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Vol. 24. Núm. 11.
Páginas 12-18 (Diciembre 2005)
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VIII Congreso Empresarial de Oficinas de Farmacia. FEFE defiende con firmeza el modelo farmacéutico actual
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Francisco Fernández
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Fotografías: ORGANIZACIÓN DEL CONGRESO DE FEFE.

Durante el acto inaugural del congreso intervinieron la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMyPS), María del Val Díez, y la presidenta de la FEFE, Isabel Vallejo. La mesa inaugural también contó con la presencia de destacadas personalidades políticas y sanitarias, como la consejera de Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, Llanos Castellanos; el subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad y Consumo, Pedro Gómez Pascuero; el alcalde de Toledo, José Manuel Molina; el presidente del Consejo Regional de Cámaras de Comercio de Castilla-La Mancha, Fernando Jerez; el presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha, Jesús Bárcenas; el decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha, Ricardo Izquierdo, y Andrés Gómez Mora, presidente de la Caja Rural de Toledo, en cuya sede social se celebró el congreso.

María del Val Díez alertó sobre los peligros que supone comprar medicamentos a través de internet, ya que este medio «no cuenta con las debidas garantías sanitarias ni con el control de los profesionales médicos y farmacéuticos»». Mostró su confianza en erradicar esta práctica, aunque reconoció que es «una tarea compleja».

Abundó en esta línea Isabel Vallejo, quien señaló que la venta de medicamentos por internet es «un sistema inseguro en el que no hay un control profesional, de transporte, ni de condiciones de mantenimiento». Para Vallejo, el congreso coincide con «un momento crucial para el sector farmacéutico, debido a la gran intensidad del debate sobre la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud y a la inminente aprobación del anteproyecto de Ley del Medicamento, que en buena medida determinará el futuro del sector».

En la primera jornada congresual intervino el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Roberto Sabrido, quien centró su intervención en la futura Ley del Medicamento, de la que dijo que «hay que darle un margen de confianza, ya que no va a suponer un perjuicio para ningún sector». También abordó el tema del gasto sanitario, señalando que éste se está ajustando a las previsiones de la Administración. En concreto, informó de que en Castilla-La Mancha el gasto tiene un acumulado internanual por debajo del 7% y se prevé que al finalizar el año se pueda conseguir rebajarlo hasta el 6%.

En la primera mesa redonda del congreso destacó la intervención de M. José García López, profesora titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos, quien habló a los presentes sobre el concepto de responsabilidad social corporativa (RSC) en la farmacia. Tras definir este nuevo concepto, la ponente explicó sus beneficios para la oficina de farmacia tanto en el ámbito interno (desarrollo social, política medioambiental, recursos humanos, etc.) como externo (campañas sanitarias, legislación farmacéutica, sistema de precios, proveedores, etc.). Para la profesora García López, «las oficinas de farmacia tienen que difundir su estrategia de RSC a través de la transparencia informativa y la elaboración de memorias de sostenibilidad, pues de esta forma se refuerza su imagen social como empresa».

«Si hay empresa, hay profesión y futuro» fue el lema escogido para la octava edición del Congreso Empresarial de Oficinas de Farmacia, celebrado en Toledo del 26 al 28 del pasado mes de octubre y organizado por la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) y la Asociación Farmacéutica Empresarial de Toledo (AFEDETO). Un lema con una vigencia incontestable a tenor de los temas tratados en un congreso condicionado por la inminente aprobación de la nueva Ley del Medicamento, las turbulencias en el ámbito de la distribución, las consecuencias sociosanitarias de la reforma del modelo de Estado y la propia crisis de la FEFE.

Decisiones compartidas

Las consejerías de Sanidad de Madrid, Extremadura, Canarias y Comunidad Valenciana estuvieron representadas en el congreso en una mesa redonda que llevaba por título «Las respuestas de nuestro modelo de farmacia ante los retos del s. xxi». El objetivo de los ponentes era debatir sobre la prestación farmacéutica del Estado en colaboración con las comunidades autónomas y el papel del usuario como eje central de la política farmacéutica.

Intervino en primer lugar Manuel Cervera, secretario de la Agencia Valenciana de Salud, quien revisó sucintamente las medidas que su departamento ha venido aplicando en los últimos años en materia de racionalización del uso de los medicamentos. Cervera señaló que «es imprescindible que las comunidades autónomas coparticipen en las decisiones que toma el Ministerio en materia de autorización, fijación de precios y, sobre todo, en lo que respecta a financiación de medicamentos».

Por su parte, el consejero de Sanidad de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, calificó las medidas de financiación sanitaria aprobadas recientemente por el gobierno central como «equilibradoras» de la situación de déficit actual. Para Fernández Vara, «los ciudadanos están cada vez mejor informados gracias a las nuevas tecnologías, por lo que son más exigentes con los profesionales de la farmacia».

«Cambiar de modelo farmacéutico no es la solución, sino hacer un uso razonado y racional de los medicamentos.» Con estas palabras inició su intervención el director general de Farmacia de Canarias, Alberto Talavera. Este consejero se mostró partidario de la prescripción por principio activo, que «es una buena técnica para limitar la presión promocional». Según Talavera, para que el sistema sea eficaz «tiene que ir acompañado de otras medidas como la formación continuada del médico o la promoción de guías terapéuticas».

Por último, el director general de Farmacia de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Hernández, centró su intervención en la información al paciente sobre los medicamentos, en el aumento de la seguridad y la efectividad en el uso de los fármacos, en la integración del farmacéutico en el Sistema Nacional de Salud y en la aplicación de las tecnologías de la información en la farmacia. En este sentido, señaló que «la receta electrónica supondrá una modernización y una agilización de los trámites administrativos y burocráticos, en beneficio del paciente».

Un modelo a defender

La situación de la distribución farmacéutica española fue otro de los temas debatidos en el congreso de la FEFE. Representantes de tres cooperativas de distribución farmacéutica coincidieron en que el sistema actual de distribución funciona, es solidario y persigue la igualdad de condiciones para todos los agentes implicados, además de señalar que no discrimina a ninguna oficina de farmacia por su situación geográfica o su volumen de ventas.

El presidente de COFARES, Carlos González Bosch, afirmó que «disponemos de uno de los sistemas de distribución más eficaces de todo el entramado comercial, que persigue la igualdad de condiciones para todos los agentes implicados».

Por su parte, Paulino Estrada, presidente de COFARTA (Centro Cooperativo Farmacéutico Talaverano), «el origen de las distribuidoras está en la defensa de la oficina de farmacia».

Sofía Fuentes, presidenta de CECOFAR (Centro Cooperativo Farmacéutico), destacó el carácter «competitivo y saturado» de estas empresas. «Para crecer --añadió Fuentes-- es necesario restar cuota de mercado a la competencia, y para ello hay que ser competitivos con el precio de los medicamentos, la calidad de la distribución y los servicios añadidos.»

Ante la realidad de una concentración empresarial cada día más presente, los ponentes pidieron unidad de criterio para proteger la supervivencia de un sistema que consigue que hasta la farmacia más pequeña y en el lugar más inaccesible tenga el suministro garantizado.

Hay que darle un margen de confianza a la futura Ley del Medicamento, ya que no va a suponer un perjuicio para ningún sector

ROBERTO SABRIDO, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha

Es imprescindible que las comunidades autónomas coparticipen en las decisiones que toma el Ministerio en materia de autorización, fijación de precios y, sobre todo, en lo que respecta a financiación de medicamentos

MANUEL CERVERA, secretario de la Agencia Valenciana de Salud

Pacto de Estado

En una mesa redonda organizada para debatir sobre política sanitaria y farmacéutica, representantes del PP, PSOE y CiU dieron su opinión sobre la realidad y la posibilidad de reformas del sistema sanitario español. Para Julio Sánchez Fierro, diputado en el Congreso de los Diputados y secretario de Política Social y Bienestar del Partido Popular, «la clave está en una financiación sanitaria que garantice la igualdad y la equidad». En este sentido, afirmó que el nuevo estatuto aprobado por el Parlamento de Cataluña «tendrá consecuencias directas sobre el Sistema Nacional de Salud».

Por su parte, el portavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Alfredo Arola, y el portavoz de Sanidad de CiU, Jordi Xuclà, coincidieron en la necesidad de un pacto de Estado de sanidad que garantice la estabilidad y sostenibilidad del sistema sanitario. Arola señaló que esta idea es «tan positiva como difícil», aunque reconoció que ya se han dado algunos pasos positivos para mejorar la cohesión del sistema. «Lo importante es que haya consenso entre los sectores estratégicos», añadió. También adelantó a los asistentes al congreso que en la nueva Ley del Medicamento no se han recogido cambios respecto al apartado de bonificaciones, que fueron suprimidas en el borrador de la Ley y constituyen uno de los principales puntos de fricción con los titulares de las oficinas de farmacia. En cambio, sí señaló que se han tomado en cuenta otras de las reivindicaciones de los farmacéuticos, como que figure en el envase el precio del medicamento.

El diputado de CiU Jordi Xuclà se refirió al Pacto de Toledo como referente para la elaboración de un acuerdo global sanitario. «No debe ser un pacto entre territorios, sino entre partidos políticos», advirtió Xuclà. «Los problemas vienen porque la lógica de los territorios no siempre es la de los partidos», apostilló.

Asignatura pendiente

Importantes durante el congreso fueron las intervenciones del director general de Laboratorios Ratiopharm, Rodrigo Román, y del director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP), Rafael García Gutiérrez, que analizaron cómo afectan la políticas farmacéuticas a la industria fabricante de especialidades farmacéuticas genéricas (EFG) y publicitarias (EFP).

Rodrigo Román lamentó que «ninguna de las medidas puestas en marcha por la Administración haya servido para controlar el gasto ni para implantar las EFG», y mostró su preocupación sobre el tratamiento que se da a estos fármacos en el borrador de la Ley del Medicamento. Para Román, no será posible controlar el gasto público en medicamentos mientras que no se contemplen factores como el copago del paciente, el precio de los medicamentos o la presión que ejercen las multinacionales. «En el resto de países europeos está pasando lo mismo que en España; sólo en Alemania, donde hay precio libre del medicamento y está implantado el copago, se observa un incremento del mercado de las EFG», señaló.

Por su parte, Rafael García Gutiérrez destacó que «los beneficios económicos y sociales que las EFP pueden aportar a la sociedad actual no están siendo plenamente aprovechados, ni se ha valorado suficientemente su contribución para conseguir un Sistema Nacional de Salud sostenible y de calidad». También afirmó que el uso de las EFP puede favorecer que el sistema sanitario sea capaz de hacer frente a otras enfermedades más graves o a otros tratamientos que actualmente están fuera de la cobertura de la Seguridad Social. Según este ponente, en España se podrían ahorrar más de 1.000 millones de euros si se sustituyera el 5% de los medicamentos con receta que se utilizan para dolencias leves por EFP.

María del Val Díez (izquierda) e Isabel Vallejo.

Los consejeros autonómicos de Salud invitados al Congreso, junto a Cristóbal Saavedra (centro) de la FEFE.

De izda. a dcha., Jordi Xuclà (CiU), Julio Sánchez Fierro (PP) y Alfredo Arola (PSOE).

Los ponentes de la mesa redonda sobre distribución farmacéutica, Paulino Estrada, Carlos González Bosch y Sofía Fuentes, junto a Carlos García Luque, ex presidente de Bancofar, que actuó de moderador.

Conclusiones del congreso

* La realidad actual se basa en el modelo planificado de oficina de farmacia, pero lo que marcará el futuro es la cartera de servicios de la prestación farmacéutica. Para garantizar la calidad en la prestación farmacéutica a todos los ciudadanos, independientemente de la comunidad autónoma en la que vivan, es necesario un gran pacto de Estado que cuente con el mayor consenso en el seno del Consejo Interterritorial del SNS y que unifique criterios en la gestión de los recursos disponibles. Asimismo, se considera imprescindible que este organismo sea el principal elemento vertebrador de la política farmacéutica para que, desde un marco de lealtad institucional y mayor participación y corresponsabilidad, se asegure la cohesión del sistema de ordenación y prestaciones farmacéuticas.

* Las medidas de la Administración para controlar el gasto público en medicamentos sólo actúan sobre la oferta (disminución de precios y de márgenes y aumento de las contribuciones económicas de los distintos sectores al SNS) y no sobre la demanda, por lo que la contención del gasto se produce sólo a corto plazo. Un pacto de Estado, con medidas estructurales que se apliquen de manera vertical sobre cada uno de los integrantes de la cadena del medicamento, tendría un efecto duradero, aunque los resultados no fueran inmediatos.

* La sostenibilidad del SNS, integrado por 17 servicios farmacéuticos, necesita una cohesión y coordinación en las estrategias de gestión emprendidas por las comunidades autónomas, una mejora en la financiación sanitaria y dedicar más porcentaje de PIB a sanidad. Además, es necesario permitir la libre gestión de compras a las oficinas de farmacia, que funcionan como empresas, tal como se le permite a la farmacia hospitalaria, para que puedan ofrecer un servicio de calidad a los ciudadanos. La sanidad y la salud no han de ser contempladas como un gasto, sino como una inversión que, además de proporcionar bienestar, produce riqueza.

* Se valora el servicio que presta el sector de la distribución farmacéutica mayorista a la oficina de farmacia y se reconoce su labor como elemento integrador de la cadena del medicamento. Ante la situación actual (incursión de nuevos operadores logísticos y estrategias de los laboratorios, entre otros), los farmacéuticos defenderán este modelo de distribución y reforzarán sus líneas de colaboración para asegurar la permanencia de un sistema que funciona porque es solidario y persigue la igualdad de condiciones para todas las oficinas de farmacia.

* Se valora el concepto de responsabilidad social corporativa (RSC), que brindamos desde las oficinas de farmacia a la sociedad y que, aunque hoy no es mensurable, si es perceptible. La FEFE, comprometida con esta nueva realidad, iniciará un proceso de formación y acreditación de la oficina de farmacia en RSC.

* Las especialidades farmacéuticas genéricas (EFG), como fármacos bioequivalentes y generadores de ahorro, son una herramienta fundamental en las políticas de contención del gasto. Se propone una serie de medidas para potenciar su implantación, entre las que se encuentran: acelerar el registro y aumentar la prescripción; que el cálculo de precios de referencia se ajuste a la capacidad de abastecimiento del mercado; permitir al farmacéutico la elección entre medicamentos equivalentes, y concienciar al ciudadano de que las EFG son eficaces, seguras y facilitan una mejor gestión de los recursos disponibles. El objetivo final es llegar a una cuota de mercado similar a la de otros países de nuestro entorno.

* El mayor grado de conocimiento sobre temas de salud de la población, unido a la capacidad y proximidad del farmacéutico, están determinando un cambio que conducirá a un mayor uso de las especialidades farmacéuticas publicitarias (EFP). Sin embargo, España se encuentra todavía muy alejada de las cotas de utilización de estos medicamentos que se registran en otros países de la Unión Europea. En este contexto, creemos que es importante concienciar al ciudadano de que, ante síndromes menores, debe acudir a la farmacia y solicitar medicamentos de consejo farmacéutico. De este modo, el paciente ahorra tiempo y encuentra una solución eficaz a su dolencia, a la vez que ahorra gastos al SNS.

* En relación a las nuevas expectativas académicas y a los avances en la formación continuada, desde el sector universitario se detecta una falta de previsión en especializaciones para la oficina de farmacia que sean capaces de dar respuesta a las demandas que desde la sociedad se plantean. El farmacéutico, pieza fundamental en atención y educación sanitaria, ha mostrado su compromiso con los consumidores ante los nuevos retos de una sociedad más informada y en continua evolución.

* Agradecer la presencia en el congreso de autoridades públicas, tanto nacionales como autonómicas que, con su colaboración, han contribuido a esclarecer aspectos relativos al futuro del sector, haciendo hincapié en el proyecto de Ley del Medicamento que regulará el ejercicio profesional farmacéutico durante los próximos años. Cabe destacar la posición unánime de todas las Administraciones, partidos políticos y agentes del sector presentes respecto a que, para mantener la estabilidad y la sostenibilidad económica del sistema, es necesario el consenso, el diálogo y un reparto equitativo de las cargas y corresponsabilidades de todas las instancias afectadas.

* Agradecer el esfuerzo y la participación activa de las asociaciones empresariales autonómicas y locales, que día a día defienden el papel de la oficina de farmacia como elemento básico en la cadena del medicamento y sin cuya implicación esto no hubiera sido posible.

FEFE, en la encrucijada

El hecho de que en la FEFE no estén actualmente integradas las asociaciones empresariales de farmacéuticos con mayor potencial de afiliación de nuestro país, como son la federación catalana FEFAC y la asociación madrileña ADEFARMA, es una rémora demasiado pesada como para que no afecte al rumbo de la federación estatal. Sea de quien sea la razón a la hora de dirimir diferencias, lo cierto es que esa mutilación orgánica plantea un problema no menor de representatividad para una federación patronal que precisamente ha centrado su lucha en los últimos años en que la Administración le reconozca un mayor grado de interlocución. Esta situación anómala afecta también a la propia proyección social de la FEFE como máximo órgano representativo de los farmacéuticos titulares, por lo que últimamente se ha visto reducido su poder de convocatoria. El congreso de Toledo, con una de las participaciones más bajas que se recuerdan, es una buena muestra de ello.

Y es una lástima haber llegado a la situación actual, porque la verdad es que el equipo que dirige Isabel Vallejo ha logrado en los últimos años darle a la FEFE un protagonismo desconocido en otros tiempos. El dinamismo de esa gestión se proyecta claramente, por ejemplo, en la creación del Observatorio del Medicamento, de gran utilidad para quien sigue de cerca la política farmacéutica española. Es cierto que en otros aspectos la gestión del actual equipo dirigente de la FEFE ha sido más errática, como su política de comunicación o la búsqueda de alianzas corporativas para hacer frente a las agresiones que periódicamente sufre el sector. Quizá pesa demasiado todavía la herencia fundacional, que soñaba con una FEFE pujante que acabaría desplazando al Consejo General de COF como interlocutor ante la Administración sanitaria. El tiempo ha demostrado que tal aspiración era de una ingenuidad clamorosa.

La división no es la mejor vía para afrontar los duros retos que aguardan a la oficina de farmacia española. Urge, por tanto, un esfuerzo de comprensión, colaboración y unión entre las distintas «sensibilidades» que coexisten en el colectivo farmacéutico. Optar por lo contrario es una estrategia suicida que debilitará a la profesión en general y podría llevar a la propia FEFE al borde de la marginalidad. * F.F.

Isabel Vallejo.

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