La carrera de Farmacia incluye materias procedentes de ámbitos muy diferentes, de modo que el ejercicio profesional de los farmacéuticos es muy variado y en ocasiones disperso. En cualquier caso, por diferente que sea la modalidad de ejercicio profesional, siempre hay un nexo común, los estudios universitarios, la formación científica y cultural al máximo nivel. Más tarde, cada farmacéutico busca y encuentra su propio camino, a partir de su vocación y de sus prioridades e intereses. Si ejerce en oficina de farmacia, la salida mayoritaria, deberá conciliar el aspecto empresarial con el profesional y encontrar un equilibrio entre ambos que le permita ganarse la vida ofreciendo unos servicios a la comunidad y gestionando su empresa de modo eficiente. Cada uno debe encontrar su propio punto de equilibrio, sin prescindir de los componentes profesionales y sin olvidar los aspectos empresariales y económicos, aunque sin hacer estos últimos tan predominantes que perjudiquen a los aspectos sanitarios y profesionales.
El tercer ámbito que debe atender el farmacéutico es el humanístico y cultural. Su paso por las aulas le ha puesto en contacto con la cultura científica y con los componentes sociales de su profesión. Conoce la historia de la farmacia, la aportación realizada por los farmacéuticos a la salud y a la cultura. Los más sensibles a estos asuntos se esfuerzan por preservar el patrimonio cultural de la farmacia del ayer, por conservar las farmacias antiguas o lo que queda de ellas, para que no desaparezcan. Hay muchos ejemplos, como los museos de varias facultades, la actividad desplegada por la sección de farmacia del Ateneo de Madrid, la institución catalana Fundació Concòrdia o el trabajo de rehabilitación de la farmacia que hubo en el recinto del hospital de la Isla del Rey de Mahón. Los farmacéuticos menorquines están realizando un gran esfuerzo personal y económico para rehabilitar esa farmacia y disponer de sala de exposiciones, museo y jardín medicinal. Es un ejemplo en el que confluyen los tres aspectos básicos de la farmacia: la inquietud profesional, la economía (por el elevado coste del proyecto) y la sensibilidad histórica y cultural de los farmacéuticos que participan activamente en esta loable iniciativa.