De plantas y árboles podemos obtener aceites esenciales, comúnmente conocidos como esencias, constituidos por una infinidad de componentes y de gran interés para la industria farmacéutica y cosmética. Estas sustancias se segregan en pequeña cantidad y se obtienen por técnicas de extracción tales como la destilación. No deben confundirse con los aceites vegetales, que se obtienen por expresión de semillas o frutos de las plantas.
En el campo médico-farmacéutico, la aromaterapia se presenta como una alternativa a los tratamientos convencionales, tanto en la curación de enfermedades como en la promoción de la salud. Esta ciencia se basa en la capacidad de los componentes volátiles de los aceites esenciales para estimular las células olfativas nasales; éstas envían impulsos electroquímicos al cerebro con la consiguiente liberación de mediadores, que pueden inducir gran variedad de sensaciones. Mediante la combinación de los aceites esenciales oportunos, los aromaterapeutas, de un modo similar al de los homeópatas, realizan tratamientos individualizados, según la sintomatología y necesidades de cada individuo.
En los últimos años ha aumentado la utilización de este concepto en el diseño de nuevos productos cosméticos. Lo que pretende la aromacosmética es aportar valor añadido, sumando a la acción cosmética superficial, propia de los aceites, la capacidad de las esencias de producir efectos sobre la psique.
Efectos de los aceites esenciales
Los aceites esenciales no sólo ejercen su acción por vía olfativa, sino que también es de interés su aplicación por vía cutánea. Su absorción es excelente y, a través del sistema linfático, llegan a todos los órganos. Si se administran mediante inhalación, primero logran un efecto en las células nerviosas que preceden al olfato y, a través de la respiración, llegan a la sangre.
A estos aceites se les atribuyen propiedades muy dispares tales como antisépticas, diuréticas, antiespasmódicas, depurativas, antirreumáticas, afrodisíacas, etc.
Efecto cosmético
Muchos aceites esenciales son activos cosméticos vegetales debido a los beneficios que aportan a la piel algunas de las sustancias que los componen. Se ha encontrado, por ejemplo, una acción antielastasa en una serie de aceites esenciales que podría ser la base fisiológica de una acción antiinflamatoria1. El aceite esencial de manzanilla, por su contenido en azuleno y bisabolol, posee notables propiedades calmantes2. Numerosos aceites poseen, además, propiedades bactericidas y bacteriostáticas; uno de los más utilizados actualmente con esta finalidad es el aceite del árbol del té1,3, aunque también son de interés el aceite esencial de bergamota, lavanda4 o geranio.
En estado puro, las esencias pueden ser irritantes para la piel y, por tanto, se utilizan siempre diluidas. En este sentido, existen estudios que señalan una posible relación entre el aumento de la popularidad de la aromaterapia y el incremento de dermatitis de contacto cosmética a lavanda. Se ha demostrado también la aparición de reacciones de fototoxicidad con el aceite del árbol del té o el de limón5.
Las propiedades de interés en cosmética asociadas a algunas de las esencias más utilizadas se recogen en la tabla 1.
Efecto sobre la psique
Con la utilización de aceites esenciales como perfumes en cosmética se pueden conseguir efectos sobre la psique tanto relajantes como estimulantes. Es importante tener en cuenta que los trastornos de la piel producen a menudo estados de estrés y depresión; en este sentido, la aromaterapia puede ayudar a conseguir una sensación de bienestar y paliar, por ejemplo, en casos de acné o soriasis, la exacerbación de los problemas cutáneos. En un cosmético se puede utilizar un único aceite esencial o combinaciones de éstos para conseguir actuar sobre estados anímicos específicos.
Formas de aplicación
Aceites puros
Los aceites esenciales puros se comercializan para ser utilizados por vía olfativa mediante diferentes técnicas. La forma más fácil de obtener beneficios de estos aceites es por inhalación directa del frasco que los contiene. Se emplean también a menudo en vaporizaciones o se añaden unas gotas del aceite esencial al baño caliente.
Aceites de masaje
Los aceites de masaje corporal pueden estar compuestos por combinaciones del aceite o los aceites esenciales seleccionados con una base de aceite vegetal, que actúa como vehículo, como en el caso del aceite de pepitas de uva o el de almendras dulces.
Perfumes
Los perfumistas clasifican los aceites esenciales según la familia olfativa a la que pertenecen6:
Cítrica (naranja, limón, bergamota). Son aceites esenciales muy volátiles que dan un efecto olfativo fresco.
Amaderada (patchouly, sándalo). Se trata de una familia protagonista en el cuerpo y fondo de los perfumes.
Floral (jazmín, rosa, muguet). Es la familia más versátil, por la gran variedad de efectos que encontramos en la propia naturaleza.
Formas cosméticas
Los aceites esenciales se añaden a todo tipo de preparados cosméticos. Es frecuente encontrarlos combinados con aceites vegetales en la composición de aceites para piernas cansadas o destinados a la hidratación corporal. Se encuentran también muy a menudo en preparados espumantes como geles de baño y champúes. En desodorantes y antitranspirantes, los aceites esenciales no sólo son de interés por su efecto aromático, sino también por sus propiedades bacteriostáticas. En los últimos años han aparecido en el mercado los denominados «cosméticos para conciliar el sueño», en forma de leches corporales, cremas exfoliantes, aguas calmantes o mascarillas. Estos productos contienen aceites esenciales como lavanda, jazmín, azahar, salvia, sándalo o eucalipto que ayudan a relajar el organismo. Existen también formas cosméticas para tonificar el organismo que incluyen en su composición aceites como el de naranja, romero o limón.
Aromaterapia y cosmética actual
En el mercado cosmético actual, la aromaterapia es un área importante de crecimiento dentro de la denominada cosmética natural. El consumidor busca el bienestar tanto interno como externo, por lo que recurre a este tipo de productos. Así, los cosméticos no sólo deben aportar resultados tangibles y visibles, sino que también deben tener un efecto emocional.
El elevado coste de los aceites esenciales naturales hace que en la actualidad se tienda más a la utilización de aromas sintéticos que imitan al original. La publicidad de estos productos puede ser a veces engañosa debido a la falta de definición legal de lo que constituye un «producto natural».