Ampollas
Como consecuencia de un calzado inadecuado o de un largo paseo, pueden aparecer ampollas muy dolorosas en diferentes partes de los pies. Normalmente aparecen en los dedos o en los talones. La superficie de la piel, recalentada por el frotamiento del cuero u otros materiales, se inflama, formando una pequeña cavidad que se llena de un líquido seroso producido por la epidermis.
La única precaución que debe tomarse es evitar la infección. Es importante no arrancar la piel que forma la ampolla. Se pasará una aguja, desinfectada en una llama, y un hilo por el cual fluirá el líquido seroso de la ampolla. Luego se untará con una pomada antiséptica. De esta forma, las ampollas se curarán sin problemas.
Aneurisma
Un aneurisma es una dilatación que forma una pequeña burbuja en la pared de un vaso sanguíneo, vena o arteria. Los más frecuentes se localizan en la aorta o en la red sanguínea de la cabeza. El peligro está en que el aneurisma aumente de tamaño hasta romperse. Lo que significa en la mayoría de las ocasiones la muerte instantánea. Muchas veces lo que ocurre es una simple fisura, por lo que la situación es similar al accidente cerebrovascular. En ese caso, se avisará a los servicios de urgencia. Mientras éstos llegan, se pondrá al afectado en la posición lateral de seguridad, se vigilará su respiración y el pulso, y se tapará para que no se enfríe. No hay que darle nada de beber, ni siquiera un simple vaso de agua.
Crisis aguda de asma en el niño
Si el niño es asmático o pertenece a una familia de asmáticos, el diagnóstico es fácil. Pero si la crisis se produce por primera vez, el diagnóstico es más difícil, sobre todo en los menores de 4 años, pues los síntomas son muy similares a los de una bronquitis o una laringitis aguda.
Una vez diagnosticado el asma, hay que valorar su gravedad. El buen estado del niño puede tranquilizar a quienes le rodean, hasta el punto de hacer subestimar la gravedad del cuadro, existiendo la posibilidad de un agravamiento brusco.
Si se trata de una crisis aguda de asma, hay que evitar el traslado. Las dificultades respiratorias pueden verse incrementadas por trastornos relacionados con la taquicardia. En ese caso, hay que llamar inmediatamente a un médico o a los servicios de urgencias. Mientras se espera al médico, hay que desabrochar la ropa del niño y hacerle indicaciones para que respire lo más relajadamente posible por la nariz, con la boca cerrada.
Lesión medular
La lesión medular implica siempre una lesión traumática en la estructura musculosquelética, ósea y en los ligamentos.
Existe pérdida de sensibilidad y/o sensación de hormigueo, así como imposibilidad o limitación del movimiento (parálisis o paresia) de las extremidades inferiores (paraplejia) o de las inferiores y las superiores (tetraplejia).
Si al intentar el movimiento se acentúa el dolor, hay que pensar en la existencia de una lesión.
Se presenta también la incontinencia de esfínteres, además de dificultad respiratoria como consecuencia de que no funcionan los músculos torácicos, realizándose la respiración con el diafragma.
Hay que evitar el movimiento. Si el afectado está consciente, hay que indicarle que no se mueva. Por último, hay que controlar los signos vitales: respiración y pulso.
En caso que sea necesario, hay que colocar al afectado en decúbito supino para practicar maniobras de soporte vital básico. Se debe proteger el eje cabeza-cuello-tronco y mantenerlo alineado.
Síndrome de abstinencia de alcohol
La abstinencia común de alcohol aparece al cabo de 6-8 horas después de la supresión de su consumo, y desaparece al cabo de 48 horas.
Los principales síntomas del síndrome de abstinencia del alcohol son:
Temblores, sobre todo en la lengua, los labios y las manos.
Ansiedad.
Cansancio y depresión leve.
Insomnio.
Sudores.
Vómitos.
Diarreas.
Inquietud psicomotriz.