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Vol. 22. Núm. 7.
Páginas 60-66 (Julio 2003)
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Cuidados dermofarmacéuticos en la edad adulta
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Isabel Fustero, Beatriz Alvira
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Fig. 1. Sección de la piel.
Fig. 2. Diferencias entre la piel joven y la piel envejecida.
Tabla 1. Aceites de origen vegetal más usados en dermofarmacia
Tabla 2. Extractos glicólicos vegetales y sus propiedades
Tabla 3. Ingredientes de los productos para cubrir las canas
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El hecho de que la esperanza de vida en las sociedades desarrolladas haya aumentado considerablemente no debe implicar resignación ante el paso del tiempo. Es por ello que continuamente tantos laboratorios cosméticos y farmacéuticos desarrollan productos dermocosméticos que ayudan a retrasar los efectos visibles de la edad. Desde la oficina de farmacia puede hacerse mucho aconsejando el cosmético y los cuidados adecuados para paliar, en la medida de lo posible, estos problemas.

Nuestro organismo se deteriora gradualmente, pero es en la piel y anejos cutáneos donde mejor se evidencia el paso de los años. Desde el punto de vista etiológico podemos distinguir dos tipos de envejecimiento:

­ Endógeno. Está marcado de forma innata por parámetros genéticos (ADN) y biológicos debido al paso de los años (la regeneración celular se hace más lenta, pues de 4 semanas se pasa a 8).

­ Exógeno. Aquel sobre el cual el propio ser humano y su entorno pueden influir. Este envejecimiento es debido a factores tan conocidos como el clima, rayos solares (la radiación UV causante del denominado fotoenvejecimiento), el tabaco, el estrés, la polución, las inclemencias meteorológicas, la pérdida de peso o los hábitos higiénicos.

Si a todos estos factores anteriormente citados unimos el hecho de que actualmente existe una búsqueda constante del bienestar físico y psíquico de los seres humanos en la sociedad actual (mayor longevidad unida a una mayor calidad de vida), el farmacéutico, como profesional sanitario, debe conocer cuáles son los cuidados dermocosméticos a los que se tiene que someter una piel adulta.

A continuación vamos a detallar cuáles son los efectos del paso del tiempo en la piel, el cabello y las uñas, teniendo en cuenta los cambios anatómicos y fisiológicos que presentan, para dar a continuación un repaso a aquellos productos dermocosméticos que existen actualmente y que nos ofrecen la posibilidad de retrasar y mejorar el envejecimiento cutáneo.

La dermis es la responsable de la consistencia de la piel de forma que los defectos de su estructura se manifiestan a través del aspecto de la piel (arrugas, estrías)

Piel

La piel es el órgano que envuelve todo nuestro cuerpo protegiéndonos del exterior y que posee importantes funciones fisiológicas (termorreguladora, energética, sensorial) y también psicológicas. Se divide en tres capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis (fig. 1).

Fig. 1. Sección de la piel.

Epidermis

Es la capa más superficial y la más delgada. Está formada, a su vez, por otras 4 capas. Las células más abundantes de la epidermis reciben el nombre de queratinocitos y experimentan un proceso de migración desde la capa más interna (la capa basal que es la más fina) hacia la capa más externa (la capa córnea). Durante la migración, los queratinocitos presentan un proceso de diferenciación que da lugar a las cuatro capas que forman la epidermis.

Además de los queratinocitos, la epidermis cuenta con otros tres tipos de células: los melanocitos, que se hallan entrelazados con los queratinocitos de la capa basal; las células de Langerhans, producidas en la médula ósea y que constituyen la primera barrera de defensa inmunitaria, y los corneocitos.

En la piel senil, los cambios más importantes que se observan son los siguientes:

­ Disminución del número de melanocitos, si éstos son los responsables de la pigmentación podemos explicar fácilmente los defectos en la pigmentación.

­ Disminución de las células de Langerhans facilitando la aparición de diversas patologías cutáneas (fibromas, melanomas, epiteliomas) y retardando la resolución de infecciones.

­ Disminución de la capacidad mitótica de las células, generando una disminución de la velocidad de renovación epidérmica y de la capacidad para reparar las lesiones.

­ Disminución del factor hidratante natural y de los triglicéridos y esteroles, lo que produce una reducción y compactación del estrato córneo.

Dermis

Es un tejido conjuntivo formado por células y una matriz extracelular que sintetizan ellas mismas. La dermis es la responsable de la consistencia de la piel de forma que los defectos de su estructura se manifiestan a través del aspecto de la piel (arrugas, estrías).

Destacan dos tipos de células en la dermis. Las más abundantes son los fibroblastos. Se trata de células fijas que sintetizan la matriz extracelular, constituida por macromoléculas higroscópicas (glucosaminglucanos, proteoglucanos) y por fibras de colágeno y de elastina. El grupo menos numeroso de células de la dermis está constituido por células móviles encargadas de la defensa del organismo (macrófagos, linfocitos, granulocitos). La dermis es un gran reservorio de agua (contiene el 20% de todo el organismo). Una pequeña parte de este agua (100 ml/día) puede atravesar la epidermis y evaporarse. El resto se halla ligado a las macromoléculas de la matriz extracelular. La circulación cutánea se encuentra exclusivamente en la dermis y desempeña un papel importante en la termorregulación y en el equilibrio de la presión arterial.

En lo que respecta a la dermis, los cambios debidos al envejecimiento son los siguientes:

­ Pérdida de la elasticidad, debido a la disminución de la producción de elastina y los cambios en la estructura de la elastina, debidos principalmente a la acción del sol.

­ Reducción del número de capilares sanguíneos, lo que implica la atrofia, la disminución de la tolerancia a los cambios de temperatura y la incapacidad de respuesta frente a diversos estímulos.

­ Reducción del espesor dérmico.

La conjunción de estas tres características genera la aparición de las arrugas.

Hipodermis

Está constituida por tejido adiposo, que es una variedad de tejido conjuntivo. Las células predominantes en la hipodermis son los adipocitos, cuyo contenido está formado casi exclusivamente por una vacuola de grasa.

La función principal de la hipodermis es la de reserva energética. También constituye un colchón protector de los órganos internos frente a los golpes y un manto aislante frente a la temperatura exterior.

Con la edad se observa una disminución del número y volumen de adipocitos y una deficiente vascularización, lo que provoca la llamada flacidez de las pieles maduras.

En resumen, la piel envejecida se caracteriza porque aparece seca y rugosa al tacto, con arrugas, sin elasticidad y con problemas de pigmentación, cicatrización y termorregulación (fig. 2).

Fig. 2. Diferencias entre la piel joven y la piel envejecida.

La piel envejecida se caracteriza porque aparece seca y rugosa al tacto, con arrugas, sin elasticidad y con problemas de pigmentación, cicatrización y termorregulación

Cabello

La función principal del cabello es la protección de la radiación solar, pero para el género humano constituye un elemento de gran importancia social y psicológica. Las manifestaciones capilares más clásicas del envejecimiento son la aparición de canas y la calvicie. Otras manifestaciones no tan evidentes son el adelgazamiento del pelo y la fragilidad capilar.

Uñas

Las uñas son anexos cutáneos formados por queratina dura cuya función es la protección de las extremidades distales de los dedos de manos y pies. La manifestación más característica del envejecimiento es la pérdida de grosor. También son frecuentes las estriaciones longitudinales, la pérdida de brillo o el agrietamiento. En general, se hacen más frágiles.

Productos para la higiene facial

Ahora que ya conocemos los efectos del paso del tiempo sobre la piel, veamos qué fórmulas dermocosméticas se pueden usar para cuidarla y así retrasar su envejecimiento.

Todo preparado cosmético debe ser aplicado sobre una piel limpia para que actúe correctamente, por tanto, empezaremos hablando de los productos utilizados para tal fin.

En esencia, los productos usados en la higiene facial actúan del siguiente modo para eliminar las impurezas de la piel:

­ Solubilizan las impurezas insolubles.

­ Dispersan o emulsionan las impurezas liposolubles e insolubles.

Estos productos, además, deben reunir las siguientes características:

­ Ser afines a los diferentes tipos de piel (seca, normal, grasa, mixta, acneica).

­ No deben irritar ni sensibilizar.

­ Deben ser capaces de eliminar las impurezas de la piel sin retirar los lípidos que la protegen.

Agua

Efectivo para eliminar impurezas hidrosolubles (sudor, células córneas de descamación y otras sustancias hidrosolubles). No elimina las impurezas liposolubles (restos de maquillaje, grasa, pigmentos).

Jabones y geles

Por sus propiedades detergentes, forman emulsiones y dispersiones que ayudan al agua a arrastrar la mayoría de las impurezas, complementando la acción limpiadora del agua. No obstante, y debido a la naturaleza alcalina de la solución formada por el agua y el jabón, su uso sólo se recomienda en la limpieza de pieles grasas o normales.

Detergentes sintéticos o syndets

Se trata de panes o productos líquidos que se utilizan igual que los jabones, pero sin serlo. Son tensioactivos con un pH similar al fisiológico de la piel (pH 5,5) cuando están en solución, por tanto, pueden utilizarse diariamente.

Emulsiones limpiadoras o desmaquilladores

Gracias a la fase oleosa pueden disolver la película grasa (que es donde se hallan las impurezas que ensucian la piel). Al ser retiradas, dejan la piel suave y flexible. Entre ellas se encuentran las siguientes:

­ Cold cream. De fase externa oleosa con un alto contenido en grasa.

­ Emulsiones. La menor proporción de fase externa oleosa y mayor de acuosa favorece la aplicación y eliminación. La adición de emulgentes no iónicos hace que estas emulsiones sean mejor toleradas.

­ Lociones y cremas limpiadoras. Suelen ser de fase externa acuosa, por tanto, no sólo limpian el cutis sino que además preservan la película hidrolipídica que protege la piel. Son fáciles de eliminar y no dejan sensación grasa en la piel. Podemos encontrar emulsiones de estearato de trietanolamina o de potasio y no iónicas. La mayoría, aparte de bases detergentes aniónicas o no iónicas, llevan en su formulación aceites y extractos vegetales, sustancias humectantes y sustancias activas como antioxidantes y vitaminas. Con todo ello, a la vez que limpian, hidratan, refrescan y protegen la piel.

Geles limpiadores

La sensación de frescor que dejan en la piel tras su uso se debe a los polímeros que confieren la textura al gel. No contienen ingredientes grasos, por tanto, son ideales para la higiene diaria de las pieles afectadas por acné y seborrea. Para este tipo de pieles se recomienda usar el gel 2 veces al día y retirarlo con abundante agua. Los geles pueden, a veces, contener componentes alcohólicos. Es por ello que, en este caso, se recomienda su uso para la higiene de las pieles más grasas.

Los tónicos se usan tras retirar las emulsiones, cremas, lociones o geles limpiadores a fin de completar la limpieza del cutis, refrescar la piel y mejorar el tono muscular y su microcirculación periférica

Toallitas desmaquilladoras

Se trata de tejidos capaces de retener productos desmaquillantes. De fácil uso, debido al modo de aplicación, permiten una suave acción exfoliante a la vez que limpia la piel. Dependiendo de los ingredientes que contienen, ejercen diferentes acciones adicionales a la limpieza, así encontramos:

­ Tensioactivos suaves que no alteran la capa hidrolipídica protectora de la piel.

­ Activos hidratantes que proporcionan suavidad y flexibilidad a la piel.

­ Ingredientes grasos capaces de restituir la capa lipídica que protege la piel.

­ Derivados de alfabisabolol o avena que son antiirritantes.

­ Astringentes (extracto de hammamelis; ulmaria, asebiol), antisépticos (clorhexidina) y purificantes (ácido salicílico) para las pieles acneicas.

Tónicos

Se usan tras retirar las emulsiones, cremas, lociones o geles limpiadores a fin de completar la limpieza del cutis, refrescar la piel y mejorar el tono muscular y su microcirculación periférica. Asimismo, preparan la piel para la aplicación de los tratamientos cosméticos (hidratación y nutrición). Debido a su pH ligeramente ácido devuelven a la piel su pH fisiológico. Se trata de soluciones acuosas o ligeramente hidroalcohólicas. Los tónicos con mayor proporción de alcohol se reservan para las pieles grasas.

Entre los ingredientes que confieren propiedades interesantes a los tónicos encontramos los siguientes:

­ Alcohol. Es deshidratante, por lo que se añaden componentes como glicerina, sorbitol y propilenglicol que actúan como humectantes, compensan la deshidratación, actúan como emolientes y ayudan a la piel a retener agua.

­ Los ácidos orgánicos de bajo peso molecular (ácido cítrico, ácido láctico), algunos extractos vegetales (hammamelis, salvia, hipérico) que contienen taninos y las sales de aluminio y cinc confieren propiedades astringentes a los tónicos limpiadores, facilitando así la atenuación de las arrugas.

­ Mucílagos, pectinas y polisacáridos se hallan en tónicos limpiadores destinados a pieles secas y mixtas.

­ Ingredientes con actividad cosmética: alantoína, azuleno, alfabisabolol, mentol.

Productos exfoliantes

Limpian la piel mediante un mecanismo de acción mecánico (físico) eliminando las células muertas y limpiando los poros. El resultado final es una piel lisa, transparente y brillante. Se componen de un agente exfoliante y de un vehículo. En la formulación de estos productos, cabe destacar la importancia de las propiedades reológicas (el agente exfoliante debe permanecer en suspensión) y del tamaño de partícula del agente exfoliante (a mayor tamaño de partícula, mayor sensación de irritación). Asimismo, debido a la irritación producida por el arrastre mecánico, deben incluirse en la formulación ingredientes con propiedades calmantes y emolientes.

Los agentes exfoliantes se clasifican, según su origen, de la siguiente manera:

­ Agentes exfoliantes naturales. Cáscara de huevo, cubiertas de crustáceos, endocarpios de semillas.

­ Agentes sintéticos orgánicos. Partículas de propileno, PVC, nylon, poliestireno, polietileno.

­ Agentes sintéticos inorgánicos. Sílice, caolitas, bentonita.

Los productos exfoliantes pueden usarse dos veces por semana en pieles grasas, una vez por semana en pieles normales y con mucha menor frecuencia en pieles secas y muy secas.

Productos para los cuidados faciales

Los productos hidratantes forman una capa lipídica que facilita que el agua transdérmica se pierda a menor velocidad.

El papel de las cremas faciales consiste en introducir en la capa córnea sustancias que retengan agua y reduzcan su evaporación. Estas cremas hidratantes suelen aparecer en el mercado como cremas de día y cremas de noche. La diferencia más significativa entre unas y otras es que las cremas de día son emulsiones de grasa en agua, mientras que las de noche son emulsiones de agua en grasa. La diferencia se aprecia a simple vista, ya que las cremas de noche dejan una fina capa de grasa sobre la piel que resulta poco estética si se utiliza durante el día. Todas ellas cumplen el objetivo de hidratar y mantener el grado de humedad de la epidermis.

Los productos exfoliantes pueden usarse dos veces por semana en pieles grasas, una vez por semana en pieles normales y con mucha menor frecuencia en pieles secas y muy secas

Los cosméticos nutritivos mantienen, protegen la piel y corrigen los desequilibrios de la piel envejecida.

Entre las diferentes presentaciones, hallamos soluciones, suspensiones, liposomas, cápsulas, microcápsulas, geles, emulsiones O/A y microemulsiones. Todas ellas se aplicarán sobre la piel perfectamente limpia realizando un suave masaje con la yema de los dedos.

Los ingredientes activos suelen dividirse en los de origen animal y los de origen vegetal.

Ingredientes activos de origen animal

La legislación vigente ha permitido un uso seguro de estos componentes, a saber:

­ Ácido desoxirribonucleico al 1-2%. Hidrata, favorece la regeneración celular y la queratogénesis e inhibe la formación de radicales libres.

­ Hidrolizados de colágeno. Sólo las moléculas con un tamaño menor a 6.000 daltons penetran en la piel aportando efectos nutritivos, antienvejecimiento y regeneradores. Tamaños de molécula superiores a 6.000 daltons proporcionan hidratación.

­ Jalea real (hasta 10%). Su composición rica en vitamina B hace que estimule y rejuvenezca la piel. Se aconseja su uso en pieles muy secas y agrietadas.

­ Mucopolisacáridos (2-4%). Constituyen la sustancia fundamental del tejido conjuntivo, mantienen el nivel de agua intersticial y forman un gel viscoso que da elasticidad y turgencia.

­ Seropéptidos. Muy ricos en aminoácidos esenciales, regeneran los tejidos y tensan la piel.

­ Aceites. Como el de visón, de composición similar a la de la capa hidrolipídica de la piel, se absorben fácilmente y por ello se usan para vehicular otros activos lipófilos.

Ingredientes de origen vegetal

Debido a los problemas con los ingredientes de origen animal, ha aumentado mucho el uso de los de origen vegetal. Son los siguientes:

­ Aceites. No sólo son emolientes y protegen la piel devolviéndole su manto lipídico, sino que además permiten disolver y transportar otros ingredientes lipofílicos. Debido al riesgo de oxidación de las cadenas grasas insaturadas de los aceites, van acompañados de antioxidantes, para así poder asegurar su acción. Los aceites más usados aparecen en la tabla 1.

­ Insaponificables. Aceite de karité, de oliva, de aguacate, de soja, de arroz y de sésamo. Estos aceites poseen efectos eutróficos al ser aplicados sobre piel y mucosas. Su acción se debe a la variedad de grupos químicos de que se componen (vitamina A, E, fitoesteroles, betacaroteno).

­ Extractos glicólicos vegetales. Más utilizados que los sintéticos, aportan otros componentes que hacen que la acción dure más y sea más completa (sinergia). Dependiendo del extracto usado, se confieren diferentes propiedades al preparado cosmético (tabla 2).

El farmacéutico puede hacer mucho, no sólo aconsejando los cosméticos adecuados para el cuidado de la piel, sino también informando sobre los hábitos de vida sanos

Productos para el cabello

Alopecia

Ya se trate de champúes, lociones, mascarillas o tónicos, la misión de estos productos es nutrir (vigorizar el cabello) y estimular el folículo piloso (favorecer la fase anágena del folículo piloso). Para ello, en las formulaciones, se usan componentes que realicen las siguientes funciones:

­ Estimulantes. Extractos vegetales de Ginkgo biloba, equinacea, quina o árnica, tricosacáridos, bases purínicas.

­ Filmógenos, nutritivos y reestructurantes. Aminoácidos azufrados, ácido hialurónico, lisados proteicos de prolamina, vitaminas, extracto de germen de trigo, proteínas de la seda, líquido amniótico.

­ Vasodilatadores y rubefacientes. Alcanfor, nicotinato y acetato de tocoferilo, extractos vegetales de romero, árnica, gingseng, abedul.

­ Protectores del manto hidrolipídico. Ceras y aceites emulsionados.

Cabellos blancos

­ Productos para cubrir las canas. Ya sean soluciones, geles, emulsiones o champúes, los colorantes permanentes permiten cubrir las canas o cabellos blancos. Estos productos incorporan determinados ingredientes, tal como se muestra en la tabla 3.

­ Productos para «lucir» las canas. Existen lociones, cremas y champúes destinados a fortalecer y dar brillo al cabello matizando el tono natural de las canas. Estos preparados cosméticos se componen de extractos vegetales (centáurea).

Productos para las uñas

Cremas destinadas a mantener la elasticidad de las uñas

Contienen emolientes (lanolina), cicatrizantes (alantoína), agentes nutritivos (vitaminas, colesterol), humectantes (propilenglicol, glicerina), protectores (vaselina, silicona).

Endurecedores-reparadores

Se trata de soluciones acuosas de sales metálicas astringentes (sulfato de aluminio, alumbre, acetato de cinc), formol, ácido mandélico o queratina. Poliéster, poliamidas, poliacrilatos o soluciones acuosas de más de un agente humectante son los vehículos utilizados.

Estos productos forman una película que recubren las uñas protegiéndolas y favoreciendo la penetración de los ingredientes activos.

Consideraciones finales

Está claro que no podemos detener el paso del tiempo. Sin embargo, unos hábitos de vida sanos (dieta equilibrada, ejercicio) y unos cuidados dermocosméticos adecuados pueden ayudar a mantener no sólo la salud cutánea, sino también los aspectos estéticos que tanto preocupan hoy día. El farmacéutico, desde la oficina de farmacia, puede hacer mucho, no sólo aconsejando los cosméticos adecuados para el cuidado de la piel, sino también informando sobre los hábitos de vida sanos. De este modo, contribuirá a retrasar los efectos del envejecimiento.

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