llevado, en casos aislados de la industria, a un camino perverso de conseguir un curso SECOT para lo que no es sino un curso propio, vía un socio, pero sin tributar a la Sociedad.

Ante esto caben dos preguntas: ¿moverá ese ejemplo a las compañías que sí colaboran con la SECOT a seguir ese cortocircuito gratuito? ¿A día de hoy, realmente los excelentes cursos que se celebran por iniciativa individual, no societaria, son mejores por tener la marca SECOT? Paradójicamente, la marca, conocida en economía de empresa como fondo de comercio, es lo más importante que tiene cualquier institución científica o mercantil. Este es un aspecto sobre el que se llamó la atención hace 12 años41 y en el que hemos trabajado en este bienio con unos resultados desalentadores; cambiar la cultura de las organizaciones es labor de muchos años, pero debe seguir siendo un objetivo irrenunciable.

No obstante, el crecimiento del fondo de comercio, al menos a priori, supondrá ingresos marginales y, consecuentemente, a tenor de lo discutido más arriba, no cabe duda que la financiación futura de la SECOT se basará fundamentalmente en la que aporten sus miembros. Porque la industria va a seguir disminuyendo financiación y porque la Sociedad sería más libre y crítica si no se basa en las aportaciones de estos financiadores –aunque en realidad es una ecuación que estaría por construir-.

Por tanto, una gran masa de socios es importante y su aumento anual muestra signos positivos de desarrollo y financiación. Sin embargo, a medio plazo, existe un riesgo real de disminución en el número de socios explicado por la implosión demográfica –básicamente la tasa de crecimiento negativa se explica por la regresión de población por jubilación del «baby-boom» y la no reposición por las nuevas generaciones-42. En menos de 10-15 años la pirámide de población de los socios de la SECOT va a desplazarse hacia valores superiores varias desviaciones estándar y muchos socios numerarios pasarán a eméritos, otorgándoles los estatutos de la SECOT «derechos y obligaciones comunes con los miembros numerarios» pero «están exentos de las cuotas de asociación».

Más aún, si atendemos a un marco teórico sobre cómo se comportarían estos socios eméritos ante la tasa de descuento intemporal (TDI), es decir sobre la cantidad que en un momento dado haría falta tener en el fondo de maniobra para afrontar un desembolso futuro, habría una tendencia paradójica a aumentar este fondo, viendo como una debacle la enajenación de patrimonio, aun siendo este una rémora financiera.

Así pues, en este bienio, dado que lo anteriormente dicho requiere una discusión profunda y arreglar la contabilidad era apremiante, hemos entrado en aspectos más pragmáticos, yendo a la única salida alternativa posible: disminuir drásticamente los gastos, contemplando una progresiva disminución de los fondos aportados por la industria y desarrollando con ella proyectos concretos con solidez científica.

¿Cómo se redujeron los gastos? En términos de contabilidad analítica se distingue entre coste de producción, y gasto. Coste de producción es el que se utiliza para la obtención de un producto. Gasto es el dispendio que no implica la producción, pero la mediatiza y pone en valor, por ejemplo, la logística. Se puede afirmar que los costes de producción en la mayoría de las sociedades científicas son nulos porque sus miembros se prestan a producir gratuitamente (por ejemplo, dar una conferencia en un curso o escribir un capítulo de libro) pero no así los gastos, que se concentran fundamentalmente en logística (se pagarían el transporte y hospedaje de un Congreso –porque lo suele pagar la industria- pero nunca de un curso donde son ponentes, corriendo por cuenta de la sociedad científica).

Con estas premisas, en el bienio actual hemos utilizado las nuevas tecnologías MOOCs, combinando el desarrollo de una Sociedad más inclusiva con una profunda reasignación de los recursos que estaban dedicados a logística, bajando así drásticamente los gastos y obteniendo en 2019 un margen económico casi del 1000% superior a 2018 (sic): esta combinación ha sido la clave fundamental de estos dos años de gestión. Por añadidura, con los cursos contratados externalizados se renegoció a una transferencia de riesgo en caso de pérdidas, pero con ingresos en caso de beneficios. Además, se financiaron cinco proyectos de investigación más de los que se venían haciendo.

Puesto que esto se realizó fundamentalmente, aunque no de forma exclusiva, con curso presenciales para residentes, esta estrategia trajo otros valores añadidos como fomentar la cultura del esfuerzo y el rendimiento de cuentas de los propios jóvenes: los médicos residentes tuvieron los módulos en plataforma Moodle -como el resto de socios- y una acción presencial de un solo día -siempre en Madrid, por la equidistancia y la facilidad de logística-, comprometiéndose en un consentimiento firmado a otorgarle a la SECOT la capacidad de informar a sus tutores hospitalarios respectivos sobre el tiempo que estuvieron en sala y su rendimiento, introduciéndose en el curso SECOT para tutores una información sobre esta iniciativa. Igualmente, se abrió la posibilidad de examinarse del EBOT a todos los socios y se financió exclusivamente a aquellos médicos residentes que aprobaron. Cabe resaltar que el comportamiento de los jóvenes ante esta nueva organización ha sido ejemplar.

Con estas acciones se consiguió una capitalización financiera para, además de tener la Revista en abierto, incrementar el fondo de garantía transitorio y aumentar en la secretaría el escasísimo número de personas aumentando su especialización. Si bien eso último supuso aumentar los costes de estructura, era un paso necesario para alcanzar mayor especialización, adquiriéndose una ventaja comparativa (concepto económico que significa aumento de la calidad y cantidad en la producción como consecuencia de la especialización) que ha permitido el crecimiento institucional en valor con mayor comunicación y servicio a los socios. Sin embargo, los pasos siguientes no pueden seguirse de nuevos crecimientos de estructura, sino de lo contrario: la reducción del patrimonio y el aumento en la externalización de servicios, que ya se ha iniciado, consiguiendo así una disminución paulatina de los gastos referidos. La externalización -la gestión del Congreso lleva mucho tiempo externalizada- tiene grandes ventajas porque se puede cambiar de proveedor, como se ha hecho en 2019 con la gestión del Congreso tras un concurso público, añadiendo valores y gestionando los ingresos de una forma más ágil.

Tras la publicación en esta Revista hace 2 años de un editorial programático que analizaba los retos a los que se enfrentaba la SECOT3 preconizando una refundación, era necesario responder a la problemática planteada y mostrar los resultados de las soluciones entonces propuestas ¿qué menor transparencia y rendición de cuentas que ello? Solo así será una sociedad que ha completado una auténtica refundación3. En los próximos años habrá retos importantes que cambiarán sociológicamente las sociedades científicas, reflejo de los grandes cambios que habrá en la sociedad civil, como mayores exigencias en la calidad del producto con provisión más cómoda y rápida utilizando las nuevas tecnologías43, mayor transparencia, el aumento de la mujer en puestos de responsabilidad44 o el ascenso de inmigrantes de gran cualificación que aportarán valor a la economía nacional45–47. Para llegar a tener éxito en esa sociedad, la SECOT tiene que profundizar, en el futuro inmediato, en más cambios de envergadura, llegando a ser una sociedad aún más inclusiva y transparente.

Dice Camus, citando a Píndaro, en la obra de la cual hemos tomado el título de este editorial, que aunque no hay que afanarse por una vida inmortal, sí hay que agotar el ámbito de lo posible2 y los socios debemos saber que la SECOT no cambiará espontáneamente si no exigimos cada día mucha más transparencia. De lo contrario, como en «El Mito de Sísifo»2, cualquier intento de cambio puede acabar despeñándose para tener que iniciarlo otra vez años después, probablemente demasiado tarde.

Conflicto de intereses

El autor no tiene conflicto de interés. No ha recibido directa ni indirectamente financiación.

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