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Vol. 34. Núm. 1.
Páginas 62-64 (Enero - Febrero 2017)
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Virus del Zika: lo que las enfermeras deben saber
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Amanda L. Coyle
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RECIENTEMENTE, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de virus del Zika y sus complicaciones asociadas en América, el Caribe y el Pacífico, como una emergencia de salud pública de ámbito internacional, indicando la necesidad de una respuesta internacional coordinada1.

Las organizaciones sanitarias a nivel local, estatal, nacional e internacional ampliaron rápidamente su respuesta a este brote.

El virus del Zika suele transmitirse por la picadura de un mosquito. Generalmente provoca una enfermedad menor; sin embargo, varios de los países con brote activo de virus del Zika, notificaron un incremento significativo de trastornos neurológicos, tales como microcefalias y síndrome de Guillain-Barré2. Esto tiene un impacto directo y prolongado en la salud pública. Las enfermeras deben estar al frente de la evolución del conocimiento sobre la infección por virus del Zika para poder proporcionar unos cuidados óptimos a sus pacientes.

Epidemiología

El virus del Zika fue identificado por primera vez en Uganda en 1947 en monos Rhesus y en 1952, en humanos3. Este virus es un virus RNA de una cepa de la familia de los virus Flaviviridae. Los virus Flaviviridae se encuentran en vectores tales como mosquitos y pueden transmitirse a los humanos4. El virus del Zika se relaciona con otros flavivirus, incluyendo el virus de la fiebre amarilla, el virus del dengue y el virus del Nilo occidental3.

Se han producido grandes brotes de infecciones por virus del Zika, tan recientemente como en 2013.3

La magnitud de los brotes recientes y la posible relación del virus del Zika con trastornos neurológicos graves han acaparado la atención de la Organización Panamericana de la Salud, la OMS y los CDC entre otros. Cada una de estas organizaciones ha activado sistemas de gestión de la emergencia para contribuir a dirigir las investigaciones, intervenciones y recursos en el último brote de virus del Zika5–7.

El rápido aumento y la ampliación del área de diseminación de enfermedades transmitidas por vectores es atribuible a diferentes factores. Los viajes y el comercio internacional contribuyen a la diseminación de la enfermedad.

Los viajeros infectados con una enfermedad transmitida por un mosquito pueden volver a sus países de origen e infectar a otras personas. Además, los vectores como los mosquitos son capaces de sobrevivir en condiciones paupérrimas. Por ejemplo, la larva del mosquito puede sobrevivir en productos de comercio internacional. En los países con enfermedades producidas por mosquitos, el aumento de la urbanización, un saneamiento público insuficiente y la falta de énfasis en los programas de control de plagas de mosquitos en las últimas décadas son factores que contribuyen a la diseminación de la enfermedad.

La resistencia a los insecticidas y las alteraciones ambientales también son factores contribuyentes8,9.

Transmisión

El virus del Zika portado por artrópodos (arbovirus); los vectores artrópodos incluyen mosquitos, garrapatas y pulgas. Una rápida transmisión del virus Zika entre mosquitos y huéspedes humanos es una señal unívoca de brote reciente2. Una vez el mosquito ha sido infectado por el virus del Zika, este se reproduce en el intestino del mosquito, lo que hace posible el contagio del virus a través de una picadura.

El virus del Zika se transmite a los humanos esencialmente a través de picaduras de mosquitos Aedes infectados, que viven en todos los estados miembros de América excepto en Canadá y Chile continental5,10. Dos de las especies de mosquito de género Aedes son responsables de la transmisión del virus del Zika: Aedes aegypti y Aedes albopictus10. Estas dos especies también pueden transmitir el virus del dengue, el virus de la fiebre amarilla y el virus chikungunya11. El mosquito Aedes aegypti ha evolucionado a un mosquito urbano altamente adaptable; las larvas pueden sobrevivir en pequeñas cantidades de agua8. Pica de forma intensiva durante el día y se alimenta de sangre humana4. Puesto que generalmente se alimenta de pequeñas cantidades de sangre de distintas personas, es un vector transmisor de enfermedad altamente efectivo. Los CDC han recibido informes de contagio de virus del Zika, de persona a persona, en útero, en el periodo perinatal, relacionado con la actividad sexual y debido a transfusiones de sangre4.

Diagnóstico

Existen múltiples obstáculos al diagnóstico preciso y rápido de la infección por virus del Zika. Puesto que muchos de los pacientes infectados están asintomáticos, las recomendaciones sobre la indicación de pruebas están en desarrollo.

En Estados Unidos, los CDC proporcionan recomendaciones actualizadas a los profesionales, sobre las pruebas diagnósticas para descartar enfermedades por virus del Zika4.

A los pacientes con manifestaciones sugerentes de infección por virus del Zika que han viajado en las dos últimas semanas o viven en los países con virus del Zika circulante, se les deben practicar pruebas diagnósticas para descartar el contagio4.

Las recomendaciones para poblaciones especiales, tales como embarazadas, lactantes o niños pequeños, se presentan más adelante.

Las pruebas diagnósticas para el virus del Zika no pueden detectar, de forma irrefutable, la presencia o ausencia del virus ni en la fase aguda ni en la convalecencia de la enfermedad12. Esto tiene implicaciones importantes en salud pública, especialmente en relación con el cribado y la educación sanitaria a la comunidad para reducir el contagio de individuo a individuo.

Además, puesto que no existen pruebas diagnósticas para la detección del virus del Zika comercialmente disponibles, las pruebas deben hacerse en coordinación con los departamentos de salud locales o estatales, si es posible, o bien en el Laboratorio Diagnóstico de Arbovirus de los CDC13.

El ARN del virus del Zika en sangre es detectable por una reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa, de forma temprana al inicio de la enfermedad, pero su valor diagnóstico es limitado en el transcurso de la misma o durante la convalecencia13. Las pruebas serológicas para virus del Zika (inmunoglobulina M de virus del Zika y titulaciones de anticuerpos neutralizadores) pueden realizarse posteriormente.

Manifestaciones clínicas y tratamiento

El periodo de incubación del virus del Zika es desconocido, pero se estima que dura entre unos días y 2 semanas3. Un 80% de los infectados por virus del Zika se mantendrán asintomáticos4. Los pacientes sintomáticos habitualmente presentan manifestaciones moderadas que incluyen fiebre de bajo grado, eritema maculopapular, conjuntivitis, mialgia, artralgia, fatiga y dolor de cabeza3,4. Los síntomas suelen durar de 2 a 7 días. La presencia de signos y síntomas graves es poco frecuente y la mortalidad es baja4.

No existe una medicación antivírica o un tratamiento específico para la infección por virus del Zika4. Los cuidados de soporte incluyen el control de síntomas con líquidos, antipiréticos y analgésicos3. Evite el uso de aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos hasta que se descarte una infección por virus del dengue, para prevenir complicaciones hemorrágicas4.

Complicaciones

La microcefalia, el aborto, la mortalidad infantil y el síndrome de Guillain-Barré se han relacionado con la infección por virus del Zika; sin embargo, no existen de momento evidencias concluyentes que apoyen esta asociación2,5,14. La investigación que establece o refuta una relación causal entre el virus del Zika y la microcefalia, el síndrome de Guillain-Barré y otras complicaciones es otro de los focos prioritarios de iniciativa en las emergencias de salud pública6,7.

La microcefalia es una malformación neonatal en la que el recién nacido presenta un tamaño craneal inferior al normal (disminución del perímetro occipitofrontal) debido a trastornos del desarrollo cerebral. Pueden verse casos de mínima a extrema gravedad. Un huésped con complicaciones neurológicas se asocia a microcefalia, incluyendo retraso en el desarrollo, convulsiones, y déficits visuales, auditivos y del habla15.

El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad autoinmune que ataca el sistema nervioso periférico, produciendo una progresiva debilidad de las extremidades, y por lo general, parálisis flácida. Muchos pacientes se recuperan, pero algunos sufren discapacidades crónicas. La mortalidad se sitúa alrededor del 5%. Muchos pacientes presentan antecedentes de una infección desencadenante de la respuesta inmune16. Es posible que el Zika sea una de esas infecciones que se asocia a un incremento de síndrome de Guilláin-Barré en algunos países americanos17.

La mortalidad fetal también se ha asociado al virus del Zika14. Se han notificado múltiples casos de muerte fetal durante el primer trimestre del embarazo así como fallecimientos de niños nacidos vivos de mujeres que habían viajado recientemente a alguno de los países con virus del Zika circulante o que presentaron manifestaciones de la infección por virus del Zika.

Aunque las mujeres no fueron necesariamente evaluadas en relación con el virus, las muestras de tejido fetal o neonatal daban positivo por virus Zika14.

Prevención

Es urgente priorizar el desarrollo de una vacuna, como parte de la respuesta internacional a los últimos brotes del virus del Zika, pero actualmente no hay ninguna vacuna disponible3,6. Las enfermeras deben hablar con los pacientes diagnosticados de esta infección, sobre su contagio. El periodo de tiempo que el paciente permanece infectado es aún desconocido.

Los puntos clave en la prevención de la infección por virus del Zika incluyen los hábitos personales para reducir las interacciones mosquito-persona.

Las recomendaciones incluyen la identificación y destrucción del mosquito, los criaderos, el uso de camisas de manga larga y pantalones largos; el uso de repelentes de insectos; la desinfestación con permetrina de las camas, y el uso de aire acondicionado o ventanales internos3,18.

Las mujeres en edad reproductiva que no estén embarazadas deberían hablar con su médico o matrona o enfermera sobre la planificación de la gestación en caso de brote de virus del Zika19. Los hombres que viven o viajan a países con virus del Zika circulante deberían abstenerse de tener relaciones sexuales o emplear preservativos en cualquier intercambio sexual con una mujer embarazada20. Incluso aquellos cuya pareja no esté embarazada, deberían considerar abstenerse o usar preservativos durante un tiempo. Actualmente, se desconoce de tiempo que el virus del Zika es capaz de sobrevivir en el semen20.

La OMS ha recomendado evitar los viajes y restringir el comercio en los países afectados por el virus del Zika6. Los CDC alertan a los viajeros a estas zonas, con avisos que incluyen:

  • Sea consciente de la situación del país.

  • Protéjase de las picaduras de mosquitos.

  • Use preservativos para reducir el riesgo de transmisión sexual.

  • Siga las recomendaciones de pruebas diagnósticas después de viajar a alguna de las zonas afectadas.

Los CDC aún no han recomendado una prohibición de viajes a los países afectados; sin embargo, advierten que los grupos de riesgo, como las embarazadas, deben considerar retrasar su viaje a los países con virus del Zika circulante18.

Consideraciones enfermeras

Los CDC han publicado una serie de recomendaciones detalladas para el cribado y el abordaje de los pacientes que pueden haber estado expuestos al virus del Zika. Estas recomendaciones se actualizan a medida que se genera nueva evidencia de cada uno de los brotes, y tienen un impacto directo en el cribado y el abordaje de los pacientes afectados.

Las recomendaciones incluyen la prevención del contagio por vía sexual, el cuidado de la mujer embarazada y en edad reproductiva con posible exposición al virus del Zika y el cuidado de lactantes y niños con sospecha de infección por virus del Zika19–21. Los profesionales asistenciales deberían revisar las recomendaciones más recientes de los CDC para conocer los algoritmos de abordaje (www.cdc.gov/zika/hc-providers).

Un temor emergente

Queda mucho por saber sobre el virus del Zika, la última enfermedad infecciosa emergente transmitida por vectores. Los cuidados basados en la evidencia requieren la máxima atención a medida que se vaya disponiendo de más información. Las enfermeras son grandes defensoras de los derechos de los pacientes, por lo que tienen que mantenerse al día de los rápidamente cambiantes requerimientos de cuidados que se generan alrededor de la infección por virus del Zika, con el fin de proporcionar los mejores cuidados y la mejor educación posible. ■

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Amanda Amanda Coyle es profesora asistente en The College at Brockport en Brockport, N.Y. La autora declara no tener ningún conflicto de intereses económicos relacionado con este artículo.

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