El progresivo incremento de la prevalencia de la resistencia a la insulina y de la diabetes tipo 2, debido principalmente al aumento de la tasa de obesidad e inactividad física, así como a la excesiva ingesta calórica y de grasas saturadas, motiva que la morbimortalidad cardiovascular sea un fenómeno que se observa con mayor frecuencia en la actualidad.
Su manejo óptimo no exige únicamente un adecuado control de la glucemia, sino también un perfecto ajuste a los valores normales de la totalidad de los factores de riesgo cardiovascular. Además, está totalmente comprobado que, ante determinados eventos cardiovasculares, la administración de ciertos fármacos reduce la morbimortalidad del individuo.
Por último, las medidas de prevención, especialmente las primarias, se han manifestado como las intervenciones más eficaces en la lucha frente a esta «epidemia» mundial que representa la patología cardiovascular. Es por ello que se han desarrollado, en muchos países, diversas recomendaciones acerca de su prevención.
Situación actual
En los capítulos anteriores se ha ido ofreciendo una visión global de la importancia, tanto cualitativa como cuantitativa, que tiene el riesgo cardiovascular en los pacientes que acuden a la farmacia comunitaria en cualquier país desarrollado, indicando que el farmacéutico se halla en una posición idónea para colaborar muy estrechamente en este problema y así contribuir significativamente a su reducción.
Se ha insistido en la extraordinaria importancia del manejo total de todos los factores de riesgo asociados a cada paciente como único camino para disminuir la morbimortalidad cardiovascular y, por tanto, su riesgo. A pesar de ello, el control óptimo de los factores de riesgo cardiovascular es casi la excepción que se halla en cualquier cohorte identificada principalmente por alguno de los factores, como se sigue observando en los estudios más recientemente publicados tanto a nivel internacional1 como nacional2.
Se ha comentado la notable reducción de la morbimortalidad ante determinadas patologías, como insuficiencia cardíaca congestiva, infarto agudo de miocardio o ACVA, que se produce mediante la administración de IECA, bloquadores beta o antiagregantes. No obstante, un recientísimo estudio3 muestra, una vez más, que esas terapias son infrautilizadas, especialmente en los pacientes de mayor riesgo.
Finalmente, existen documentos que deben permanecer entre los más importantes que han de figurar en la farmacia, para su consulta y seguimiento constante (tabla 1), pues sigue siendo una constante que, aunque numerosos grupos de trabajo, nacionales e internacionales, actualizan constantemente las recomendaciones de manejo de los factores de riesgo cardiovascular, éstas no son seguidas adecuadamente, motivo por el cual la situación sobre el riesgo cardiovascular en España es claramente mejorable4.
Recomendaciones en prevención cardiovascular
La intervención tipo más efectiva es la preventiva, motivo por el que numerosas organizaciones han desarrollado guías o recomendaciones, exponiendo las pautas de actuación que han demostrado estar dotadas de la mayor eficacia.
A nivel global, la International Atherosclerosis Society ha elaborado unas recomendaciones sobre prevención cardiovascular21 para reducir el riesgo de la patología que origina la mayor mortalidad en el mundo desarrollado.
En Estados Unidos, la American Heart Association ha desarrollado guías de una gran repercusión internacional sobre la prevención cardiovascular primaria22 y secundaria23, así como unas recomendaciones específicas para la mujer sobre prevención cardiovascular24, tomando muy en consideración los recientes hallazgos acerca de la repercusión de la terapia hormonal de sustitución.
En Europa, la Task Force europea y otras sociedades científicas de prevención cardiovascular han elaborado el último informe con sus recomendaciones para la prevención de la patología cardiovascular en general25. Las bases sobre las que se sustentan esas recomendaciones son:
* La patología cardiovascular es la causa principal de muerte prematura en muchos países europeos, es también una fuente de discapacidad y contribuye ampliamente a un incremento en los costes del cuidado de la salud.
* La patología subyacente es usualmente aterosclerosis, que se desarrolla de forma insidiosa y progresiva durante muchos años antes de que se manifiesten los síntomas.
* La muerte, el infarto de miocardio y el ACVA ocurren habitualmente de forma súbita y antes de que se pueda instaurar un cuidado médico, por lo que muchas intervenciones terapéuticas son entonces inaplicables.
* La incidencia de la patología cardiovascular se correlaciona estrechamente con el estilo de vida y con los factores fisiológicos modificables.
* Las modificaciones de los factores de riesgo han mostrado una reducción de la morbimortalidad de forma inequívoca.
Finalmente, en España, la Sociedad Española de Arteriosclerosis, la Sociedad Española de Medicina Interna y la Liga de la Lucha contra la Hipertensión han desarrollado unas recomendaciones centradas en la prevención primaria26 con el fin de divulgar los conocimientos adquiridos y concienciar a los responsables del primer escalón de la asistencia primaria, que si bien van dirigidas al médico general, son de perfecta aplicación para los farmacéuticos. El grupo de trabajo de prevención cardiovascular del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) ha publicado unas recomendaciones preventivas cardiovasculares tanto a nivel primario como secundario27 y también de aplicación en la atención primaria. Y muy recientemente, recogiendo el consejo de la OMS y de la Unión Europea acerca de la adopción de estrategias nacionales de prevención cardiovascular, España ha adoptado las recomendaciones europeas, realizando algunas variaciones significativas para adaptarla a nuestro entorno28:
* Antes de hacer en personas jóvenes con varios factores de riesgo una extrapolación del riesgo a los 60 años, se debe hacer énfasis en el consejo sobre cambio de estilo de vida.
* En personas asintomáticas, el nivel máximo de colesterol y cLDL será de 200 y 130 mg/dl, respectivamente.
* En personas asintomáticas con riesgo alto, los valores anteriores serán el umbral de tratamiento farmacológico.
* El consejo firme profesional para que cese el hábito tabáquico es el factor más importante.
* Se incluye un anexo sobre recomendaciones dietéticas propias de nuestro entorno.
Conclusión final
El farmacéutico tiene ante sí un gran reto: intervenir profesionalmente con el objetivo de reducir el riesgo cardiovascular tanto a nivel individual como social. Las actuaciones de carácter preventivo, guiadas a través de las recomendaciones existentes, son un camino excepcional para involucrarse en este apasionante y actual tema de salud.
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Consultora cientÍfica