La inmunoterapia trata de estimular las defensas propias del sistema inmunológico del organismo para eliminar las células tumorales sin dañar al huésped. En el presente trabajo de revisión se analizan tres herramientas innovadoras en la lucha contra el cáncer: los anticuerpos monoclonales, las vacunas antitumorales y los inhibidores de la angiogénesis.
El cáncer engloba a un grupo de enfermedades caracterizadas por un crecimiento celular incontrolado, con invasión de tejidos locales y/o metástasis a distancia. Puede comprender hasta 200 enfermedades distintas en las que se produce un crecimiento anormal de las células hasta convertirse en masas de tejidos llamados tumores.
Existen dos tipos de tumores: benignos o no cancerosos y malignos o cancerosos. Los tumores benignos tienen las siguientes características:
Crecen lenta y controladamente.
No destruyen células normales.
No se propagan al tejido que los rodea.
No suelen tener efectos secundarios graves.
Los tumores malignos, en cambio:
Son capaces de invadir y destruir tejidos y órganos estén cerca o lejos del tumor original.
Las células del cáncer atacan al tejido sano.
No cesan de multiplicarse.
El cáncer posee un comportamiento distinto para cada persona y puede darse en cualquier época de la vida aunque es más frecuente que afecte a personas adultas. También puede presentarse en niños y es la segunda causa principal de muerte en niños de edades comprendidas entre 1 y 15 años.
Las causas originarias de cáncer radican en factores externos (sustancias químicas, radiaciones y virus) y en factores internos (hormonas, condiciones de inmunidad y mutaciones heredadas).
Entre los tumores malignos más importantes destacan el cáncer de pulmón y el de próstata en los hombres y el cáncer de mama y de pulmón en las mujeres
Los factores externos que pueden provocar cáncer incluyen sustancias químicas como el benceno o el asbesto(amianto) que pueden afectar a pintores, fabricantes de neumáticos, destiladores, fabricantes de zapatos, mineros y astilleros. Otros factores ambientales que pueden causar cáncer son los siguientes:
La exposición a agentes contaminantes ambientales, como los gases del escape del automóvil.
La exposición a la radiación solar.
La exposición a niveles elevados de rayos X.
Una dieta rica en grasas y pobre en fibra.
El consumo de tabaco.
El abuso de alcohol y drogas.
Los factores internos que pueden provocar cáncer incluyen la obesidad, las infecciones víricas como la hepatitis B crónica y una predisposición genética.
Existen muchos tipos de cáncer aunque los más frecuentes son dos variedades de cáncer de piel (epiteliomas) que normalmente tienen buen pronóstico y por esta razón no se incluyen como tumores malignos.
Entre los tumores malignos más importantes destacan el cáncer de pulmón y el de próstata en los hombres y el cáncer de mama y de pulmón en las mujeres.
Diagnóstico
La detección precoz es la mejor forma de tratamiento y puede realizarse en los siguientes casos:
Detección precoz de cáncer de cuello uterino mediante citologías periódicas.
Detección precoz del cáncer de mama mediante mamografías y autoexploración periódicas.
Detección precoz del cáncer de próstata mediante un análisis de sangre (detección de PSA, antígeno prostático sérico).
Se está estudiando la conveniencia de realizar radiografías periódicas para detectar precozmente el cáncer de pulmón y otras pruebas para detectar el cáncer de colon.
Tratamiento
Las diversas opciones para iniciar una terapia anticancerosa dependen de la etapa en que se detecte el tumor y de su grado de extensión. Una vez determinado el tipo de cáncer existen cinco opciones de tratamiento:
Cirugía.
Radioterapia.
Quimioterapia.
Terapia hormonal.
Terapia biológica (bioterapia: inmunoterapia, terapia génica).
Cirugía
Alrededor del 60% de los pacientes con cáncer son sometidos a algún tipo de cirugía para la extirpación de los tumores localizados. El proceso quirúrgico suele tener éxito si los tumores son pequeños o no se ha producido metástasis. En ocasiones la cirugía se utiliza para reducir el tamaño del tumor.
Radioterapia
La radioterapia es una forma de tratamiento local, lo habitual es que se aplique externamente en sesiones de tratamiento indoloras. Es frecuente que se combine con quimioterapia.
Quimioterapia
La utilización de agentes antineoplásicos, que destruyen las células en rápido crecimiento, ha demostrado su eficacia en muchos casos en los que se logra un aumento de la supervivencia o curación total. Se utilizan más de 50 fármacos para combatir el cáncer y prevenir el crecimiento, multiplicación y diseminación de las células cancerosas. La quimioterapia sistémica alcanza todas las áreas del cuerpo persiguiendo la eliminación de todas las células cancerosas. Por lo general se utilizan varios fármacos combinados, por vía oral e intravenosa y, en algunos casos, el tratamiento se realiza en el hospital con el fin de ajustar la dosis y controlar los efectos secundarios.
Hormonoterapia
Se utiliza en las neoplasias hormonodependientes como antagonismo de los efectos hormonales.
Bioterapia
La inmunoterapia es el uso de tratamientos que previenen o apoyan la respuesta inmunológica del cuerpo frente al cáncer. Se trata de estimular las defensas propias del sistema inmunológico del organismo para eliminar las células tumorales sin dañar al huésped. Existen cuatro tipos de modificadores de la respuesta biológica:
Interferones. Son proteínas antivirales específicas que producen las células al ser invadidas por un virus.
Interleucinas. Son sustancias químicas solubles producidas por las células sanguíneas del organismo que actúan a modo de mensajeros químicos entre las propias células del sistema inmunológico y otros órganos. Estos factores estimulan los mecanismos necesarios para eliminar parásitos o microorganismos invasores y reparar los tejidos o células dañadas.
Factores de crecimiento. Son polipéptidos secretados por las células cuya función es unirse a un receptor y estimular su crecimiento celular.
Anticuerpos monoclonales. Son anticuerpos específicos frente a un determinado antígeno o sustancia extraña, producidos por un único clon de células B.
Cetuximab es un anticuerpo monoclonal que supone un tratamiento innovador para el cáncer de cabeza y cuello, colorrectal y pulmón
Anticuerpos monoclonales
Se pueden inmortalizar clones de linfocitos B in vitro fusionándolos con células mielomatosas. Tras la fusión se forman unas células híbridas llamadas hibridomas que pueden constituir una fuente de producción de cantidades sustanciales de un anticuerpo altamente específico denominado «anticuerpo monoclonal».
La utilidad de este anticuerpo monoclonal en el tratamiento del cáncer se debe, entre otras, a que se puede unir a los receptores del factor de crecimiento epidérmico de las células cancerosas e impedir la unión de los factores de crecimiento a estos receptores. Con el bloqueo resultante se neutraliza la proliferación de las células cancerosas, ya que la unión del factor de crecimiento a su receptor contribuye en gran medida al crecimiento de gran diversidad de tumores sólidos.
Cetuximab es un anticuerpo monoclonal que supone un tratamiento innovador para el cáncer de cabeza y cuello, colorrectal y pulmón. Se une de forma afín y específica a un receptor localizado en la superficie celular, llamado receptor del factor de crecimiento (EGFR). La activación de este receptor, mediante el acoplamiento de los factores de crecimiento, ha demostrado contribuir al crecimiento y proliferación de gran diversidad de tumores sólidos.
Cetuximab actúa bloqueando la supervivencia y el crecimiento de las células tumorales mediadas por el EGFR, mediante la unión a los EGFR, que bloquea el acoplamiento del factor de crecimiento y por tanto inhibe la activación del EGFR. En la actualidad, cetuximab está sometido a ensayos clínicos y supone una nueva esperanza en el tratamiento del cáncer colorrectal, de cabeza, de cuello y de pulmón. Por lo general, es bien tolerado y ha demostrado su eficacia, especialmente al combinarse con quimioterapia y radioterapia.
Vacunas antitumorales
Una nueva vacuna, BEC2, imita a las moléculas presentes en las células tumorales y estimula el sistema inmunológico para que ataque las células cancerosas sin dañar los tejidos sanos cercanos. El objetivo de la inmunoterapia con la vacuna BEC2 consiste en inducir una respuesta antitumoral a una molécula denominada gangliósido GD3, que se halla en la superficie de distintas células cancerosas, como la de los cánceres de pulmón y piel. El tratamiento con la vacuna crea linfocitos de memoria que producen una respuesta inmune específica más rápida y potente.
La vacuna BEC2 se halla en una fase avanzada de desarrollo clínico.
Inhibidores de la angiogénesis
Este tratamiento es otra estrategia para combatir el cáncer que consiste en matar la célula tumoral por falta de nutrientes. La angiogénesis mediada por el tumor consiste en la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de microcapilares preexistentes, que unen un tumor con los vasos sanguíneos ya existentes. La angiogénesis desempeña un papel significativo en el crecimiento y la proliferación de tumores, aportando nutrientes y los medios necesarios para alcanzar múltiples sitios del organismo.
El inhibidor de la angiogénesis, cilertigide, bloquea la angiogénesis, inhibiendo de forma específica la función de las moléculas receptoras necesarias para la formación de nuevos vasos. Es un inhibidor potente y selectivo, dotado de actividad antitumoral.