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Vol. 25. Núm. 10.
Páginas 122-124 (Noviembre 2006)
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Esquizofrenia. Tratamiento con antipsicóticos atípicos
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Marián Carretero Colomer
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TABLA 1. PRINCIPALES ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS DE USO CLÍNICO
TABLA 2. ANOMALÍAS METABÓLICAS CAUSADAS POR EL USO DE ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS
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La esquizofrenia (del griego schizo, «división», y phrenos, «mente») es una de las enfermedades mentales más debilitantes y desconcertantes. Comprende una serie de trastornos basados en distorsión en los pensamientos y en la percepción. Crea confusión y discontinuidad en el pensamiento. La realidad se distorsiona y se tienen falsas percepciones. Hay períodos asintomáticos de la enfermedad y recaídas por períodos inciertos. La atención médica debe ser continua. Aunque de momento no hay cura para la esquizofrenia, el uso de antipsicóticos atípicos ha mejorado considerablemente la vida de los pacientes esquizofrénicos.

La esquizofrenia no es un trastorno de personalidad «doble» o múltiple, es una enfermedad cerebral persistente crónica y una de las enfermedades mentales más graves. Se da en todas las culturas y afecta aproximadamente a una de cada 100 personas en todo el mundo. La esquizofrenia interfiere en la capacidad de la persona para pensar con claridad, controlar emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás. Esta enfermedad tiende a manifestarse al principio de la madurez y se caracteriza por síntomas positivos, como alucinaciones, delirios y paranoia, así como por síntomas negativos, como retracción y monotonía emocional. A pesar de que no hay cura para la esquizofrenia, es una enfermedad tratable.

Hay indicios de descripción de la enfermedad en tiempos remotos, aunque la nomenclatura y descripción empleadas difieran a través de los diferentes estudios llevados a cabo por médicos, psicólogos, filósofos y sacerdotes de todos los tiempos.

Ya en el año de 1.400 A.C. en el Ayurveda, de la antigua India, se describe una condición que podría corresponder a la actual esquizofrenia y para la que se recomendaba «meditación» y «técnicas de encantamiento» para su tratamiento.

Síntomas

Los primeros síntomas de la esquizofrenia generalmente son cambios peculiares del comportamiento que pueden crear un gran desconcierto en los familiares del enfermo. La presencia de estos síntomas es especialmente chocante, ya que el cambio puede ser repentino. La aparición súbita de síntomas psicóticos se conoce como la fase «aguda» de la esquizofrenia. La psicosis, un estado común en la esquizofrenia, representa un deterioro mental marcado. Las alucinaciones, como oír voces que no son reales, son un trastorno de la percepción muy común. También son comunes los delirios, es decir, desarrollar creencias falsas que surgen como consecuencia de la incapacidad para distinguir lo real de lo imaginario. Otro síntoma menos obvio es el aislamiento social, evitar el contacto con familiares, amigos y otras personas. Este aislamiento puede presentarse antes, al mismo tiempo, o después de los síntomas psicóticos.

Los síntomas se dividen en dos grupos: positivos y negativos.

Síntomas positivos

Tienen su origen en un exceso o distorsión de las funciones normales, como:

* Alucinaciones. Percepciones inexistentes que pueden ser auditivas, visuales, táctiles, olfativas o gustativas.

* Ideas delirantes. Alteraciones del pensamiento, ideas falsas e irreductibles al razonamiento argumental.

* Lenguaje desorganizado e incoherente. Suelen ser ideas de persecución, de grandeza, religiosas, de celos e hipocondría.

* Comportamiento gravemente desorganizado o catatónico. Con agitación, incapacidad de organizarse y de mantener la higiene personal en el caso del primero y disminución de la actividad psíquica y motora, hasta llegar a una falta total de atención y rigidez, en el caso del segundo.

Síntomas negativos

Reflejan una disminución o pérdida de las funciones normales. Son los siguientes:

* Embotamiento afectivo. Falta de reacción ante estímulos emocionales.

* Alogia. Pobreza del habla.

* Abulia o apatía. Falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una actividad.

* Anhedonia. Incapacidad para disfrutar de los placeres.

Los síntomas negativos alteran significativamente la vida del paciente, que acaba aislado de la sociedad.

Tratamiento

El tratamiento de la esquizofrenia debe realizarse simultáneamente en los tres niveles de prevención que se han establecido para todas las enfermedades, y que consiste en:

* Eliminar los síntomas una vez que se han presentado.

* Prevenir la aparición de nuevas crisis.

* Rehabilitar al paciente para favorecer un mejor funcionamiento global.

Para evaluar los resultados de un tratamiento se deben observar los siguientes parámetros: mejoría de los síntomas, aumento del rendimiento laboral, aumento del funcionamiento social, frecuencia de rehospitalizaciones, duración de los internamientos y disminución de la dependencia a otras personas para poder realizar la vida normal.

En el tratamiento farmacológico, los medicamentos antipsicóticos utilizados son los neurolépticos (haloperidol, largacil, meleril, etc.), muy efectivos en el tratamiento de la esquizofrenia, pero que poseen importantes efectos secundarios, como temblores, rigidez, inquietud interna, sudor e incluso convulsiones. También produce efectos indeseables no neurológicos, como ictericia (coloración amarillenta de la piel), fiebre alta, anemia aplásica, hipersensibilidad dérmica, hipotensión, incremento de peso y, en casos extremos, «síndrome neuroléptico maligno» que puede llevar a la muerte. Los neurolépticos aparecieron en los años cincuenta, y actualmente hay nuevas formas de presentación que reducen los efectos secundarios, como es el caso de clizamina o risperidona.

Los medicamentos antipsicóticos están disponibles desde mediados de la década de los años cincuenta. Su aparición ha mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes, ya que reducen los síntomas psicóticos y generalmente permiten que el paciente lleve una vida normal. Los medicamentos antipsicóticos son el mejor tratamiento disponible actualmente, pero no curan la esquizofrenia ni garantizan que no se produzcan otros episodios psicóticos en el futuro.

La mayoría de pacientes con esquizofrenia mejoran de manera significativa cuando reciben tratamiento con medicamentos antipsicóticos. Sin embargo hay excepciones, y los medicamentos no son efectivos para todos.

A partir de 1990 se dispone de una serie de medicamentos antipsicóticos nuevos llamados medicamentos «antipsicóticos atípicos». El primero de ellos, la clozapina, ha demostrado ser más eficaz que los otros antipsicóticos, aunque puede causar efectos secundarios graves, principalmente agranulocitosis, que requiere análisis de sangre cada una o dos semanas para controlar los glóbulos del paciente. Los nuevos medicamentos antipsicóticos, com risperidona, olanzapina, ziprasidona y aripiprazol, son más seguros que los medicamentos antiguos o la clozapina, y se toleran mejor.

Los medicamentos antipsicóticos generalmente son muy eficaces en el tratamiento de algunos síntomas de la esquizofrenia, especialmente en las alucinaciones y los delirios y algo menos en la falta de motivación y de expresividad emocional.

También se siguen terapias electroconvulsivas en pacientes catatónicos o que no pueden tomar medicación antipsicótica.

La terapia de grupo o familiar suele ser muy beneficiosa. Las intervenciones psicosociales refuerzan la capacidad de la persona para enfrentarse al estrés o adaptarse a los efectos de la enfermedad.

Los medicamentos antipsicóticos son el mejor tratamiento disponible actualmente, pero no curan la esquizofrenia ni garantizan que no se produzcan otros episodios psicóticos en el futuro

Aripiprazol

El aripiprazol ofrece una nueva opción eficaz para miles de personas afectadas por la esquizofrenia. Proporciona eficacia a corto y largo plazo, controla los síntomas de la esquizofrenia y se favorece el perfil de seguridad y tolerabilidad. Aripiprazol es el primer estabilizador del sistema dopaminérgico usado para tratar la esquizofrenia, y la hipótesis más extendida es que su mecanismo de acción es diferente del resto de los antipsicóticos. Debido a su mecanismo de acción único, aripiprazol reduce la actividad de la dopamina en las regiones celulares donde los receptores D2 están sobreestimulados en las zonas en las que los receptores no tienen la suficiente estimulación, estabilizando de este modo la dopamina en determinadas áreas del cerebro.

El perfil farmacológico único del aripiprazol significa que aporta eficacia junto a un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable, lo que favorece la adherencia de los pacientes al tratamiento y contribuye en la reducción de las recaídas y las hospitalizaciones.

Aripiprazol ha demostrado que no produce aumento de peso y provoca menos efectos sedantes y trastornos del movimiento, así como una menor incidencia del síndrome metabólico que hace que los pacientes con esquizofrenia corran el riesgo de tener ataques cardíacos y diabetes.

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