Este trabajo nos brinda una interesante visión del proceso de recuperación y recreación de la antigua botica del monasterio de Santa María la Real de Oseira en Orense, desaparecida tras la desamortización del siglo XIX. El proyecto, llevado a cabo a lo largo del año 2008, supuso la remodelación completa de un local situado entre los claustros de Medallones y Caballeros, así como la adquisición de numerosos objetos de los siglos XVIII y XIX que podrían encontrarse en una antigua botica monástica.
Fig. 1. Vista general de la abadía de Oseira.
Con un pequeño acto celebrado en junio de 2009 en la abadía cisterciense de Oseira finalizó el trabajo llevado a cabo a lo largo del año anterior para recuperar, en la medida de lo posible, la antigua botica que durante siglos funcionó en este monasterio. El proyecto se plasma, finalmente, en una realidad que no pretende rehacer el original desaparecido, sino recordar o recrear lo que fue la esencia de una actividad sanitaria que, a lo largo de los siglos, ejercieron los monjes boticarios de Oseira y de otros cenobios cistercienses a lo largo de la ruta jacobea, ya hacia su propia comunidad, ya hacia los peregrinos y gentes de poblaciones cercanas, hasta la desamortización de 1835, que ocasionó, además de la exclaustración, la desaparición de un patrimonio de incalculable valor artístico y documental.
CON ESTA REPRODUCCIÓN SE PRETENDE MOSTRAR AL VISITANTE UNA FACETA MÁS DE LA LABOR SANITARIA QUE A LO LARGO DE LOS SIGLOS EJERCIERON LOS MONJES CISTERCIENSES
Fig. 2. Antiguo botamen de la fábrica de Sargadelos (38 piezas), de mediados del siglo XIX, original de esta botica. A su lado aparecen varias farmacopeas de los siglos XVIII y XIX (Farmacopea Hispana), así como varias recetas originales de una botica del XVIII.
Fig. 3. Nuevo botamen talaverano.
Fig. 4. Mosaico de azulejería portuguesa, similar al existente en la botica del monasterio de Silos. Reproduce el escudo de la abadía de Oseira (dos osos apoyados sobre un pino).
EL GERMEN DEL PROYECTO
Durante una de nuestras estancias en Oseira, el entonces superior de la comunidad y hoy abad (Fr. Juan Javier Martín) nos comentó su interés por recuperar lo que había sido la antigua botica monástica, desaparecida tras la desamortización. Evidentemente el proyecto trataría de reproducir lo que pudo ser una antigua botica monacal en la medida de lo posible, para mostrar al público un aspecto más de la labor sanitaria secular de los monjes cistercienses, sin pretender una reproducción exacta de lo perdido hace más de un siglo. Como el monasterio conserva en depósito un antiguo botamen del siglo XIX de la fábrica de Sargadelos (38 piezas), consideramos adecuado presentar este conjunto de piezas como núcleo central del proyecto, pero había que recuperar el resto de utensilios partiendo casi de la nada, ya que, exceptuando algunos objetos que podían adaptarse al nuevo destino, poco era lo disponible. Ante la propuesta de Fr. Juan Javier Martín ofrecimos nuestra colaboración para llevar a cabo este interesante proyecto, recabando ayudas y colaboraciones en la medida de nuestras posibilidades. En varios apartados del proyecto hemos contado con la colaboración y el apoyo del actual presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Dr. Nicanor Floro Andrés.
Desde un principio comenzamos la búsqueda de piezas y mobiliario originales en diferentes mercados y subastas, adquiriendo así objetos de gran interés, entre otros, una Farmacopea Hispana de principios del XIX y una Farmacopea de Fuller, del XVIII, además de varios morteros de bronce y porcelana, cajitas de cartón para trozos de plantas, frascos de vidrio, dos balanzas (una de precisión y otra para grandes pesos) del siglo XVIII y más objetos que hoy se exponen en la botica.
En 2008 contactamos con un alfar talaverano para encargar un nuevo botamen que aparece hoy formado por unas 80 piezas de varios tamaños y formas. Previamente diseñamos el dibujo que habrían de llevar todas las piezas y que reproduce el escudo del monasterio (dos osos apoyados sobre un pino) que ostenta la fachada de la iglesia y al dibujo se le añadió una cartela en la parte inferior, basada en la que aparece en el botamen del monasterio de Silos. El conjunto, tras la aprobación del abad, se remitió a Talavera de la Reina (Toledo) para su elaboración.
Como motivo ornamental en la sala diseñamos un panel en azulejo portugués, basado en el existente en la botica de Silos, reproduciendo en esta ocasión el escudo de Oseira flanqueado por un entrelazado vegetal que rodea una cartela en la que aparece la palabra Pharmacopoea.
Fig. 5. Muestra de una de las orzas que forman parte del nuevo botamen de 80 piezas. Reproducen el escudo de la abadía.
Fig. 6. Zona de trabajo en la rebotica.
Fig. 7. Interior de la botica.
Fig. 8. Claustro de Caballeros, bajo cuyos arcos se ha instalado la botica.
LA ELECCIÓN DEL LOCAL
Para la elección del local de la botica tuvimos en cuenta varios factores, entre los que primó la posibilidad de incorporarla al circuito de visitas turísticas y que éstas pudieran entrar y salir por puertas distintas estableciendo un recorrido continuo. Por ello se eligió un local (uno de los más antiguos del monasterio, del siglo XIII y con bóveda de crucería) que dispone de dos puertas que comunican los claustros de Portería y Medallones, dos ventanas que permiten su iluminación natural y un pequeño local adyacente donde se conservan y muestran las piezas de mayor valor, el botamen de Sargadelos y las farmacopeas. Este local estuvo dedicado durante años a la elaboración de mantequilla y en el momento de su elección servía de almacén de objetos diversos. Tras la aprobación dada por los técnicos de Patrimonio de la Xunta de Galicia comenzaron los trabajos de nivelado del suelo, se encargaron dos puertas de madera (una de ellas ostenta un escudo que representa la copa y la serpiente, símbolos tradicionales de la Farmacia), se construyeron varios peldaños para ambas puertas (ya que el nivel del suelo del local fue rebajado unos 50 cm), sus correspondientes pasamanos, así como sus respectivos marcos y los de las ventanas, se llevó a cabo la instalación eléctrica completa (lámparas, interruptores y enchufes), se limpiaron las paredes (oscurecidas tras varias décadas de abandono), se colocaron losas de granito en el suelo y se envejecieron unos muebles con estanterías para colocar los botámenes. Por último, se instaló una hermosa reja de hierro en la entrada al pequeño local adyacente para preservar el botamen del siglo XIX.
En la reproducción que se inauguró el pasado mes de junio de 2009 se resolvió situar todo el conjunto de la botica en una sola estancia, reservando el cuarto adyacente, que iría destinado a almacén, para instalar, como hemos apuntado ya, el botamen del siglo XIX de la fábrica de Sargadelos. Podremos ver, por tanto, la zona correspondiente a la botica a nuestra izquierda y la rebotica a nuestra derecha, junto a la ventana (zona de trabajo, mesa, balanzas de precisión, romanas, morteros, almireces). Frente a ella se ha dispuesto un horno con alambique para las destilaciones y, por último, la zona de almacén junto al horno. Anexa a este local se encuentra la pequeña sala donde, por razones de seguridad, se ha instalado el botamen del siglo XIX, tras una hermosa puerta de hierro forjado, de época renacentista, instalada durante esta restauración.
CON VISTAS AL FUTURO
Con esta reproducción se pretende mostrar al visitante una faceta más de la labor sanitaria que a lo largo de los siglos ejercieron los monjes cistercienses, sin olvidar el interés del proyecto como museo de Farmacia o como un futuro Museo de la Farmacia Monástica, adonde puedan llegar aquellas piezas de interés que, tanto organismos oficiales como particulares deseen preservar en un lugar adecuado para su exposición pública. En este sentido se van a instalar varios paneles explicativos de cómo se llevó a cabo esta reconstrucción, y otra serie de puntos informativos sobre cada una de las piezas conservadas, su historia, origen y utilidad.