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Vol. 23. Núm. 6.
Páginas 59-72 (Junio 2004)
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Botiquín de viaje. Un elemento imprescindible durante las vacaciones
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Laura González Bosquet
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Tabla 1. Botiquín básico de viaje
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Ahora que las vacaciones están próximas, si nos disponemos a hacer un viaje conviene que estemos preparados frente a algunos trastornos que son muy comunes en esta época del año, en la que los cambios en el estilo de vida pueden propiciar la aparición de trastornos y dolencias como diarreas, estreñimiento, otitis, mareos, quemaduras, etc. Por ello, preparar un práctico botiquín de viaje nos ayudará a prevenir las principales enfermedades típicas del turista y disfrutar de las vacaciones de la forma más saludable.

En la planificación del botiquín de viaje hay que tener en cuenta condicionantes como el lugar al que se piensa viajar, es decir, si se piensa viajar a un país exótico debe informarse previamente de si es necesario vacunarse con antelación. Por el contrario, si el viaje va a realizarse por el propio país, también debe valorarse la facilidad de acceso o la proximidad del lugar de destino a una farmacia. En cualquier caso, el material básico de un botiquín de viaje (tabla 1) debe reunir todos aquellos medicamentos y accesorios necesarios para atender con rapidez aquellas pequeñas dolencias o trastornos y hacer frente a posibles urgencias mientras se espera la llegada del médico. Además de incluir el material básico, no hay que olvidar que deben añadirse los tratamientos que el paciente esté realizando en ese momento (puede suceder que en el lugar de destino no se encuentren esos medicamentos) y evitar que aquellos productos que puedan resultar peligrosos o tóxicos estén al alcance de cualquiera (especialmente si se viaja con niños).

Para preparar el botiquín de viaje, una medida que aunque puede parecer obvia, suele pasarse por alto, es revisar con atención la caducidad de todos los medicamentos que pensamos incorporar, ello evitará posibles contratiempos.

Asimismo, el botiquín, al igual que los medicamentos en general, debe mantenerse en un sitio fresco y seco, al abrigo del calor, la luz y la humedad excesiva. También debe evitarse que los niños tengan fácil acceso a su interior. Todos los medicamentos deben estar perfectamente etiquetados y junto con sus indicaciones.

A continuación expondremos los trastornos más frecuentes que suelen producirse durante los meses de verano y las recomendaciones generales para su tratamiento y prevención.

Diarreas

La llamada diarrea del viajero (o gastroenteritis esporádica del viajero) es una de las dolencias más frecuentes en las zonas turísticas, especialmente las zonas tropicales. Suele manifestarse aproximadamente a la semana de llegar al lugar de destino. Su aparición es brusca, acompañada de dolores abdominales, sed (a causa de la deshidratación debida a la pérdida de agua por las heces) y náuseas. En algunos casos, también pueden presentarse mialgias, cefaleas y una ligera elevación de la temperatura. Suele remitir de forma espontánea a los 2-3 días de su inicio. Si se asocia a fiebre, heces sanguinolentas o vómitos, puede tratarse de una infección bacteriana o parasitaria y, por tanto, se evitará el uso de antidiarreicos hasta identificar y tratar su causa. Salmonella, Shigella o Staphylococcus son las responsables de las llamadas toxiinfecciones alimentarias.

Para tratar la diarrea leve del viajero será suficiente seguir un régimen astringente (a base de arroz hervido, manzana rallada, etc.), acompañado de una abundante ingestión de líquidos (agua, infusiones) para evitar la deshidratación. Se aconseja evitar las comidas picantes, la leche y los derivados lácteos. También pueden suministrarse fármacos antidiarreicos.

Para evitar este trastorno, como siempre la mejor medida es una buena prevención. Unos consejos que pueden servir de ayuda son: pelar las frutas y verduras antes de consumirlas, evitar consumir carne o pescado crudo o poco cocinado y no beber agua que no esté embotellada, cubitos de hielo, evitar los alimentos sin refrigerar, mariscos sin depurar (propios de las ventas callejeras) y alimentos de dudosa procedencia y dudosas condiciones higiénicas y sanitarias.

Escherichia coli enterotoxígena suele ser la causante de la diarrea del viajero, de la diarrea aguda del Trópico y la enteritis infantil.

Dolencias oculares

Los trastornos oculares son especialmente frecuentes en época de vacaciones, ya que la mayor luminosidad de los días de verano, las actividades al aire libre, la playa y la piscina nos hacen más susceptibles a presentar dolencias como conjuntivitis, irritación conjuntival por viento, polvo o humo, alergias oculares, queratitis, introducción de un cuerpo extraño en el ojo, etc.

La conjuntivitis se caracteriza por un enrojecimiento difuso de la conjuntiva en la que se manifiesta una sensación de irritación, presencia de «arenilla» en el ojo y molestias al contacto con la luz solar (fotofobia). Es fácil su transmisión de un ojo a otro, por lo que la persona afectada debe evitar tocarse y restregarse los ojos. Otra de las características de la conjuntivitis es que el paciente, al levantarse de la cama, presenta los párpados del ojo adheridos a causa de las secreciones mucopurulentas de color amarillo que se endurecen y dificultan la apertura del ojo.

Las causas de la conjuntivitis son numerosas. Muchas veces aparecen tras un resfriado común. Las más frecuentes son las de origen vírico, aunque otras veces se producen tras una exposición solar prolongada, traumatismos o alergias.

Ante las dolencias oculares es imprescindible siempre la consulta con el oftalmólogo, pero también para mitigar las molestias pueden aplicarse compresas frías y colirios con antibiótico. Para su correcta aplicación deben lavarse bien las manos y evitar tocar el ojo con el aplicador.

Hay que incidir especialmente durante los meses de verano, en la importancia de utilizar gafas con un adecuado filtro de protección, para evitar que los ojos sean dañados por las radiaciones solares. Esta precaución debe extenderse también a los niños. Asimismo, las gafas de agua ayudan a proteger el ojo del cloro de las piscinas.

Procesos dolorosos

Durante las vacaciones pueden presentarse molestias tan comunes como los dolores de cabeza, molestias musculares o dolores dentales. Por ello, en todo botiquín de viaje no pueden faltar los analgésicos. Pueden utilizarse el ácido acetilsalicílico, paracetamol, ibuprofeno y naproxeno, que combinan propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. En cualquier caso, antes de hacer uso de estos productos deben tenerse en cuenta sus contraindicaciones y efectos secundarios, en especial las intolerancias gástricas (úlcera) que contraindicarían el uso del ácido acetilsalicílico.

Resfriados

Aunque puede presentarse en cualquier época del año, el resfriado puede resultar especialmente inoportuno en época de vacaciones en la que se busca disfrutar del ambiente exterior y el aire libre. Por ello, es útil incluir en el botiquín de viaje preparados destinados a aliviar la tos, suavizar la garganta, antipiréticos y gotas nasales para aliviar la congestión nasal. Asimismo, no olvidar que medidas generales como el reposo, dormir suficiente, seguir una dieta suave y beber abundante líquido también ayudará a remitir los síntomas.

Mareos

Si tenemos que realizar durante las vacaciones un viaje largo, especialmente cuando se viaja con niños, es aconsejable tener a mano preparados específicos contra el mareo que deben administrarse entre media hora y una hora antes de realizar el viaje, ya que si se toman cuando ya han aparecido los primeros síntomas, no son efectivos. Su efecto suele durar 5-6 horas, por lo que hay que ir renovando la dosis en función de la duración del trayecto. Hay que tener en cuenta que los anticinetósicos pueden producir efectos secundarios como somnolencia.

Además de estos preparados, existen algunas medidas que pueden ayudar a no marearse; por ejemplo, si se viaja en barco, hay que evitar dejarse llevar por el balanceo del barco, es mejor mantenerse en pie, no echarse e intentar compensar el balanceo del barco con la vista fija en el horizonte y situarse en su centro de gravedad (o parte que menos se mueve). Asimismo, conviene realizar comidas suaves y no permanecer con el estómago vacío, tampoco es aconsejable beber café o alcohol y hay que intentar, dentro de lo posible, mantenerse activos y distraídos (evitar las actividades que requieran un esfuerzo visual como la lectura). Cuando se viaja en coche, se aconseja descansar y ventilar el vehículo antes de emprender el viaje, y una vez en marcha, mirar siempre hacia delante y no a los lados y, siempre que se pueda, sentarse en el asiento delantero.

Estreñimiento

Al viajar y movernos lejos de nuestro entorno habitual es frecuente cambiar los horarios de las comidas e incluso los hábitos alimentarios. Ello origina alteraciones del ritmo intestinal que con frecuencia se manifiestan con el estreñimiento.

El estreñimiento se caracteriza por una deposición escasa (o sensación de evacuación incompleta) o infrecuente (inferior a tres veces por semana en adultos y una cada 2 días en niños). Se acompaña con sensación de pesadez, pérdida de apetito, lengua sucia, gases y fatiga. Sus causas suelen relacionarse con una alimentación desequilibrada, pobre en fibra, rica en azúcares refinados y grasas saturadas, una escasa ingestión de líquidos y un descenso de la actividad física. Para combatir el estreñimiento es útil incluir en el botiquín un laxante suave o supositorios de glicerina. En todo caso, hay que recordar que los laxantes siempre deben utilizarse con precaución y en casos concretos, ya que su uso incontrolado y excesivo puede conducir a desarreglos intestinales. Por eso, para tratar y prevenir el estreñimiento es conveniente incorporar diariamente alimentos ricos en fibra en la dieta. Es el caso de las legumbres, de las que se aconseja consumir entre 50 y 80 g (equivalentes a su peso en crudo) unas dos veces por semana, ya que gracias a su fibra soluble contribuyen a proteger la flora intestinal y favorecer el peristaltismo intestinal. Al igual que las legumbres, los cereales son buena fuente de fibra, en este caso insoluble, especialmente si se consumen integrales. Además, las verduras también son ricas en fibra soluble, por lo que es muy recomendable consumir diariamente una ensalada o un plato de verduras y 2 piezas de fruta al día (las ciruelas secas, frutos e higos secos y orejones son muy ricos en fibra, tienen un efecto laxante y ayudan a reeducar el intestino). El salvado de avena y las semillas de lino también tienen contenidos importantes de fibra soluble y, acompañados de agua abundante fuera de las comidas, tienen un buen efecto regulador intestinal. Asimismo, el salvado de trigo es una excelente fuente de fibra insoluble muy efectiva para combatir el estreñimiento. También la realización de una actividad física moderada y regular es un importante factor para evitar el estreñimiento, así como beber líquidos en abundancia y comer despacio y masticando bien los alimentos. Y, por último, aunque no menos importantes, evitar reprimir el reflejo de defecación y acudir al baño regularmente, si es posible a una hora fija.

El estreñimiento se caracteriza por una deposición escasa (o sensación de evacuación incompleta) o infrecuente (inferior a tres veces por semana en adultos y una cada 2 días en niños)

Quemaduras

Durante el verano debemos prestar especial atención a los efectos de la radiación solar sobre la piel, especialmente en las horas centrales del día. La realización de actividades al aire libre durante esta época de intensa insolación requiere una protección solar adecuada a cada fototipo cutáneo. Por tanto, es imprescindible que el botiquín de viaje incluya una crema o loción protectora (especialmente si el destino es una zona de playa o alta montaña), que se aplicará una media hora antes de la exposición solar y que irá renovándose cada vez que la persona se introduzca en el agua o la piscina y también si ésta presenta una sudación intensa. Para aliviar el eritema y refrescar la piel después de la exposición al sol no hay que olvidar los productos aftersun que proporcionan un aporte extra de hidratación a la piel reseca por el sol y que contienen sustancias refrescantes y calmantes para contrarrestar los daños cutáneos producidos y contribuir a su regeneración.

Otro tipo de quemaduras que pueden producirse, especialmente en el caso de los niños pequeños en los casos de ocio, son las originadas por el fuego, sea por contacto directo, por contacto con líquidos en ebullición, etc. En estos casos, mientras se espera la llegada del médico, es esencial alejar a la persona de la fuente de calor (si es fuego directo envolver a la persona herida con una manta para ahogar el fuego) y retirar de la zona afectada la ropa, así como anillos, pulseras, relojes o cinturones y otras prendas que puedan comprimir la zona antes que se produzca el edema. Después se procederá a enfriar el área quemada con agua fría, procurando que el chorro de agua no incida directamente sobre la zona. Puede sumergirse el área afectada o enfriarse con compresas frías. En estos casos, en el botiquín, conviene incluir algunas pomadas o soluciones para quemaduras que contengan bactericidas para evitar posibles infecciones. Se deberá cubrir la zona afectada con gasa esterilizada con suficiente pomada para que no se pegue a la superficie de la herida. De esta forma, la quemadura no entra en contacto con el aire y se alivia el dolor. Puede fijarse la gasa con una venda floja. Asimismo, puede resultar de utilidad administrar un analgésico para reducir las molestias. Si la quemadura afecta a los ojos, hay que lavarlos de inmediato con agua durante unos 20 minutos. Después de estos cuidados de urgencia, es importante trasladar al paciente al centro asistencial más próximo o consultar con el médico para que él nos indique el tratamiento adecuado de la quemadura, así como aquellas medidas complementarias que deban adoptarse.

Otitis de verano

El contacto frecuente y prolongado de los oídos con el agua de mar y de las piscinas hace que la cera que protege la parte externa del oído se vaya reblandeciendo, lo que contribuye a debilitar la barrera que impide el paso de los microorganismos y favorecer la penetración de éstos en su interior, lo que desencadena la aparición de la llamada otitis del nadador, tan común en la época estival.

Para evitar la entrada de agua en los oídos, podemos incluir en el botiquín tapones de silicona deformables que se adaptan perfectamente a la forma del oído y los aísla del exterior. Hay que tener especial precaución en el caso de los niños pequeños, puesto que sin darse cuenta podrían introducírselos en el interior de la oreja. También es aconsejable que una vez se salga del agua se seque el oído con cuidado con la toalla y se espere a que no quede agua retenida en su interior, antes de bañarse de nuevo. Para este mismo caso, también son muy útiles los gorritos de goma que cubren los oídos.

En el caso de que la otitis ya se haya manifestado, también es útil contar en el botiquín con gotas óticas con componentes analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos.

Golpes, contusiones y heridas

Las heridas, contusiones y golpes son frecuentes en todo tipo de actividad lúdica, especialmente entre los más jóvenes de la casa.

Si se produce un corte con un objeto punzante, deberá limpiarse minuciosamente con agua y jabón, después se aplicará un agente antiséptico, y si la herida es extensa, se protegerá con una gasa estéril. En función de la importancia y profundidad de la herida, el médico decidirá si es conveniente la administración de puntos de sutura o la vacuna del tétanos. En el caso de golpes y contusiones, se debe proceder a la inmovilización del área afectada con un vendaje que sujete bien la zona herida, después de la aplicación de frío local (el frío evitará la formación de hematoma y la hinchazón de la zona). Asimismo, en caso de producirse un hematoma, se puede aplicar una pomada antiinflamatoria.

Hemorroides

Los cambios en la alimentación y en el estilo de vida propio de las vacaciones de verano pueden conducir a que las personas propensas presenten la aparición de las molestas hemorroides. Las hemorroides son dilataciones varicosas internas o externas de las venas del ano y recto que, aunque a menudo son asintomáticas, pueden acabar causando en su fase aguda dolor, picor, exudación mucosa y sensación de pesadez, y producir sangrado en el momento de la defecación. Las causas de las hemorroides son muchas. También existe una cierta predisposición genética a presentarlas. En este caso, el papel de la dieta es importante, puesto que el estreñimiento es uno de los factores más importantes que favorecen su aparición. Las hemorroides suelen remitir en 2 o 3 semanas, aunque pueden existir episodios de repetición durante años. Por ello, las personas que tienden a presentarlas deben intentar mantener una dieta rica en residuos vegetales para evitar, en la medida de lo posible, el estreñimiento. Asimismo, no es recomendable abusar del café y la comida picante. Realizar una cierta actividad física moderada y regular y evitar el sedentarismo es otra de las formas de conseguir una óptima función intestinal. En el caso de que las hemorroides hagan su aparición, se puede aliviar los síntomas con pomadas analgésicas y antiinflamatorias. Para combatir el estreñimiento y facilitar la evacuación también es útil el uso de los laxantes suaves no irritantes.

Picaduras y mordeduras de animales

Las vacaciones y el contacto con la naturaleza propician las picaduras de moscas, mosquitos, avispas, tábanos, etc. En el caso de moscas y mosquitos es aconsejable contar con un repelente para insectos; si la picadura ya se ha producido, una pomada que calme el picor. Si el picor es intenso, pueden utilizarse los antihistamínicos. Hay que evitar el rascado de la zona, pues agrava y prolonga la lesión y aumenta el prurito.

Cuando la picadura está producida por las abejas, se produce una reacción más intensa, con picor y edema en la zona de la picadura. Las abejas pican una sola vez, ya que el aguijón en forma de gancho queda retenido en la dermis, por ello la primera medida a tener en cuenta es intentar extraer el aguijón con cuidado, para evitar romper la bolsa con el veneno.

En general, las lesiones producidas por los himenópteros suelen ser benignas (harían falta unas 100 picadas de éstos para producir la muerte de un niño y unas 500 para un adulto), aunque en determinadas zonas, como la orofaringe, las picaduras son más peligrosas, pues pueden dificultar o impedir la respiración. También hay que tener en cuenta que uno de cada 100 individuos puede presentar una reacción anafiláctica tras la picadura de estos insectos. Por tanto, se aconseja extremar las precauciones a los individuos que presenten una reacción alérgica al veneno de estos insectos, y consultar con el especialista para que les prescriba un botiquín adecuado a su caso. Las personas que sudan mucho, que utilizan perfumes, visten ropa con colores vivos y realizan movimientos bruscos son los más propensos a presentar picaduras.

Tras una picadura leve de himenópteros (si ésta es múltiple o se ha producido en la zona de la orofaringe, precisará inmediata atención médica), se procederá a una desinfección del área afectada y a la aplicación tópica de un anestésico.

Si las vacaciones transcurren en el mar y las picaduras se producen por animales marinos (medusas y anémonas de mar), el primer paso a seguir es lavar la zona afectada con abundante agua de mar (evitar el agua dulce) y extraer los tentáculos con ayuda de unas pinzas. Después aplicaremos una pomada antiinflamatoria y antihistamínica.

CONSEJOS DESDE LA FARMACIA

Prevenir y curar

Diarrea

* Pelar las frutas y verduras antes de consumirlas, evitar consumir carne o pescado crudo o poco cocinado, y no beber agua que no esté embotellada ni cubitos de hielo

* Evitar los alimentos de dudosa procedencia

* Seguir un régimen astringente acompañado de una abundante ingestión de líquidos para evitar la deshidratación

* Evitar las comidas picantes, la leche y los derivados lácteos

* Si es necesario, tomar fármacos antidiarreicos

Estreñimiento

* Incorporar diariamente alimentos ricos en fibra en la dieta

* Incluir en el botiquín un laxante suave o supositorios de glicerina

Mareos

* Realizar comidas suaves y no permanecer con el estómago vacío

* No beber café o alcohol

* En automóvil, se aconseja descansar y ventilar el vehículo antes de emprender el viaje

* En marcha, mirar siempre hacia delante y no a los lados

* Tomar anticinetósicos entre media hora y una hora antes de realizar el viaje

Dolores

Incluir analgésicos que combinen propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias (ácido acetilsalicílico, paracetamol, ibuprofeno, naproxeno)

Resfriados

Llevar preparados que alivien la tos y suavicen la garganta, así como antipiréticos y gotas nasales para aliviar la congestión nasal

Dolencias oculares

* En verano, utilizar gafas con un adecuado filtro de protección

* Usar gafas de agua que protejan los ojos del cloro de las piscinas

* Aplicar colirios en caso de conjuntivitis, pero si persiste el malestar, acudir al oftalmólogo

Otitis

* Llevar tapones de silicona deformables para los baños en el mar y en piscinas

* Incluir gotas óticas con componentes analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos

Hemorroides

* Mantener una dieta rica en residuos vegetales para evitar el estreñimiento (usar laxantes suaves no irritantes)

* No abusar del café y de la comida picante

* Realizar una cierta actividad física moderada y regular

* Llevar pomadas analgésicas y antiinflamatorias

Quemaduras

* Incluir cremas y lociones fotoprotectoras, así como aftersun para evitar y calmar, respectivamente, la quemaduras solares

* Llevar pomadas o soluciones que contengan bactericidas para evitar posibles infecciones en el caso de quemaduras no solares

Golpes, contusiones y heridas

* En caso de producirse un hematoma, se puede aplicar una pomada antiinflamatoria

* Llevar un agente antiséptico por si se produce un corte con un objeto punzante

Picaduras y mordeduras de animales

* Incluir un repelente para insectos y, si la picadura ya se ha producido, una pomada para calmar el picor (si éste es intenso, puede utilizarse un antihistamínico)

* Llevar pomada antiinflamatoria y antihistamínica para las picaduras de animales marinos

* Acudir a un centro médico en el caso de picaduras de abeja y mordeduras de animales

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