La hipertensión se define como un aumento anormal de la presión arterial de forma persistente. La presión arterial es controlada por el sistema renina-angiotensina del organismo, que regula la presión ejercida en el interior de las arterias a medida que el corazón bombea la sangre a todo el organismo.
El valor de la presión arterial está determinado principalmente por la resistencia que encuentra la sangre para circular a través de las arterias más pequeñas, lo que también depende de la fuerza de contracción del corazón. La presión arterial tiende a aumentar con la edad al hacerse las arterias menos flexibles y debido a la presencia de alguna enfermedad coexistente como diabetes mellitus y factores de riesgo como el tabaco y la hipercolesterolemia.
Por lo general, la hipertensión sólo provoca síntomas tras un largo período de tiempo, en algunos casos, los primeros síntomas de hipertensión pueden ser un accidente vascular cerebral o un ataque cardíaco. Como resultado directo de la hipertensión crónica, se puede producir insuficiencia cardíaca con edema de las piernas y diseña, en algunos casos, insuficiencia renal si no se establece el diagnóstico.
Antagonistas de la angiotensina II
El sistema renina-agiotensina-aldosterona desempeña un papel central en la regulación de la presión arterial. La angiotensina II es unos de los vasoconstrictores endógenos más potentes y es una sustancia importante para el mantenimiento y aumento de la presión arterial. La angiotensina II actúa a distintos niveles y sobre distintos organos, como por ejemplo:
Arteria. Estimula la contracción y el crecimiento.
Corazón. Aumenta la contractilidad y produce una hipertrofia ventricular.
Cerebro. Estimula la sed y la liberación de vasopresina.
Riñones. Inhibe la liberación de renina, aumenta la reabsorción tubular de sodio, estimula la vasoconstricción y libera prostaglandinas.
La mayor parte de estos efectos dan lugar a un aumento de la resistencia vascular y el volumen circulante, que provoca una elevación de la presión arterial.
La quimasa es una enzima importante en la producción de la angiotensina II en el corazón y los vasos sanguíneos. En el corazón, tan sólo una pequeña parte (alrededor del 10%) de la angiotensina II parece producirse por medio de la ECA, mientras que la mayor parte (alrededor del 80%) es producida por la quimasa cardíaca. Los antagonistas de la angiotensina II inhiben ésta con independencia de su lugar de producción.
Valsartán
Valsartán es un nuevo antagonista de la angiotensina II que reduce la presión arterial mediante una inhibición selectiva y específica de los efectos cardiovasculares de la angiotensina II. Se han identificado dos clases de receptores de angiotensina II: AT1 y AT2. El receptor del tipo AT1 es el responsable de la mayor parte de los efectos conocidos de la angiotensina II. Dicho receptor se encuentra en los vasos sanguíneos, el corazón, los riñones, el cerebro, los pulmones y la corteza suprarrenal. El receptor AT2 se encuentra principalmente en el tejido fetal, en el cerebro, la médula suprarrenal, el útero y los ovarios de la persona adulta. Al parecer, la estimulación de los receptores AT2 contrarresta el efecto del receptor AT1. El receptor AT2 parece tener una función antiproliferativa y apoptósica. Las funciones conocidas del receptor AT1 son las siguientes:
Vasoconstricción.
Liberación de hormonas.
Regulación de los líquidos.
Proliferación.
Valsartán es un antagonista competitivo específico del receptor AT1. El bloqueo selectivo de este receptor da lugar a una respuesta antihipertensiva efectiva.
La administración de valsartán 80 mg/hidroclorotiazida 12,5 mg produce una reducción más intensa de la presión arterial en comparación con valsartán 80 mg
Mecanismo de acción
Valsartán es un bloqueador selectivo y específico de la unión de la angiotensina II a los receptores AT1, en tanto que conserva totalmente los efectos beneficiosos al no bloquear los receptores AT2. La unión de la angiotensina II al receptor AT1 es responsable de todos los efectos cardiovasculares negativos conocidos del sistema renina-angiotensina. En la hipertensión estos efectos son vasoconstricción y liberación de aldosterona, una hormona que estimula la retención de agua y sodio y que contribuye a aumentar la presión arterial. Valsartán bloquea los efectos vasoconstrictor y secretor de la aldosterona y de la angiotensina II, produciendo dilatación de los vasos sanguíneos y el consiguiente descenso de la presión arterial.
Farmacología
Las características farmacológicas de valsartán son las siguientes:
Se une al receptor AT1 con una afinidad 20.000 veces superior a la que tiene por el receptor AT2.
Carece de afinidad por los receptores adrenérgicos alfa1, alfa2 y beta, así como por los receptores de histamina, sustancia P, GABA-A, GABA-B, muscarínicos, 5HT1 y 5HT2, benzodiacepinas, opiáceos, adenosina y los canales del calcio.
Inhibe todas las acciones de la angiotensina II que se producen a través de los receptores AT1, incluyendo la respuesta presora y la liberación de aldosterona.
Produce un bloqueo uniforme de los receptores AT1 a lo largo del tiempo, sin que se observen indicios de desensibilización del receptor AT1.
No afecta a la frecuencia cardíaca ni a la adaptación ortostática tras una movilización pasiva; tampoco a los efectos hemodinámicos de la estimulación simpática tras el esfuerzo físico.
Posee una selectividad para el receptor AT1 superior a la de losartán.
Farmacocinética
Valsartán se absorbe en el tubo digestivo, actúa sobre el receptor de forma inalterada, es poco metabolizado y se excreta en gran parte sin modificar.
La absorción en el tubo digestivo es rápida y las concentraciones plasmáticas máximas del fármaco se producen aproximadamente 2 horas después de su administración. La vida media de distribución es inferior a una hora y la vida media terminal es de 9 horas. La cinética de valsartán no se modifica con la administración mantenida del fármaco una vez al día.
Tras la administración oral, valsartán es poco metabolizado: un 30% de la dosis aproximadamente se excreta por la orina y un 70% por la bilis.
Eficacia
Valsartán posee una eficacia relacionada con la dosis para la reducción de la presión arterial tanto sistólica como diastólica. Se ha demostrado que una dosis de 80 mg de valsartán produce una reducción de la presión arterial en un número significativamente mayor de pacientes que losartán. Es por lo menos tan eficaz como otros antihipertensivos: amlodipino, enalapril y lisinopril. Mejora algunos parámetros cardíacos y renales como la hipertrofia ventricular izquierda y la microalbuminuria, factores conocidos de riesgo de enfermedad cardiovascular.
La administración de valsartán 80 mg/hidroclorotiazida 12,5 mg produce una reducción más intensa de la presión arterial en comparación con valsartán 80 mg.
Seguridad
La incidencia global de reacciones adversas con valsartán es similar a la de los pacientes tratados con placebo en estudios comparativos para los casos de cefalea, mareos y fatiga. La incidencia de tos observada con valsartán en ensayos clínicos comparativos fue significativamente menor que la observada con IECA y similar a la observada con placebo. Se han observado muy pocos casos de reacciones de hipersensibilidad. *