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Vol. 22. Núm. 9.
Páginas 12-20 (Octubre 2003)
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III Congreso Nacional de Atención Farmacéutica
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Eugenia Garrido
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Asistentes al congreso miran con interés los pósters expuestos.
En el congreso se debatió sobre la integración de la AF en los distintos niveles asistenciales.
Acto de clausura.
Más de 600 farmacéuticos se inscribieron en el congreso.
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Granada acogió el III Congreso Nacional de Atención Farmacéutica

España se encuentra a la cabeza de Europa en atención farmacéutica, según los expertos

Más de 600 profesionales de toda España participaron en el III Congreso Nacional de Atención Farmacéutica celebrado en Granada los días 18, 19 y 20 de septiembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de esta ciudad andaluza. Un encuentro que con el lema «Hacia la integración a través de los resultados», ponentes y congresistas sentaron las claves para completar la plena incorporación del farmacéutico al equipo sanitario: formación, integración, homogeneización, colaboración y validación de estudios farmacoeconómicos.

Hace más de 12 años que en España se empezó a hablar de la atención farmacéutica (AF). El esfuerzo y el trabajo de los profesionales durante todo este tiempo ha derivado en que nuestro país se encuentre a la cabeza de Europa de esta práctica profesional. Afirmación contundente en la que coincidieron todos los invitados a participar en el acto inaugural de este tercer encuentro nacional. M. José Faus, responsable del Grupo de Investigación de AF de la Universidad de Granada y una de las pioneras de la implantación de esta disciplina en nuestro país, fue la primera en hacerse eco de este hecho y de afirmar que «el proceso de implantación en España es ya imparable». Como muestra: los resultados de las más de 150 experiencias prácticas presentadas durante los 3 días que duró el congreso. Unos trabajos que revelan que las incógnitas acerca de qué es la AF, dónde y cómo debe aplicarse, quién debe hacerlo, cuándo y por qué, están más que despejadas. Ahora los esfuerzos deben encaminarse a convencer con pruebas al resto de los profesionales, Administración y ciudadanos en general sobre los beneficios que sobre la salud y calidad de vida de los pacientes reportan todos los servicios que componen la AF (educación sanitaria, dispensación activa, indicación farmacéutica y seguimiento farmacoterapéutico) para conseguir su generalización.

Asistentes al congreso miran con interés los pósters expuestos.

El congreso analizó qué es lo que está limitando el pleno desarrollo de la AF a pesar de los esfuerzos y el trabajo que ya se ha realizado y que se sigue realizando. Este análisis se llevó a cabo sin perder de vista el fin último de esta práctica profesional: «Incorporar al farmacéutico plenamente en el equipo de salud», según palabras de M. José Faus. Un objetivo que, según subrayó el decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, Fernando Martínez, «necesita de la complicidad de todos». Más aún si se tiene en cuenta que, como apuntó el presidente del COF de Sevilla, Manuel Pérez, «prescindir de la intervención del farmacéutico en el control de la medicación sería incluir un nuevo factor de riesgo a los que ya de por sí se enfrenta el paciente». Por este motivo, «ahora lo que hay que intentar es entusiasmar a toda una profesión sin necesidad de buscar protagonismos entre las distintas corporaciones, sino como un bloque unido», añadió.

La advertencia llegó de la mano del presidente de Pharmaceutical Care España, Joaquim Bonal, quien, aun reconociendo que «se ha avanzado muchísimo y vamos por el buen camino», subrayó que «todavía somos pocos los farmacéuticos que queremos desarrollar una actividad que nos consolide y nos distinga de los comerciantes». Bonal argumentó que «tenemos que ser capaces de fomentar una inquietud entre los que están en su casa y aún no han hecho nada, buscar el modo de conseguir que un 20% de los farmacéuticos comunitarios españoles practiquen AF en su día a día, pues sólo entonces tendremos la batalla ganada».

«Prescindir de la intervención del farmacéutico en el control de la medicación sería incluir un nuevo factor de riesgo a los que ya de por sí se enfrenta el paciente» (Manuel Pérez, presidente del COF de Sevilla)

Formación

Para los participantes en la primera de las mesas redondas celebradas, este triunfo, que pasa inevitablemente por evaluar y validar los resultados obtenidos en los trabajos realizados en AF hasta el momento, precisa de una formación más práctica y multidisciplinaria. Tanto M. José Faus como Joaquim Bonal consideran que la oferta formativa es amplia, especialmente en posgrado; sin embargo, creen que ésta precisa mejoras cualitativas, «pues --según sus propias palabras-- algo está fallando».

«Son muchísimos los farmacéuticos que en los últimos años han pasado por alguno de los másters o cursos impartidos por la universidad, los colegios o las escuelas de salud... Sin embargo, cuando nos ponemos a ver cuántos están implicados en hacer seguimiento farmacoterapéutico este número se reduce considerablemente», afirmó M. José Faus. Para esta experta, «las excusas que muchos ponen para llevar a la práctica el seguimiento farmacoterapéutico se resolverían con la especialidad». Si ésta estuviese desarrollada «nos sentiríamos seguros pues se legalizaría lo que estamos haciendo», apuntó. En esta misma línea, Joaquim Bonal reconoció que «las metodologías docentes son muy diversas y habría que integrarlas buscando la mayor eficiencia y calidad». Para ello, es necesario «un mayor esfuerzo investigador y definir exactamente qué se quiere cambiar, si los contenidos totales o parciales, si los métodos o los procesos de evaluación», señaló.

En el congreso se debatió sobre la integración de la AF en los distintos niveles asistenciales.

Ambos expertos en AF reconocieron que la armonización curricular de los estudios en el espacio europeo se presenta como un momento crucial. Este reconocimiento oficial, junto a la puesta en marcha de cursos específicos para profesionales en ejercicio, compatibles con su trabajo, aumentaría la masa crítica de farmacéuticos asistenciales. A este respecto, Fernando Martínez anunció la puesta en marcha a corto plazo de una cátedra específica en AF; así como el inminente inicio del título de experto universitario en seguimiento farmacoterapéutico de la Universidad de Granada.

Cooperación

La falta de homogeneidad no se da únicamente en el plano formativo, pues como apuntó Borja García de Bikuña, de la Fundación Pharmaceutical Care, son también numerosos los grupos de profesionales que han puesto en marcha distintas iniciativas de AF carentes de cualquier nexo, coordinación o colaboración. La integración de todos estos esfuerzos es otro de los retos que deben conseguirse para poder ganar la batalla de la AF y que ésta deje de verse como una iniciativa individualista circunscrita a un ámbito muy concreto.

«Las reticencias médicas y administrativas disminuyen conforme las intervenciones evidencian su utilidad en beneficio de la salud del paciente» (Mónica Ausejo, presidenta de la SEFAP)

La secretaria general del Consejo General de COF, M. Carmen Peña, quien reconoció la realidad de esta situación, apuntó algunas de las medidas que, «siempre respetando las personalidades particulares», se han iniciado desde la institución que ella representa, precisamente para intentar paliar esta situación. Entre ellas, nombró la puesta en marcha de «un foro de colaboración entre los distintos expertos en AF para encauzar y difundir entre los profesionales las actividades que se realizan, y que el trabajo de una persona sirva de motor para otros». Esta iniciativa se suma a la labor desarrollada por el Foro Farmacéutico de las Américas, la Red Española de Atención Primaria (REAP) o el Departamento de AF en CECOFAR, «creado en 1998 cuando todavía no había consenso en el término y estaba todo el camino por andar», recordó Carlos Sánchez, presidente de esta confederación de cooperativas de distribución. Todas ellas actuaciones que abogan por la coordinación, pues «el desarrollo futuro de la AF precisa de la colaboración y el trabajo conjunto que no neutralice los esfuerzos», añadió Sánchez.

Los conceptos de unión, coordinación, cooperación, comunicación, colaboración e integración cobraron un especial protagonismo en este encuentro, y no sólo referidos a la relación entre los propios profesionales de enfermería, sino también entre éstos y el resto del equipo sanitario.

Equipo multidisciplinario

Es indudable que, como afirmó Manuel Pérez y revelaron los más de 150 trabajos que se presentaron durante los 3 días de congreso, «las actividades conjuntas aportan valor añadido». De ahí la importancia de la integración de los profesionales que realizan AF tanto con los equipos que trabajan en atención primaria como en atención hospitalaria, para potenciar una farmacoterapia racional y eficaz. La presidenta de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), Mónica Ausejo, reconoció que esta integración no sólo mejora los resultados de la farmacoterapia, sino que «las reticencias médicas y administrativas disminuyen gradualmente conforme las intervenciones van evidenciando su utilidad en beneficio de un uso más racional del medicamento y de la salud del paciente». Por ello, Ausejo manifestó su anhelo de una comunicación permanente y normalizada entre todos los niveles, a fin de que «los mensajes que reciben los pacientes de todos los niveles de asistencia sean coincidentes y se consiga una continuidad real de la farmacoterapia».

Sin embargo, según M. Antonia Mangues, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), «los recursos disponibles no permiten intervenir en el cien por cien de los pacientes y hay que priorizar los criterios de intervención». En su opinión, esto «requiere una actualización continua de conocimientos, de ahí la importancia de la formación de especialistas». Actualmente, según esta ponente, «mucha información de farmacia hospitalaria no se transmite a otros niveles porque no se sabe cómo hacerlo». «No hay sinergias entre hospital, primaria y farmacia comunitaria», concluyó.

La solución descrita por Mangues requiere una solución en opinión de los expertos, ya que «solucionar la coordinación entre distintos niveles es un requisito de calidad asistencial», tal como afirmó el Prof. José Martínez, coordinador del Área de Gestión Sanitaria de la Escuela Andaluza de Salud Pública. A este respecto, Alejandro Eguilleor, de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFaC), apuntó que «desde el momento en que la mejora de los tratamientos farmacológicos pasa por una coordinación con el resto de los profesionales sanitarios, los pacientes que reciben el alta hospitalaria deberían recibir un trato especial para conseguir una coordinación con el hospital sobre su historia farmacoterapéutica». Por su parte, la farmacéutica comunitaria, Laura Tuneu, apuntó que esta mayor implicación debe darse también tanto en educación sanitaria como en cribado.

Conclusiones del congreso

• Las instituciones deben contribuir a la coordinación de todos los esfuerzos individuales encaminados a la puesta en práctica de la AF.

• La AF es un concepto integral y por ello debe hacerse allá donde exista un farmacéutico, en lugar de identificarse exclusivamente con la farmacia comunitaria.

• La Universidad tiene que unificar criterios para establecer una formación de pre y posgrado más dirigida a la práctica profesional.

• Es preciso poner en marcha todas las acciones necesarias para conseguir la aprobación oficial de una especialización profesional en AF, de acuerdo con las directrices del Documento de Bolonia.

• Hay que aumentar la masa crítica de farmacéuticos que hagan seguimiento farmacoterapéutico con formación de posgrado eminentemente

práctica y adaptada para que pueda ser seguida por farmacéuticos en ejercicio.

• Es vital promover trabajos de investigación y asistenciales dirigidos a demostrar a la sociedad el valor de la AF para sus salud y bienestar.

• Es urgente buscar fórmulas para que exista una comunicación fluida y normalizada entre todos los niveles asistenciales, para garantizar que el seguimiento de los pacientes sea integral, de modo que la atención a un enfermo hospitalizado continúe sin alteraciones en el ámbito ambulatorio y viceversa.

• El farmacéutico debe estar preparado y dispuesto para solucionar o prevenir problemas de salud pública a petición de organismos e instituciones.

• Los estudios sobre las repercusiones económicas de la AF arrojan resultados que dejan entrever las grandes cantidades de dinero que se podrían invertir en otros aspectos sanitarios gracias al impacto de la prevención, detección y resolución de problemas relacionados con los medicamentos (PRM), especialmente los evitables.

• Hace falta unificar metodologías para que las investigaciones farmacoeconómicas arrojen resultados más fiables y puedan ser fácilmente comparables entre sí.

Acto de clausura.

Repercusiones económicas

A pesar de los buenos resultados, de los avances que se están logrando y de los nuevos frentes que se están abriendo para ganar la batalla de la AF, hoy por hoy parece que sólo las repercusiones económicas sirven de aval para apoyar o rechazar iniciativas. Conscientes de esta realidad, se trató de poner sobre la mesa cuáles han sido las repercusiones económicas de la AF. Y ésta parece que ha sido la asignatura que mayores lagunas presenta, pues aunque los resultados obtenidos en los estudios farmacoeconómicos llevados a cabo son positivos en cuanto a los beneficios de esta disciplina, «las intervenciones de AF están pobremente definidas en algunas áreas, existe poca evaluación de los costes y de los resultados finales de los pacientes, y no existe una metodología única para el análisis», según Laura Cabiedes, profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo. Opinión compartida por Jesús Martín, profesor de Economía Aplicada de la Unive rsidad de Granada, quien apuntó que el hecho de que la mayoría de los estudios económicos sobre AF presenten limitaciones en su metodología y no empleen todos las mismas variables (unos analizan los costes ahorrados, otros los costes evitables, etc.) «impide establecer comparaciones y llegar a conclusiones determinantes y globales sobre la eficiencia o efectividad de los programas».

A estas deficiencias, ratificadas por Isabel Baena, responsable del Programa de Uso Racional del Medicamento del Hospital Universitario San Cecilio (Granada), se suma la de que la mayoría de los estudios se limita a periodos muy cortos. Para Charles Benrimoj, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sydney (Australia), mientras esto siga, será muy difícil que la Administración preste atención a las demandas de remuneración por la AF. Este experto afirmó que «la aportación de datos clínicos y económicos que sustenten la eficacia de estos servicios es una cuestión clave para conseguir que sean finalmente remunerados».

Más de 600 farmacéuticos se inscribieron en el congreso.

Se crea la primera cátedra en atención farmacéutica

Fruto de la colaboración entre la Facultad de Farmacia de Granada y Sandoz Farmacéutica (antes Laboratorios Géminis), se presentó en el congreso la Cátedra Universidad de Granada-Sandoz de Docencia e Investigación en Atención Farmacéutica, una iniciativa pionera en España que quiere fomentar la formación y la investigación en AF entre los farmacéuticos comunitarios. La convocatoria de becas para la realización de estudios de investigación en AF, la edición de la revista Seguimiento Farmacoterapéutico y la creación del primer portal de AF (www.farmacare.com) son algunas de las principales acciones de la cátedra. Asimismo, favorecerá la realización de tesis doctorales entre farmacéuticos comunitarios en el campo de la AF, contribuirá a la creación de una base de conocimiento sobre esta disciplina, desarrollará programas de auditoría, actualizará las prácticas de AF en farmacias y pondrá en marcha protocolos para la validación de la calidad de los servicios profesionales incluidos en la AF.

Futuro

De cara al futuro, el presidente del COF de Granada, Manuel Fuentes, apuntó que «la farmacia de hoy no puede estancarse por detrás de lo que pide la sociedad». «Hay que elevar el concepto de AF hasta sus últimas consecuencias, las oficinas de farmacia deben evolucionar hacia centros que no solamente ofrezcan productos cien por cien sanitarios, sino servicios de salud», apuntó. Para este representante colegial, no cabe duda de que «dar un impulso a la AF es tanto como darlo al futuro de la profesión», pues «la farmacia ya no es lo que era antes, pero todavía no es lo que debería ser». Fuentes alentó a los profesionales a «no tener miedo a asumir la responsabilidad de desarrollar ampliamente la AF, porque la madurez de la farmacia, el actual sistema sanitario, la preparación académica de los boticarios y sus óptimos resultados invitan a afrontar el futuro con ilusión».

«Las oficinas de farmacia deben evolucionar hacia centros que no solamente ofrezcan productos cien por cien sanitarios, sino servicios de salud» (Manuel Fuentes, presidente del COF de Granada)

Como recordó en la sesión de clausura el presidente del Consejo General de COF, Pedro Capilla, actualmente «se tienen las herramientas efectivas para hacer AF y ésta está al alcance de todos los farmacéuticos que quieran contagiarse de esta inquietud y trabajar decididamente para integrarse en el equipo multidisciplinario de salud y consolidar el futuro de la farmacia». «No estamos ya en tiempo de decir 'vamos a hacer', sino de hacer», concluyó Capilla.

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