Con la pregunta que da título a este editorial concluía el VI Congreso de Atención Farmacéutica que durante tres días congregó a cerca de mil farmacéuticos en la maravillosa ciudad de Sevilla el pasado mes de octubre.
Los congresistas, farmacéuticos jóvenes en su mayoría, pusieron sobre la mesa los retos, hándicaps, rémoras y oportunidades de esta modalidad de ejercicio de la profesión que cuenta ya con 10 años de andadura. Trabajaron, asimismo, codo con codo en un gran número de talleres y muestra del entusiasmo que despierta la Atención Farmacéutica son los más de 30 póster presentados.
Quiero aquí poner de relieve la calidad de los ponentes y la participación activa y entusiasta del público en todas las mesas redondas, además de la riqueza de los debates entablados. Es también de agradecer la tenacidad y el temple de todos esos farmacéuticos que están tirando día a día del carro de un proyecto de gran envergadura profesional que demanda un enorme esfuerzo en forma de tiempo, dinero y energía vital.
Anécdotas y productivas charlas de pasillo conformaron, asimismo, el día a día de este congreso, que tuvo en su mesa de clausura representantes del colectivo farmacéutico en todos sus ámbitos de actuación.
Cada uno de los intervinientes respondió a la pregunta que encabeza este editorial, comenzando por la representante de la Sociedad Española de Farmacéuticos Comuntarios, que expuso dos escenarios posibles para un futuro no lejano: uno representa la profesión integrada en el cuidado global de la salud de los ciudadanos teniendo como eje la Atención Farmacéutica y el otro es un escenario en el que los farmacéuticos independientes han tirado la toalla en beneficio de las grandes cadenas farmacéuticas.
A mi entender, las notas de esperanza las pusieron Carmen Peña y Pilar Gascón, presidentas del Consejo General de COF y de la Fundación Pharmaceutical Care, respectivamente, cada una con visiones diferentes. Peña habló con mesura pero no dudó en señalar que la práctica efectiva, consolidada y reconocida de la Atención Farmacéutica sólo será posible si logramos presentar ante las Administraciones un colectivo unido y con empuje y, sobre todo, un plan estrategico de implantación que ofrezca ventajas al sistema actual, porque para ella es la Administración quien ha de correr con los gastos, ya que ha de ser la primera beneficiaria.
Pilar Gascón, por su parte, dió en la diana al apuntar, valientemente a mi entender, que actualmente las farmacias se encuentran en una inmejorable situación para empezar a implantar la Atención Farmacéutica como camino a la diferenciación y a la competencia entre establecimientos. El marketing, el merchandising, la comunicación, etc. nos están ayudando ya a diferenciarnos, pero es hora de dar un paso más y apostar por una auténtica diferenciación en el servicio. Ese es el reto.
Felicidades a todos.