Ictus
El tejido cerebral es especialmente sensible a la falta de oxígeno, ya que en pocos minutos se produce la muerte de las neuronas. Cuando falta aporte sanguíneo, con la consiguiente deficiencia de oxígeno y de nutrientes, se produce un ictus isquémico, aunque son muchos los términos que se utilizan con un significado similar: infarto cerebral, trombosis cerebral, embolia cerebral o isquemia cerebral.
Cuando la enfermedad se produce a causa de la rotura de una arteria o vena, con salida de sangre al tejido normal, se trata de un ictus hemorrágico, que también se denomina hemorragia cerebral o derrame.
Con cierta frecuencia se define el ictus según su duración:
Ictus isquémico transitorio. La clínica del paciente dura menos de 24 h, habitualmente unos minutos. Es muy importante reconocer estos episodios y recibir atención médica urgente, ya que hay el riesgo de presentar un ictus más grave.
Ictus isquémico establecido. La clínica dura más de 24 h y no se modifica con el transcurso del tiempo.
Ictus progresivo. La clínica empeora, bien porque aumenta o porque aparecen nuevos síntomas. Esto indicaría un aumento de tejido con alteración de la función.
Recomendaciones para evitar el insomnio
• Dormir las horas necesarias para despertar con una sensación de descanso y estado de alerta.
• Seguir horarios regulares para acostarse y levantarse.
• No dormir durante el día. Si se hace una siesta, no debe prolongarse más de unos minutos.
• Utilizar ropa y cama cómodas.
• El dormitorio debe ser una habitación tranquila, con una temperatura templada y en la que no haya un sin exceso de luz. Los ruidos fuertes ocasionales alteran el sueño.
• Evitar el consumo de estimulantes como el café, el té, colas y chocolate, así como el consumo de tabaco.
• El alcohol produce somnolencia, pero genera un sueño fragmentado.
• Llevar a cabo actividades relajantes antes de acostarse, como baños calientes, escuchar música suave, leer un libro, etc. Evitar el trabajo, discusiones familiares, etc.
• Practicar ejercicio físico moderado.
• No es aconsejable acostarse inmediatamente después de la cena.
• Evitar la ingesta excesiva de líquidos por la noche.
• Un vaso de leche caliente o una infusión sedante pueden ayudar a conciliar el sueño.
• Utilizar la cama para dormir, no para estudiar, ver la televisión o hablar por teléfono.
• No hay que preocuparse por las horas que se duerme: a veces se pueden desarrollar las actividades cotidianas con un número de horas sorprendentemente pequeño.
• No automedicarse.
Síntomas del intestino irritable
• El intestino se mueve demasiado rápido y produce espasmos.
• Las fibras musculares del intestino se contraen con intensidad, por lo que se produce dolor, que es el síntoma predominante.
• El dolor abdominal suele aparecer con espasmos no muy intensos y las personas que lo tienen se quejan de que sienten el vientre hinchado.
• Se alternan los episodios de diarrea con los de estreñimiento. (Las heces a menudo están recubiertas de moco).
• Las personas que tienen este síndrome no presentan fiebre, cansancio, sangre en las heces ni anemia.
• Los síntomas extraintestinales son: trastornos del sueño, cefaleas, debilidad, taquicardia y desarreglos menstruales.
• La pauta de presentación varía mucho de unos individuos a otros, pero, en general, los episodios suelen coincidir con períodos de estrés y ansiedad o sobrecarga de trabajo.