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Vol. 20. Núm. 5.
Páginas 36-43 (Mayo 2001)
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EUGENIA GARRIDO
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Alrededor de 1.300 profesionales farmacéuticos trabajan en los hospitales. En los últimos años,

la factura de farmacia en estos centros ha registrado un crecimiento cada vez más elevado.

Las medidas adoptadas por el Gobierno han caído en saco roto. Eduardo Echarri, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha hablado para Offarm de una situación que no tiene visos de dar marcha hacia atrás. En sus respuestas, Echarri explica las causas del problema, anuncia una posible solución y nos informa sobre los aspectos más relevantes del ejercicio profesional de un farmacéutico hospitalario.

Eduardo Echarri

Presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH)

«En los próximos años la factura de farmacia en los hospitales va a superar los porcentajes actuales»

Para situarnos, ¿cuál es el trabajo de los farmacéuticos en los hospitales?

Tienen cuatro funciones básicas: los farmacéuticos seleccionan, junto con los médicos, qué medicamentos se van a utilizar en el hospital; establecen el procedimiento para que éste llegue a los pacientes en la mejor condición posible; realizan la gestión y adquisición del medicamento, y, por último, elaboran sistemas de información que van desde qué pacientes consumen determinados fármacos hasta las características de ciertos medicamentos. Luego, en función de los medios que el hospital tenga, hacen labores de dosificación intravenosa, llevan a cabo la monitorización de fármacos, participan en ensayos clínicos, etc.

 

 

En este contexto, ¿cómo es la relación con los médicos?

En líneas generales es buena, porque nace desde el principio, cuando nos sentamos a discutir qué medicamentos seleccionamos. A partir de ahí se establecen unos vínculos y quedan delimitadas las competencias de cada uno. Los médicos son conscientes de que tienen que colaborar con los sistemas de control y seguimiento que desarrollan los farmacéuticos para corregir los pequeños defectos. Algo que siempre redundará en beneficio del enfermo.

 

 

Según datos estimativos de Farmaindustria, en los últimos 5 años la factura de farmacia en los hospitales ha crecido en porcentajes que oscilan entre el 13% y el 22,7% ¿A qué cree que se debe esto?

Estos datos son ciertos. En los próximos años la factura va a superar estos porcentajes. En primer lugar, el mercado hospitalario ha absorbido en los últimos años los fármacos más caros, en tanto que es aquí donde se comienzan a introducir los medicamentos y los tratamientos más innovadores. Algo que es deseable, pues el uso de estos fármacos ha de hacerse en el contexto de unas medidas adecuadas de control, con equipos especialistas, y la lógica establece que esto lo asuma la farmacia de hospital. En segundo lugar, hay que señalar el gran desarrollo de la terapia ambulatoria. Los hospitales se están abriendo al medio externo dando paso a estructuras híbridas que tratan a pacientes sin ocupar camas. Son las unidades ambulatorias. Esto incrementa el número de pacientes; y a más pacientes, más costes. Y por último, también se debe tener presente la cronicidad de las propias patologías. El éxito de los medicamentos hace que la gente se muera menos.

Si obviamos estos tres factores, no se observan grandes fracturas dentro de la factura farmacéutica hospitalaria. Ésta está más o menos estabilizada en un nivel de 4.000/4.500 pesetas por estancia y día.

¿Existen diferencias porcentuales en este gasto?

No tengo datos, pero creo que no, porque las políticas sanitarias son bastante similares en todas las comunidades autónomas. El único producto que se ha desarrollado de manera asimétrica es la nutrición artificial. Eso puede hacer variar un poco el perfil, pero de forma muy leve.

 

Contención del gasto

¿Por qué cree que las medidas que se han impuesto desde la Administración no han influido positivamente en la contención de este gasto?

Porque están orientadas a controlar precios y prescripción y eso, en los hospitales, es algo que ya se hace desde hace años. Desde 1957 el farmacéutico hospitalario hace listas positivas de los medicamentos que se van a usar en el hospital. En este sentido, aunque el medicamentazo sí es una medida de contención del gasto muy eficaz, no ha supuesto un valor añadido para el hospital. Asimismo, en el hospital se lleva negociando precios desde hace más de 20 años con la industria y los proveedores a través de un procedimiento negociado de adquisición. Lo que sí tendría una repercusión global sobre la factura sería una política de medicamentos genéricos armónica entre la atención especializada y la primaria, así como medidas que obligasen al facultativo a un adecuado seguimiento de los tratamientos para ver cómo actúan los medicamentos en los pacientes. Esto ayudaría a elegir los tratamientos que se deben instaurar.

A la farmacia de hospital le queda por desarrollar a un cien por cien procedimientos automatizados en sus cuatro funciones básicas

 

Entonces, ¿qué medidas se podrían adoptar para desacelerar este gasto?

La única medida sería aplicar criterios de selección muy estrictos de los pacientes a tratar, sobre todo en las terapias innovadoras. Si los ensayos clínicos establecen que un medicamento es eficaz en un determinado porcentaje de pacientes, sería deseable, antes de aplicar ese tratamiento, comprobar si estamos ante un paciente susceptible de pertenecer a ese porcentaje, y si no es así no aplicarlo, porque sería un recurso inútil, ya que no todos los medicamentos están hechos para todo el mundo. La genética va a determinar en un futuro cercano el que seas o no candidato a ser tratado con un determinado medicamento. Así sí que reduciríamos costes, pero es una medida que choca con cuestionamientos de tipo ético y deontológico. También se podrían derivar tratamientos ambulatorios al ámbito domiciliario, pero sería una solución falsa pues lo único que haríamos sería cambiar el gasto de sitio.

 

¿Qué papel juega dentro de este contexto el sistema de distribución del medicamento basado en dosis unitarias?

Es una opción lógica para evitar errores, pérdidas injustificadas y mal uso de medicamentos. En nuestro país está implantado desde 1972 como modelo de distribución del medicamento en los hospitales. Lo que se persigue es que cada paciente tenga el tratamiento de 24 horas disponible y que el medicamento vaya adecuadamente preparado para su administración. Es un sistema que añade seguridad más que control del gasto. Está instaurado aproximadamente en el 80% de los hospitales españoles y es el objetivo deseable cuando hablamos de distribución de medicamentos. Sería bueno trasladar este sistema a la oficina de farmacia, pero hoy por hoy hay problemas legales para hacerlo efectivo.

Retos profesionales

¿Qué ofrece la SEFH a sus asociados?

Nuestro primer objetivo es mantener un nivel de formación adecuado, y con este fin se desarrollan actividades para actualizar la formación: se imparten cursos, se ha incorporado la tecnología de Internet y muchos productos de actualización los ofrecemos a través de nuestro web (www.sefh.es), etc. Además, todos los años, la SEFH organiza un congreso nacional en el que se discuten los nuevos avances terapéuticos y las nuevas estrategias que hay en los hospitales para tratar distintas patologías; sin olvidar que, como institución, también nos preocupamos de defender la imagen profesional del farmacéutico. Para tratar de reforzar esta imagen realizamos estudios, generalmente de colaboración, en los que participan varios hospitales. La SEFH invierte anualmente unos 12 millones de pesetas en becas destinadas a investigación y a estancias en el Ministerio de Sanidad y Consumo.

¿Cuáles son los objetivos de la SEFH a corto y largo plazo?

Nuestro objetivo prioritario es incorporar al socio al tejido de la SEFH para que participe y se invo lucre más en las actividades y deje de ser un mero receptor de productos. A medio plazo queremos conseguir impactar en los medios de comunicación para que tengan en nosotros un referente a la hora de documentar una noticia del campo sanitario. Por último, a largo plazo, el tercer gran objetivo son las instituciones, ya que también nos gustaría que éstas tuviesen a la SEFH como un referente.

 

«Sería bueno trasladar el sistema de dosis unitarias a la oficina de farmacia, pero hoy por hoy hay problemas legales para hacerlo efectivo»

 

A grandes rasgos, ¿cuál es el contenido del código ético elaborado por la SEFH?

Es una respuesta que ha liderado la SEFH, pero que parte de un colectivo de sociedades de farmacia, recogiendo los principios éticos de nuestra actividad: principio de autonomía, principio de beneficencia, principio de no maleficencia y principio de justicia distributiva. Para nosotros, el más importante es el principio de autonomía, por lo que en este código tratamos de ver qué respuesta podía dar el colectivo farmacéutico a éste. Se trata de un código de conductas que el farmacéutico debe seguir para respetar el principio de autonomía del paciente. En este sentido, está orientado a defender la autonomía del paciente, un principio implicado en nuestra actividad diaria: ensayos clínicos, aplicación de terapias por medio del uso compasivo, aplicación de determinados tratamientos, etc.

¿Cómo valoraría su experiencia al frente de la SEFH?

Como agotadora, porque es una profesión que tiene mucho que decir. Tenemos mucho interés en que nos escuchen y eso obliga a abrir muchos frentes. Ahora mismo estamos inmersos en el establecimiento de convenios de colaboración con otras sociedades científicas médicas. De aquí al 2003 me gustaría que la SEFH tuviera una entidad por proyectos de colaboración con otras sociedades. La primera experiencia va a ser con la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, con la que vamos a tratar de llevar a cabo programas conjuntos de análisis de la infección hospitalaria.

¿Cuánto le queda por avanzar al farmacéutico que ejerce en farmacia hospitalaria?

A la farmacia de hospital le queda por desarrollar a un cien por cien procedimientos automatizados en sus cuatro funciones básicas. Ahí es necesario incorporar tecnología que permita la automatización de los procesos. En segundo lugar, aún tiene que establecer sistemas de información ágiles, que den in formación rápida y valiosa, que avisen de interacciones, de errores, que crucen los datos, que salten alarmas, etc. Integrar toda la información del hospital aportará un increíble valor añadido al sistema de dosis unitarias.

En un futuro muy próximo, el farmacéutico tiene que ir, además, utilizando una metáfora de montañeros, «subiendo ocho miles», que son los pacientes. Hasta ahora se han conseguido «ocho miles» en oncología, en terapia del dolor y en enfermedades infecciosas, pero aún quedan muchas patologías por abordar. El futuro está en aprender a escalar con una buena cobertura, formación e información. *

 

«Los médicos son conscientes de que tienen que colaborar con los sistemas de control

y seguimiento que desarrollan los farmacéuticos»

 

Biografía profesional

 

Nacido en Bilbao en 1958, Eduardo Echarri Arrieta se licenció en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela, con premio extraordinario de licenciatura.

Ha ejercido profesionalmente como responsable de los servicios de farmacia del Hospital Psiquiátrico de Conxo (1983-1994) y del actual Hospital de Conxo (1998-2001), habiendo participado como tutor en el programa de prácticas tuteladas de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago desde 1994.

En la actualidad, Eduardo Echarri es miembro del Consejo Editorial de la revista European Hospital Pharmacy y colabora con otras sociedades en el desarrollo de las condiciones profesionales del farmacéutico de hospital, con una clara orientación hacia el paciente. Además, su formación básica en psicofarmacología y su preocupación por la medida de resultados en salud son las características más marcadas de su perfil profesional.

Desde octubre de 1999, preside la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). *

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