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Vol. 20. Núm. 11.
Páginas 138-142 (Diciembre 2001)
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Moxifloxacino
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MARIÁN CARRETEROa
a Vocal de Distribución del COF de Barcelona.
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Moxifloxacino es un nuevo antimicrobiano del grupo de las quinolonas con un espectro antibacteriano que cubre microorganismos gramnegativos y grampositivos, patógenos atípicos y anaerobios. Está indicado para las principales infecciones del tracto respiratorio (ITR), exacerbaciones bacterianas agudas de bronquitis crónica, neumonía adquirida en la comunidad y sinusitis bacteriana aguda.

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Las infecciones del tracto respiratorio (ITR) adquiridas en la comunidad se encuentran entre las causas más frecuentes de consulta médica y suponen un coste considerable para el sistema de salud. Se está observando en todo el mundo una tendencia hacia una mayor resistencia bacteriana a los antibióticos utilizados habitualmente para el tratamiento de las ITR como son los betalactámicos, cefalosporinas, macrólidos y penicilinas.

Las quinolonas son agentes antibacterianos de síntesis. Los primeros predecesores, como el ácido nalidíxico, se descubrieron al inicio de los sesenta y se utilizaron para el tratamiento de las infecciones del tracto urinario. Su uso se limitó a esta indicación debido a su escasa absorción por vía oral y su limitado espectro antimicrobiano.

A finales de los años ochenta se sintetizaron nuevos antimicrobianos de la misma familia, las fluoroquinolonas cuya estructura incluye un átomo de flúor en posición C-6 que les proporciona una mayor actividad sobre micrcoorganismos gramnegativos, mejorando su biodisponibilidad y su penetración tisular. Sin embargo, estos fármacos continúan teniendo una mayor actividad sobre microorganismos gramnegativos que sobre los grampositivos, así como una actividad limitada sobre patógenos atípicos y anaerobios. La optimización de esta estructura fluoroquinolona ha conducido al desarrollo de moxifloxacino, una nueva 8-metoxiquinolona, con estructura molecular única que difiere de las otras fluoroquinolonas.

 

Mecanismo de acción

Al igual que otras quinolonas, moxifloxacino ejerce su actividad bactericida uniéndose a topoisomerasas bacterianas e inhibiéndolas. Las topoisomerasas son enzimas que controlan el superenrollamiento y desenrollamiento del ADN bacteriano. El superenrollamiento permite a la larga molécula de ADN «empaquetarse» dentro de la célula bacteriana. Esta estructura fuertemente empaquetada debe ser desenrollada para permitir la replicación, transcripción y reparación del ADN. La inhibición de la actividad de estos enzimas impide a la célula bacteriana producir las proteínas necesarias para su reparación, crecimiento y reproducción. Una inhibición prolongada conducirá así a la muerte de la célula.

Moxifloxacino se une a la topoisomerasa II y a la topoisomerasa IV, bloqueándolas. La topoisomerasa II constituye la diana favorita en microorganismos gramnegativos, mientras que en los microorganismos grampositivos, moxifloxacino inhibe las dos topoisomerasas. Este mecanismo de «doble diana» de moxifloxacino en bacterias grampositivas contrasta con el mecanismo de «diana única» de la mayoría de fluoroquinolonas.

Farmacocinética

Tras su administración oral, moxifloxacino se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal sin sufrir metabolismo de primer paso significativo. La biodisponibilidad absoluta de una dosis de moxifloxacino es casi completa, aproximadamente del 91%. Tras una dosis única de 400 mg se alcanzaron concentraciones plasmáticas máximas de 3,1 mg/l a las 0,5-4 horas de la administración. En estudios de dosis múltiples, las concentraciones plasmáticas máximas y mínimas de moxifloxacino fueron de 3,2 mg/l y 0,6 mg/l, respectivamente. Las concentraciones en el estado estable se alcanzaron a los tres días del inicio del tratamiento, la exposición total con el intervalo de dosis es aproximadamente un 30% superior a la de la primera dosis. La absorción no se ve afectada por los alimentos, incluidos los productos lácteos.

Los resultados demostraron que moxifloxacino es bien tolerado con una incidencia y tipo

de efectos adversos secundarios similar a los de los antibióticos de comparación

 

La farmacocinética de moxifloxacino es lineal tras la administración de dosis únicas en el rango de 50-800 mg, y hasta 600 mg en una sola dosis al día durante 10 días.

Tras una dosis única de 400 mg de moxifloxacino se obtiene, al cabo de 0,5-4 horas, una concentración plasmática pico de 3,1 mg/l. La concentración en estado de equilibrio se consiguió a los tres días del inicio del tratamiento.

Moxifloxacino presenta una baja unión a proteínas plasmáticas, aproximadamente del 40-42%. Es importante ya que solamente el fármaco libre es activo frente a la bacteria y puede penetrar en los tejidos diana. La proteína plasmática a la cual se une principalmente moxifloxacino es la albúmina.

Moxifloxacino posee un elevado volumen de distribución en el estado de equilibrio, aproximadamente de 2 l/kg. El fármaco posee una rápida y fácil penetración en los líquidos corporales y tejidos, incluyendo saliva y fluidos intersticiales y pulmones, particularmente macrófagos alveolares. Las concentraciones alcanzadas en estos tejidos superan la CMI 90 requerida por los patógenos más importantes del tracto respiratorio y que son superiores a las que consiguen otras fluoroquinolonas y macrólidos. Moxifloxacino alcanza altas concentraciones celulares que son suficientes para inhibir los patógenos respiratorios atípicos.

 

Moxifloxacino es eliminado por conjugación. Existen dos metabolitos farmacológicamente inactivos, sulfocompuesto y acetil-glucurónido. El fármaco es eliminado del plasma con una semivida terminal de aproximadamente 12 horas. La depuración corporal total media aparente tras una dosis de 400 mg oscila entre 179 y 246 ml/min.

Tras la administración de una dosis de 400 mg de moxifloxacino, se recupera hasta un 96% en orina y en heces. Cerca del 44% se recupera como fármaco inalterado (un 25% en heces y un 19% en orina). Las vías de eliminación de moxifloxacino están equilibradas, no dependiendo exclusivamente de la función renal o de la hepática. Por ello, el riesgo de acumulación se reduce en el caso de insuficiencia renal o hepática. El fármaco no se metaboliza por el sistema del citocromo P450, lo que reduce su riesgo de interacciones farmacológicas.

Indicaciones terapéuticas

Moxifloxacino está indicado en el tratamiento de las siguientes infecciones respiratorias bacterianas:

 

­ Exacerbación aguda de la bronquitis crónica.

­ Neumonía adquirida en la comunidad excepto neumonía grave.

­ Sinusitis bacteriana aguda.

Las infecciones respiratorias adquiridas en la comunidad son difíciles de tratar ya que su tratamiento suele ser empírico y que las tasas de resistencias se desarrollan en orden creciente de los principales patógenos respiratorios (p. ej., S. pneumoniae y H. influenzae) a los antibióticos comúnmente utilizados.

Se ha sugerido que los patógenos implicados en el desarrollo de las infecciones respiratorias pueden estar cambiando, con mayor presencia de microorganismos como C. pneumoniae, L. pneumophila y M. pneumoniae.

El enfoque constantemente cambiante de la infección respecto a los patógenos del tracto respiratorio hace preciso el conocimiento de la etiología prevalente y la sensibilidad de los posibles microorganismos infectantes frente a los antimicrobianos así como la dosificación y posibles interacciones.

El antimicrobiano ideal para el tratamiento de las infecciones respiratorias en la comunidad debería tener las siguientes características:

 

­ Espectro apropiado de actividad antibacteriana.

­ Bajo grado de resistencia bacteriana.

­ Alcanzar elevadas concentraciones en los lugares clave de la infección.

­ Ser dosificado una vez al día a poder ser, o máximo dos veces.

­ Tener escasa o ninguna interacción con otros fármacos.

­ Tener escasos o ningún efecto secundario, particularmente fototoxicidad, daño hepático o del sistema nervioso central.

 

Moxifloxacino posee todas estas características.

Seguridad y efectos adversos

Se dispone de datos de seguridad de más de 4.900 pacientes que recibieron moxifloxacino en 20 estudios clínicos de fase II y III.

Los resultados demostraron que moxifloxacino es bien tolerado con una incidencia y tipo de efectos adversos secundarios similar a los de los antibióticos de comparación.

Los acontecimientos adversos más frecuentes fueron náuseas, diarrea, cefalgias y mareo. La mayoría de efectos fueron de intensidad leve a moderada y autolimitados.

La incidencia de acontecimientos adversos graves en el conjunto de grupos tratados con moxifloxacino fue similar a la del conjunto de grupos tratados con fármacos de comparación.

Muy raramente han aparecido las siguientes reacciones adversas: hiperglucemia, hiperlipidemia, aumento de la protrombina, alucinaciones, despersonalización, descoordinación, ictericia, vasodilatación, hipotensión, tendinitis y piel seca. *

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